Qué tal? La historia a continuación la pensé para tener una vida breve, en realidad, serán sólo tres capítulos. Usualmente no suelo escribir cosas de corte romántico, pero bueno, aquí va. Definitivamente, mi pareja favorita (shipping, como dicen por ahí XD) es Wendip (Wendipper, Dippendy, a veces le llaman distinto jejeje), aunque, honestamente, lo veo no tanto como una posibilidad real (además, a la serie le queda sólo un capítulo :p) sino más bien como algo platónico…lo sé, en la vida real, hay parejas cuyas diferencias de edades son mucho más pronunciadas que en estos dos, pero, sucede que, para el rango de edad en que están, esta es abismal. Además, en sí lo que me encanta es la forma en que, en la serie, está construida la relación entre Wendy y Dipper, una amistad verdadera. Puede que Dipper parezca no tener chance alguna con Wendy, pero en cambio la estima muchísimo, y la respeta. Y de hecho Wendy no ama a Dipper, pero se nota que lo quiere de veras…le salvó la vida dos veces…¿hace falta decir más? Por otra parte, aunque no me gusta hablar de esto…¿quién no se ha sentido en la posición de Dipper o alguna vez no ha tenido una "Wendy" en su vida? (vale para hombres y mujeres por igual).
Bueno, aunque muy probablemente esto no se verá nunca, pero…¿qué tal si las cosas pudieran ser de otro modo?
La inspiración para esta historia fueron en parte dos videos cortos, pero muy bien hechos, de temática Wendip que vi hace algunas semanas, con "The only exception" de fondo (por ello el nombre y parte del nudo de la historia). Es una canción de Paramore, personalmente no soy muy seguidor de esta banda, pero, rayos, eso fue conmovedor…no se preocupen, esto no será un songfic, ni siquiera incluiré partes de la canción…sólo será un relato. Ojalá lo disfruten. (Y que me disculpen los partidarios de los por supuesto respetables Dipcífica o Candip XD)
Gravity Falls pertenece a Alex Hirsch y Disney.
La única excepción
- Hey…hey…está bien…nos tenemos el uno al otro ahora…-.
Dipper se levantó en mitad de la noche. Aquella frase resonaba en su cabeza con claridad, aunque habían pasado ya más de 10 años desde aquel día. Él, que hasta ese entonces había visto batallas épicas sólo en películas o series, jamás había imaginado que le tocaría vivir una. Pero de eso ya hace mucho…el héroe de guerra y su gemela fueron prácticamente devueltos a la realidad una vez que consiguieron librar al pueblo del azote del terrible Bill.
- Necesito agua…- se dijo a sí mismo. Se levantó de su cama. A su lado, sobre la mesa de noche estaba su teléfono móvil, justo al lado de una foto que él mismo ignoraba porque seguía manteniendo ahí. Ellen y Dipper. Tras dos relaciones de corta duración, esta parecía la vencida. Pero no lo fue. Ellen se cansó en algún momento de Dipper, y decidió abandonarlo sin más. Al menos no tenía que verla en el campus, pensó Pines. Cuando vio su teléfono, pudo ver varios mensajes. De Mabel, quien se hallaba en Inglaterra al ser estudiante de intercambio en la misma universidad que Dipper, pero pronto volvería, de Soos, de Candy…y había uno de Wendy también. Éste último hizo que le diera una suerte de escalofrío. Tras la lucha contra Bill Cipher, los hermanos Pines habían seguido frecuentando Gravity Falls cada verano, acompañando al tío Stan y a las amistades que ahí habían hecho, siempre reservando tiempo para visitar en el cementerio a los grandes caídos de aquel combate infernal, Stanford Pines y Fiddleford McGucket.
Aunque Dipper se había empeñado en negar, y en hacerse creer a sí mismo que todo era cosa del pasado, lo cierto es que aquella hermosa pelirroja con la que había vivido alegrías y penurias jamás abandonó su mente, y su corazón. A pesar de sus relaciones fallidas, Dipper, casi sin saberlo, aún deseaba en algún momento volver a ver a la chica Corduroy, simplemente por el gusto de verla, de hacer tonterías a su lado, de conversar…sólo eso necesitaba para seguir tranquilo.
- Voy a estar unos días en California, ¿estarán tú y Mabel? Pienso caerles de visita- decía el mensaje.
- Mabel regresa en dos días, nos podemos ver los tres…- contestó Dipper sin dudar. Hacía tiempo que realmente no tenía una conversación con Wendy. Nunca dejaron de ser amigos, y el celular, Facebook y twitter ayudaron a mantener vivos los vínculos entre todos los héroes de Gravity Falls cuando llegó el momento en que no podrían volver en verano. Un día también tío Stanley se fue, y Soos abandonó el pueblo para estudiar una carrera, y pasar tiempo con Melody. Con Wendy y sus amigos la historia no había sido distinta. La universidad absorbió tanto a la pelirroja y al chico de cabello castaño, psicología ella, leyes él, que habían semanas en las que podían hablar poco o casi nada. Por ello, ese simple mensaje de texto parecía un milagro. Extrañaba demasiado a la chica que le había enseñado a ser más aventurero, y a tomarse las cosas con cierta calma…además de la foto de contacto…Wendy no había cambiado mucho desde aquellos días ya lejanos…
- Hecho, torpe, nos vemos en Coldbucks en dos días, déjame arreglar algunas cosas…- contestó Wendy.
Dipper sintió una profunda alegría invadirlo. Pero se calmó un poco. No quería que su compañero de cuarto se despertase, ya que era un sujeto algo magufo y paranoico, que una vez se asustó al oír un avión pasar, pues pensaba que era un ovni. Dipper se preguntaba si algo así habrían sido las cosas entre el tío Ford y McGucket cuando jóvenes.
- ¡Hey, Dipper! – exclamó Mabel, corriendo hacia su hermano, quien la recibió con los brazos abiertos, al igual que los padres de ambos. Los gemelos habían aprendido que no siempre podían estar juntos, pero cuando lo estuvieran, se asegurarían de que fuera a lo grande.
- Te veo algo distinta, Mabel, ¿no te habrá hecho daño tanta niebla?- le dijo burlonamente Dipper.
- Lo dice el que está pálido porque casi nunca sale, jajajaja…- dijo Mabel.
- Si supieras todo lo que tengo que leer, y ya comenzaron las prácticas además…-.
- Te estresas por adelantado hermano – contestó sonriente Mabel. Llevaba un suéter con un cerdito bordado, una suerte de tributo a Pato, quién unos años atrás finalmente dejó de existir.
- Bueno, ¿quién quiere Cena de Acción de Gracias? – dijo Dipper.
- No, paso…no es que realmente me importe – dijo Mabel sarcásticamente.
- Chicos, vamos ya, va a hacer más frío, y ustedes están con poco abrigo – dijo la madre de los gemelos.
- Oh, vamos mamá, no nos va a hacer daño un poco de aire…- respondió Mabel.
- Después te la pasarás en cama y resfriada, y te dificultará hacer todo…- dijo el padre.
La familia Pines retornó a casa.
En Portland, Wendy guardaba para otro día unas lecturas. Ella, que usualmente solía ser muy perezosa, se había visto obligada a trabajar a un ritmo agotador, nada que ver con la ligereza de la Cabaña del Misterio. Se ayudaba con un trabajo en una tienda de ropa, junto con su amiga de toda la vida, Tambry, quien además era su compañera de cuarto.
- Te noto algo animada, ayer estabas en el piso, prácticamente – le dijo Tambry a Wendy.
- ¿Sabes? En unos días me encontraré de nuevo con los gemelos misterio. Tiempo sin verlos…-.
- Jajajaja…me gustaría, pero, rayos, quedé con unos amigos…-.
- No te preocupes Tambry…-.
- Oye…Wendy…-.
- Dilo ya…-.
- ¿Estás segura que sólo es en plan de amigos? Rayos, ¿has visto esa foto de perfil de Dipper? Está bueno…-.
- Jajaja, pervertida – contestó Wendy.
Algo de razón tenía su amiga. A Wendy, las relaciones no eran precisamente en lo que mejor le había ido. Bueno, desde que tenía 15 años, no era algo que se tomase demasiado en serio. Pero, con la edad, ella sentía que necesitaba estabilidad. Desgraciadamente, eso no era lo que tenía en mente su último novio, un tal Jeff. Este tipo la había engañado con una amiga. Mal por él, cuando Wendy lo averiguó, le rompió la nariz de un único golpe, haciendo que el sujeto saliera despavorido, amenazando con demandarla. Pero es que su amorío con Jeff había sido el más largo, y habían vivido tanto, que el simple hecho de saber que él no la tenía en la misma estima, había devastado a la aparentemente indestructible Wendy. Tambry varias veces desde aquella noche la había escuchado llorar estando dormida.
- Al menos ya te olvidaste de ese idiota…- le dijo la chica de pelo teñido, sólo que ahora era un mechón verde en vez de fucsia.
- Y del amor en general…es mejor que lo dejemos así…-.
Wendy pensaba, ¿es que nadie realmente era capaz de amarla? Recordó algo…sí, alguien, alguna vez, hace tiempo, había sentido hacia ella algo así…alguien la quería de verdad…no, no Robbie…seguían siendo amigos, había participado también en la derrota de Bill, pero…nada más…ese alguien…no, no podía ser así, se decía a sí misma…en aquel entonces ella lo veía como a una suerte de hermano menor, confirmado algo que leyó alguna vez, de que a veces los amigos son la familia que uno escoge…¿y si ahora estaba comenzando a dudar?
Entretanto, Dipper ya imaginaba posibles escenarios para el encuentro con Mabel…y Wendy. Intentó resistir la tentación de armar una de sus acostumbradas listas, pero al final, redactó para sí mismo un documento en Word con todas las posibilidades…
- ¡Hola Wendy, tanto tiempo! No…no me gusta como queda…-.
- ¡Wendy! ¡Qué gusto verte! no…suena desesperado…-.
- Wendy, ¿qué ha sido de ti? No…se supone que hemos estado hablando más o menos…caramba…-.
- Tío Stan…sé que los consejos de ese día fueron terribles…pero…ojalá estuvieras aquí, para decírmelo todo de vuelta…-.
Para calmarse un poco, Dipper optó por ver unos videos de un canal de YouWatch que le gustaba porque se tocaban temas relacionados a lo sobrenatural y el misterio…de la forma más ingenua y chabacana posible, realmente le daba risa verlo, pues se contaban, entre cosas que a él mismo le constaban, otras totalmente absurdas. Incluso Mabel veía ocasionalmente esos videos.
Sí…los Gemelos Misterio no se habían ido...al igual que ciertos sentimientos…
