Después de despertarse Santana en la misma cama con su mejor amiga Quinn se dio cuenta de lo que había hecho. Ella y Quinn se habían acostado después de asistir a aquella boda y estar algo bebidas ambas, eso no debía haber ocurrido, Santana amaba con todo su corazón a Brittany y aunque ella ahora no estuvieran juntas sabía que su corazón le pertenecía a aquella bailarina que desde que ambas se conocieron le había robado el corazón, por otro lado Quinn era la chica más hetero que Santana había visto nunca, jamás le habían interesado las mujeres. Se sentó en la cama la morena sin poder mirar a la rubia que estaba aún durmiendo a centímetros de ella, notaba la respiración pausada de la rubia en cambio la suya estaba acelerada por lo que recordaba, y tenía que admitir que le había encantado estar a merced de aquella rubia de ojos verdes, no se había sentido así desde hacía mucho.

-Esto no ha podido pasar… -susurró para ella.

La morena se fue a levantar de la cama pero una mano la agarro con cuidado y cariño, miro a la rubia sin expresión ninguna pero esta le sonrío.

-No te vayas… –susurró haciendo que Santana la pudiera escuchar. La morena suspiró y se tumbó en la cama sin quitar los ojos de aquellos ojos verdes tan hermosos. Quería saber lo que estaba pasando por la cabeza de su amiga, pero no se atrevía a preguntarle nada, no le salían las palabras de su boca, pero al final se decidió a hablar.

-Quinn… lo que ha pasado –comenzó a hablar la morena pero Quinn la interrumipió.

-Santana, no te preocupes, ambas estamos solteras, lo que pasó no tiene nada de malo, ¿si? –terminó con una sonrisa para tranquilizar a la morena. Ella sonrió también y se cubrió más con la sabana ya que ambas estaban completamente desnudas, por lo que la rubia rió.

-San, no hace falta que te tapes, anoche ya vi todo y debo decir que tienes un muy buen cuerpo –dijo sentándose en la cama y se levantó de la cama- iré a darme un baño y luego vamos a desayunar, si? –ella se fue de allá con una sonrisa y dejó a una morena confundida en la cama.

Durante el baño que se daba Quinn, Santana no podía dejar de pensar en lo que había pasado esa noche. Jamás se había imaginado en los brazos de alguien más que no fuera Britt, claro desde que ella y la bailarina empezaron con su romance, y la verdad es que verse en los brazos de es rubia con ojos verdes no le parecía nada mal, Quinn era linda y muy sexy, de eso no cabía duda, pero también era su mejor amiga y jamás la había visto con ninguna chica y eso es lo que le confundía aún más. No podía sentir algo por ella. Algo la sacó de sus pensamientos, miró a la puerta del baño y de allí salía una rubia solo cubierta por una toalla alrededor de su cuerpo, su pelo caía sobre sus hombros aún algo mojados, se veía muy sexy. Santana no podía apartar la mirada de ella lo cual Quinn lo notó y le apareció un rubor en sus mejillas que a la vista de Santana la hacía aún más hermosa. Santana se dio cuenta de que se había quedado embobada mirando a aquella rubia por lo que negó con la cabeza y se levantó cubriéndose con la sabana, "iré a bañarme ahora yo" fue lo único que pudo la latina, jamás había estado tan nerviosa en una situación como esa. Quinn le dedicó una sonrisa como respuesta y Santana se metió en el baño, cerró la puerta con pestillo y se apoyó en esta suspirando, ¿Qué le estaba pasando? Dejó que la sabana cayera al suela y fue cuando se dio cuenta de que no había traído nada de ropa para cambiarse luego de salir de la ducha, pero ahora no sería un buen momento para salir porque seguro Quinn ya estaba desnuda intentado ponerse su ropa interior. La latina mordió su labio ante tal pensamiento pero negó con la cabeza para quitarse ese pensamiento de la cabeza. Se acercó a la ducha, encendió el agua y al notar que ya estaba caliente entró. Tardó como unos 15 minutos dentro de la ducha mientras pensaba en lo loco que habían sido las últimas 12 horas, salió de la ducha y se puso una toalla para que la cubriera de la misma forma en la que Quinn había salido hacía unos minutos. Respiró hondo y abrió la puerta, y se encontró con algo que no se esperaba.

-¿Qué haces tú aquí?