Boku no hero academia no me pertenece si no a Kohei Hirokoshi
LA LUNA ME CONCEDIO EL PODER DE CONOCERTE
-Escucha con atención Izuku, este mundo se encuentra dividido en cuatro reinos-ella verificaba de nuevo la mercancía que había adquirido en las cercanías-Iskandar, Apocrypha, Partevia y Fiore
-Entiendo, pero en este mapa no se encuentra nuestra casa-señalo curiosa, ubicaba los cuatro reinos que habían sido mencionados pero donde ellas estaban no lo veía por ningún lado -¿Por qué?
-Porque nosotras nos encontramos en la gran falla, es el punto neutral entre los cuatro reinos- le explico mientras le extendía una flor sin color- ¿Cómo se llama?
-Llanto de luna y sirve para curar cualquier enfermedad, no importa si es muy grave está o no
-¿Efectos secundarios?-insistió viendo como su pequeña tomaba con cuidado esa flor.
-Si es una mujer de Iskandar a quien se le suministra ella entrara en una etapa similar al celo que ellos tienen cuando necesitan aparearse, lo mismo ocurre con los hombres de este reino solo con la diferencia que estos se volverán sumisos a la hora de iniciar el acto sexual algo que se me hace raro porque ellos tienen sangre bélica
-Bien pequeña –rio un poco por el comentario ya que ella pensaba lo mismo sobre los hombres de esa nación- ¿Qué sucede con la gente de Apocrypha?-alzo una ceja viendo como su hija sin ningún interés se comía la flor y hacia una cara de asco.
-Se duermen al instante lo cual es bueno ya que será fácil su recuperación
-¿Partevia?
-En sus venas corre sangre santa pero eso los hace más peligrosos ya que al ser curados por alguien que no posea un contrato divino como ellos verán a esta persona como una latente amenaza. Lo recomendable es no acercarnos mucho a ellos
-Bien, solo falta uno y claro no menos importante porque…
-El pueblo de Fiore al ser compuesto principalmente de mujeres ellas experimentan síntomas similares a las mujeres de Iskandar solo que al no tener hombres con quienes saciar su apetito sexual recurren a los ritos antiguos llamando así a criaturas del bosque o incluso llaman a los dioses dando así como resultado a la creación de semidioses
-Perfecto mi pequeña y nosotras que no pertenecemos a ningún reino ¿Qué nos pasa con esta flor?
-Nada o eso creo-miro sus manos y luego sus piernas. No notaba nada extraño, solo que su pulso estaba un poco más acelerado.
-Pupuu, incorrecto-le dio un golpecito en la frente como castigo por no prestar atención-mira, a nosotras se podría decir que - se rasco la cabeza para ver si encontraba una explicación decente-bueno, viéndote sé que ya tienes el primer síntoma y es la aceleración del pulso cardiaco, después tus piernas empezaran a temblar y por ultimo podrás ver cosas que por lo general no se pueden ver
-¿Cómo qué?- ya estaba sintiendo como sus piernas empezaban a moverse de manera involuntaria y eso le hacía sentirse más extraña de lo normal.
-En mi caso puedo ver el pasado y en el de tu abuela ella podía ver el flujo del destino de los hombres
-¿Por eso fue que ayudo al rey supremo a conseguir el Santo Grial?
-Sí, porque ella pudo ver que él era la verdadera luz que se necesitaba en el mundo aunque nunca le dijo a nadie que esa hermosa luz conllevaría la carga de una inmensa oscuridad-tomo en brazos a su hija acurrucándola en sus brazos para llevarla a la cama-pero debes recordarlo muy bien Izuku, no le digas a nadie la habilidad que tienes o te cazaran como lo hicieron con la bisabuela
-¿La que podía revivir a los muertos?- se tallo un ojo tratando de mantenerse despierta
-Sí, ella misma-llego a la cama donde acomodo a su hija con cuidado y le quitaba uno que otro cabello rebelde del rostro-mañana seguiremos con el estudio de la hierba dragón y la lagrima de centauro, por ahora descansa y deja que tu poder se manifieste-le beso la frente alejándose lo necesario para apagar la luz- duerme bien, mi pequeño sol
-Nos vemos mamá-la vio irse de su cuarto y ella solo se quedó mirando el techo de su cuarto. Lo había adornado con dibujos de lo que ella creía que eran los dragones de Iskandar. Cuando su abuela aún vivía no dejaba de hablar de ellos como si fueran lo más hermoso del mundo-quiero conocer esas tierras. ¿Serán verdes? O ¿Serán áridas? ¿Cómo serán sus habitantes? ¿La familia real será tan increíble como lo dijo la abuela?- se sonrojo de la felicidad. No podía esperar para su ceremonia de mayoría de edad y por fin salir a descubrir las maravillas del mundo.
Sonrió avergonzada dispuesta a dormir, esperando que su don fuera tan increíble como el de su bisabuela.
Tan pronto como cerro los ojos su cuerpo se relajó y su mente divago, se encontraba flotando entre las estrellas, como pudo se acercó a una mirando a través de ella como si fuera su reflejo.
-No dejen que el enemigo rompa nuestra formación. Esos malditos santos no obtendrán a nuestra reina- gritaba eufórico un hombre con una espada en su mano mientras lideraba a su ejército hacia la batalla
-¡Malditos perros traidores! ¡Avergüéncense de su nacimiento impuro y ardan en el infierno!- grito otro hombre que se encontraba en el otro extremo del campo de batalla-¡Nuestra santidad nos brinda su divina protección, no perderemos ante los barbaros que desean arrebatarnos a nuestro ángel!-alzo su espada haciendo gritar a sus soldados.
Izuku no entendía nada, intento alejarse de esa estrella pero le era imposible, busco desesperada ayuda pero estaba totalmente sola. Empezó a llorar al ver que las primeras filas de los ejércitos empezaban su enardecida batalla.
-Mi rey-ella con temor volteo encontrándose con la penetrante mirada de un dragón. Este parecía mirarla pero al que miraba realmente era a un hombre que estaba atrás de ella el cual apretaba los puños al ver la herida en el costado de su señor -la reina se ha adentrado al campo de batalla.
-¿¡Porque la has dejado ir!?-grito tratando de levantarse logrando que su herida se abriera manchando la tierra con sangre.
-¡Querido!-hacia ellos corría una mujer con armadura negra esquivando las flechas que le eran lanzadas-Debemos curarte ahora mismo
-No, escudero de pacotilla. Llévate a mi mujer lejos y no dejes que ningún bastardo se le acerque o adornare mi mesa con tu cabeza
-Deja de amenazarlo-ella le golpeo en el hocico para que dejara de hablar-y recuerda que tu no me das ordenes, si yo me quedo es porque quiero estar a tu lado
-Morirás mujer insolente-la empujo levemente con su cola pero ella la tomo. Ocupo toda su fuerza haciendo que el dragón se volteara-¿¡De dónde demonios sacas tanta fuerza con ese cuerpo!?
-Soy esposa del rey de los dragones, es natural que yo esté a la altura de tal título- a pesar de que Izuku no pudiera verle la cara a aquella mujer por el casco que tenía sabía que ella estaba sonriendo-así que deja de ser un bebe llorón y confía más en mí, recuerda que yo soy tu espada. Úsame para lo que desees, sea en el castillo o en el campo de batalla
-Haz lo que se te dé la gana maldita inútil-el dragón miro a su escudero el cual entendió la orden, este empezó a repelar las flechas que eran lanzadas a sus soberanos. Los protegería aunque le costara la vida
-Seré una inútil pero soy la inútil que usted escogió majestad-reviso la herida tratando de limpiarla un poco-le pedí que fuera más cuidadoso al momento de volar
- Tu no me das ordenes- movió su cola tratando de acariciarle la espalda pero esa acción le ocasiono más dolor del que podía soportar en ese momento.
-Poseo la autoridad para reprenderlo majestad-metió su brazo por la herida tratando de sacar lo que fuera que le estaba ocasionando tanto dolor a su esposo- ¿Sabe la razón por la que le pedí que regresara pronto?
-No mujer inútil, no sé cuál es tu razón-bufo, recordaba lo histérica que se había puesto al enterarse de que le había mentido sobre su posición en la batalla y la estúpida promesa que tuvo que hacer para que ella se tranquilizara- ¿Me la dirás ahora?
-Sí, se la diré ahora- sintió la punta del arma que estaba a pocos centímetros de perforar el pulmón derecho. La tomo con fuerza y empezó a retirarla con delicadeza tratando de que su esposo no sufriera tanto-en mi vientre se encuentra su sucesor. Por ello debe salir victorioso para que lo vea crecer y convertirse en un maravilloso soberano como lo es usted
Izuku empezó a temblar, la mirada de ese dragón le provocaba que su corazón empezara a acelerarse ya que noto la sorpresa y alegría que manifestaban por tal noticia. Por extraño que pareciera empezó a llorar llena de emoción y un sentimiento que no comprendió en ese momento le lleno de una infinita felicidad.
Su cuerpo empezó a sentirse más pesado provocando que no pudiera seguir viendo a través de esa estrella, desesperada intento aferrarse en la punta de ella pero su esfuerzo fue inútil. Empezó a caer al vacío, asustada empezó a gritar buscando que ese dragón la salvara.
-¡Izuku!-despertó sudando y jadeando, miro a su madre que estaba preocupada-¿Que sucede pequeña?
-Mamá dime. ¿Ha habido guerras recientemente?- le tomo la cara con desesperación sintiendo el palpitar de su corazón.
-No que yo sepa. ¿Qué viste?-pregunto retirando con cuidado las manos de su hija.
-Vi el comienzo de una guerra aunque no entendí porque era pero vi a una reina que le decía a su rey que tendrían un sucesor
-Eso es maravilloso-sonrió imaginándose que esa noticia sería un escándalo- ¿Qué más viste?
-El rey era un enorme dragón-se levantó extendiendo sus manos tratando de que estos demostraran la altura o por lo menos el tamaño del hocico- era tan hermoso que no lo puedo describir. Sus escamas eran como el oro puro y sus ojos eran como el cielo de otoño y él era muy sobreprotector con su reina. Incluso amenazo a su escudero de usarlo como florero si no se la llevaba del campo de batalla
-Vaya eso suena tan… ¿Lindo?- hizo una mueca divertida por la situación. Ya se imaginaba cual era el poder de su bebe- Izuku. ¿Qué sentiste al ver a ese dragón?
-¡Que quiero verlo de nuevo! Mi corazón no dejaba de latir cuando lo vi emocionarse por la noticia de su heredero, era tan lindo que me dieron granas de abrazarlo- salto de su cama empezando a dar vueltas por su habitación- Mamá. Pude ver a un hermoso rey dragón- se paró mirando su techo -¿Este es mi poder?
-¿Cuál? Mamá no sabrá hasta que se lo digas- aplaudió animándola a que se lo dijera.
-¡Puedo ver el futuro!
Notas:
Fic dedicado a las dulces personas del grupo KatsuDeku de Facebook las cuales me inspiraron a crear esta historia.
Psdt: Gracias :D
