Hola queridos lectores, feliz año nuevo nwn, les traigo un nuevo proyecto para iniciar el año, espero les agrade.
Este fic participa en el reto anual "Long Story" del foro DexHolders del Prof. Oak
Disclaimer: Todos los personajes canon de Pokespe no me pertenecen, le pertenecen al buen hombre Satoshi Tajiri.
Advertencias: Posibles OoC y AU aunque no se si entra dentro de la categoría o no.
Posible muerte de algunos personajes y algunos golpes para otros.
La fusión perfecta.
Capítulo 1: Un problema intergaláctico.
Los bosques de la región de Johto son muy tranquilos. Se respira un aire limpio, el agua de sus ríos es cristalina, y el cantar de los pokémon pájaro hacía de música de fondo para aquellos lindos parajes.
Sin embargo, un pequeño grupo de exploradores que se encontraban en uno de los bosques aledaños a pueblo Primavera se habían encontrado con algo que nadie se había esperado.
—Ranger alfa a base, encontramos lo que estábamos buscando —menciono uno de los hombres con traje naranja a su base por medio de un teléfono.
—Base a Ranger alfa, ¿cuál es el estado del pokémon? —se escuchó por el parlante.
El Ranger simplemente toco el cuello de aquel bello pokémon azul para sentir sus pulsaciones.
—Muerto, confirmo, el pokémon Suicune está muerto…
[...]
Los reportes de los últimos días eran preocupantes. Últimamente, varios pokémon de todas las regiones empezaban a morir inexplicablemente, los pokémon peces flotaban sin vida en medio de los ríos y mares, los pokémon pájaro caían del cielo, impactando en edificios de ciudades importantes, incluso los pokémon artificiales morían. Los investigadores pensaron que se trataba de una enfermedad, pero las autopsias no mostraban absolutamente nada relacionado con una infeccion, parecían como si algo les quitara toda su energía vital.
El problema aumento cuando se reportaron casos de entrenadores que decían que sus pokémon morían en medio de combates, algunos sin recibir daño alguno, todo era un caos, aunque lo peor estaba por venir.
[...]
—Mi padre siempre dice que la primera regla de la pesca es tener mucha paciencia —pronuncio un chico rubio quien lleva en sus manos una caña de pescar junto a sus dos amigos en un yate de súper lujo.
—Pero Pearl, ya llevamos tres horas y no hemos pescado nada, además de tener hambre —su amigo varón respondió, hambriento.
—Dia, quiero decir Diamond, tu siempre tienes hambre. Tenemos que esperar a la presa perfecta —dijo Pearl, confiado.
—Diamond, en la parte de abajo del yate hay comida, pues tomar la que necesites —una voz fina sonó.
—¡Enserio!, gracias señorita —menciono Diamond emocionado mientras corría hacia el refrigerador, dejando su caña en el suelo.
—¡No te acabes toda la comida Diamond! —Pearl grito.
—No te preocupes, hay suficiente comida para los tres, en especial para Diamond—dijo Platinum a su compañero.
Los tres habían salido a pescar al mar del sur de Sinnoh, pues Platinum quería aprender a pescar y Pearl era un buen pescador gracias a las lecciones de su padre, además de que Diamond tenía pensado un excelente platillo usando la presa que Pearl consiguiera.
Desafortunadamente, la pesca no era exitosa, los pokémon de agua huían a lo más profundo por alguna extraña razón.
Diamond volvió como bastante comida, tanto para el como para sus amigos, sin embargo, el momento se vio interrumpido cuando la caña de Pearl empezó a vibrar, algo había picado.
—Algo pico —rápidamente Pearl se levantó ante la mirada emocionante de sus dos compañeros—, así es como se pesca, primero tratas de acercarlo, para después soltarlo un poco y seguir así hasta que se canse.
—¡Pearl tu puedes! —Diamond gritó emocionado.
Pearl hizo exactamente lo que dijo, apretó la caña y después la soltó un poco para cansarlo
—Es uno grande —exclamó confiado Pearl
El peso de la presa parecía inmenso y su resistencia aún más, su fuerza tenia a Pearl al filo del yate, justo para caer, por lo que sus amigos fueron a jalarlo hacia en yate, hasta que, en un último empujón el pokémon cedió.
—¡Eres mío! —Pearl gritó, mientras dio un último jalón con todas sus fuerzas.
El pokémon salió del agua, revelando a un pez no tan común. Era un Latíos, quien cayo sin fuerzas al yate.
—Es… Un latíos —menciono impactado Diamond.
—Pe—Pero, ¿cómo llego aquí? —dijo Pearl confundido.
Platinum fue a ver al pokémon, tomo su cuello y noto como sus pulsaciones eran muy débiles, mientras que el pokémon apenas podía abrir los ojos.
—Esto está mal, este pokémon está muriendo, tenemos que llevarlo a tierra firme —mencionó la chica preocupada.
—El siguiente centro pokémon esta kilómetros de aquí, no llegaremos a tiempo —el rubio contesto.
—Debemos hacer algo —dijo Platinum hasta que recordó algo—. Esperen, tengo una poción máxima abajo.
La chica corrió hasta la parte baja del yate y tomo de un cajón la poción. Volvió arriba y se la dio al pokémon, pero no tuvo ningún efecto, el pokémon seguía muriendo.
—Esto no tiene sentido, se supone que las pociones máximas son perfectas para estos pokémon, ¡porque no se cura!
El pokémon simplemente cerró los ojos, ya había muerto. Sin embargo, Diamond les dijo a sus amigos que vieran afuera.
Había un auténtico cementerio, varios pokémon acuáticos así como algunos Latíos y Latías flotaban en el mar, mientras algunos otros caían en picada al mar, muertos y aparentemente, agotados.
[...]
Esto ya era un problema demasiado preocupante, los pokémon legendarios; cuidadores de la naturaleza empezaban a morir poco a poco. El caso del mar de Sinnoh fue uno de los más desastrosos, aunque ya se habían comunicado casos peores en Hoenn y Unova.
Se dio alerta roja, y los más grandes científicos, médicos, investigadores y demás se dieron cita en la región de Kanto, se debía establecer el porqué de todo esto.
—Me alegra que todos ustedes estén aquí —comentó en medio de una gran sala de conferencias el profesor Oak—. Estamos aquí para discutir el porqué de la oleada de muertes de muchos pokémon alrededor del mundo.
Todos empezaron a debatir sobre él porque estaba pasando todo esto, la mayoría decía que era una pandemia, pero la idea se descartó rápidamente, una minoría expresaba que tal vez era una especie de renovación de la vida pokémon, pero no se contaba con el registro suficiente para comprobarlo que esto se trataba de alguna especie de ciclo.
Casi todo el mundo se había dado por vencido, hasta que un joven investigador dio en el clavo.
—¿Y si el problema no está en el sistema solar?
Todos los presentes se vieron escépticos, incluso el mismo Oak.
—Explícate muchacho —menciono Oak
—Hace 3 semanas, encontré algo muy interesante en la constelación de Krabby, ¿me permite?
Oak acepto y el chico fue al centro, saco su computadora, la conecto al cañón y mostro dicha constelación.
—Verán, en el centro de la constelación, esta este extraño punto rojo —acerco la imagen al punto rojo—. Es el planeta Kepler-275B, fue descubierto hace diez años y ahora emana una esa especie de luz súper potente. Apareció justo cuando los pokémon empezaron a morir, lo más seguro es que ese planeta tenga alguna relación.
La idea parecía loca, pero era la única explicación, el problema era que ahora debía establecerse que hace esa cosa, porque está ahí, y como detenerla.
Pasaron dos días después de esto, los científicos investigaron la luz, y se dieron cuenta que era una especie de "mini-estrella" en el planeta. Se detectó que esa cosa era simplemente un cuerpo que ejercía energía de fusión, pero no entendían por qué esto afectaba a los pokémon. Sin embargo, Zapdos y Moltres había muerto y la región de Kanto sufrió de un invierno perpetuo, por lo que muchos migraron a la región de Johto.
No importaban más preguntas, esto tenía que parar ya, puesto que si esto afectaba a pokémon más importantes como Heatran, Kyogre o Groudon, la tierra y la vida en ella estarían en peligro mortal.
Todos los científicos y astrónomos pusieron en marcha la operación "Apagar el Reactor", enviarían una nave al planeta con seis tripulantes capaces de destruir ese reactor. El problema era que el planeta se encontraba a tres años luz de distancia y la nave más potente hasta esa fecha solo se podía viajar apenas al uno por ciento de la velocidad de la luz, tardarían mucho en llegar, si es que llegaban.
Sin embargo, Devon S.A entro al lugar, creando una nave llamaba "Sin Límites" una nave que utilizaba como combustible, la energía de la Mega-evolución, solo se tenía que hacer Mega-evolucionar a dos pokémon cada seis horas dentro de una cámara especial y el viaje tardaría apenas dos meses.
El concepto era bastante simple, sería una nave espacial común y corriente, pero en su interior contendría una pequeña cámara de ochenta y un metros cuadrados que funcionaría como receptor de energía. La cámara estaba plagada de pequeños receptores que absorbían energía, esta energía las hacia vibrar y cargaba una baterías que daban energía a la nave y la impulsaba a velocidades increíbles.
Tenía cinco fases; la primera fase era la de despeje, que funcionaria con combustible fósil. En la segunda fase, se desprendía la una parte de la nave con el combustible fósil y se posicionaba en el ángulo exacto para llegar al planeta. En la tercera fase, la nave era impulsada por la mega-evolución, y cuando saliera del cinturón de Kuiper, se desplegarían las demás partes de la nave.
Para la comodidad de los pasajeros, en la cuarta fase, cuando se aproximen al planeta las baterías dejaran de funcionar, por lo que la velocidad mermara. Las partes cómodas de la nave volverán a retraerse y un combustible extra hará que la nave entre al planeta y aterrice en el punto más cercano de la nave, aterrizando en un ángulo de 90 grados para volver a despejar. La quinta fase, la última dotación de combustible se usara para salir del planeta, donde la nave volverá a usar la mega-evolución para ir a la Tierra, donde será recibida por la estación espacial internacional, quien los reabastecerán de combustible y reingresaran a la tierra.
Todo estaba listo, solo faltaba una pregunta: ¿Quiénes serían los tripulantes?
Dado a que se necesitaba el poder de la mega-evolución y que los tripulantes tienen que ser personas experimentadas, el profesor Oak, en conjunto con el profesor Abedul, decidieron entrenar a los seis Holders que manejaban la mega-evolución para esta misión.
[...]
Afueras del Centro Espacial de Hoenn.
—Chicos, ustedes seis están aquí para una importante misión —el profesor Oak se dirigió a los seis Holders que estaban frente a él.
—¿Y cuál se supone que es esa misión? —pregunto el chico que responde al nombre de Red.
—Cierto, solo nos dijeron que viniéramos aquí sin darnos una explicación —dijo otro chico llamado Ruby
—Bueno, debido a que ya sabemos que es lo que mata a los pokémon, los enviaremos a ustedes a tres años luz de la Tierra a un planeta llamado Kepler-275B, donde aterrizaran y apagaran el extraño reactor que afecta a la tierra.
Los seis chicos se quedaron algo sorprendidos, hasta que el nieto del profesor hablo.
—Abuelo, ¿nos enviara a nosotros seis a un planeta desconocido?
—Así es Green, ustedes seis cuentan con las actitudes necesarias para lograrlo —respondió Oak—. Dominan la megaevolucion y tienen la experiencia necesaria.
—¡Genial, iremos al especio a salvar al planeta Tierra! —gritó la chica salvaje, Sapphire.
—Pero profesor, es planeta está muy lejos, tardaríamos años en llegar — replico un pequeño joven llamado Emerald.
—No es problema, tendremos una nave que los llevara en menos de dos meses al planeta.
—¿Y qué hay de Yvonne y Xavier? —preguntó Green.
—Los tuvimos en cuenta, sin embargo, ustedes seis han pasado por más cosas que aquellos dos.
Todos se miraron escépticos ante la propuesta de ir a otro planeta. Era algo demasiado arriesgado el ir a un planeta desconocido para tratar de apagar un "reactor". Tal vez en aquel planeta habría algo más que podría matarlos a todos. En medio de toda su duda, la chica más linda del grupo hablo.
—Vamos chicos es una oportunidad única en nuestras vidas. Salir de este planeta, ver las maravillas del espacio y ser los primeros en pisar otro planeta y salvar a los pokémon —menciono alegre Blue.
Todos al final cedieron, a lo que el profesor los metió dentro de las instalaciones del centro espacial de Algaria. Blue tenía esa capacidad de hacer que los demás cedieran.
Tendría un entrenamiento de un mes para poder soportar las fuerzas G y otras cosas que sufrirían al estar en gravedad cero, además de que se les darían clases básicas de mecánica, química, física de partículas y medicina.
El plan era simple; llegar al planeta, encontrar la fuente de la fusión y congelarla con nitrógeno líquido, debido a que la fusión solo funciona estando a altas temperaturas y con nitrógeno líquido esta se pararía en seco, por lo que la amenaza estaría resuelta, solo tenían que lanzar el nitrógeno líquido y listo.
Pasando el mes, los Holders estaban listos para despegar; llevaban provisiones para seis meses, dos mil litros de nitrógeno líquido, seis kits de herramientas como palas, picos, martillos, clavos, entre otros. Además de llevar un pequeño arsenal militar, en caso de que se encontraran con alguna amenaza no deseada y un kit medico estacional
La nave era igual a cualquier nave espacial, también tenía algunos lugares de esparcimiento, un pequeño gimnasio, una cocina, un pequeño salón de juegos, y un dormitorio, además de que en toda la nave había altavoces para avisar que se debía restablecer los suministros de energía.
Los Holders ya se habían despedido de todos sus seres queridos, quienes apreciaban como ellos partirían a lo desconocido.
Tanto líderes de gimnasio, como altos mandos, familiares, y hasta los demás Holders de Johto, Sinnoh, Unova y Kalos veía como sus compañeros y amigos se embarcaban en una misión muy heroica.
Algunos estaban preocupados por la misión, otros alegres de que podrían salvar a los pokémon, y algunos cuantos envidiosos, haciendo bromas de extraterrestres agresivos y cosas así.
Paralelamente, en la sala de control, todos los científicos y profesores de todo el mundo monitoreaban la nave y esperaban que todo marchara correctamente
—Muy bien, está todo listo —dijo un científico que monitoreaba un radar— capitán Red, ¿están listos?
—Estamos listos —mencionó Red con un traje espacial muy ajustado al cuerpo.
—Nunca entendí porque Red tiene que ser el capitán —dijo Green algo molesto.
—Digamos que sería un mejor líder —le respondió Blue jugando.
Green solo hizo un gesto, mientras que Red tomo una palanca en el centro de comando.
—Muy bien, comienza la cuenta regresiva… diez… nueve… ocho… siete… seis… cinco… cuatro… tres… dos… uno…
El cohete despejo, desde afuera se veía como los motores lanzaban fuego, algunas varillas se desprendían y empezaba a elevarse. Todos los espectadores quedaron sorprendidos, algunos lloraron, otros gritaron y otros solo veían en silencio. En apenas seis minutos atravesaron la atmosfera, llegando al espacio exterior, donde la segunda fase se puso en marcha, una parte de la nave se tiro y la nave se puso en el ángulo exacto.
—Ya están en el espacio, favor de utilizar la mega-evolución, recuerden que deben mega-evolucionar a dos de sus pokémon cada seis horas para que funcione — menciono el científico.
—De acuerdo —respondió Red—. Bien chicos, ¿Quién empieza primero?
—Yo empezare, quiero ver cómo le afecta a Zuzu la ausencia de gravedad —Ruby se levantó de su asiento, empezando a flotar y dirigiéndose a la cámara.
—Espera Ruby — menciono Sapphire, mientras también salía de su asiento — antes quiero ver algo.
Sapphire se fue a una de las ventanas, apreciando a la Tierra, ese hermoso planeta donde ella nació, donde creció. Se podía ver todo Hoenn, nunca creyó que podría ver este hermoso planeta desde su posición.
Los demás la siguieron para poder ver a la Tierra, se veía hermosa de hecho, la Luna empezaba a salir por detrás de ella.
—Ahí la tenemos chicos, la Tierra, nuestro hogar, nuestra madre, ese lugar donde está la historia de los pokémon y la de nuestra propia especie, es ahora de debemos defenderla, somos los indicados para salvar a todas sus formas de vida… ¿Están listos? —dijo Sapphire inspiraba.
—¡SI! todos gritaron, mientras el profesor Oak hablaba por una pantalla en la nave, por lo que todos volvieron a sus lugares, menos Ruby.
—Bueno chicos, les habla Oak, quiero que sepan que cuando inicien con la mega-evolución, saldrán a una velocidad tan alta que la comunicación se cortara, y no volverá hasta que lleguen al planeta, muchas suerte y cuídense, son la esperanza de los pokémon, de los humanos y... del planeta entero.
—¡Adiós profesor! —mencionaron todos, mientras que Ruby entro a la cámara y empezó el ritual.
—Muy bien, sal Zuzu —dijo Ruby sacando a su pokémon.
El pokémon estaba muy bien a decir verdad, era algo extraño que los iniciales de todos los Holders estuvieran en tan perfectas condiciones, algo que los investigadores no tomaron en cuenta, extrañamente.
—Zuzu… ¡MEGA-EVOLUCIONA! —Ruby toco su piedra activadora que estaba encima de su traje, a lo que esta empezó a sacar rayos que conectaron con el pokémon y su mega piedra, la habitación empezó a cambiar a un color azul, hasta que una esfera apareció alrededor del pokémon y este mega-evoluciono en un poderoso Mega—Swampert, lo que despidió una luz que fue absorbida por las paredes poniéndose rojas, entonces Ruby se sentó de golpe, igual que su pokémon. La barra de energía de la nave se llenó y la nave salió a toda velocidad por el espacio.
Después de pasar por el cinturón de asteroides de Marte y Júpiter en menos de dos minutos, el efecto de la gravedad se dejó de sentir en la nave, por lo que todos pudieron salir de su asiento de manera normal, aunque igual no importaba puesto que en quince minutos atravesarían el cinturón de Kuiper, y las demás áreas se desplegarían hasta ese momento.
Mientras tanto en la Tierra, se pudo observar el radar y se dieron cuenta que la nave había pasado por ese cinturón de asteroides rápidamente.
—¡Lo han logrado!— grito el científico a cargo, por lo cual todo el mundo salto alegre, gritaron y aplaudieron, era un ambiente jovial.
Afuera todos los demás estaban alegres, cuando el profesor Oak menciono que habían logrado salir exitosamente del cinturón de asteroides de Marte y Júpiter.
—Sabía que lo lograrían —menciono Pearl.
—Espero que este bien Red y los demás, el espacio es muy frio y duro —menciono la pequeña rubia Yellow.
—Tranquila, lo único peligroso son los extraterrestres come carne —dijo Gold queriendo asustarla, a lo que Crystal respondió golpeándolo en la cabeza.
—¡Deja de asustarla, tarado! —grito Crystal enojada.
Todos rieron un poco, mientras Black de acerco a Yellow.
—No le hagas caso, es poco probable que haya vida en ese planeta —le dijo Black a Yellow con una voz alentadora.
—Exacto, además, si la hubiera ya hubieran muerto por la pequeña estrella —agregó Platinum.
—Eso espero…—finalizo Yellow un poco más calmada, se notaba que estaba preocupada por el bienestar de los chicos, más por el de Red.
—¡Oigan chicos!, ¿Qu-Que es eso? —menciono Yvonne cuando vio algo en el cielo, acercándose a gran velocidad.
En el cielo se pudo observar un curioso objeto que se acercaba a gran velocidad. Aterrizando en medio de la pista del centro espacial, todo el mundo fue corriendo a saber qué pasaba. Al llegar, vieron una gran nave que parecía de 10 metros de largo, parecía un avión caza de color negro, con una ventana de frente de color negro, que portaba en un ala una gran B como logo.
La ventana se abrió y el tripulante salió, era un chico de apenas 16 años de cabello negro corto. Todo el mundo lo vio impresionado, hasta que el rompió el silencio.
—Busco al profesor Oak, ¿alguno de ustedes sabe dónde está? —habló con tono serio, mientras miraba a todos con sus ojos azules.
Todo el mundo desconocía el origen del sujeto, se veían mutuamente hasta que Oak, salió.
—Soy yo, chico —salió el profesor de entre la multitud—. Dime, ¿que necesitas?
—Necesito hablar en privado con usted, de algo muy importante…
—Y por qué no podemos saberlo nosotros —menciono Gold, cuando el sujeto lo volteo a ver y se asustó.
—Vera, la situación actual es muy delicada y lo que le quiero decir requiere la más grande discreción. —respondió el tipo.
—Está bien —dijo Oak—. ¡Escuchen, necesito que todo el mundo se retire para poder hablar con este chico!
Todos se fueron indignados e intrigados, ambos se quedaron solos en medio de la pista.
—Antes de empezar con lo que me quieras decir, dime, ¿quién eres y cómo te llamas? —menciono Oak intrigado.
—Muy bien, quiero que sepa que esto podría colapsar todos sus conocimientos actuales sobre el espacio—tiempo y que podría rasgar en lo absurdo, pero quiero que se lo tome con la mayor seriedad y discreción.
—Vamos muchacho, eh visto cosas muy raras en mi vida, nada podría parecerme raro ahora.
—Muy bien… mi nombre es Titanium.
—Eso es todo, conozco a chicos llamados Red, Blue, Silver, incluso Diamond, Platinum y Pearl.
—Eso es, soy Titanium, soy hijo de la heredera Platina Berlitz y Diamond…
