Cap. 1.

- Jake Muller – ese fue el nombre que me hizo recordar a Albert Wesker después de casi 5 años. - Adelante… - invite a Jake Muller a entrar en la sala de toma de muestras.

Mi nombre es Alice Baudelaire, tengo 32 años y soy una científica reconocida en europa.

– Por favor, toma asiento y extiende tu brazo sobre la almohadilla. – Le explique al chico que tenía una característica cicatriz en su rostro – voy a tomar 3 tubos con sangre señor Muller.

- Solo hágalo rápido, ¿quiere? – contesto Jake con un tono bastante agotador.

Me gire y solo pude contestarle con una leven sonrisa, "claro, eres un experimento, debes estar acostumbrado a las agujas" dije en mi mente.

Jake Muller, era el hijo biológico de Albert Wesker… eso fue lo que me dijo Chris Redfield hace unos 5 días atrás, avisándome que vendría a los laboratorios del estado.

- Gracias Jake, puedes irte. – y esa fue la única vez que vi al heredero del poder que Wesker había creado en el mundo, un legado inesperadamente provechoso para la ciencia, de seguro ahora mismo se está revolcando en su tumba de lava volcánica.

Rotule las muestras de Jake, tome asiento y las observé con cuidado. Yo sería la encargada de hacer una vacuna con el plasma de Jake Muller, la cura estaba en mis manos, ese trabajo lo realizaría sola en un laboratorio de los Estados Unidos.

De pronto observe el rostro de Wesker en mi mente, cerré fuertemente mis ojos para dejar de pensar en él, aun tenía ese sentimiento de querer golpearlo fuerte mente en su rostro y romper esos putos lentes de sol que siempre usaba. Suspire profundamente.

Inicio del flash back.

El primer encuentro. Año 2003

Había iniciado un nuevo trabajo en una nueva empresa científica, de nombre Tricell, la empresa me había llamado ofreciéndome un trabajo que estaba destinado a ser mi mayor premio de todos. El director de Tricell explico que necesitaba científicos con experiencia y competencias y que ofrecía la mejor paga para aquel trabajo, y yo, siendo alguien ambiciosa, acepte.

Debía viajar a los Estados Unidos para poder instalarme dentro de lo que era el mundo de Tricell, era una compañía privada, la cual tenía todo a su alcance, era como un mundo aislado.

El ultimo correo que me llego de un asistente de Tricell me indicaba todo lo que debía hacer durante ese día, instalarme en el hotel de Tricell, cenar en el hotel con una mesa reservada y por supuesto hablar con el director de Tricell para darme la bienvenida.

Había quedado impresionada, si el lugar era tan lujoso, ¿Cómo lo serian los laboratorios? ¿Las maquinas? Estaba demasiado entusiasmada con comenzar a trabajar lo antes posible. – Señorita Baudelaire, el señor Thompson la espera en su oficina – me dijo de pronto la secretaria.

Entré sin golpear y lo primero que escuché fue un – Las cosas no se hacen de esa forma Wesker… - eso hizo que me arrepintiera de no haber golpeado la puerta antes, y me quede allí, sin saber si debía entrar o cerrar la puerta. Hasta que escuche un "adelante".

- Con permiso, señor Thomas…

- Señorita Baudelare, por favor, adelante – Thomas se levanto rápidamente de su escritorio, mientras que ese tal Wesker, estaba de espaldas. – es un gusto poder tenerla en nuestras instalaciones aquí en America.

- Muchas gracias, para mí también lo es, creame.

Wesker se levanto y se giro para poder verme – Señorita Baudelare… Albert Wesker - extendió su brazo para estrechar mi mano de la forma más fría pero educada del mundo. No le dije nada. Albert Wesker era un hombre muy alto, de tes blanca, de cabello rubio y bien cortado, usaba lente oscuros, los cuales me parecían una falta de respeto. – Por favor – me indico su asiento y espero a que yo me sentara.

El señor Thompson parecía muy entusiasmado, por lo menos mucho más que el frio y enigmático Albert Wesker, quien no hablaba nada, tan solo asentía a cada hecho que indicaba el director de Tricell.

Thompson fue llamado por su secretaria, quien acepto inmediatamente, dejándonos solos a mi y a Wesker.

- Usted, es una persona muy joven para tener magnifica habilidad. – su voz era tranquila y a su vez seductora.

- No es habilidad señor Wesker, tan solo es vocación…

- Eso es admirable… - dijo son una sonrisa mediocre. – espero sea de su agrado este trabajo, porque esto… es un trabajo, aquí conocerá lo que es pensar y discutir, es por eso que escogimos a los mejores, espero no me decepcione.

- Créame que conozco mis capacidades, este es un trabajo merecedor para mí – Las palabras de Wesker hicieron que reflexionara sobre mi nuevo trabajo, se trataba de una prueba, un reto, debía ser mejor que los demás, por que habían más científicos en este hotel.

Fin del flash back.

Mis ojos estaban cerrados, quería dejar de escuchar su voz en mi mente.

Las muestras de sangre estaban lista y preparadas para ser centrifugadas, donde podría obtener el plasma deseado, pero un sonido llamativo hizo que me retractara. "Atención a todo el personal del edificio, se solicita evacuar inmediatamente, diríjanse al hall principal para acatar nuevas órdenes" - ¿Qué? – "esto no es un simulacro, repito…"

- No puede ser… - tome las muestras y las guarde en un refrigerador con clave para que nadie pudiera encontrarlo, también decidí cerrar el laboratorio. – Hey! Johnson! ¿Qué es lo que sucede? – Johnson era un compañero de laboratorio del sector 5.

- Nadie sabe nada Alice, pero será mejor que nos acompañes.

- Claro…

Pero antes de comenzar a bajar, una explosión causo que la mayoría de las personas con bata blanca cayeran al suelo. Un grupo de hombres de negro con armas, la mayoría ametralladoras ataco los pasillos del tercer piso del laboratorio - ¡QUIERO A TODO EL MUNDO EN EL SUELO AHORA! – grito uno de los hombres, quienes llevaba mascaras anti-gas, nadie podría reconocer sus rostros. "Esto es un atentado" pensé rápidamente, el humo que había salido por la explosión hizo que atinara a buscar un escondite, me devolví por los pasillos corriendo en busca de alguna habitación, pero nada estaba abierto.

De pronto, me encontré con un hombre alto, de un metro noventa de altura, estaba armado, llevaba un chaleco antibalas junto con una camisa azul sin ninguna insignia que lo representara, al igual que los terroristas, llevaba una máscara anti-gas, estaba de pie sobre una habitación que se encontraba con la puerta abierta. Impresionada retrocedí torpemente, antes de que me viera, pero para mala suerte, el hombre me apunto con el dedo, decidí correr antes de que comenzaran a disparar, pero una voz grito mi nombre, me gire mientras corría, se trataba de un compañero de trabajo, Frederick. – Alice! Ven! No corras! – me pareció extraño, pero al ver que Frederick estaba a salvo, decidí caminar hacia él y el hombre enmascarado.

Cerró la puerta, me acerque a Frederick - ¿Cómo sabes que tienes que confiar en él?

- El nos dijo que nos pondría a salvo, dijo que buscaba a alguien. – intrigada, comencé analizar su físico, era una persona de un físico atlético, su piel era palida y blanca, su cabello, era rubio y de cabello corto. - ¿Cuál es tu nombre?

El hombre quedo observándome, o eso era lo que creía, ya que sus ojos no se podían ver – tu nombre… ¿Cuál es? – se tardo tanto en contestar.

- Alfred…

- ¿Y a quien estas buscando? – nuevamente se tardo en contestar hasta que la máscara contesto

– a ti. - contesto la máscara