Tentación.
Eso sentía el incorpóreo de Sora, en su interior, al ver como éste hablaba con su pelirroja amiga, pero no, Roxas no veía a Kairi, él veía unos cabellos rubios y una piel más pálida que la de ella, él veía a Naminé.
Desde que el portador llegó a Destiny Islands y volvió a ver a su amiga, el rubio incorpóreo solo podía ver a la rubia desde los ojos de Sora, pero solo podía hacer eso, ese cuerpo no era suyo, ninguna acción que el daba se cumplía, y eso le dolía más.
Él quería besar esos labios que ahora se habían arqueado, creando así una sonrisa más que perfecta, ''Es Kairi, recuerda Roxas'' se decía él, pero maldición, la que veía no era Kairi.
Y sus pensamientos desistieron al ver como se reía de un comentario estúpido por parte de Sora, su rubia melena se había movido por causa del viento, haciéndola todavía más perfecta de lo que él imaginaba, sentía envidia por su corpóreo, a la vez que odio, puesto que si hubiera sido él ya la hubiera hecho callar las risas con un desesperado beso, que era como estaba él, deseoso de esos labios.
Veía que al parecer Sora y 'Naminé' se habían quedado solos sentados en la playa, seguían hablando de cosas sin sentido, haciendo a la chica reír y sonrojarse a veces.
'En verdad eché de menos a Kairi, es preciosa' Oía el rubio de los pensamientos de Sora, que solo alcanzó a sacar la lengua del asco ¿Compararías a Kairi con Naminé? Jamás.
Aunque bueno, así Naminé sería solo suya.
Si no fuera porque no podía realizar ninguna acción en el cuerpo donde él residía, maldijo de nuevo, si solo pudiera saber que él seguía viéndola, si supiera que es a la que podía ver desde los ojos del moreno, si supiera cuan deseoso estaba de besarla…
-Roxas… - Escuchó una voz desde el exterior, llamándole.
-¿Uhm?- Susurró él, nadie se acordaba del rubio, así que, ¿quién le llamaría, teniendo a su corpóreo delante?
-Tenía ganas de volver a hablar contigo de nuevo. –Volvió a repetir aquella voz.
-¿Naminé? – Susurró de nuevo, ahora la veía a ella, quien tocaba con una de sus manos la cara del rubio, éste por acto reflejo subió su mano para coger la de la rubia, pero a los pocos segundos la retiró, confuso.
-¿Puedo tocarte? – Preguntó, él lo había hecho, podía tocarla, ella asintió sonriente.
-Puedes besarme. –Respondió ella después de asentir.
Él arqueó una ceja, ¿cómo ella podía…? Ah claro, Sora.
Sin perder ni un instante más Roxas se tiró encima de Naminé, haciéndola caer en la arena de la playa, besándola con la intensidad que quería desde que la volvió a ver desde los ojos del moreno, ella le correspondía con la misma intensidad, alzando sus manos para acariciar su pelo, mientras él acariciaba el cuerpo de la chica.
-Te quiero, Roxas. – Susurró entre el beso la rubia, él solo pudo intensificar aún más el beso, y apoderándose de su boca logró meter la lengua para explorar el territorio recién descubierto. Todo estaba siendo perfecto para Roxas.
Demasiado perfecto.
-¡SORA!- Gritó Kairi separándose del moreno, bruscamente.
-¿Qué pasa? – Preguntó confundido el susodicho.
-¿¡Qué hacías besándome, pervertido!? – Decía una Kairi furiosa y roja.
-¡Yo no te besé! –Gritó excusándose el moreno.
Y por dentro los incorpóreos solo alcanzaron a sonreír.
