Bueno aquí vengo con mi nuevo fic, n.n es una historia de las dos hermanas Jade y Artemis, la verdad es una idea que se me ocurrió viendo la primera temporada de Young Justice, sobre todo cuando los chicos se reúnen en la isla para revelar al topo, jeje también influyo algo que dijo mi profe de ética sobre que la gente por amor cambian, e incluso toleran demasiados actos…

Bueno tratare de actualizar lo más pronto que pueda, es una historia que la tengo bien planeada, los demás miembros de la serie iran apareciendo pero me concentrare en estos 4 Roy/Jade Artemis/Wally,


La sangre maldita

Capitulo 1: Las hermanas

Star City

4: Marzo: 20:37

Esto se había vuelto una verdadera rutina, ella no decía nada, sencillamente cada vez que ambos se veían en mitad de la calle no dudaban en realizar la eterna danza entre el bien y el mal, esa lucha que ambos habían tomado como propia, esa guerra que nunca daba cuartel, pero nunca pensaron que hasta los mayores enemigos terminarían de esa manera.

El no decía nada, luego de tales batallas siempre era lo mismo, llegaba a su frio y solitario apartamento, se quitaba su carcaj, luego su antifaz y se quedaba observando su arco sentado en su cama por varios minutos, luego sencillamente lo dejaba caer al suelo, pues ella había llegado y lo primero que hacía era quitarse esa mascara, los ojos de ambos se perdían en los del otro

Ambos no decían nada, los besos, los abrazos, cuando comenzó todo ello jamás pensaron que podría ir más allá, nunca pensarían que esto se saldría de las manos de tal forma, no recuerdan bien como comenzaron solo un beso, un abrazo mas allá de lo habitual y cuando menos lo pensaron o se dieron cuenta estaban acostados, el sobre ella besando su cuello, pasando sus manos por su delicada piel, las manos de ella detrás de su espalda.

Y después de aquel acto sencillamente se miraron en silencio, y como si hubiera sido un pacto entre ellos con solo sus miradas, quedaron en que sería solo sexo, o eso quisieron pensar, o eso querían creer.

El se dio cuenta de lo que era un sencillo clon, una mera copia asquerosa de otro ser, ella lo sabía, eso lo irrito a él y a pesar de ello ambos siguieron viéndose, ambos no dirían nada.

Porque si las sombras, o la liga de la justicia, o sencillamente el equipo de los jóvenes héroes se enterara de esto, sería el fin de ambos, ella más que nadie lo sabía, cuando el pasaba sus manos por su rostro, por sus delicadas piernas tenía una gran sonrisa en su rostro, la trataba como una princesa, esa de los cuentos infantiles que solía leerle a su hermana cuando eran niñas, pero… cuando llegaba a su espalda u hombros el sencillamente se detenía, a veces intentaba preguntar ¿cómo se las había originado?, ¿quien se las había hecho? esas cicatrices que tenia desde que era una niña

Ella no decía nada, no tenia motivo, era su secreto, uno que compartía con su hermana y su padre, ese hombre que la había convertido en esto, en todo lo que ella odiaba, cuando se miraba en el espejo aceptaba algo, tal vez el tenia razón en ciertos aspectos, y eran iguales, pero la gran diferencia entre ellos iba a hacer que ella seria la ultima en terminar de pie

El nunca volvía a preguntar, a veces insinuaba; cuando llegaba ensangrentada al pequeño apartamento que sin darse cuenta ambos compartían, Roy la miraba como tratando de buscar respuestas, Jade solo sonreía iba directo a las duchas y no volvería a salir de halla en un par de horas, dependiendo de la gravedad de sus heridas.

Eso lo molestaba, pero a veces cuando el llegaba de igual manera, o incluso peor ella solo bajaba la mirada, solo sentía un fuerte dolor en su pecho, pero jamás lo aceptaría

Cuando ambos terminaban de sanar o disimular sus heridas, ambos regresaban a lo suyo, solo era sexo se lo habían jurado cientos de veces

Y cuando el sol tocaba las ventanas de aquel pequeño lugar, el se levantaba tomaba su máscara, su carcaj y su arco, ella se quedaba mirándolo en silencio, ella no diría nada, el jamás lo diría

Pero esa mañana había algo distinto, esta vez ella por fin dijo algo de lo que ocurría entre ellos

─ No puedes vivir en dos mundos para siempre ─

El se detuvo, la miro pero ella solo comenzaba a ponerse su ropa, solo cogió sus cosas y se dirigió hacia la ventana, no miro hacia atrás, no dijo nada, no necesitaba decir nada, "un lo sé"; o incluso un "te quiero" era algo sin sentido, eso ambos lo sabían, ambos lo temían por que al igual que Alicia en el país de las maravillas algún día tendrían que despertar de aquel eterno sueño

Y eso ella lo sabía, pero no soportaría mas esto, sencillamente ya no podía seguir en silencio, solo se levanto tomo sus cosas y se quedo mirando el nochero de la habitación que compartían, había una pequeña caja en esta, había visto cientos de estos igual, en muchas tiendas, joyerías que asaltaría y asaltaba, muchos de sus robos había tomado siento de joyeros, sabía lo que había adentro de este.

Lo tomo, suspiro abrió el pequeño cofre con el mayor error de su vida, una voz dentro de ella le decía, "no lo hagas" pero aun así tomo aquel pequeño objeto "los mataran" "te mataran", pero ninguno de sus pensamientos importaba, y se lo puso

Lloro en silencio, esa mañana no pudo ir a trabajar como una miembro mas de las sombras, de los enemigos de él, sencillamente no pudo evitar y se quedo en silencio mientras varias lagrimas bajaban por sus mejillas, apretando con fuerza su mano sobre su pecho.

Ella no diría nada cuando el regresara, y el tampoco, con solo ver su anillo de compromiso en su dedo, se había dado cuenta de su decisión

Ambos estaban condenados

Pero aun así… esto no cambiaba nada ella jamás dejaría su mundo, y él jamás lo dejaría, solo quedaba ver quien arrastraba al otro hacia lo que sería su perdición

Esa misma noche ambos volverían a luchar, volverían a su eterna danza, dos almas rotas unidas por el destino y separadas por el bien y el mal.


8: Marzo: 23:30

La adolecente se había dicho miles de veces que esta sería la última vez que haría algo como esto, se lo había prometido a ella misma, por su novio, por sus amigos su verdadera familia pero… a veces la sangre era más fuerte que el mismo deseo, razón o esperanza de ser distinta a ellos, pero no podía hacerlo.

En medio de lagrimas tiro al suelo aquel saco de donde salieron un sinfín de piedras brillantes, necesitaba el dinero docenas de veces se lo decía a ella misma, ¿acaso era esa la escusa perfecta? Tenía que operar a su mama, o ese cáncer; golpeo con fuerza el muro del tejado donde se encontraba, apretó con fuerza sus puños ¿¡que estaba haciendo¡? se arrodillo mientras lloraba con gran amargura.

Ella no era su padre, ese monstruo al cual tanto odiaba, ella no era su hermana de la cual llevaba casi un año sin verla, ella no era su madre, no era su familia, pero cuando hacia esto se sentía viva, cuando hacia aquellos actos que sus amigos le reprocharían y odiarían, ella se sentía libre, sentía que era otra persona, pero sobre todo lo necesitaba, no podía pedir el dinero ya había aceptado cientos de veces la ayuda de los demás por otra parte no lo tenia, por otra parte la estaban presionando

¿Acaso era su orgullo el que actuaba?, negó con su cabeza esta no era ella, y eso comenzaba asustarla, si Wally se enteraba de esto, la dejaría de amar

Sintió un fuerte dolor de pecho en esos momentos de solo pensar en ello sentía que enloquecería, se acerco aquel saco y tomo los diamantes, no tenia su típico uniforme de arquera, no ella supuesta mente se había retirado de su pasado de heroína, tenia puesto un traje naranjado con una máscara felina, usaba una peluca negra, y una katana para evitar que la reconocieran se hacía llamar tigresa

Se paró de aquel lugar sin antes sentir una presencia a sus espaldas, una risa que comenzó a desesperara lentamente se giro y vio aquel tipo con la extraña mascara de hockey, no dijo nada sabia porque estaba aquí

"la familia es la familia, es algo que se lleva, es algo que no podes evitar y mucho huir"

Y mientras ella huía de esa verdad, entraba por la ventana de su apartamento donde su novio estaba profundamente dormido en su cama, la cama que ambos compartían, una pequeña sonrisa salió de su rostro y se dirigió al baño a cambiarse, escondería su botín y fingiría que apenas llegaba a su casa.

El solo fingía, estaba en silencio, Wally no era tonto, pero la amaba demasiado, y no quería perderla a Artemisa era todo para él, y tenía fe que cuando reuniera lo que necesitaba ella se detendría.

Y ella lo sabia se quedaba en el baño por varios minutos hasta que tomara el valor de salir de este y seguir con su maravillosa mentira, eran felices de eso no había duda alguna, pero hasta los más maravillosas relaciones se destruyen por las mentiras

Una mentira que ambos sabían, la verdad era que el llamado de la sangre es más fuerte que el ser


Capitulo corto, dejen comentario haber que les parece.