Cosas del Destino
Eran alrededor de las 11hrs. cuando AJ volvía en su auto a su departamento luego de haber ido a dejar a Katie al aeropuerto, pues ella viajaría a ver a sus padres, con quienes estaría una semana.
Manejaba tranquilamente, por una calle desolada, cuando de repente algo lo hizo detener el auto. Había logrado captar una imagen a pesar de aquella oscuridad. En una calle angosta y sin luces, un hombre golpeaba a una joven mujer.
- «Tengo que hacer algo» - pensó.
Retrocedió el auto y se puso de frente a aquella calle encendiendo las luces altas del coche. El tipo inmediatamente dejó a su víctima y huyó, y ella se dejó caer al suelo.
AJ esperó un momento, como para asegurarse de que el hombre no volvería, y entonces bajó del auto y fue hacia allá.
Se arrodilló al lado de la joven y la miró detenidamente. Debía tener alrededor de unos 20 años, y un hilo de sangre le corría por el labio. Ella lo miró.
- Puedes caminar? - ella afirmó con la cabeza e intentó levantarse apoyándose en la muralla, pero no estaba bien, y hubiera caído a no ser porque él alcanzó a sujetarla -. Te ayudaré...
Pasó un brazo de ella alrededor de su cuello, sobre sus hombros, y la afirmó fuertemente por la cintura, para poder ayudarla. Así la llevó hasta su auto, donde la ayudó a subir adelante, y luego subió él.
- Dónde me llevas? - quizo saber, pues al parecer no entendía nada.
- A un hospital... No tienes buen aspecto.
- Para - dijo luego de un silencio, durante el cual parecía haber procesado las palabras.
- Qué pasa? - detuvo el auto a un extremo de la calle y la quedó mirando extrañado.
A pesar de los golpes que había recibido, y del maquillaje todo corrido, podía notar que era una chica muy linda y atractiva, una mezcla de niña y mujer, que le dejaba un sabor inquietante, que lo intrigaba.
- No quiero ir a un hospital - esquivando su mirada.
- Tienes que verte, no estás bien - insistió.
- No es tan grave...
- Y donde vives?
- Tampoco quiero ir a mi casa - una lágrima rodó por su mejilla, y nuevamente quedaron en silencio.
- «Seguramente tiene sus motivos para no querer ir a su casa, pero no la puedo dejar sola...» - echó a andar el auto.
- No quiero ir a un hospital... - le recordó.
- Te llevaré a mi departamento - aclaró.
- Pero... No quiero molestar.
- No te preocupes, no me molestarás... No te podría dejar sola.
Ella se lo quedó mirando, mientras él manejaba, sin poder evitar sentir un gran aprecio hacia él.
- «Aún quedan hombres buenos... Y es lindo» - pensó.
Y así se fueron en silencio durante todo el camino.
Guardó el auto en el estacionamiento y la ayudó a bajar. Subieron en el ascensor hasta el quinto piso y allí entraron en el número 53.
- Siéntate... Te traeré un café - desapareciendo en la cocina.
Se sentó en el living, mientras observaba todo a su alrededor. Por lo que podía apreciar, indudablemente él era un chico con dinero, y tenía la leve y extraña sensación de haberlo visto antes en algún lugar.
Luego de unos minutos, él apareció en la sala con dos tazas de café y se sentó frente a ella.
- Bébelo, te hará bien.
- Gracias... De verdad muchas gracias - y por primera vez esbozó una sonrisa, algo tímida.
- «Es muy linda. Pobre, pasar por eso... Malditos aprovechadores» - no le quitaba los ojos de encima -. Cómo te llamas?
- Ka... - se detuvo, y tosió -. Leticia - logró decir -, pero dime Letty - sonriendo en más confianza ya -. Y tú?
- Mmm... Alexander... Alex para ti - había estado a punto de decir "AJ", pero al parecer ella no tenía idea de que él era uno de los "Backstreet Boys", si que no quería darle pistas.
- Vives solo?
- Sí - silencio nuevamente -. Y bueno... Qué intentaba hacer ese hombre? - ella no respondió, se quedó callada -. Robarte, o quizás... violarte? - agregó algo nervioso ante lo fuerte que le sonaba esa palabra.
- Sí, quería... violarme - respondió sin mirarlo, agradecida por la ayuda.
- Pero no te hizo nada cierto?
- Sólo me golpeó...
- Y qué hacías sola a estas horas?
- «Muchas preguntas que preferiría no responder, menos si tengo que mentirle a él, que parece tan buen chico» - miraba al suelo, entonces respiró profundo... no tenía otra salida -. Es que... venía de una fiesta con él, pero había tomado y quizo propasarse...
- Que mal - notaba la incomodidad de la chica -. Bueno, ahora deberías darte un baño para luego acostarte - viendo su taza ya vacía -. Te prestaré una camisa y dormirás en mi cama, yo me acomodaré en el sillón.
- Y yo sigo molestando - apenada -. Eres un caballero.
