Título: The Boss

Autor: BlueShadow00

Pairing: Delena

Raiting: M

Advertencias: Universo Alterno. Todos humanos. Lenguaje adulto y escenas eróticas.

Disclaimer: Ninguno de los personajes de esta historia me pertenece. Son propiedad de la autora L.J Smith y el canal CW.

N/A: ¡Hola a todos! ¿Me extrañaron?... al menos disimulen que si! jajajaja... Aquí les traigo otra loca invención mía. Esta vez un poco más subida de tono ;)... a ver como me va con esto... Espero que lo disfruten! ya saben... se aceptan todo tipo de criticas y comentarios... estaré ansiosa de leer sus reviews, es lo que me impulsa a escribir!... Saludos a todos y que gusto estar de vuelta! :D...


-Espero que esto no sea un problema para usted señor Salvatore- Se lamentó la anciana en tono solemne.

Damon la observó resignado. Pearl, su vieja secretaria de 60 años, debía tomarse 3 meses de licencia para operarse la cadera, justo ahora que estaban a punto de cerrar un negocio millonario y necesitaba que todo saliera perfecto. Suspiró y la miró serio y estricto como siempre- Temo que si será un problema, pero tratare de solucionarlo lo antes posible… tendré que buscar alguien capacitado para que pueda hacer por mí todo lo que tú haces…- dijo mortificado…Ella no solo se encargaba de llevar las cosas bien en la oficina, sino que le daba recordatorios importantes sobre asuntos personales que lo habían salvado de más de un lío.

-En cuanto a eso… si me permite el atrevimiento, me gustaría sugerir a alguien para el puesto- comentó esperanzada.

-¿A quien Pearl?- interrogó curioso, alzando una ceja.

-A mi sobrina Elena-

-¿La que vive contigo?- se sorprendió.

-La misma… ella sabe como es el movimiento de la empresa por tantas veces que me ah visto trabajar en casa… La instruí sobre todos los deberes que debe cumplir aquí, no encontrara a nadie más capacitado se lo juro…- luego lo miró con su tierno gesto de anciana a medio morir. Damon odiaba esa cara.- Además está a punto de recibirse de Ingeniera en Sistemas, está trabajando en su tesis, y ocuparse tres meses en una empresa de desarrollo de Software le vendría excelente para cubrir el tiempo de pasante que necesita para obtener su título…Sería matar dos pájaros de un tiro señor.- comentó práctica.

Damon dudó, no era prudente en aquel momento tener a una torpe estudiante sin experiencia rondando por allí, pero realmente no tenía el tiempo ni la paciencia para ponerse a buscar a alguien idóneo para el puesto. Confiaba en Pearl, había sido la secretaría de su padre por más de treinta años, y al morir éste y él tomar las riendas de la empresa, se convirtió en su guía para poder sobrevivir en aquél mundo.- Esta bien Pearl, si tu confías en ella entonces la aceptaré aquí… sabes el procedimiento que debes hacer con recursos humanos para que sea admitida y redacten su contrato… ordenaré que se la incluya como pasante para que ayude en su carrera…-Dicho esto se levantó de su escritorio.

-Muchas gracias señor Salvatore, le prometo que no se arrepentirá de esto- La mujer le dio una sonrisa arrugada y Damon le correspondió con un asentimiento de cabeza, saliendo de allí y dando por finalizada la reunión.

Pearl suspiró- Este muchacho…debería aprender a relajarse- luego soltó una risa negando con la cabeza-.

Una semana después

Damon entró en el edificio de Salvatore Electronics a primera hora de la mañana. El enorme reloj que estaba sobre el mostrador de recepción marcaba las 7:30…media hora antes del horario habitual. Naturalmente la recepcionista aún no estaba allí, de hecho dudaba que hubiera poco más que algunas personas de limpieza y seguridad que llegaban antes para poner todo a punto para el día.

Aquella semana tendría mucho trabajo, estaban trabajando en el desarrollo de un Software que si gustaba a sus clientes, les haría ganar unos cientos de millones…El problema era que había que convencerlos de invertir primero, y para eso tenían que estar brillantes en la presentación que se llevaría a cabo en tan solo en dos meses… Y eso requería llegar antes a la oficina.

Subió al ascensor abrochando los botones de las muñecas de su impecable Armani negro. Se aflojó un poco la corbata azul marino, que hacía juego con sus preciosos ojos. Al llegar al último piso, el 32, donde estaba su oficina, lo recibió el guardia de seguridad.

-Buenos días Señor Salvatore- saludó con una inclinación.-

-Buenos días Matt- contestó sin apenas verlo.

Pasó el recibidor, dobló en el pasillo que discurría hacia la derecha y entro en la pequeña sala en donde estaba el puesto de trabajo de su secretaria personal, obviamente el sitio de Pearl estaba vacío, era demasiado temprano. Entró a su enorme despacho, que tenía su pared trasera completamente hecha de vidrió con una impresionante vista al Central Park, suspiró admirando las vistas y un olor tentador llenó sus sentidos. Su vista se dirigió a su escritorio y allí vio una humeante taza de café recién hecho. Levantó una ceja curioso, ¿Cómo había llegado allí? Se acercó y dio un sorbo…delicioso, no era de cafetera, era batido a mano…Curioseó un poco más su escritorio y vio que todo el papelerío que ocupaba para hoy estaba ordenado y listo para empezar. Quedó aun más desconcertado. De pronto escuchó un tenue golpe en la puerta.

-Adelante- dijo con voz firme. La puerta se abrió lentamente y por ella se asomó una joven de pelo castaño y enormes ojos color chocolate. Damon se perdió a sí mismo en contemplarla sin ningún reparo. Lucía una falda de tubo color negro que revelaba unas torneadas y largas piernas, una blusa azul eléctrico que era bastante suelta y bailaba sensualmente alrededor de su perfecta figura y unos zapatos de tacón también azules no muy altos. Tenía la piel blanca y se veía tan tersa que invitaba a acariciar. Su hermosa melena castaña caía hasta su cintura, lacia, sedosa y brillante. El joven estaba completamente embelesado ante aquella visión y perdió por un momento la noción del tiempo y el lugar. Hasta que un pequeño carraspeo incómodo lo trajo de vuelta al mundo real.

-Señor Salvatore, eh venido a presentarme, mi nombre es Elena Gilbert, su secretaria temporal en reemplazo de mi tía Pearl- Caminó hasta él con un condenadamente sensual vaivén de caderas y le tendió una mano, con una dulce sonrisa amistosa.

-Gusto en conocerla señorita Gilbert- Dijo estrechándola y sintiendo inmediatamente una descarga eléctrica recorrerlo. Separó su mano turbado y por la mirada que ella le dirigió supo que había sentido aquello. ¿Qué pasaba allí? No era como si nunca hubiera visto una mujer bonita. De hecho estaba todo el tiempo rodeado de ellas. Carraspeó incómodo por la situación y por saberse descubierto observándola tan descaradamente momentos antes.- Gracias por el café y por ordenar mis papeles… pero realmente no era necesario que llegara tan temprano.-

-Mi tía me comentó que tiene que trabajar desde temprano por un nuevo proyecto que están encarando, en ese caso debo estar aquí por si necesita algo señor- le comentó tranquilamente.

-Aprecio su preocupación- asintió- ¿A qué hora le dijeron que comenzaba su horario?

-A las 8 a.m- le dijo ella- pero consideré que si usted llegaba antes, era para comenzar a trabajar rápido, y es más fácil que tenga todo listo para ello… no es ninguna molestia- sonrió de nuevo.

A Damon le gustó su actitud comprometida.

-Lo dejaré trabajar tranquilo, si necesita algo no dude en decírmelo- Y haciendo un ligero gesto con la cabeza salió de allí cerrando la puerta tras ella.

Damon suspiró. Seria condenadamente difícil concentrarse con semejante distracción. Lo último que necesitaba en aquellos momentos de tan duro trabajo, era una castaña de infarto paseándose frente a sus narices. Pero indudablemente, sería divertido, pensó lanzando una malévola sonrisa.

Unas horas después, mientras estaba inmerso en su trabajo, el reloj daba las 9 en punto y un pequeño cartel se abrió en su ordenador acompañado de un tenue tintinear de campana. Damon alzó la ceja sorprendido ¿Qué era aquello?

"9:10 A.M reunión con el personal de marketing"

Genial, lo había olvidado. Observó más el cartelito y a continuación presionó el comunicador que llamaba directamente a su secretaria.

-¿Si señor?- contestó ella al instante.

-Venga a mi oficina Señorita Gilbert- comentó serio. Como siempre.

Un instante después sus ojos se vieron deleitados por la hermosa figura de la chica.

-¿Qué necesita Señor?- interrogo.

-¿Sabe de donde ah salido este cartel que apareció en mi computadora?- cuestionó.

-Es un pequeño programa de alarmas, que le avisara de sus reuniones y compromisos con diferentes tiempos de antelación, según la distancia a la que deba ir- le comento suavemente.

-¿Y eso?- alzó una ceja sorprendido.

-Pensé que sería más fácil así. Sólo debo cargarlo en la mañana al llegar y el programa por si mismo se encargará del resto…Por si de pronto surge mucho trabajo y se pasa el tiempo sin que me dé cuenta… así no olvidare avisarle de nada y usted no perderá ningún compromiso- le sonrió.

-Eso es muy conveniente, hoy en día existen aplicaciones para todo- negó como resignado- ¿De dónde ah sacado esta?-

-Este…- ella se sonrojó- Yo la cree- Desvió su mirada al suelo.

-Estupendo- Abrió los ojos gratamente sorprendido, una pequeña y genuina sonrisa se asomó a su rostro, pero ella no alcanzó a verla- Debo decir que se ah lucido hoy señorita Gilbert, será interesante tenerla con nosotros…Bienvenida a bordo- Ella alzó la cabeza contenta y esta vez si pudo ver la cálida sonrisa que él le dedico.

-Gracias señor Salvatore- Contestó en verdad emocionada.

-¿Le molestaría que la tutee señorita Gilbert?-preguntó interesado.

-eso no sería problema- asintió ella.

-Genial…entonces si me disculpas, iré a esa reunión que me espera- ella asintió y el pasó a su lado y se fue de allí.

La chica suspiró una vez que estuvo sola. Aquel hombre estaba de escándalo. Rió para sí misma y regresó a su escritorio.