La Kitsune Traviesa

No me pertenece Naruto ni ninguno de sus elementos.

Capitulo 1

Una alarma empezó a sonar indicándole a una joven rubia que el día estaba empezando, con lo cual se despertaría con mucho entusiasmo. Hoy era un gran día para ella, ya que por fin seria asignada a un equipo ninja y con ello estaría dando un paso más para cumplir su sueño, o al menos uno de ellos. Incluso tal vez tendría suerte y….

-Naruko, si no te apuras llegaras tarde- le dijo una voz en su interior.

-Lo siento Kura-chan. Ya me apresuro-respondió ella golpeándose la cabeza y sacando la lengua en tono cómico.

-¿Que hare contigo, jovencita?- le respondió esta.

Rápidamente se dirigía al pequeño baño de su apartamento para darse una rápida ducha. Se seco bien antes ponerse su ropa interior. Un sostén blanco, para sus modestos senos y su odiado bóxer. Luego se puso unos pantalones naranja, una camisa blanca y finalmente la chaqueta naranja con azul que hacia conjunto con los pantalones, asegurándose de dejarla abierta para sentirse con más libertad.

Detestaba aquella ropa, ya que de paso de ser fea y estridente, era para chicos, pero tenía que conformarme con ella, después de todo era lo más resistente y barato que pudo conseguir.

Peino su cabello en dos coletas, que como gustaba llevarlo, pues así se evidenciaban mejor el acabado rojo que tenia este. Esa era un extraña cualidad que tenía su cabello era de un rubio casi dorado, pero las puntas de cada hebra eran de color rojo.

Luego procedió a la cocina en donde saco la comida que había preparado el día anterior. Ella prefería un buen ramen instantáneo, pero Kurami era muy estricta con su alimentación. Luego alisto su almuerzo y realizo un jutsu que tenía que hacer siempre que salía de su hogar. Una que se aseguro que no había dejo nada, emprendió su marcha a la academia.

Esa era la rutina usual de Naruko Uzumaki, una genin de 16 años, recién graduada de la academia ninja.

Su estancia académica fue sencilla y a la vez que tediosa, ya que tuvo que repetir algunos cursos en varias ocasiones, lo que retraso la culminación de sus estudios.

Esto no era porque el programa fuera complicado. Era debido a que Naruko no podía darse el lujo de destacar demasiado. Según su protectora, ella ys tenía el nivel de un jounin de nivel medio, siendo por ello, completamente inútiles los estudios que recibía en la academia. Sin embargo tenía que atarse al sistema y cursarlo como una persona normal y corriente, aunque de eso no tenía nada.

La joven llego al salón y se junto con sus compañeros, en donde ella al menos estaba contenta de poder terminar con aquellos que más le agradaban. Hubiera odiado graduarse y terminar con el creído de Neji Hyuga o el raro de Rock Lee, aunque claro el molesto de Kiba Inuzuka no hacia mejor su estadía. Solo personas agradables como Hinata Hyuga o Shikamaru Nara podían hacer que sus estudios no fueran tan molestos.

Más atrás de Naruko, le siguieron otras dos chicas que hacían de su estadía un escándalo como era costumbre. Estas eran Ino Yamanaka y Sakura Haruno, dos chicas que parecían estar unidas por un chicle, sin hacer alusión alguna al cabello de la última, que era color rosa.

Ambas eran unas autenticas fangirl, aunque su caso no era tan grave debido a que ya no tenían un ídolo al que seguir. Neji Hyuga ya se había graduado el año anterior. Ellas tendían a ser algo dispersas en cuanto a los asuntos shinobi, a pesar de tener unas buenas notas. Así mismo ambas eran muy estridentes para el desagrado de los demás.

Pero incluso con todo esto, Sakura era la razón de los suspiros de Naruko. A la rubia le fascinaba la apariencia exótica que ofrecía la Haruno y pensaba que a pesar de no tener el gran cuerpo de Ino, ella tenía mucho que ofrecer.

Claro que ella no podía ir y decírselo en la cara. No solo porque ambas fueran chicas, sino a causa de que tenía miedo que le rechazaran y le considerara un fenómeno. Kurami le repetía que ella no era tal cosa, pero la Uzumaki aun no terminaba de creérselo.

Para comenzar, ella era una Jinchuriki. Una persona en la que fue encerrada una criatura formada de una masiva cantidad de Chakra, llamada Bijuu. Naruko era específicamente la portadora del Kyubi, un zorro de pelaje naranja de un tamaño gigantesco, que fue encerrado por el Cuarto Hokage cuando ella era una bebe.

Ese suceso hizo que ella recibiera la connotación de demonio y dado que Naruko era completamente huérfana, no tuvo ninguna protección para la fuerte persecución que recibió por parte de los aldeanos de Konoha en su niñez.

Esto le llevo a unos de los capítulos más desagradables de su vida. A los 5 años, Naruko fue perseguida por una turba de gente furiosa y eufórica por las celebraciones que se realizaban anualmente por la derrota del Kyubi. En donde para la desgracia de la niña, ella fue atrapada en un callejón cuando no pudo escapar de todos los adultos que le perseguían. Allí le propinaron una paliza que le dejo casi al borde de la muerte.

La Uzumaki solo salió viva por la intervención del ser que vivía dentro de ella. Aquel día fue su primer encuentro con el gran Kyubi, que en ese momento se identifico correctamente como Kurami.

La Bijuu era más que un enorme zorro de Chakra. Ella mostro a Naruko que su verdadera forma era la de una imponente mujer de cabello color naranja, que llegaba hasta el comienzo de su espalda. Sus ojos eran rojos y era de forma rasgada, con sombras oscuras a su alrededor. Gozaba de un gran cuerpo, que aun guardaba rasgos animales como un par de orejas zorrunas, las marcas de bigote en las mejillas y nueve largas colas de color naranja que se manifestaban de forma etérea. Es decir, eran visibles, pero no tangibles.

Kurami le dio a su portadora el Chakra necesario para que se recuperara de sus heridas y logro sacarla del peligro. Sin embargo, la situación no termino allí.

Por su corta edad y la fragilidad que tenía su cuerpo en ese momento, Naruko se vio cambiada por la energía que invadió su sistema. Básicamente ella tomo el Chakra de Kurami para sí misma y lo combino con el suyo.

El cuerpo de la Uzumaki cambio y tomo características del Bijuu en su interior. Los "bigotes" de Naruko se acentuaron y las puntas de su cabello rubio tomaron una coloración rojiza. También gano habilidades como el convertir sus uñas en garras y sus sentidos se afilaron. Como tal, la Uzumaki había nacido como una nueva persona.

Kurami prometió en aquel momento de nunca dejar sola de nuevo a su Jinchuriki y se convirtió en la figura materna que la rubia no tenia. Se encargo de que el resto de la niñez de Naruko fuera menos dura y se dio a la labor de entrenarla en las artes shinobi que ella había desarrollado y las que había presenciado de parte de otros.

Entre los jutsu desarrollados por Naruko estaban el Kitsune Bushin, el cual le permitía dividirse hasta en nueve replicas suyas completamente iguales. Esta técnica dio a Naruko la oportunidad de dejar una copia en la academia y luego dedicar su tiempo para entrenar mejores cosas que las que podía ofrecerle aquel lugar.

Ya que para ella cosas como el Henge no Jutsu era un juego de niños frente al Kitsune Henge, el cual le daba la habilidad de hacer transformaciones muchos más eficientes que aquel jutsu de bajo rango.

El Taijutsu fue otra de las áreas en donde la joven desarrollo una gran habilidad, en donde hacía uso de un estilo de lucha que explotaba las garras a las que tenía acceso.

Una destreza que la Uzumaki desarrollo. para su desagrado, era la del robo. Si bien al entrar a la academia ella recibió un apartamento y una pensión con la que subsistir, estas no eran suficientes para que la joven tuviera un correcto desarrollo.

Por esto, Kurami le instruyo en el arte del robo, con el que la rubia pudo hacerse con el suficiente dinero para poder comprar la comida que necesitaba. Naruko bien puedo hacerse con una fortuna con las habilidades que había desarrollado, pero estaba contra la idea de llevarse lo que no era suyo. La Bijuu solo quedo conmovida por el buen corazón de su portadora, pues consideraba que Naruko tenía todo el derecho de quitarles a los aldeanos lo que ella quisiera.

Podía decirse que la Uzumaki había obtenido muchas cosas buenas a raíz de su encuentro con Kurami, pero lo cierto es que había un pequeño detalle que hizo que la vida de Naruko tuviera un giro a lo inimaginable y ridículo.

Cada uno de los Bijuu cuentan con un juego de habilidades únicas y la Kyubi no era la excepción. Ella no solo tenía el poder de detectar emociones negativas, sino también tenía acceso a las cualidades propias de su especie. Una de ellas era la transformación y era guardada celosamente por la Kitsune.

Puede que no sonara como algo muy impresionante, pero la transformación que realizaba Kurami no era una simple ilusión, era completamente real. Permitía a su usuario cambiar por completo sus características.

Kurami solo tenía parcialmente controlada esta habilidad. Era complicada de usar y requería que su usuario dominara cada una de sus variantes para que fuera completamente efectiva. Eso implicaba que ella también tuviera la habilidad de cambiar de género con completa libertad.

Esto por supuesto era problema para alguien tan orgullosa como Kurami, que bajo ningún concepto se rebajaría a convertirse en alguien tan desagradable como un hombre.

Esto por desgracia tuvo consecuencias negativas en Naruko que no solo obtuvo las habilidades de su Bijuu, sino la experiencia (e inexperiencia) que tenia de ellas. Esto provoco que la Uzumaki perdiera el control sobre la habilidad de transformación en medio de su recuperación.

Kurami trato de estabilizarla, pero no fue lo suficiente rápida como para tener completo éxito. La situación llevo a Naruko a obtener algo completamente fuera de lugar.

La joven no solo tenía que vivir con el hecho de que era una Jinchuriki, sino que tenía que aceptar que gozaba de un miembro masculino en la parte superior de su intimidad femenina.

En su momento no tuvo mayor importancia para la niña, que apenas le prestó atención al hecho ante de la ganancia una compañía como Kurami. Sin embargo, con el pasar de los años y el crecimiento de joven, la Bijuu tuvo que hacer énfasis en ese hecho e instruirle en cómo debía llevarlo.

Ellas por supuesto trataron de remediarlo, pero el cuerpo de la rubia ya se había adaptado tanto a su nueva extensión que no pudieron hacer nada por removerlo. Kurami maldijo a los genes Uzumaki de la Jinchuriki por esa estupidez.

Esta situación hizo que la rubia tuviera que tener especial cuidado en su vida diaria, ya que aunque podía hacer uso del Kitsune Henge y pasar desapercibida en lugares como la academia, la aldea e incluso en exámenes médicos, no podía darse el lujo de quedarse dormida en medio de clase o aceptar la invitación a la casa de alguien más. Esto debido a que el jutsu se desvanecía cuando perdía toda su concentración, como cuando dormía o se ponía extremadamente nerviosa.

Esperaba remediar ese defecto cuanto antes, pues se imaginaba que tendría que acampar con los compañeros de equipo que le serian asignados, los cuales esperaba con gran fervor fueran hombres, ya que el jutsu tenía otra debilidad y era que este perdía eficacia cuando el usuario se encontraba excitado.

Naruko incluso rogaba que sus compañeros fueran Kiba o Shino, ya que ambos resultaban tan desagradables que nunca sufriría de ese problema con ellos. Como ella era una chica, gozaría de una tienda propia y tendría la privacidad que necesitaba.

Todo ese conjunto de hechos hacían ver que el Kitsune Henge no era tan infalible como Kurami la había vendido cuando se lo enseño, pero dado que un Henge podía ser detectado por shinobi de alto rango, Naruko tenía que poner todo su empeño para no ser descubierta.

Si, la vida de la Uzumaki era problemática. Sin embargo, ella se mantenía positiva y siempre se mostraba muy animada.

Confiando en que todo iba a terminar bien ese día, Naruko se sitúo en su asiento a la espera de que el sensei Iruka llegara y notificara los equipos.

Fue entonces cuando un escalofrió corrió por su espalda y le hizo sentirse algo nerviosa. Naruto procedió a girarse lentamente y vio a la causante de su repentino malestar.

Un par de ojos negros le veían fijamente desde un asiento que estaba ubicado unas filas más arriba del que estaba sentada. La rubia volvió su atención a la pizarra e hizo como si nunca hubiera visto a Satsuki Uchiha viéndole con tanta intensidad.

La mencionada era votada casi unánimemente como la chica más ardiente de toda la clase, incluso por encima de la Yamanaka que siempre trataba de competir por el puesto. Pero la rubia no podía competir contra la figura y semblante imponente que daba la chica de cabellos negro ébano.

Resultaba increíble que ella fuera la hija de alguien tan gentil y amable como Mikoto Uchiha. Aunque dado que Satsuki era la viva imagen de esta, no había espacio para dudar. Solo sus rasgos más severos, le hacían diferente de su madre.

La Uzumaki y la Uchiha mantenían una relación de rivalidad, en donde la primera tenía que dejarse ganar la mayoría de las veces para no hacer que los montones de admiradores de Satsuki cayeran sobre ella. Su relación no podía definirse como mala, pero en su última clase había sucedido algo que Naruko jamás podría sacarse de su cabeza.

Como era normal, la Uchiha se regodeaba de lo superior que era en comparación de los otros de clanes o los que eran simples civiles. Naruko que le fastidiaba la tan pomposa actitud de la pelinegra, por lo que en esa ocasión decidió decirlo en la cara y se ubico en el asiento que estaba delante del suyo. En donde le miro directo a los ojos y le dijo que repitiera eso en su cara.

Satsuki se disponía a contestarle cuando un idiota, pues Naruko no podía describirle de otra forma, sin querer le empujo contra la Uchiha.

Los labios de ambas chicas chocaron y todo salón quedo en un muy profundo silencio. Algunos de los hombres del salón incluso afirmaron que si morían al día siguiente, lo harían sin ningún arrepentimiento.

La Uzumaki fue la primera en reaccionar y antes de que todo el mundo pudiera decirle algo esta se fue corriendo al baño, presumiblemente a vomitar como pensaron algunas chicas del salón, que tenían cierto odio contra la Uchiha por la envidia hacia ella. Claro que ellas desconocían que la realidad para Naruko era otra.

La rubia tenía muy presente la belleza de Satsuki y el que su primer beso haya sido de aquellos labios, provoco que su Kitsune Henge se hiciera añicos. Es más, en esa ocasión tuvo que luchar para no ceder ante los impulsos que le invadieron por ese hecho, ya que debido a su condición tendía a excitarse con muchas más facilidad que una persona normal. Por ello es que usaba ropa interior de hombre, para disfrazar a su "amigo" en esas situaciones inoportunas.

Que ahora tuviera la mirada de Satsuki sobre ella le hacía sentir muy nerviosa, pues lo último que quería era que justo la pelinegra descubriera su secreto.

Para su suerte el profesor Iruka entro pronto al salón con la carpeta en la que llevaba los nombres de los equipos que serian formados. Hubo quienes preguntaron porque no estaba el profesor Mitsuki, otro de los tutores de la clase, a lo que Iruka respondió que él estaba indispuesto.

La Uzumaki sabía muy bien la razón. Aquel miserable había intentado usar a uno de los reprobados de la academia para robar unos importantes documentos de la oficina del Hokage. Evito que la situación terminara en una tragedia para ese estudiante, debido a que oyó los planes del chunin y se encargo de ponerlo en su lugar con una brutal paliza antes de fuera llevado por los Anbu. Todo de forma incógnita para evitar exponerse.

El Umino entonces dio un discurso de felicitaciones a los presentes y les deseo suerte para lo que les depararía en la siguiente etapa de sus vidas. Iruka luego paso a lo que todos esperaban.

El primer equipo asignado fue el 10, que estaría conformado por Choji Akimichi, Ino Yamanaka y Shikamaru Nara, siendo Asuma Sarutobi, su sensei. Naruko agradeció que el sistema de equipo promoviera el factor de que estos fueran conformados por dos hombres y una mujer, sin contar al sensei. Aquello le evitaría malos ratos.

El siguiente equipo fue el 8, con Hinata Hyuga, Kiba Inuzuka y Shino Aburame, con Kurenai Yuhi como sensei. Bien tal vez ese no era equipo que le esperaba, pensó la rubia al ver que esos dos fueron con Hinata. Parecía que tendría que estar con algunos molestos chicos civiles.

-El equipo 7 está conformado por Sakura Haruno, Satsuki Uchiha y Naruko Uzumaki….-dijo Iruka mientras la rubia quedaba completamente helada.

-Tiene que haber una equivocación, es imposible que yo quede en un equipo así- dijo desesperadamente la Jinchuriki.

-No hay error alguno, Naruko. -Este es uno equipo que autorizo el Hokage y que fue pedido especialmente por Anko Mitarashi que será su sensei.

La Uzumaki cayó en su asiento sintiendo que su alma se le escapaba, ya que por donde se viera, ella estaba jodida.

….. Realmente no quiero decir cómo fue que termine escribiendo esta historia. Si la seguirán está en ustedes. Ya que de ser así, no me hago responsable de lo leerán.