En la base de Akatsuki, varios de ellos estaban sentados tranquilamente en el sofá de la sala de estar, viendo la tele, Deidara se había apoderado del mando así que tocaba sesión de anime hasta el final del día…comía unos palitos de pan distraídamente mientras observaba la televisión, estaban dando Bleach, una de sus series favoritas…y no se distraería fácilmente.

~Madara's POV~

No podía ser sano, definitivamente no podía serlo, ¿Cómo era posible ser tan jodidamente sexy comiendo unos malditos palitos de pan?, definitivamente no era sano…agradecía tener esa maldita capa tan holgada que tapara la parte central-inferior de mi cuerpo porque si no más de uno se sorprendería…suspire lentamente para que apenas se notara, esto era una verdadera tortura tanto física como psicológica.

-Deidara-sempai ¿me da un palito?-

Comente con voz inocente, para más inri, yo, el malvado mas masoquista del mundo, encima le pedía un jodido palito de esos que me estaban torturando, parecía estúpido.

Deidara me tendió la bolsa sin prestarme atención, pero entonces caí en algo al coger el palo, ¿Cómo diablos me lo como sin retirar mi mascara?, hice un gesto raro con la boca. Mi joven locura me observo curioso al darse cuenta de mi dilema.

Sonreí, podía usar los palitos en su contra…como él había hecho durante tanto tiempo.

Retire levemente la máscara dejando ver solo mis labios, mi rubio se encogió nervioso, mordí el palo dejándolo unos segundo en mis dientes antes de apretar.

¡Crack!

Un escalofrió recorrió la espalda del pequeño…pude sentirlo desde ahí al ver como se movía, sonreí satisfecho y mastique sin mucha prisa, le haría sufrir como yo había sufrido durante 2 horas 38 minutos y 35 segundos, aumentando…metí de nuevo el palito en mi boca, era algo insípido pero por alguna razón te incitaba a comer más, lo deje allí humedeciéndolo con la lengua un rato, lamiéndolo ligeramente poniendo nervioso a mi pequeño rubio inocente, momentos más tarde lo partí con la mano.

¡Crack!

Se paso una mano por el cabello intentando disimular, pero no lo lograría conmigo…deje la punta final del palito en mi boca como minutos antes el había hecho para ponerme nervioso y con la lengua lo metí dentro

¡Crack!

Esta vez no fue el palo lo que sonó, si no el reposabrazos del sofá donde yacía Deidara al apretarlo tan fuerte, reprimí una risa, todos le miraron sorprendidos.

-¿Qué pasa Deidara?-

Pregunto Kisame observando el reposabrazos hecho astillas, un color parecido al rubí decoraba el rostro de mi senpai, me coloque bien la máscara y tragando el último pedazo de ese aperitivo celestial, me permití sonreír.

-¿Puedes venir Tobi? Tenemos que hablar-

En ese momento supe, que esa noche se me haría muy corta…