Descargo de Responsabilidad. Skip Beat!, ni sus personajes me pertenecen.

Sentí la imperiosa necesidad de torturar a un personaje


Boom

Intervenir en la vida amorosa de los demás nunca ha sido sabio. Lograr el cometido propuesto al intervenir en dichos asuntos, puede generar una gran satisfacción y felicidad en algunos casos, desafortunadamente estas intervenciones suelen tener también efectos inesperados, inestables, indeseables, peligrosos, incluso fatales (dígase estirar la pata, criar malvas, colgar los tennis, diñarla, ver crecer los rábanos desde abajo, o si lo prefirieren mudarse de barrio) causados por alguna de las partes en cuestión. Una tarea peligrosa sin duda, y ¿saben que es lo peor?, lo peor es que la víctima no lo ve venir, la victima rara vez comprende cuál ha sido la causal de su desafortunado destino.

Y eso nos trae a este preciso punto en el tiempo, donde el cuadro más extraño que jamás se había presenciado en los pasillos de LME se estaba desarrollando (y eso era mucho decir, dado que LME era la casa de las rarezas a cabeza de su extravagante presidente, secundado por sus peculiares artistas y talentos).

Los inadvertidos e inocentes espectadores (trabajadores y visitantes de LME) fueron testigos de cómo, Tsuruga Ren, el siempre atento caballero Japonés, aquél, que era todo gentileza y dulzura, tomaba la muñeca de su preciada Kohai con un gesto difícilmente catalogado como gentil, y de un tirón la atraía hacia su cuerpo resguardándola detrás de su espalda protegiéndola con todo su cuerpo como si fuera la posesión más valiosa sobre toda la faz de la tierra.

¿Su intención?, muy sencilla: alejarla de su manager, Yashiro Yukihito, a quién de momento le dedicaba una mirada fija, de ojos feroces mientras se le marcaban con fuerza las líneas de su mandíbula.

Mogami Kyoko, (la única e irrepetible kohai en cuestión), claramente parecía no entender que estaba sucediendo y temblaba como una ardilla asustada a las espaldas de su senpai. No que se le pudiera culpar, no cuando estabas en presencia del señor demonio/tipo oscuro de la noche en el hotel. ¿Y Ren?, bueno, él parecía haberse esfumado hacía los límites de la inconciencia.

Muchas cosas sucedieron en solo segundos, y el pobre Yashiro Yukihito, sintió no por primera vez en su vida el bien llamado instinto de supervivencia que le vociferaba a gritos que corriera lo más lejos posible a una isla remota y desolada en algún punto del Pacífico para no volver jamás. Pero allí estaba él, llevándole la contraria mientras miraba a su representado con una mezcla de asombro, confusión y terror.

Solo tres cosas estaban claras: Tsuruga Ren estaba furioso, Mogami Kyoko confundida y Yashiro Yukihito, bueno Yashiro, estaba seguro que iba a morir. Su único deseo era saber el por qué.