Capitulo 1: "Señorita pelirroja"
Primer día de clases y llegando tarde, y bastante tarde, ya lo iban a regañar nuevamente pero no era su culpa, el autobús se demoraba demasiado aunque él saliese mucho tiempo antes.
Iba corriendo rápidamente buscando su nuevo salón, cuando choco con alguien, una chica de cabellos rojos que cayó directamente al suelo producto de la fuerza del empujón.
Le observó, no la conocía, tal vez una de esas chicas que nunca les prestaba atención, pero no, nunca la había visto y eso le hizo suponer que era nueva.
-Disculpa, ¿Estás bien? –preguntó el muchacho tendiéndole una mano para ayudarle.
-Sí, claro, no te preocupes –contesto la chica cogiendo la mano de él-: Disculpa, ¿Sabes dónde queda el salón de segundo año?
-Claro, pero hay varios –contesto amablemente.
-Etto… creo que era la clase D –dijo la chica nerviosa.
-Ah, allí mismo voy yo, apresurémonos o llegaremos tarde –dijo él preparándose para reanudar su camino.
-Pero si aún faltan 30 minutos para ingresar a clases –contesto ella divertida.
-¿Cómo? –pregunto completamente sorprendido.
-Sí, mira –dijo la chica enseñándole su reloj de pulsera y su celular-: Aun es temprano.
-Deben de haberme cambiado la hora –dijo él algo decepcionado pero divertido a la vez-: ¿Cuál es tu nombre?
-Masako Watanabe –contesto la chica sonriéndole.
-Bien, yo soy Kirihara Akaya y seré tu compañero –se presento el chico correspondiendo su sonrisa.
-Bien, Kirihara-san, ¿Me enseñarías la escuela? –preguntó Masako.
Al chico no le quedo más remedio que aceptar y así comenzaron a recorrer el lugar, le mostro todos los lugares con calma. Luego de un rato la chica le pregunto sobre las canchas de tenis, el pelinegro se sorprendió bastante pero aun así la llevo, ella observaba maravillada al igual que el muchacho.
Sonó el timbre para ingresar a clases, ya se notaba gran concurrencia en los pasillos y ambos ingresaron al salón. Muchos se sorprendieron al ver al demonio llegar con una chica, les observaban con mucha curiosidad provocando que ambos se sintiesen incómodos. Cada uno cogió un banco junto al otro, y seguido de esto entró el profesor correspondiente a lo que la mayoría tomo asiento.
-Bien, muchachos, bienvenidos a este nuevo año escolar, por lo que veo tenemos 3 alumnos nuevos, chicos, preséntense –dijo el profesor, a lo cual ellos se levantaron de sus pupitres.
Eran dos chicos y una chica, los chicos atraían muchas miradas, cada uno se presento y se sentaron en sus lugares. La muchacha se presentó algo tímida, nerviosa, era bastante bonita pero no estaba acostumbrada a los cambios, se sentó y más de uno quedo observándole, hasta que Akaya noto su incomodidad y dio una que otra mirada a sus compañeros algo molesta y muchos dejaron de mirarle enseguida.
La clase paso rápidamente puesto que el profesor tenía que hacer cosas de rutina y los alumnos podían conversar para conocerse mejor, saber que habían hecho en el tiempo que no se habían visto, etc.
Masako saco su reproductor de música, tomo los audífonos y se perdió en aquel mundo, bajo la atenta mirada del pelinegro, que estaba con sus compañeros de clase conversando.
De pronto, quiso hablarle pero algo le hizo desistir, no quería molestarle y no tenía aun la confianza necesario para acercarse como si fuese lo más normal del mundo. Le observaba esperando su mirada, pero está nunca llego, le vio abrir sus ojos pero no eran para él, eran para uno de los nuevos chicos que se le había acercado.
-¿Masako? –Preguntó el chico mientras que la dama asentía quitando sus audífonos-: Hola, mi nombre es Hyoga.
-Buen día, Hyoga-kun –le saludo Masako cordialmente.
-¿Cómo ha estado hasta el momento todo? –pregunto el chico.
-Pues, bastante bien creo –dijo sonriendo nerviosamente-: ¿Y para ti?
-Muy bien, me gusta este lugar –contesto observándole con sus azules ojos.
-Etto… ¿De dónde vienes?
-Estudiaba en Seigaku, pero tuve que trasladarme –contesto el chico-: ¿Y tú?
-¿Yo? Pues yo estaba en Yamabuki –contesto ella normalmente.
-Una buena escuela, ¿Por qué estás aquí?
-Es que… me cambie de casa así que me quedaba muy lejos para estudiar –contesto ella.
-Ah, ya veo –dijo el chico satisfecho con la respuesta, y al escuchar el timbre, agregó-: Bueno, debo irme, luego nos vemos.
Sonó el timbre para el descanso y los alumnos comenzaron a salir junto a sus amigos y compañeros en distintas direcciones algo apurados, Kirihara se dirigió donde sus compañeros del club de tenis, más bien, salió y allí les encontró.
Se saludaron y dirigieron hacia el patio de la escuela, hacía calor y querían estar bajo la sombra de un buen árbol. Buscaron por todos lados, un lugar algo tranquilo pero con árboles, cuando al fin creyeron haber encontrado el lugar correcto notaron que alguien más ya estaba allí, no le dieron mucha importancia y se sentaron en el mismo lugar, claro que a una distancia correcta.
Conversaban mucho, realmente hace como un mes que no se veían y tenían varias cosas de la cuales charlar. Bueno, todos charlaban entre sí, excepto el pelirrosado que observaba a la persona que ni la mayor atención les ponía.
-¿Qué tanto miras, Bunta? –pregunto Yagyuu y todos centraron su atención en él.
-A ella –contesto el chico señalándoles.
-¿Quién es? –Pregunto Niou-: No la había visto aquí.
-No lo sé, tal vez es nueva aquí –dijo Marui.
-Sí, es nueva –contesto Kirihara de pronto.
-¿Cómo lo sabes? –preguntó Niou con curiosidad.
-Porque es mi compañera, le conocí esta mañana –contesto Akaya.
-¿No es la chica que estaba en las canchas de tenis, esta mañana contigo? –pregunto Seichi.
-Sí, ella es –asintió Kirihara.
-Muy mal, recién conociéndola y ya le llevas a las pistas de tenis –decía Marui.
-Ella fue la que me pidió ir –contesto en su defensa.
-¿Juega tenis? –pregunto Seichi interesado.
-Yo creo, me dijo que le gustaba mucho.
Conversaban sobre la joven que yacía ausente con su respaldo pegado al tronco del árbol, al momento de que sonara el timbre los chicos se levantaron de su lugar, y comenzaron a caminar.
De pronto, Yagyuu se detuvo en seco y los chicos le siguieron.
-¿Qué ocurre? –pregunto Sanada.
-¿Dónde está Niou? –pregunto y todos comenzaron a buscarle con la vista.
-Aquí no está –dijo Jackal.
Mientras tanto, Niou se encontraba frente a alguien, se acerco un poco y le movió, parecía dormida, pero esta persona enseguida abrió sus verdes y bonitos ojos.
-¿Quién eres? –pregunto Masako sorprendida y asustada.
-Lo siento por asustarte, soy Niou Masaharu –se presento el joven.
-Ah, mi nombre es Masako Watanabe –se presento la chica para no ser descortés.
-Bien, Masako, debo informarte que el descanso finalizo hace una hora –le dijo el chico.
-No puede ser, si debió haber finalizado hace 1 minuto –dijo la chica enseñándole un cronometro.
-Bastante hábil, no me dejaste engañarte, ven vamos –dijo él extiendo el brazo para que se levantase.
-Ah, claro gracias –dijo ella aceptando su mano, e impulsándose se levanto del pasto.
-¿Recuerdas donde está tu salón? –pregunto.
-No mucho –dijo ella algo nerviosa.
-Bien, entonces yo te llevo.
Los compañeros del muchacho no le quisieron esperar y cada uno volvió hacia su clase, los profesores demorarían un poco así que no llevaban prisa en caminar. Tal vez así les alcanzaba. Luego de unos minutos, el As de segundo estaba sentado en su banco, mirando hacia el lado algo extrañado, su compañera no llegaba y pensaba que tal vez se había perdido ya que no conocía bien el lugar. Se levanto de su asiento y se dirigió a la puerta, al abrir se encontró frente a su senpai.
-¿A dónde vas, Akaya-kun? –pregunto Niou mirándolo.
-Iba a… a buscar a alguien –contesto el menor.
-Ah, ok –dijo el peli plateado y luego se volteó-: Bien, Masako, creo que este era tu salón.
-Sí, muchas gracias, Niou-san –dijo Masako haciendo una reverencia.
-¿Qué hacían juntos? –pregunto Akaya con un alivio por dentro.
-Masako-chan estaba bajo el árbol y no se había dado cuenta que el timbre había sonado, así que fui a avisarle –contestó Niou.
-Más bien… intentar engañarme, y de paso, me trajo hacia el salón –completo Masako.
-Ya veo…
-Bien, debo irme a mi salón, Masako-chan pasaré a buscarte al otro descanso –dijo Niou para luego marcharse.
Los de segundo, observaron hasta que se fue y entraron directamente a sentarse cada uno en su asiento respectivo. Masako observaba al frente y Kirihara le observaba a ella.
Poco antes de que llegase el profesor la chica decidió hablarle un poco al verlo por fin solo.
-Ne, Kirihara-kun –le llamo acercando un poco su silla.
-¿Qué pasa?
-¿No ibas a buscar a alguien cuando llegamos? –pregunto ella algo confundida.
-No, ese alguien llego cuando me disponía a salir –contesto él.
-¿A quién ibas a buscar? –pregunto ella.
-¿A quién crees que iría a buscar? –pregunto observándola.
-Ehm… ¿A mí? –cuestiono Masako con una sonrisa nerviosa.
-Adivinaste.
-¿Por qué? –pregunto ella confundida.
-Pensé que tal vez podías haberte perdido –contesto él evitando mirarla.
-Ah, pues, muchas gracias –dijo Masako sonriendo.
Llego el profesor y siguieron con sus clases normales, prácticamente aun no había clases porque los horarios no estaban organizados y el profesor aun seguía con sus apuntes de rutina, pidiendo los datos de sus estudiantes, etc. En los salones todos conversaba como si aun se encontrasen en recreo, la joven seguía con sus audífonos puestos, logrando olvidarse del mundo, pensaba que no había causado buena impresión en el salón puesto que nadie más a excepción de los dos chicos se le había acercado. No entendía la razón, así que cerraba sus ojos y se hundía en el mundo de la música, por ello, no había notado una que otra mirada amenazante de Kirihara, tampoco noto que algunas chicas le miraban con envidia y otras con miedo, o simplemente evitaban mirarle.
Se sentía algo sola, pero bueno, creía que al ser la nueva le costaría adaptarse un poco, tendría que darle tiempo a los demás para que le aceptasen, tiempo para que le conociesen y todo marchara bien.
Paso cada clase y nada dieron para hacer, que aburridos se encontraban más de uno. Masako siguió en sus pensamientos, y Akaya en los suyos.
En otro salón, Niou, Yagyuu y Marui conversaban animadamente sobre el día, sus vacaciones y otras actividades que desarrollaban entre ellos. Les parecía genial que desde el primer día de clases tuvieran prácticas en el club de tenis, puesto que los otros años no comenzaban las actividades hasta una semana después, aunque lo más seguro era que hicieran algo en grupo en vez de practicar tenis todo el rato.
Terminaron las clases, por fin, decían algunos, a otros les falto tiempo con sus amigos, pero en fin, ya cada uno marchaba a sus actividades.
En las canchas de tenis, nadie llegaba aún, algo sorprendidos estaban los titulares del club, pero al ver a su capitán notaron que no estaban equivocados.
-Yukimura ¿Dónde están los demás? –pregunto Renji.
-Está semana solo practicaran los titulares –contesto Yukimura.
La mayoría le observo algo sorprendido, pero lo aceptaron al instante, poco a poco comenzaban a llegar cada uno. Aunque faltaban dos, precisamente Kirihara y Niou, aun no llegaban a las prácticas, ambos estaban en el salón del primero conversando y esperando a su nueva amiga. Cuando está estuvo lista, los muchachos emprendieron camino hacia la salida.
-Bueno, nosotros nos marchamos a las prácticas –dijo Kirihara llegando al primer piso.
-Sí, cuídense y que les vaya bien –dijo la muchacha, y antes de decir 'adiós' Niou se adelantó.
-Masako, ¿Vives cerca de aquí? –pregunto el joven peliblanco.
-A 10 minutos caminando –respondió la muchacha extrañada por la pregunta.
-Entonces te acompaño hasta tu casa –dijo Niou de pronto y luego se volteó hacia Kirihara-: Avísale al capitán que no iré al entrenamiento, por favor.
-Pero, senpai…
-Nos vemos mañana –dijo Niou y comenzó a caminar.
-Hasta mañana, Kirihara-kun –dijo la muchacha y se marchó.
El pelinegro bufó, para luego dirigirse hacia las canchas a encontrarse con sus compañeros. Ahora tan sólo faltaba Niou Masaharu, que como ya sabemos, había burlado sus deberes.
-Capitán, Niou-Senpai dijo que no asistiría hoy –dijo Kirihara.
-¿Sabes por qué? –pregunto Seichi.
-Dijo que tenía cosas que hacer –contesto el pelinegro-: "Primera y última que le cubriré".
-Bueno, hoy no tendremos práctica, es solo para organizar lo que haremos durante el año y darles uno que otro dato en especial –dijo el capitán.
Así todos se reunieron y comenzaron su pequeña reunión que no tardaría más de media hora, los muchachos se encontraban emocionados respecto al año que les venía, ya ansiaban ver que sorpresas les traerían las otras escuelas.
Mientras que por otra parte, algo más alejados de la escuela, Niou hacía de las suyas acompañando a la chica nueva a casa.
-Supe que te gustaba el tenis, ¿O me equivoco? –pregunto Niou intentando averiguar sobre la muchacha.
-Así es… ¿Tu escuela participa en los torneos en mixtos? –pregunto la muchacha.
-Sí, aunque sólo somos hombres, las mujeres en Tokio no son muy buenas en los torneos –contesto el muchacho con desgano.
-¡Que aburrido! A mí me gustaría participar.
-Sería grato tenerte en nuestro equipo, deberías inscribirte –comento el muchacho pasando un brazo por encima del hombro de la muchacha.
-Pues, la otra semana comienzan las inscripciones, veré si soy capaz de entrar al equipo –respondió Masako.
Así entre conversaciones, llegaron a casa de la muchacha… Niou se sorprendió, pues la chica vivía en un edificio que era bastante exclusivo y lujoso, sin duda, notó que era una chica de la clase alta y eso lo hizo sentirse algo incómodo e intimidado.
-¿Quieres pasar? –pregunto la muchacha abriendo la puerta.
-No, no gracias –dijo Niou.
-Está bien, muchas gracias por acompañarme hasta aquí –dijo la chica y luego hizo una reverencia.
-Nos vemos mañana.
Niou se marchó algo confundido, el peligris estaba algo extrañado, no esperaba que aquella muchacha fuera de la alta sociedad, de hecho, eso le intimidaba un poco, nunca había estado con una persona así. Sin embargo, la muchacha le cautivó, sus ojos verdes tenían una mirada tan tranquila, un aura que le llenaba de paz, era atractiva, le gustaba el tenis, era educada, y toda una dama, era perfecta pero quizás aquella perfección ya tenía dueño.
Esos pensamientos lo hicieron sentir inseguro, algo molesto, sabía que no sería el único en el juego, pero si llegaba a proponerse tener su corazón, así lo iba a hacer.
En cambio la muchacha, en la soledad de su hogar, pensaba que el chico que acababa de acompañarla era encantador y muy dulce con ella, pero en su corazón había otra persona, otro muchacho que inundaba sus pensamientos y no quería que nadie más se entrometiese. Aún así, creyó que tal vez estaba malinterpretando al peligris y sólo fue un gesto caballero por su primer día de clases.
En cambio, en otro lugar, los chicos del Rikkaidai estaban saliendo de la escuela luego de su práctica.
-Me parece muy extraño que Niou no nos haya dicho que no se quedaría –comento Bunta.
-Niou no es de las personas que falten mucho, por ningún motivo, quizás que le paso –comento Yanagi.
-"Primera y última vez que le cubro" –pensaba Kirihara escuchando a sus sempais en silencio.
-Oye Kirihara, viste a Niou antes de irse ¿No? –pregunto Yanagi sospechoso.
-Eh sí, iba algo apurado, sólo me dijo eso –mintió el chico de segundo.
-Quizás deberíamos de ir a verlo a casa –comento Bunta.
-No, no creo que sea conveniente, quizás no esté –dijo Kirihara.
Con aquel comentario, ambos chicos sospecharon pero decidieron dejar pasar el tema y esperar al día siguiente para preguntarle directamente a Niou.
A esa de media hora después, Kirihara llegaba a su casa, sus padres no estaban y su hermana debía de haber salido, con tal que no había nadie en casa así que opto por tomar un refresco con un bocadillo y se marchó a su habitación a leer alguna revista que tenia por ahí. Aún así no podía concentrarse en ninguna palabra, estaba pensando en su nueva compañera, era una chica bastante distinta y no se volvía loca como lo hacía la mayoría de las muchachas de su escuela cuando veía a los muchachos del club de tenis, ella era algo más normal, aunque algo le decía que la faceta que había visto hoy era distinta a ella verdaderamente, no creía que fuese tan perfecta como se mostro, si al notarlo su único defecto era ser muy tímida pero nada más y el ver como Niou se le adelantaba hoy, y más idiota se sentía el pelinegro ya que termino cubriéndole para que se fuese con su compañera, aunque qué le importaba a él, solo era su compañera nueva, no entendía porque se molestaba tanto, después de tanto pensar, decidió que no podría concentrarse en lo que hacía y estaba algo cansado, por lo cual prefirió tomar una siesta.
Al día siguiente, en la escuela, Niou era acosado por algunos de sus compañeros del club al llegar a la escuela.
