Disclaimer applied.
Advertencias: AU, lenguaje soez.
Cuando ella le deja de hablar.
Entonces salieron de allí movidos por el ritmo de la noche nipona, sin saber dónde ir exactamente. Caminaban por las calles súper-iluminadas de la capital; los primeros dos revoltosos riendo y el chico pelinegro siguiéndolos por atrás, serio como ningún otro ser. No era que le molestase estar con sus dos mejores amigos después de la semana de exámenes, él era así.
Llegaron pronto a un parque en las cercanías. Ahí, reunidos en un círculo, Sakura se atrevió a murmurar que tenía frío y antes que cualquier otro reaccionara, Naruto se sacó la chaqueta y se la ofreció. Ella se la puso con una sonrisa pegada en los labios aunque maldiciendo mentalmente. De todas maneras Sasuke no se iba a sacar la cazadora si el rubio se ofrecía primero. No era poco caballero ni nada de eso, solo que no le agradaban ese tipo de cursilerías. Se alejaban totalmente de su estilo.
Rieron y bebieron alcohol para celebrar el fin de la estresante semana, aún sabiendo que a su edad no estaba permitido. De todos modos no lo hacían a menudo y se estaban divirtiendo; a pesar de que Uchiha no le permitió a la chica beber tanto como ellos dos. Al principio a ella le pareció muy machista, después comprendió que la estaba protegiendo. Como amigos que eran, se cuidaban entre ellos.
Terminaron la reunión cuando el Uzumaki había conseguido estar ebrio. No querían advertirle a Kushina sobre esto así que Sasuke decidió que por esa noche, le haría espacio en el departamento de sus padres. Si bien parecía mala idea porque Fugaku tal vez no pasaría por alto el estado del rubio, el Uchiha pretendió darle zumo de naranja antes de ir a dormir y esconderlo en su habitación por tiempo indefinido. Así, se suponía, despertaría sin resaca y podía decir que el muy estúpido se coló y no pudo negarse porque ya era muy tarde.
Gracias a que la casa de Sakura quedaba de paso al departamento del pelinegro, supuso que era buena idea acompañarla. Además de que obviamente no se sentía seguro que su amiga caminara por Tokio a media noche y sola. Mikoto no se lo perdonaría porque estaba totalmente seguro que, cuando fuera a la cocina en la mañana y la viera en el pasillo, lo primero que le preguntaría seguido del común "Buenos días, Sasu-chan, ¿cómo te fue a noche?" sería sobre cómo estaba la chica de cabellos rosas.
Y mientras caminaban, su silencio era interrumpido de vez en cuando por el rubio quien murmuraba medio dormido el nombre de la Haruno. Sin embargo, una vez que se callaba, la elipsis era total. Sasuke había notado cien metros atrás que la chica estaba extraña. Sabía que, como a la mayoría de la gente, a ella no le gustaba mucho el mutismo que le otorgaba las caminatas por lo que, cada vez que andaban juntos, la chica comenzaba los temas de conversación, los desarrollaba y finalizaba. Todo sin que se sintiera que habló sola. Sin embargo esta vez parecía absorta en su mundo.
Dejó de mirarla por el rabillo después de unos segundos. De cierta forma se sentía inconforme con la ausencia de la charla. Es decir, estaba acostumbrado a aquello y esa Sakura pensando en quizá-qué-cosa lo mantenía intranquilo. Al principio lo agradecía enormemente ya que por fin podía escuchar, aun en compañía de la chica, sus pensamientos. No obstante después echó en falta la chillona vocecita femenina.
Naruto respiró profundo y exhaló haciéndole saber que en su aliento había una combinación de alcohol, miso ramen y algo dulce. El suspiro llegó a parar a las fosas nasales del Uchiha y este no tuvo más remedio que voltear la cabeza. El solo olor no era de su agrado.
No se dieron cuenta cuando llegaron a la casa de la chica. El hogar se ubicaba en un barrio residencial y pacífico, por lo que la noche se hizo más inmensa allí. Los caminantes se detuvieron justo en frente a la casa y ella abrió con su mano derecha la rejilla. Miró a sus dos amigos a través del cerco en cuanto la cerró del otro lado.
—Bue-nas… buenas… noches, Sakura-chan— se despidió Naruto con lo poco de consciencia que le quedaba. Ella sonrió.
—Buenas noches a ambos.
Aunque la Haruno miró especialmente a Sasuke al momento de despedirse, este no reparó en aquello. Sakura giró sobre sus talones con una media sonrisa en los labios y se metió a su casa. Por su lado, ambos chicos siguieron caminando unos metros más hasta encontrar el edificio de la familia Uchiha.
—¿Sucede algo, Sakura?— preguntó con voz plana.
La chica salió de su ensimismamiento una vez que escuchó a Sasuke.
Estaban en la estación de metro esperando volver a casa. Resultaba que la chica no había pronunciado palabra en todo el camino, nuevamente. No había dejado de hablar hace unos minutos atrás, cuando Naruto estaba con ellos mas bastó quedarse solos y caminar hasta la estación para que ella se quedara callada. Además tampoco se lo había pedido, no era necesario.
Al principio había creído, el otro día, que su silencio era producto de su gran cansancio mas ahora estaba convencido de que algo ocurría.
—¿Por qué lo dices, Sasuke-kun?— evadió con confusión.
Uchiha respondió con inmediatez: —Porque no hablas.
Ella pareció incómoda con la observación.
—Oh… es que— él alzó una ceja, preparándose para escuchar. La chica peli-rosa lo miró y después volteó para suspirar—… no es nada. Pensaba que no te gustaba.
El tren llegó a la estación pocos segundos después de que Sakura hubo dicho eso. Ambos lo abordaron. Sasuke pegó sus ojos en la silueta de la chica mientras esta miraba por la ventana.
Lo que en realidad le sucedía era que, después de un largo tiempo de ignorado su amor, Sakura había entrado en una etapa de reflexión respecto el mismo. No importaba cuántas veces ella dijera indirectas, comentara las cosas que le gustaban o avisara su cumpleaños; él nunca respondía como ella quería. Hace apenas unos días había llegado a la conclusión de que lo mejor era olvidar ya la idea. Es decir, Sasuke nunca dejaría de verla como a su amiga. Y no había mejor forma de empezar que dejar de pretender que iba a seguir una de sus conversaciones.
A los pocos minutos de haber entrado, el chico abrió la boca.
—Tampoco me molesta.
Ella sonrió de medio lado por la respuesta de su siempre amigo y lo miró.
—No tengo deseos de hablar, Sasuke-kun.
Lo decía en serio, a pesar de que su voz había sido como siempre le decía las cosas. No guardaba anhelo alguno con comenzar un monólogo y, aunque quisiera, no tenía ningún tema en mente. Tal vez él la escuchaba mas tanto tiempo con Sasuke por fin le había añadido el hábito de pensar mucho durante los viajes.
Aunque le dolía mucho reflexionar sobre su nueva decisión, a pesar de que su corazón le pedía a gritos que por favor se retractara y lo intentase una última vez, ella no quería ceder. Por lo menos pensaba alejar un poco sus sentimientos y procurar olvidar. De todas formas quería seguir siendo amiga de Sasuke, mas para eso necesitaba un tiempo.
Por eso, el resto del camino fue en silencio. Tal vez habían pasado una buena tarde en casa del Uzumaki ese tercer día de vacaciones, sin embargo, nada de eso era perceptible para el resto del mundo. Caminaban sin hablarse, casi como si cada uno fuera en su burbuja. Y cuando llegaron a una desviación fue el único momento en que ella rompió el silencio.
—Yo… me voy por aquí— avisó antes de dirigirse a la calle naciente—. Así que… nos vemos otro día, Sasuke-kun.
—Por allí es más largo— señaló con las manos en los bolsillos, mirando con desinterés la calle próxima.
Ella rio con nerviosismo— Me tengo que ir.
Primero caminó por la bifurcación pero el segundo tramo lo hizo corriendo. La situación le había sabido demasiado incómoda como para seguir sosteniéndola. Estaba claro que era ella la que no estaba feliz uniéndose a esa silenciosa compañía y si se fue solamente pretendiendo que él no se hubiese dado cuenta antes. Y solo ella sabe cuánto maldijo cuando por esa solitaria calle se aproximaba alguien a paso relajado y habló con esa voz profunda que amaba y odiaba:
—¿Qué mierda te pasa, Sakura?
Tengo un par de ideas metidas en la cabeza desde hace poco (entre ellas, este fic) y sé que esta no me fastidia. Este es recién el primer capítulo de un fic corto y bueno, como todo en esto, depende de su recepción el que lo continúe o no.
No voy a escribir mucho más, a esta hora mi mente divaga demasiado.
Espero les haya gustado :D
