La noria había terminado de dar vueltas sobre la enorme Ciudad Nimbasa. A lo lejos, los árboles de las rutas cercanas tenían restos de escarcha, típico del invierno.

Era momento del ritual del adiós: el intercambio de pokémon exóticos. Nancy había viajado hasta Johto por un trabajo de reportera. Yancy había ido por capturar un pokémon y tener una excusa más para ver a Nate.

Con el intercambio completo y el ondeante adiós, Yancy se sentó, meditabunda, en una banca cercana y pensó largo rato.

Ojalá le hubiera dado aquella confesión escrita en vez de una caja de Caramelos Furia…