La serie InuYasha y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahasi. Este fic fue creado por Marduk, By-Unika y una servidora. Ojala les guste.
CAPITULO 1: Pequeño secretoNo era de noche, sin embargo el cielo se hallaba obscurecido desde la media tarde, cuando gruesas nubes de lluvia lo habían cubierto y habían comenzado a soltar su carga sobre los habitantes de la pequeña aldea. En la cabaña de Kaede el usual grupo de cazadores de fragmentos se encontraban refugiándose de la densa lluvia.
-Es una suerte que hayamos regresado justo antes de que empezara a llover- comento Sango mientras ayudaba a Kagome a servir la sopa que la sacerdotisa Kaede había dejado preparada para ellos antes de salir.
-Es cierto-convino Kagome, luego volteo hacia la puerta- pero me preocupa que Kaede aun no haya regresado-
-No se preocupe señorita Kagome- intervino Miroku- seguramente se quedara en casa del aldeano que ha ido a ayudar hasta que deje de llover-
-Cierto- volvió a asentir Kagome, volviendo a la tarea de servir la comida.
-Yo no se para que se preocupan- opino InuYasha desde el lugar donde se había sentado, recargado contra una de las paredes de la casa- Kaede, a pesar de ser una anciana, sabe cuidarse sola, no es ninguna niña- los platos ya se habían repartido y todos empezaron a comer
-Ahora que lo pienso- empego a decir Miroku- tú conociste a la anciana Kaede cuando aun era una niña, ¿Cierto InuYasha?-
-Si, ¿Y eso que?- respondió el aludido
-Solo me preguntaba, que se sentiría despertar un día y ver a la gente que conoces cincuenta años más vieja. Debió ser raro ¿o no?- inquirió Miroku
-Me lo preguntas como si yo me fijara en esas cosas- comento el medio demonio.
-O sea que si InuYasha no se hubiera quedado dormido todo ese tiempo, - pregunto el pequeño Shippo- ¿Ahora seria un anciano todo arrugado?-
-Si, posiblemente- respondió Miroku, mientras InuYasha le daba un golpe a Shippo
-¿Y a ti quien te metió en la conversación?- replico InuYasha al pequeño demonio
-Vamos chicos, compórtense- dijo Kagome mientras seguía comiendo. Solo escuchaba la conversación a medias, su mente había empezado divagar sobre lo comentado "Si hace cincuenta años, InuYasha no hubiera sido sellado, jamás nos habríamos conocido. El hubiera tenido una vida muy diferente y quizás..." por su mente paso la imagen de un InuYasha diferente al que estaba frente a ella, más maduro, con la huella del tiempo sobre él, quizás con una familia, pequeños que se parecieran a él, que corretearan a su alrededor y una mujer que estuviera a su lado. Una mujer de larga cabellera negra y ojos castaños, que no era ella "Seguramente, si no hubiera sido sellado, InuYasha, habría hecho una vida feliz al lado de Kikyo" pensó con melancolía, mientras veía al joven en el que pensaba pelear con Shippo por la ultima ración de la cena. Shippo se había subido a una vieja caja para poder estar mas al nivel de su contrincante, pero era obvio que se hallaba en desventaja, así que Kagome decidió intervenir para ayudar al pequeño.
-¡Abajo!- y una vez dicho esto, Shippo apenas tuvo tiempo de saltar de la caja para evitar quedar aplastado bajo el peso de InuYasha, que cayo de lleno sobre la frágil estructura de madera, desparramando su contenido. -Oh, cielos- exclamo Kagome- Ojala la anciana Kaede no se enoje por lo que le sucedió a su caja-
-¿Eso es lo que te preocupa?- pregunto InuYasha, levantando a duras penas la cabeza del suelo
-¿Que es eso?- pregunto Sango, tomando un pequeño trozo de tela que estaba en el suelo junto al pobre InuYasha. Lo extendió para poder verlo mejor- es ropa- dijo viendo la pequeña camiseta frente a ella.
-Parece que fue hecha para un bebé- opino Miroku
-¿Para que tendría Kaede ropa de bebé guardada?- pregunto Kagome
-Seguramente es de alguno de los niños de la aldea que ha curado – dijo InuYasha, levantándose.
-Tiene algo bordado- comento Sango al darle la vuelta a la prenda para verla mejor. En el revés de una de las mangas había bordados, con hilo rojo, unos caracteres que deletreaban un nombre, que todos los miembros del grupo conocían perfectamente –InuYasha- leyó Sango en voz alta, todas la miradas se volvieron hacia el joven de orejas de perro, cuya expresión de franca sorpresa
-¿Por que tiene eso mi nombre?-pregunto más para si que para sus compañeros
-Creo que eso yo puedo respondérselos yo- dijo una voz desde la puerta, y todos los presentes se volvieron para ver a Kaede entrar al la cabaña.
-Anciana Kaede- dijo Sango de pronto sintiendo una extraña sensación en el estomago, como si al estar sosteniendo la pequeña prenda con Kaede ahí fuera abrir una caja de Pandora, una muy grande.
-Dime anciana- exigió InuYasha, con su acostumbrada falta de cortesía- ¿por que esa ropa tiene mi nombre bordado?- algo le decía que realmente no quería escuchar la respuesta
Kaede camino lentamente hasta llegar a un lado del fogón que se hallaba en medio de la casa, tomo asiento y empezó a hablar
-Esa ropa la bordo mi hermana Kikyo- dijo
-¿Kikyo?-pregunto Kagome-pero, ¿para que iba a querer Kikyo ropa de bebé?-
-Pero si ella nunca tuvo hijos, ¿o si?- se escucho el inocente comentario de Shippo. Dicho esto tres miradas se volvieron al unísono, para posarse sobre el joven de cabellos plateados sentado al fondo de la cabaña
-¿Por que me miran así? ¿No estarán pensando...?- Miroku lo interrumpio
-¿Entonces tu y Kikyo nunca...?-no termino la pregunta, pues no sabia como preguntar lo que quería saber enfrente del pequeño demonio zorro
-Bueno...- InuYasha dudo sobre como responder a eso. No podía decir la verdad frente a Kagome, pero tampoco podía mentir enfrente de Kaede que, seguramente conocía la historia, y mucho mejor que el por lo visto- tanto...como nunca...-
"¿Kikyo e InuYasha?" penso Kagome, su mente trabajaba a velocidades increíbles tratando de digerir lo que acababa de escuchar. No era posible ¿o si? Se trataba de alguna broma cruel ¿cierto? Pero la expresión de Kaede era todo lo que necesitaba para confirmar que todo era bastante real ¿como fue que el mundo se desquicio en menos de tres minutos? Lo curioso era que en ese instante la lluvia se detuvo, como si el mundo exterior también quisiera enterarse de lo que sucedía en la cabaña.
-Por supuesto, todo esto sucedió hace cincuenta años. Y tu nunca supiste nada InuYasha, Kikyo no tuvo tiempo de decírtelo- contó Kaede
-Pero, ¿Como es posible?- Sango acababa de recuperar su voz, que parecía haber escapado por la sorpresa, y ahora, al igual que el resto, tenía preguntas y muchas-¿Como fue que tu y Kikyo...?- una vez más la presencia de Shippo evito que la pregunta fuera terminada Miroku se acerco a Shippo
-Shippo, quizás seria mejor si tú...fueras a tomar un paseo-
-Entiendo, no quieren que este aquí para que puedan hablar de cosas de adulto- dijo Shippo- Me iré, pero espero que me cuentes todo después Miroku- normalmente no habría accedido tan rápido, pero la verdad, la tensión del lugar no le agradaban mucho. Mejor alejarse ahora y esperar a que todo mundo estuviera más calmado.
Una vez que Shippo se fue, Kaede prosiguió relatando la historia
-Fue después de que te fuiste InuYasha-
-No entiendo- exclamo Sango-¿Se refiere a cuando fue sellado al árbol?-
-No- dijo Kaede- InuYasha desapareció durante un año antes de que Naraku les tendiera aquella trampa. Mi hermana se dio cuenta de su estado poco después de que te fueras. En ese entonces yo era muy pequeña, vivía con la hermana de mi madre, Yukino, ella nos crió a mí y a mi hermana, siempre se hizo cargo de nosotras y esa vez no fue diferente. Entre las dos decidieron que nadie debería enterarse del embarazo y lo mantuvieron oculto al resto del pueblo, y a mi me ordenaron no decir nada, me dijeron que era por seguridad, pero no sabia a lo que se referían. Debo serte sincera InuYasha, no pensé que regresarías- admitió la mujer con un poco de remordimiento
-¿Pero que fue lo que paso después?- pregunto Miroku- ¿Ese bebé nació? ¿Y si es así donde esta?-
-Claro que nació, Excelencia- contesto Kaede- pero no creo que pueda responder a su otra pregunta. Verán un día, mi hermana y yo salimos al bosque a recoger algunas plantas medicinales, ella seguía cumpliendo con sus tareas, y yo la ayudaba, pues cada vez le era más difícil, después de todo ya tenía siete meses. Pero entonces sucedió algo que nos tomo desprevenidas, un demonio apareció de la nada y nos ataco, mi hermana me ordeno buscar ayuda y yo corrí de regreso a la aldea, Kikyo no llevaba sus flechas, estaba indefensa. En el camino encontré a tía Yukino la lleve al lugar a donde habíamos sido atacadas, pero no encontramos a mi hermana ni al demonio, seguimos su rastro hasta el pozo, y ahí estaba el cuerpo de la bestia, o al menos lo que quedaba de él, y mi hermana también. Kikyo sangraba, y mucho- InuYasha hacia su mayor esfuerzo para no demostrar cuanto le afectaba aquella historia pero era en vano, agarro mas fuerte su espada como si eso fuera a mantener a flote su cordura- Aun no se como lo logramos, pero la trajimos de vuelta a la aldea, y mi tía se encargo de atender a Kikyo, entonces no me di cuenta, pero con el tiempo reconocí los síntomas y la situación que se presento ese día- miro a Miroku fijamente- claro que ese bebé nació, pero jamás supe que fue de el. Kikyo solo le contó lo sucedido a tía Yukino, y a mi se me prohibió volver a mencionar el tema, para cuando tuve edad de comprender lo que había sucedido por completo las únicas dos personas que pudieron aclarar mis dudas, habían muerto y se habían llevado el secreto al a tumba-
-¿Por que no me lo dijo?- pregunto InuYasha, sonó más como un gruñido que como una pregunta, toda la rabia contenida amenazando con explotar en cualquier momento
-Ella iba a hablar contigo, después de que pidieras tu deseo a la perla- aclaro la anciana
-Pero entonces, Naraku los engaño el resto de la historia ya lo conocemos- termino Miroku, todo el tiempo manteniendo una expresión seria, como analizando cualquier pequeño detalle del relato que se le pudiera escapar.
El silencio se apodero de la pequeña cabaña, mientras cada uno de los presentes hacia lo posible por comprender lo que acababan de escuchar. Entonces InuYasha se levanto, y sin decir nada salio de la cabaña y se dirigió al bosque.
Sango miro a Kagome, el rostro de su amiga no expresa emoción alguna, pero estaba segura que, bajo la superficie, había una tormenta desatada.
-Yo...debo irme- dijo Kagome poniéndose de pie y levantando su mochila
-Kagome- llamo Kaede, con cierto dejo de tristeza en su voz "¿Acaso piensas dejarnos?"
-Prometí a mi madre que regresaría hoy, y ya casi es de noche. Será mejor que me vaya ya-
-Kagome-Sango se acerco a su amiga- volverás, ¿cierto?-
-Aun tenemos que buscar los fragmentos, ¿o no?- dijo tristemente antes de salir y encaminarse al pozo
Termine el primer capitulo. Por favor no me odien. No soy partidaria de Kikyo, solo me gusta crear traumas a los personajes en mis fics. Mandeme sus opiniones
Hasta el próximo capitulo
