Debo aceptar que hay veces que me desespero.

En las que simplemente, me dan ganas de acabar con todo. Veces en las cuales no le veo esperanza ni a lo más mínimo, y prefiero dormitar fantaseando mil finales felices para un cuento que ni siquiera ha empezado.

Tengo la mayoría de las cosas para ser feliz –o al menos eso cree la gente que cree conocerme- pero a pesar de esto, aspiro a más.

No importa ahora, al menos por ahora ya no.

Quisiera entenderle. Que tocara mis labios con los suyos, haciéndome tragar esas malditas preguntas que corren mi mente, las que no la dejan dormir, y me desvelan en febriles ensoñaciones nocturnas.

Quisiera tantas cosas, pero a la vez tengo las más difíciles de conseguir.

Podría estar recorriendo cada centímetro de su piel, pero prefiero seguir ante todo sus sonrisas desde una segura lejanía que nos hará felices –al menos, a el –

Podría besarle en este minuto, y acabar con esta "pura amistad" que tanto nos ha costado construir por pensar que estás loco por vivir en un mundo tan horrible como este, y tu pensando lo mismo de mi por creer en un mundo no existente, lleno de magia pero que carece de hadas cumplidoras de deseos – al menos tú crees eso, a mi la parte de las hadas me encantaría-

Todo sería tan, tan fácil si existieran. Tanto así, que no te hubiera conocido.

Pero me conformare con tenerte aquí. Aun sabiendo que a pesar de que no es mutuo –y que probablemente nunca lo será- Siempre estará tu sonrisa, y tu palabra de aliento.

Por hoy, seguiré soñando despierto mientras tú crees que vivo en mi pequeña burbuja lunar, la que no me deja pensar, y que me hace cometer tantas torpezas que te hacen infeliz.

Al menos, eso será por hoy.