Ilusiones rotas


Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.

Un drabble sin mucha trama, solo unas cuantas palabras.


Camus miró a Milo con sus ojos de hielo, más su corazón intentaba gritar con todas sus fuerzas lo mucho que el griego significaba para él, pero el orgullo era mucho más fuerte que la verdad de su corazón.

—¿Siquiera te importa el hecho que haya decidido marcharme?

—Es tu decisión Milo y como tal no tengo derecho a rebatirla.

Milo sonrió con tristeza, ya se lo esperaba por parte de Camus, pero jamás imaginó que sería tan doloroso. Siempre creyó que el vínculo que mantenía con el francés era mucho más fuerte, pero parecía que se había equivocado.

—Como quieras —la sonrisa en el rostro de Milo era forzada, intentando no mostrar el creciente dolor que comenzaba a acumularse en su herido corazón, la indiferencia y frialdad que Camus le había presentado en esos momentos fueron el último resquicio del amor que sentía por él, su decisión había sido tomada y no existía nada que lo hiciera desistir, como fuera se arrancaría a Camus de su corazón y el marcharse del Santuario solo sería el primer paso de un largo camino.

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Aquella noche para Camus fue la peor que pudo haber tenido, se recriminaba una y otra vez las palabras que había prodigado a Milo, su corazón le dolía, pero no podía hacer nada, lo mejor sería enterrar todo en el pasado y jamás confesar el amor que por años lo ha estado consumiéndolo. La ilusión de que alguna vez pudieron haber sido algo más al fin se había roto…