¡Hola!, les vengo a traer un nuevo fic que espero no tardar mucho en actualizar. Para los que leen mi fic Amor a primera vista les pido por favor que sean pacientes, no sé exactamente cuando subiré el próximo capítulo u.u, lo siento…
Nota: Los personajes de KSB no son de mi propiedad, sino de su mangaka Hinako- sensei, yo solo tomo prestado sus personajes para mis extrañas historias romanticas
Advertencia: Un muy posible ooc de Morinaga y Souichi, en especial en este último, quedan advertidos.
Un agradecimiento a Laura Patty por su ayuda y darme consejos sobre este fic, muchas gracias Laura, espero que te guste el capítulo, le agregué algunas cosas más que no te mencioné jeje
Ahora a leer n_n
.
.
Primera parte: El trato que hicimos
.
¡¿Cómo es que llegué a esta situación?!
Era la pregunta que me hacía mientras me aferraba más y más a mi asistente y amigo el cual no dejaba de besarme y yo no dejaba de corresponderle el beso, debía de admitir que Morinaga sabe besar muy bien, podía sentir claramente su lengua dentro de mi boca invadiéndome por completo, explorando mi interior tratando de seducirme, sentía que se llevaba hasta mi alma en ese beso, era la primera vez que experimentaba algo así.
Me llenaba de calor y sus manos hacían maravillas tocando mi espalda y mi trasero.
A pesar que estamos en el laboratorio y que algún profesor podría entrar, yo no hacia ningún intento por detener a Morinaga, esta era mi oportunidad de tener algo de él, quería saber que se sentía estar en una situación tan íntima como en la que estaba en estos momentos, pues enterarme que él estaba enamorado de mí desencadenó el deseo que tenía guardado…
Ese deseo que me invadió apenas lo conocí.
Supe de inmediato que Morinaga me atraía, que lo quería tener cerca, pero como en otras ocasiones que me pasó con otros chicos que conocí anteriormente, decidí ignorarlo, pues lo que sentía no lo consideraba correcto. Sé que hay algo malo en mí desde que tenía quince años, cuando me percaté que no me atraía ninguna chica de la preparatoria en la que estudiaba y que mi atención se iba más hacia los chicos. Con terror me di cuenta que me atraían más los chicos altos y más jóvenes que yo. El día que me di cuenta de ello fue sin duda el segundo peor día de mi vida, ya que el primero era el día que falleció mi madre.
Yo simplemente no podía aceptar mi condición, me negaba aceptar ser un homosexual, ¡qué clase de ejemplo le daría a mis hermanos si ellos se enteraban de eso!, mi padre seguro terminaría decepcionado. Soy el hijo mayor, el que debe dar el ejemplo, por eso no podía permitir que ellos supieran mi desperfecto, tenía que buscar alguna manera de no desviarme más, entonces pensé que mientras me mantuviera lejos de los chicos y enfocara más mi atención en las chicas tal vez mis gustos cambiarían, pero ¡no funcionó!, y el problema era que las chicas que conocía eran tan escandalosas o muy habladoras o demasiado sensibles. Me molestaban demasiado, en vez de que me terminaran gustando, me terminaron desagradando, eran demasiado complejas para mi gusto. Mi poca paciencia tampoco ayudaba así que al final opté por estar solo, mis hermanos ya eran mi prioridad desde que mi madre falleció, ahora serian también mi razón de vivir, "tal vez el amor simplemente no este hecho para mi" es lo que pensaba. Mis gustos por los chicos eran más bien físicos, fuera de eso ninguno me atraía, algunos eran tan idiotas o muy serios o muy aburridos. Ningún chico y chica aguantaría mi personalidad tan cambiante a excepción de mi familia… eso pensaba hasta que lo conocí a él…
Tan idiota como muchos, tan amigable y alegre como un cachorrito desesperado por tener dueño, tan terco como yo cuando me niego en aceptar que me he equivocado en algo, pero tan expresivo tanto en sus palabras como en sus expresiones como ningún otro.
Morinaga Tetsuhiro... apenas lo vi… me atrajo de inmediato, mis ojos se posaron en él como si un ser sobrenatural hubiera descendido a la tierra. Ya me había pasado algo parecido con anterioridad, pero en esa ocasión me había quedado idiotizado por completo, simplemente no pude ignorarlo tan fácilmente como a los chicos que antes me habían atraído, pues con los anteriores esa atracción se iba tan rápido como había llegado. Pero con Morinaga me fue distinto, pues pasaban días, semanas, meses y ¡nada!, ¡la atracción seguía ahí!, y lo peor vino cuando me defendió de un profesor que intentó besarme.
Ese maldito profesor se quería pasar de listo conmigo, y aprovechando un momento de distracción, me arrinconó en la pared de uno de los salones, por suerte Morinaga había entrado, al parecer, a recoger algo que había olvidado en el salón en donde me encontraba atrapado, no hubo necesidad de dar explicaciones, con solo vernos Morinaga supo que era lo que estaba pasando. Después de ese día el profesor dejó de molestarme, no sé exactamente con que habrá amenazado Morinaga a ese profesor, aunque estoy seguro que mi cara de pocos amigos aterró más a ese malnacido que las palabras de Morinaga… Tal vez por eso el desgraciado se fue de la universidad.
Ese día supe su nombre completo, que era mi kohai y que nos llevábamos por dos años. No quería entablar ningún tipo de relación con él, no mientras lo viera con cierto deseo, pero no me pude negar ni alejar después de presentarnos y entablar poco a poco amistad…
Cuando el profesor Fukushima me lo presentó como mi asistente supe de inmediato que alejarme de él iba a ser casi imposible, Morinaga era muy inteligente y no cometía casi ningún error en los experimentos que trabajaba, era el asistente ideal, su paciencia y amabilidad eran lo que hacía que aguantara mis constantes cambios de humor.
Nos hicimos muy buenos amigos, pero para mi desgracia, yo no quería eso, yo quería más de él, quería saber que se sentía tocar sus labios con los míos, abrazarlo, acariciar su ancha espalda… quería tener otro tipo de acercamiento con él…
¡Rayos!, ¡Maldición!, ¡quería tener sexo con él!
Pero eso era algo que no me podía permitir, pues el acostarme con él era aceptar mi homosexualidad y yo no quería eso. Así que solo me quedaba conformarme con mirarlo y solo tenerlo en mis húmedos sueños…
Morinaga es un chico muy popular, de eso me percaté desde el primer día que lo vi, así que siempre imaginé que sería cuestión de tiempo para que este acompañado de una linda chica, algo que me dolía porque él me atraía más de lo que creía, pero no podía permitir que Morinaga también se desviara. Yo solo sería su sempai y amigo, y esperaba que con el tiempo mis deseos enfermizos que tenía hacia él desaparecieran, pues no había ninguna oportunidad para nosotros y yo tampoco la iba permitir.
Pero las cosas no salieron como lo planeado
—Te amo, sempai—
Esas palabras martillaban una y otra y otra vez en mi cabeza, y es que para mí era inconcebible, ¡Morinaga no podía hablar en serio!
¿Acaso no se daba cuenta que soy un hombre?
¿Es que acaso el dejarme crecer el cabello le hizo verme como una mujer?
Ya no sabía que pensar para justificar la declaración de mi kohai, y lo peor es que intuía la muy posible explicación para que tuviera ese gusto hacia mi persona, pero me negaba en aceptar en esa posibilidad…
"Morinaga no puede ser gay" eso me lo repetía en mi mente como si al hacerlo la incómoda situación en la que me encontraba se terminaría, como si tratara de convencerme y negar lo obvio. Pero Morinaga una vez más me confesó sus sentimientos, pero esta vez acompañado con lo que más temía que declarara
—soy gay, sempai—
Con esa declaración supe que me habían dado un nuevo camino por el que seguir, una posibilidad de tenerlo a mi lado, pero mis prejuicios no me permitieron aceptar sus sentimientos...
Al menos no de la manera correcta
Sí, acepte estar con él, pero bajo mis condiciones, él no debería de esperar muestras de afecto de mi parte, le dejé bien en claro que si sentía atracción hacia él eso no significaba que iba a enamorarme. Yo no creo que deba existir el amor de pareja entre personas del mismo sexo, Morinaga no estuvo de acuerdo con mi forma de pensar y el muy idiota se atrevió a afirmar que tarde o temprano yo terminaría correspondiéndole sus sentimientos y que seriamos una feliz pareja. Ciertamente mi tonto kohai es un cursi enamoradizo, estaba muy equivocado si cree que permitiré enamorarme, si acepté tener algo con él es porque… realmente estoy algo interesado por saber cómo se siente sus labios o su cuerpo… eso es todo… yo…bueno…
¡Diablos, Maldición! Yo mismo me pongo en aprietos, maldita sea mi jodida curiosidad pero sobre todo esta terrible atracción que siento hacia él, que desde hace más de un año me está consumiendo, pero… pero si logro que las cosas funcionen podré tenerlo a mi lado sin tener la necesidad de enamorarme, de amarlo.
Puede que suene muy egoísta y hasta cruel, pero si Morinaga estaba de acuerdo con mis condiciones entonces no habría ningún problema… ¿verdad?
Al principio parecía que no estaba de acuerdo con todas las condiciones que le daba, pero al final aceptó ser algo así como mi compañero sexual, aunque él insistía que iba terminar enamorado.
¡Ja!. Que siga soñando
Después de cerrar el trato, me abrazó y me besó sin darme tiempo a reaccionar, traté de empujarlo, pero al final no pude oponer resistencia.
Es así como me encuentro en estos momentos, abrazado fuertemente a él, robándome todo el aire de mis pulmones y llenando de calor mi cuerpo con sus acertadas caricias, no sé cuánto tiempo habremos estado tocándonos, lo que sí sé es que el laboratorio no es el mejor lugar para hacer estas cosas, así que con la respiración algo agitada le dije que era suficiente por hoy, que mañana podríamos continuar, pero en un lugar más privado. Morinaga de inmediato mencionó su apartamento y yo no pude evitar sonrojarme pues dudo que vayamos a su habitación solo a conversar y a comer papitas…
Así fue que comencé a tener esa extraña relación con mi asistente, ambos comíamos juntos en la cafetería o almorzábamos en algún restaurante familiar mostrándonos como simples amigos, aunque cuando estábamos solos nos besábamos como si no hubiera un mañana. Morinaga siempre iniciaba con las muestras de cariño que le decía que no eran necesarias, pero él insistía con ello, me susurraba palabras dulces en el oído y una que otra cursilería que se le ocurría, a veces me pregunto qué tipo de novelas lee para que sea tan meloso en sus palabras. Por más que le insistía que entre lo nuestro no debería de haber nada romántico él seguía dedicándome palabras de amor cada vez que creía conveniente, yo dejé de insistirle además él era el tonto por hacer eso, pues yo no le correspondía ninguna de sus cursilerías.
Y pensé que así seguiría por siempre.
Fue un mes después de hacer el trato con Morinaga que tuve mi primera vez, realmente había estado muy nervioso ese día, pero al final fue más satisfactorio de lo que había pensado e imaginado, realmente no llegué a pensar que me gustaría hacerlo con él, tenía la pequeña esperanza de que no me gustaría y que con eso me daría cuenta de que no soy gay en realidad, pero esa idea se fue directo al fregadero en el momento que Morinaga comenzó a tocar mi piel desnuda con sus labios y después tocó un lugar bastante especial en mi interior. Si bien al principio me dolió tenerlo dentro, una vez que me acostumbré a la invasión fue maravilloso sentirlo cada vez más profundo. Las embestidas que me daba eran bastante certeras, las caricias y los besos me hipnotizaban, y cuando me llevó al orgasmo sentí el nirvana, era una experiencia que quería seguir disfrutando, que tenía que volver a repetir otro día…
Algo que Morinaga no dudaría en complacerme
Las horas pasaban bastante rápido cuando estaba al lado de Morinaga, él seguía siendo mi asistente y amigo con derecho, ciertamente ese término no me agradaba para nada, pero no sabía cómo llamar lo que tenía con él, compañero sexual tampoco me gustaba…
—no te preocupes por eso, sempai, somos amigos y yo te amo, eso es lo único que debes saber—
Decidí hacerle caso, rara vez le doy la razón sin discutir primero, pero me incomodó que dijera que me amaba, sonará tonto pero últimamente esas palabras que me dedica comienzan a afectarme más de lo debido y eso me preocupa…
Al comienzo cuando acepté tener a Morinaga como mi amigo y algo más, no creía que duraríamos tanto, han pasado más de dos años desde que nos acostamos y aunque odie admitirlo disfruto mucho lo que sea que tengo con él.
Morinaga seguía siendo mi único amigo y mi fiel asistente, paraba casi todo el día a su lado y en las noches tenia sexo con él. Debo de admitir que en la intimidad las cosas fueron cambiando de alguna forma que no sabía cómo explicar. Él podía ser tan tierno y dulce al comienzo para después volverse todo un salvaje en la cama, algo que me encantaba de él.
Descubrí que Morinaga era realmente un experto en esa materia cuando tuve mi primera vez, algo que me molestó porque significaba que debió tener alguna experiencia con alguien antes que yo, pero traté de disimularlo y no darle importancia creyendo que esa molestia se esfumaría con el tiempo, pero después de dos años simplemente ya no aguanté, tiré mi orgullo y le pregunté directamente de donde había aprendido tanto sobre el sexo, fue entonces que él me contó sobre la vida liberal que tuvo antes de entrar a la universidad.
Realmente no sabía que pensar de él, era solo un mocoso cuando comenzó a experimentar con distintos chicos, yo realmente no imaginé que él sería ese tipo de persona, pues en el tiempo que llevaba conociéndolo me había percatado que él era un chico demasiado romántico, por no decir meloso, que solo se entregaría a la persona amada. Por eso pensé que tenía que haber alguna razón para que hiciera eso. Él no me la quiso dar hasta que lo amenacé con castrarlo lenta y dolorosamente para después cortarlo en pequeños trocitos
Fue cuando me contó que había detrás de todo ese tiempo de libertinaje…
Ahí fue cuando supe de la existencia de Masaki Junya, el primer amor de Morinaga…
—sempai, no estés molesto conmigo, yo ya no amo a Masaki-san, yo te amo a ti, ¡no estés celoso!—
Me repetía el muy descerebrado, no entendía por qué me decía eso, yo no estoy molesto, ¡NI MUCHO MENOS CELOSO! El que quiera descuartizar a ese sujeto miembro por miembro no quiere decir que este celoso, no sé de dónde saca esas estúpidas ideas de mí, sin lugar a dudas, el estar enamorado ha hecho que su cerebro no funcione como debería.
Morinaga seguía insistiendo que me amaba y que no debería preocuparme, yo le dije que se callara si no quería que terminara con nuestro trato por las malas. Lo que dije no era verdad, fue sin pensar porque ya me estaba fastidiando con eso de mis supuestos celos, pero al ver que cumplió con su cometido de asustar a mi kohai me di cuenta que lo tenía todo bajo mi control.
Mientras lo amenazara de terminar con el trato, mi asistente me obedecería sin ningún reclamo.
Así fue, los días siguieron pasando y yo disfrutaba del control que tenía sobre él, ya no me molestaba con eso de los celos, ni tampoco se ponía demasiado meloso cuando estábamos en la universidad, eso me tranquilizaba pues temía que alguien se pudiera dar cuenta de lo que compartía con mi kohai.
Al pesar de mi mal carácter, mi kohai me seguía a todas partes como un lindo cachorro, además que me consentía y me daba unas buenas sesiones de sexo, fue entonces que pensé que no me molestaría pasar el resto de mi vida de esta manera, todo sería perfecto mientras nadie se enterara, pues no tenía planes de casarme ni de formar familia así que era perfecto si tenía a Morinaga a mi lado y ya que él disfrutaba de mi compañía estaba seguro que no se quejaría.
.
.
.
Pasó un año más y todo estaba bien…
O eso quería creer…
Últimamente observo a Morinaga algo decaído, él dice que no es nada que deba preocuparme mientras me muestra una falsa sonrisa… una que detesto que haga...
¿Acaso no se da cuenta que me duele no verlo con su tonta sonrisa de siempre?
¿Qué me hace sentir solo cuando me ignora como si no existiera…?
Odio admitirlo, pero me hice dependiente del lado cariñoso de mi kohai, del chico que me hace mimos sin si quiera pedírselo, el que me susurra alguna que otra cursilería cuando se encuentra en su plan romántico, extraño todo y más.
Pero mientras lo tenga a mi lado, mientras el me siga amando estoy seguro que las cosa entre nosotros se solucionarán… eso era lo que pensaba…
Cuan equivocado estaba
.
.
No puedo creer lo que mis oídos escuchan, debe ser una mentira, una broma de mal gusto, ¡Morinaga nunca me diría eso!, él me ama, lo ha hecho desde el inicio, ¿por qué ahora?, ¿qué hice mal?
—¿estas bromeando?, porque yo no estoy de humor para tus juegos tontos, Morinaga—lo dije con el tono de voz más indiferente que tenía, no quería que se diera cuenta de lo mucho que me habían afectado sus palabras
—no es ninguna broma, quiero terminar con el trato, sempai, y lo digo en serio—habló con un tono de voz serio y frío, algo que nunca había escuchado en Morinaga, ¿dónde estaba mi cariñoso asistente?
—pero ¿por qué?, pensé que estábamos bien—me sorprendí de mis propias palabras, pero era lo que quería expresar, mi corazón exigía respuesta
—simplemente ya no puedo seguir con esto, sempai, ya no puedo seguir mintiéndome, dándome falsas esperanzas de que algún día corresponderás mis sentimientos—sonaba decepcionado y herido, no me gusta verlo así—cometí una gran error al creer que podrías amarme…
—te avisé desde un principio que lo nuestro era solo carnal. Solo sexo, nada de sentimientos de por medio—me acerqué a él y lo tomé de la camisa con fuerza para verlo directamente a los ojos y vea mi enfado, pues al oír que aun tenia esas estúpidas ideas de mí me hizo enojar, yo nunca me enamoraré de un hombre, eso no pasará—y tú estuviste de acuerdo con el trato que hicimos, ¡ASI QUE NO ME VENGAS CON ESAS CURSILERÍAS DE QUE YO ME ENAMORARÍA DE TI!—trataba de calmar mi respiración y mi enojo, pues no quería golpearlo aunque se lo mereciera—
—si así son las cosas—tomó mis manos y las separó de su camisa—entonces damos el trato por anulado, sempai—una vez terminó de hablar soltó mis manos haciendo que perdieran la calidez que solo él me hace sentir, Morinaga se veía algo molesto, seguro porque la situación no salió como él deseaba. Él no puede obligarme a hacer algo que no quiero y eso lo sabe muy bien.
—has lo que quieras, no me importa—no dejaría que me afectara la anulación del trato—no te he necesitado antes, mucho menos lo haré ahora
Morinaga me miraba fijamente, no había odio en su mirada, ni tampoco tristeza, solo había decepción y también resignación, seguramente porque sabe que no me hará cambiar de opinión. Recogió sus cosas, dio media vuelta, se dirigió a la puerta listo para irse del laboratorio, pero antes de salir completamente de mi vista, sin darse la vuelta, me dijo…
—solo espero que te creas todo lo que me has dicho, sempai—dijo con voz firme—nos vemos mañana—
No contesté, no quería hablar, una vez que escuché la puerta cerrarse y estar completamente seguro de que Morinaga se había ido, traté de calmar mi frustración, el extraño sentimiento de culpa y el dolor en mi pecho que comenzó a invadir desde que se fue.
—Ese idiota—no entendía por qué me dolía que las cosas hayan terminado así—todo es su culpa—
Sí, la culpa era de Morinaga por no hacerme caso cuando le dije claramente que no habría nada de sentimentalismo barato entre nosotros. Todo era culpa de él por haberse enamorado de alguien como yo, una persona que no cree en el amor entre dos personas del mismo sexo…
Después de meditar un rato, guardé mis cosas para irme a casa, ya eran mas de las diez de la noche y la facultad estaba casi vacía. Ahora me preguntaba cómo debería tratar a Morinaga de ahora en adelante, ¿haré cómo si nada hubiese pasado?, me ha funcionado ese método muchas veces, pero ahora… ya no estoy seguro de eso.
Aun no puedo creer que sea él quien haya querido anular el trato que hicimos, no cuando siempre me demostraba que eso era lo que menos quería, que me decía que lo único que le hacia feliz era estar a mi lado…
Quién lo entiende…
"Solo espero que te creas todo lo que me has dicho, sempai"
¡Quién se ha creído ese idiota para decirme eso!, ¡claro que me lo creo!, estoy seguro de que yo no me enamoraría de él… ni de nadie.
Me pregunto por cuanto tiempo seguirá con su berrinche, un día, tal vez dos..
No puedo evitar sonreír, ya me lo estoy imaginando rogando, suplicando que lo deje volver a mi lado, después de todo él siempre se asustaba cuando lo amenaza con romper nuestro trato…
Sí, seguramente eso pasará, pero como estoy molesto con él, no se lo haré fácil, ese tonto tiene que aprender su lección ya sea por la buenas o por las malas, después… lo perdonaré y seguiremos juntos como siempre.
Eso es lo que haré.
.
.
—Sempai, ¿necesitas que haga algo más para usted?—
—N-no, ya puedes retirarte—le respondo sin mirarlo—buen trabajo—
—con su permiso, nos veremos el lunes—
Una vez que se fue, sentí que podía respirar de nuevo, no sé en que momento había comenzado a aguantar la respiración…
Vuelvo a suspirar...
Ya han pasado casi dos semanas desde que dejamos de tener relaciones sexuales y Morinaga ha estado actuando como si nada le afectara, como si yo fuera uno mas del montón de estudiantes de esta facultad y no la persona que supuestamente amaba.
Pensé que mi asistente me rogaría por un poco de mi atención cuando comencé a tratarlo con indiferencia, sin embargo a él parecía agradable mi casi nula atención hacia su persona, cómo si eso era lo que buscaba de mi y no al revés.
¡DEMONIOS!
Por qué soy yo al que le molesta más esta situación, debería ser Morinaga el más afectado, ¡esto no tiene ningún sentido! ¡MALDITA SEAS, MORINAGA! ¡TODO ES POR TU CULPA!
Guardé mis cosas y salí del laboratorio, no tenia caso seguir trabajando cuando en lo único en que pensaba era en mi idiota asistente, ni en mis sueños me dejaba tranquilo, siempre terminaba teniendo sueños bastante gráficos que lo único que hacían eran dejarme de mal humor y con una enorme erección. Ya era bastante molesto no poder desahogar mi frustración sexual con Morinaga, de hecho, cuando tenia el trato con él ya no paraba frustrado, no tenia la necesidad de masturbarme ni mucho menos de tomar largos baños de agua fría. Debo admitir que era realmente útil en eso y muy bueno en la cama, lástima que era un reverendo idiota, cursi, enamoradizo y mimoso
Aun así… era algo que… también disfrutaba de él.
¿Será que ya encontró mi reemplazo?… esa posibilidad realmente no me gusta, no creo que se haya olvidado de mi tan rápido, entonces ¿por qué ya no insiste pasar mas tiempo conmigo?
Debido a que estaba tan perdido en mis pensamientos, no me di cuenta en qué momento llegué al parque que se encuentra cerca de la universidad, este lugar está muy silencioso aunque puedo distinguir dos siluetas, será mejor que me vaya directo a mi casa no vaya ser que sean unos vándalos y no quiero meterme en problemas y perder mi tiempo, no estoy de humor para soportar eso. Pero cuando estaba apunto de salir del parque algo me llamó la atención de esas dos siluetas, podía distinguir claramente que se trataban de dos chicos, aunque el mas alto tenia el cabello bastante largo en una coleta alta, y parecían estar abrazándose. No entiendo como no les da vergüenza hacer esos actos homos en la calle, acaso no han pensado que alguien podría verlos, menos mal que nunca le permití ese tipo de cosas en público a Morinaga…
—¡Rayos! otra vez estoy pensando en ese estúpido—
—¿hay alguien ahí?
Maldición, pensé en voz alta, pero tal parece que no me han visto, será mejor que me vaya ahora mismo o pareceré un chismoso entrometido
—hay un chismoso en este lugar
—Tal vez lo has imaginado, solo estamos nosotros dos, Yuki
—no lo creo, Tetsuhiro, estoy seguro que hay alguien aquí, ¡RAYOS!, y yo que creí que podríamos hablar con mas privacidad en este parque solit...
No seguí escuchando lo que decía ese maldito sujeto de cabellos largos que me llamó chismoso, a lo que si presté atención fue a su acompañante… No podía ser posible, era la voz de mi kohai…
¡¿Qué hacia ese imbécil de Morinaga con ese sujeto y lo peor de todo, abrazados?!, pero eso no se iba a quedar así, está muy equivocado si cree que yo le permitiré estar con otro.
—¡MORINAGA!—
—¿se-sempai…?
Morinaga es de mi propiedad, solo yo tengo derecho sobre él
Y se lo haré saber a ese sujeto…
.
.
.
.
¿Qué les pareció este primer capítulo desde el punto de vista de Souichi? ¿aburrido?, espero que no u.u, el siguiente capítulo estará desde el punto de vista de Morinaga, y se sabrá también que demonios tiene pensado hacer Souichi y se sabrá si el tal Yuki es algo de Morinaga.
Espero que los haya entretenido y me dejen algún review para saber su opinión n_n
Atte: Mari-chan
