Hola, feliz navidad a todos, y bienvenidos sean a este nuevo proyecto, la traducción, adopción y (espero) culminación de la historia "Infinite Stratos: Resolve".

A algunos esto podría no ser una sorpresa, pero para otros sí, es decir, ¿yo, adoptando/tomando una historia? Bueno, pues es así, y la verdad es que se cumplieron los requisitos que me planteé para que yo adoptara una historia. ¿Cuáles son? El primero, que fueran puestas en adopción, y su autor original, Shiranui Amaterasu, la declaró en adopción desde hace ya dos años. Ese es justamente e segundo requisito, que en al menos dos años no hubiera noticia alguna de la historia o el autor.

Lo triste es que, el último mensaje en el que reafirmo el estatus de la historia y compartió sus notas de sus ideas para el futuro de esta, comentó que varios se habían puesto en contacto con él, pero nadie siguió adelante. Yo considero que es una lástima que esto pasara, y dado que la sección de IS, especialmente en español, está muy vacía, decidí adoptarla y traducirla al español con el plan de terminarla y traducirla de regreso al inglés una vez esté completa, aunque si hay alguien dispuesto a ayudarme con la traducción durante la marcha para que vayan a la par las versiones estoy más que dispuesto a escucharlo, especialmente si, llegado el momento, aporta en la historia para mantenerla en buen nivel.

Edición: A los que leyeron el capítulo antes de la segunda edición, sé que les dije que los primeros capítulos serian casi completamente traducción de los originales, pero la verdad me será muy difícil escribir la historia en primera persona, aun con los capítulos que Shiranui escribió como base, así que decidí cambiar el estilo de escritura y también algunas cosas que siento podrían ser más sólidos de otra forma, como los combates y otros detalles así que no será solo una "traducción", ahora vengo con toda la intención de hacerla "mía".

Pero bueno, pasemos a la historia, (Modo Jag Duran = ON) cinturón de seguridad y, vamos para allá.

-Diálogos-

-Pensamientos-

(N/e: notas de escritor)

(Explicaciones extra)

Capítulo 01: Resolución.

El mundo había cambiado radicalmente con la creación de los Infinite Stratos (IS), unas armaduras altamente tecnológicas diseñadas originalmente para la exploración espacial, pero tras la cancelación del proyecto en cuanto a la rama espacial, se volvieron las armas más avanzadas del mundo, lo que quedó claro tras el incidente conocido como "El caballero blanco".

La creadora, Shinonono Tabane, obligó a los países de todo el mundo a firmar el tratado Alaska, lo que les impedía desarrollar los IS como armas, al menos públicamente. Además, al solo existir 467 núcleos, los cuales solo podían ser manufacturados por la propia Tabane, se vieron limitados a la cantidad de unidades que cada país podría tener.

Como nota extra, solo las mujeres eran capaces de usar los IS, un detalle que Tabane no previó pero que consideró poco importante, por lo que nunca trató de corregirlo. Eso provocó un giro de 180° en la forma de vida a lo largo del mundo, siendo ahora las mujeres el género dominante.

Con el tiempo, surgió la primera y más grande competencia a nivel mundial en la cual las mejores pilotos de los países competían por el título de la más fuerte, el "Mondo Grosso", y la ganadora del primer torneo fue originaria de Japón, país donde los IS habían surgido, por lo que no era una exageración decir que Japón estaba en la cima del mundo.

La ganadora no era otra que Orimura Chifuyu, la mejor amiga de Shinonono Tabane y la favorita para ganar la segunda edición del "Mondo Grosso"… al menos hasta que su hermano pequeño fue secuestrado.

(Lugar desconocido)

Orimura Ichika era un joven muy amable y amigable que generalmente se mostraba con una sonrisa en todo momento, excepto ahora mismo.

El pequeño tenía los brazos atados al tórax así como las piernas, imposibilitándole moverse o ponerse de pie. No se encontraba amordazado ni vendado de los ojos, pero considerando que el lugar estaba sumergido en las tinieblas y que había perdido la voz instantes antes por los gritos de auxilio que nadie escuchó, no habría sido mucha diferencia que lo estuviera.

No tenía idea de lo que pasaba, lo último que recordaba era que se dirigía al estadio para ver a su hermana competir antes de que todo se volviera negro. Y cuando volvió a abrir los ojos seguía sin distinguir nada más que oscuridad pese a estar seguro de que tenía los ojos abiertos y estaba atado, con solo un leve murmullo de olas interrumpiendo el tétrico silencio. Le tomó un par de minutos al pequeño comprender su situación (aunque no tenía idea de por qué había sido secuestrado), lo primero que hizo fue romper en llanto y gritar con todas sus fuerzas, sin resultado alguno.

No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, era difícil saberlo en su estado de terror y desesperación, pero como mínimo debía de ser más de una hora. A estas alturas no tenía ningún pensamiento positivo, temiendo su inminente muerte, o que sería llevado muy lejos de Japón, si no es que ya lo habían hecho, y que no podría hacer nada para compensar a su querida hermana mayor por todo lo que había hecho por él, y sorpresivamente, eso le afectaba más que pensar que podía morir en cualquier momento o que no volvería a ver la luz del día.

-C-chifuyu-nee- suspiró con su rota voz, en un murmullo tan bajo que nadie, aun con el silencio del lugar ni estando a menos de un metro de él, habría sido capaz de escucharlo.

En ese momento, como negando esa realidad, un hueco por el que se filtró la luz se abrió a varios metros frente a él con brusquedad y acompañado por un sonido metálico, que pronto se extendió mientras la cortina de acero del almacén era rasgada, y abriéndose paso por esta, su hermana, usando su IS, entró, cambiando su expresión de preocupación por una cálida sonrisa de alivio al verlo.

El propio Ichika sintió un alivio tan intenso que solo fue capaz de responder con una débil sonrisa antes de caer inconsciente.

(Time Skip)

Había pasado un tiempo tras el incidente, e Ichika estaba solo en su casa. Chifuyu (quien había sido descalificada del torneo al abandonarlo de improvisto) había viajado a Alemania a entrenar a sus pilotos por un año como pago por brindarle la información sobre el paradero de Ichika y calmar al gobierno japonés que estuvo a punto de arrestarla por violación de la ley ("mal uso de su unidad IS").

La soledad y culpabilidad por haber sido secuestra estaba carcomiendo a Ichika lentamente, tanto que se había vuelto bastante sombrío, al punto que preocupaba a sus amigos, Rin y los hermanos Gotanda. Las cosas no parecían cambiar, hasta que, en un día en que "miraba" la televisión en su sala (no que le prestara verdadera atención estando en medio de su depresión).

-Yo, no quiero seguir siendo protegido por Chifuyu-nee toda mi vida, no quiero ser una carga, debo hacerme fuerte para poder cuidarme a mí mismo, y tal vez a ella, pero ¿cómo? ¿Cómo puede un hombre proteger a quien está en la cima del mundo?- justo en ese momento, el anime de Sci-Fi (aunque lo único que distaba de la realidad de ese momento eran las colonias espaciales a lo largo del sistema solar como era el caso de Marte que había sido completamente colonizado) que "veía" mostró una escena en la que un científico un tanto loco revisaba con palpable emoción el enorme e intimidante (aunque algo desgastado) robot blanco que el protagonista piloteaba y aseguraba que no solo lo repararía, sino que lo dejaría mejor que nunca, fue entonces que una epifanía golpeó al pequeño con una fuerza brutal -¡Eso es! No puedo ser el escudo de Chifuyu-nee, ¡pero puedo ser su pilar!- pensó emocionado.

Salió disparado del sofá como si este estuviera en llamas y corrió a su cuarto, se dirigió a su escritorio y, bajo la tapa secreta de un cajón, sacó un papel con un número telefónico escrito.

Rápidamente tomó un teléfono y marcó, esperando con ansiedad hasta que finalmente contestaron.

-¡Hola, hola! ¿Qué tal estas? ¡La súper genio, Shinonono Tabane está aquí!-.

-¡Tabane-nee!, ¡Soy yo, Orimura Ichika!-.

-¡I-kun, que sorpresa! Escuché que te secuestraron y que Chi-chan te rescató, ¿estás bien? ¿No te hirieron?-.

El pequeño mostró una mueca ante la mención del secuestro, pero se recuperó tan rápido como pudo, no era el momento de lamentarse por eso.

-Estoy bien Tabane-nee, más importante, ¡por favor, enséñame de sobre los IS!-.

Esas siete palabras cambiaron el destino, no solo del pequeño, si no del mundo entero, especialmente por que Ichika estaba seguro que, como hombre, no podría alcanzar una fuerza similar a la de su hermana, por lo que solo le quedaba fortalecerla tras bambalinas… sin embargo, ese pensamiento estaba equivocado.

(Cinco años después)

-¿Qué pasa Ichika? ¿Tu hermana te dio otra paliza en esas dichosas "practicas" suyas?- preguntó un joven de cabello largo y rojizo, Gotanda Dan, llegando al lado del exhausto Ichika quien esperaba en la parada de autobuses, ambos vestidos con el uniforme de la secundaria de la que estaban por graduarse.

Las prácticas en cuestión eran algo común para Ichika desde hace cuatro años, empezando apenas su hermana volvió de Alemania, y dado que ella está siempre ausente por su trabajo, suelen ser en su mayoría autodidactas con él siguiendo las instrucciones de su hermana, con Chifuyu probando su progreso cada dos semanas. En dichos pruebas Ichika siempre recibe una paliza unilateral, pero siempre suponen una mejora de sus habilidades, siendo ahora capaz de resistir un minuto con desdieseis segundos en contra de ella, lo que, considerando la fuerza de Chifuyu, es algo digno de alabar.

No fue lo único que hizo en esos cinco años, sino que también su conocimiento de los IS con Tabane como su maestra.

Fue muy difícil (lo que era normal al ser cosas muy por encima de las capacidades y conocimientos de un niño de diez años), especialmente al inicio, pero la genio no se rindió en ningún momento, logrando simplificar los complejos temas científicos de tal forma que hasta él logró entenderlo, sin lugar a dudas podría ser una maestra ejemplar.

Tres años de estudios por internet lo prepararon para los verdaderos retos de su nueva educación, el analizar problemas de equipos IS, dar con la causa y su solución. Iniciando con cosas sencillas hasta llegar al punto en el que Ichika se vio realizando sus propios diseños de equipamiento IS.

Sus primeros diseños fueron fracasos rotundos, especialmente el escudo secundario alimentado por la energía del núcleo y el infame "propulsor revolver" (Ichika deseaba olvidar todo al respecto de ese último), pero con el tiempo logró hacer diseños lo suficientemente buenos para que la genio mostrara verdadera sorpresa, inclusive se podría decir que algunos llegaban a impresionarla, aunque en cierta medida únicamente.

Llegó el día en que Tabane vendió uno de sus diseños, al pobre Ichika casi se le paró el corazón al ir a revisar su cuenta bancaria por indicación de la genio y ver una ENORME cantidad de ceros. Inseguro de aceptar tanto dinero, trató de devolverlo todo, pero Tabane demostró ser tan terrorífica como Chifuyu cuando se lo proponía, por lo que no tuvo de otra más que aceptarlo (aunque logró que aceptara el que se dividieran las ganancias).

Su plan era aprovechar la experiencia ganada con Tabane para estudiar en una escuela técnica de IS, su siguiente objetivo pudiendo ser el empezar a trabajar en una empresa manufacturera o estudiar un posgrado. Claro, todo esto lo había mantenido en secreto de todos, incluyendo a su querida hermana mayor.

-No, solo me la pasé estudiando hasta tarde- refutó el azabache recordando su sección nocturna sobre los IS -además, Chifuyu-nee no ha vuelto de su trabajo aun- se detuvo al notar un autobús aparecer por la esquina -nos vemos Dan, ese es mi camión, suerte con tu examen-.

-También a ti Ichika, pero, ¿No vas a decirme a que escuela estas aplicando? ¿No es la escuela privada Aoetsu, o si?-.

-No, pero no te lo diré, ya no sería una sorpresa- y con eso, Ichika abordó el autobús que lo llevaría a donde todo iniciaría.

(Dos Horas después)

-...Estoy perdido- se lamentó en alguna parte de la escuela donde debía presentar su examen de admisión, un lugar inmenso, lleno de pasillos, escaleras y puertas que no tardó en causar que se perdiera -¿es algún tipo de obstáculo para que pocos acepten? No importa, abriré la primera puerta que encuentre y buscaré ayuda-.

Apenas había pensado eso cuando vislumbró una puerta a pocos metros que se apresuró a abrir, congelándose al ver lo que había al otro lado.

-...Un IS- musitó, ensimismado al ver el objeto central de todas sus metas actuales, arrodillado como un samurái ante su señor en medio de una enorme sala.

Sin apenas pensarlo extendió la mano y tocó la unidad, y al mismo tiempo que este brillaba débilmente, su mente fue asaltada por una gran cantidad de información: características, especificaciones, rango de movimiento, equipamiento actual, todo tipo de datos de la unidad ante él.

-¡Llegas tarde!- se escuchó una voz femenina gritar con molestia desde el otro lado de la sala -¡Date prisa y entra en la unidad, iniciaremos con la prueba ya!-.

-¿Prueba? No, espere, está en un…-.

-¡Deja de perder el tiempo y entra! ¡Tenemos un horario que seguir!-.

Algo intimidado por la mujer ordenando tan estrictamente, Ichika se colocó la armadura tan rápido como pudo, y una vez estuvo listo, se tomó unos instantes para sentir la armadura y sus efectos sobre él. Sus sentidos aumentaron enormemente, especialmente su vista, ahora podía ver en todas direcciones claramente y enfocado, también su oído mejoró al punto en que podía escuchar los latidos del corazón de todos los que estaban en aquella sala. Se sentía ligero como una pluma, pero aun así, con la fuerza suficiente para levantar un auto sobre su cabeza.

-Este, este es el poder que Chifuyu-nee posee, el poder que dominó- pensó ensimismado al tiempo que materializaba ausentemente el arma de la unidad, una espada gigante similar a una katana apareciendo en su mano derecha entre partículas de luz.

En eso, sus sentidos aumentados y el radar de la unidad le advirtieron que otro IS se acercaba rápidamente a su derecha. Girándose rápidamente, permitió a la examinadora que observara por primera vez a quien había apurado, y aprovechando la sorpresa tan grande que se veía en su rostro, salió del camino, por lo que la instructora se estrelló en un muro.

-¡E-e-eres un hombre!- exclamó incrédula mientras se ponía de pie.

-Bueno, si- respondió Ichika como si fuera algo obvio, antes de que el peso de sus acciones le cayera como un edificio.

Orimura Ichika, se había vuelto el único hombre sobre la tierra en ser capaz de pilotar los IS desde su creación hace diez años.

(Time Skip)

El tiempo pasó y, antes de que se diera cuenta, Ichika se encontró sentado en su nuevo salón de clases, completamente rodeado de mujeres. No que fuera sorpresa, después de todo, él era el único hombre en toda la academia IS, todas las estudiantes y todo el personal de la academia estaba constituido por mujeres.

-Esto es demasiado incomodo- pensó, sintiéndose muy aislado dada su situación, especialmente al estar al centro y al frente del salón, donde todas las mujeres presentes podían enfocarlo sin mayores problemas… como estaban haciendo ahora.

Bueno, con excepción de una única chica quien irónicamente, era la esperanza de Ichika para poder tomarse las clases con calma. Se trataba de Shinonono Houki, la amiga de la infancia de Ichika a quien no había visto en mucho tiempo. El problema era que solo lo miró por unos instantes, pero apenas él regresó a verla ella desvió la vista por completo con un bufido, y no mostraba intenciones de siquiera reconocer su existencia.

-¿Así tratas a un amigo que no has visto en seis años, Houki?- se quejó mentalmente Ichika mientras dejaba caer su cabeza en el escritorio, lamentándose.

-¿Orimura Ichika-san?- llamó a lista la maestra, una mujer de baja estatura que mostraba timidez al estar ante sus alumnos pero eso no cambiaba el hecho de que era bastante atractiva, con cabello y ojos verdes, lentes de montura y una figura por demás destacable.

Pero el único hombre presente, sumido en su depresión, no respondió.

-¿Orimura Ichika-san?- repitió con un poco más de fuerza, obteniendo el mismo resultado -¡Orimura Ichika-san!-.

-¡Ah, sí, Orimura Ichika, presente!- reaccionando al grito, se puso de pie algo alarmado, apenándose al notar como algunas de sus compañeras se reían levemente.

-L-lamento haberte llamado tan fuerte Orimura-san, pero no respondías ¿Estás enojado conmigo? ¡Lo siento! Pero es que, estamos en las presentaciones y ya es el turno de Orimura-san, así que, ¿podrías presentarte? ¿Por favor?- se disculpó inclinándose repetidamente la maestra.

-Ah, Yamada-sensei, está bien, no tiene que disculparse, yo soy el que se distrajo después de todo- le tranquilizó algo apenado.

-¿En verdad? Bien, en ese caso, procede a presentarte por favor-.

Irguiéndose y avanzando al frente de la clase, Ichika se puso nervioso en el acto, cosa normal al estar frente a tantas mujeres que lo miraban con una intensidad sorprendente.

-No me miren así por favor, cualquiera se pondría nervioso- se lamentó internamente antes de suspirar -Mi nombre es Orimura Ichika, espero nos llevemos bien de ahora en adelante- se presentó con una leve inclinación, pero apenas se irguió de nuevo dio un paso intimidado hacia atrás al notar como las miradas se habían intensificado -¿Por qué me miran así? ¡¿Qué más quieren que diga?!- se quejó, decidiendo terminar todo de una vez -Eso es todo-.

Al instante, todas las mujeres presentes, incluyendo a la maestra, se dejaron caer decepcionadas, y cuando se irguieron lo dejaron en claro con sus miradas.

-¿Qué? ¿Esperaban algo más interesante, o genial? ¡No soy un personaje de anime ni un chuunibyou!-.

¡BAM!

Algo golpeó con fuerza la cabeza del chico desde atrás, haciéndole torcerse bastante por la fuerza. Irguiéndose adolorido, parpadeó un poco al sentir el golpe muy familiar.

-¿Chifuyu-nee?-.

¡BAM!

Apenas había empezado a girarse cuando un segundo golpe descendió inmisericordemente sobre él. Finalmente pudo girarse ver a su hermana vestida con un traje de negocios femenino mirándolo severamente. En su mano derecha estaba el arma usada, un cuaderno de atendencia.

-Orimura-sensei, ¿ya terminó la junta?-.

Suavizando su mirada, Chifuyu encaró a la peli verde -Si, disculpa que te dejara el inicio sola, debiste de tenerlo duro, especialmente con este idiota- se disculpó apuntando al único hombre presente.

Su hermano le dirigió una mirada deprimida por la forma de referirse a él, pero fue completamente ignorado en pos del resto del salón.

-Atención clase, mi nombre es Orimura Chifuyu, estoy a cargo de instruirles en los controles y las funciones de las unidades IS. Espero que todas y cada una de ustedes recuerde y comprenda lo que les enseñaré, sin excepción alguna. Aquellas que no comprendan un tema recibirán una educación mucho más estricta hasta que la información se arraigue en su cerebro, ¿quedó claro?-.

Ichika miró a su hermana algo sorprendido, no esperando ese tipo de presentación tan intimidante pese a conocerla bien, por su parte, el resto de estudiantes…

-¡Kya~! ¡Es Chifuyu-sama, en verdad es Chifuyu-sama!-.

-¡Soy su admiradora!-

-¡Vine desde el norte de Kyuushuu por que la admiraba, Chifuyu-sama!-.

-¡Yo vengo desde el sur de Hokkaido!-.

-¡Estoy tan feliz de poder aprender de usted, Chifuyu-sama!-.

-¡Moriría felizmente por usted, Chifuyu-sama!-.

...no se vio afectado por dicha presentación.

La estricta maestra las observó unos momentos con una expresión indescifrable antes de suspirar y cubrirse el rostro frustrada -...igual que todos los años, tantos idiotas reunidos en un solo lugar… ¿en verdad están aquí por mi clase?-.

-Chifuyu-nee, cálmate un poco, este tipo de popularidad no puede comprarse, ¿sabes?- no pudo evitar pensar Ichika, pese a que una parte de él estaba igual que su hermana, y también estaba un poco preocupado al ver como lo que recién agregó, lejos de calmarlas o deprimirlas, solo las emocionó más -...no quiero pensar en eso, pero, ¿serán todas masoquistas?-.

Tomo unos instantes pero la clase finalmente se calmó, por lo que Chifuyu se giró hacia su hermano -Entonces, ¿eres tan idiota que fallaste en algo tan sencillo como una presentación?-.

-¿Eh?, No, Chifuyu-nee…-.

Un golpe más lo interrumpió en el acto.

-Es Orimura-sensei-.

-Entendido, Orimura-sensei- respondió con voz adolorida.

Con eso, la hora de tutorías del primer día llegó a su fin.

(Hora del almuerzo)

Una vez más, Ichika se encontraba en su asiento sintiéndose extremadamente incomodo, esta vez porque todas sus compañeras se encontraban en los extremos del salón, mirándolo intensamente y dejando una distancia de al menos tres metros entre ellas y él. Inclusive había algunas de otros salones entre ellas o en las puertas abiertas, todas cuchicheando entre ellas con su vista fija en él, pero ninguna se animaba a dirigible la palabra.

Si antes era famoso por ser el único hombre piloto de IS, ahora que se sabía su relación con Chifuyu la cosa se había vuelto peor. Desanimado, dejó caer su cabeza en su escritorio.

-Disculpa-.

Irguiéndose, notó que alguien finalmente había reunido el valor para dirigirle la palabra, no siendo otra persona que su amiga de la infancia y única conocida entre las presentes, Houki.

-¿Podemos hablar en los pasillos?-.

Dicho eso y sin esperar por una respuesta, la morena salió rápidamente del salón. Ichika se puso de pie y la siguió inmediatamente, apenas y logrando verle adentrarse a un pasillo ancho y en el que solo estaba ella, donde se detuvo a esperarlo a la mitad del pasillo, mostrando una expresión de alivio al verlo llegar.

Sin embargo, no dijo nada, mostrándose insegura. Ichika esperó pacientemente por unos instantes antes de suspirar.

-Houki, ¿ganaste el torneo nacional de kendo verdad? Felicidades-.

Con su rostro rojo delatando su pena, finalmente habló -¿C-como sabes eso?-.

-Lo leí en el periódico-.

-¿E-el periódico?-.

-Sí, había un pequeño articulo anunciando el ganador- le explicó antes de sonreír amablemente -¿sabes Houki? Aunque han pasado seis años, te reconocí al instante-.

El rojo se extendió aún más por el rostro de la chica -¿C-cómo?-.

-Tu peinado, sigue siendo el mismo que usabas entonces, ¿Cómo podría olvidar algo tan característico de ti?-.

Completamente roja, Houki se limitó a asentir. En ese momento sonó la campana indicando el final del periodo de descanso.

-Ah, debemos volver rápido, o Chifuyu-nee podría castigarnos- comentó algo preocupado antes de tomarla de la mano y dirigirse al salón de clases sin soltarla en ningún momento.

Sora decir que Houki se mantuvo callada y roja todo el trayecto.

(Una hora después)

Habiendo terminado el segundo periodo, Ichika se limitó a recargarse en su asiento, agradeciendo mentalmente a Tabane por haberle enseñado tanto, sin eso seguramente habría llegado hasta ese momento sin entender absolutamente nada, y no era una perspectiva agradable cuando su hermana mayor era una de sus maestras.

Aprovechando el intervalo hasta que la siguiente maestra entrara, una chica rubia con un uniforme personalizado para que la falda llegara hasta los tobillos, prácticamente siendo un vestido, se acercó a su escritorio.

-¿Puedo ayudarte…?- empezó Ichika buscando en sus memorias antes de negar levemente, considerando su nerviosismo al inicio y el aturdimiento tras los golpes de Chifuyu, no puso verdadera atención a la presentación de nadie en su salón -disculpa, no recuerdo tu nombre, ¿podrías decidirlo de nuevo?-.

-¿No sabes quién soy?- cuestionó indignada -¿Estás diciendo que nunca escuchaste de Cecilia Alcott, candidata a representante de Inglaterra y quien aprobó con honores el examen de ingreso?-.

-Así que se llama Cecilia, un momento, ¿a qué te refieres con honores?-.

-¿Oh? ¿No sabes eso tampoco? Bueno, es el deber de los nobles el educar a los plebeyos. Pasé con honores al ser la única en derrotar a la examinadora durante el examen, ¿ahora comprendes porque soy tan grandiosa?-.

-¿Te refieres al examen en el que debíamos de activar una unidad IS y enfrentar a una maestra?-.

-Exactamente-.

-En ese caso, yo también derroté a mi examinadora, aunque solamente la esquivé, ¿significa que también pasé con honores?-.

-¡¿Qué?!- exclamó incrédula y algo molesta, aferrándose al escritorio de Ichika con tal fuerza que sus nudillos estaban blancos -¡Me dijeron que fui la única!-.

-Bueno, la única mujer imagino, pero, soy un hombre así que no deberían de haberme contado con ustedes-.

En ese momento la madera del escritorio cedió levemente, crujiendo al empezar a romperse para la preocupación de Ichika. La rubia aspiró aire, preparándose para empezar a gritar.

Afortunadamente para él, la campana sonó una vez más, indicando el inicio del siguiente periodo de clases.

-¡Literalmente, salvado por la campana!- pensó aliviado.

La rubia se irguió -¡Volveré a terminar con esto, no vayas a huir!- le espetó molesta antes de volver a su lugar ante la vista del algo desanimado Ichika.

En el momento en que Chifuyu entró al salón y se colocó tras el escritorio del profesorado, Ichika se irguió por completo y se dispuso a darle toda su atención a la clase… de no hacerlo estaba seguro que le golpearía de nuevo, y no quería perder más neuronas.

-En este periodo cubriremos los distintos tipos de equipamiento IS, sus características y sus usos en combate, más les vale que pongan atención- empezó con seriedad -Pero antes de eso, debemos escoger al representante de la clase para el torneo entre clases que está próximo. Creo que queda claro que no es lo único que hará el que tenga el puesto, también deberá de atender a las reuniones del consejo estudiantil y a las del comité de reuniones. Será la cara del salón ante los eventos en general, sean deportivas o culturales, escojan bien-.

-Eso suena a mucho trabajo, le deseo suerte al que sea escogido- pensó Ichika sintiendo un poco de lastima por quien terminara en el puesto.

-¡Orimura-sensei, yo nomino a Orimura-kun para el puesto!-.

-¡Yo secundo la noción!-.

Un par de chicas saltaron casi de inmediato en sus asientos e Ichika asintió satisfecho.

-Sí, buena idea, que sea Orimura-kun… un momento, solo hay dos Orimura en el salón, y Chifuyu-nee es la maestra, así que…-.

-¿No hay objeciones?- preguntó tranquilamente Chifuyu -¿Ninguna? Bien, entonces el representante será…-.

-¡Yo me opongo!- exclamaron al mismo tiempo Ichika y Cecilia, lo que provocó que el chico la mirara agradecido.

-Puede que podamos llevarnos bien a final de cuentas- pensó animado.

-¡¿Cómo podríamos tener a este mono de circo como representante?!- espetó molesta la inglesa.

En respuesta, Ichika se sintió deprimido -supongo que me equivoqué-.

-¡Me niego a reconocerlo como nuestro representante!- continuó la rubia -El representante debería ser alguien con habilidad y gracia, y yo, Cecilia Alcott, cumplo con los requisitos por completo. Un mono de este subdesarrollado país no debería…-.

-¿Oh? ¿Y qué hace a Inglaterra mejor? La última vez que escuché, el único logro que ha mantenido indiscutidamente es el de la peor cocina del mundo- interrumpió Ichika con molestia.

-¡¿Qué dijiste?!-.

En retrospectiva, Ichika sabía que no debió hacer eso, especialmente al verla tan molesta, pero simplemente no se podía quedar callado ante el insulto a su país, y eso que no tenía un sentido patriótico tan fuerte. Y ahora que habló, no se iba a echar para atrás.

-¡¿Cómo te atreves a insultar a mi país de esa forma?! ¡Es imperdonable!-.

-Tu insultaste primero al mío, además, ¿país subdesarrollado? Recuérdame por favor, ¿En qué país surgió el IS? ¿En cuál está la academia IS más importante del mundo? Ah, cierto, en Japón-.

La rubia retrocedió un paso al quedarse sin palabras para responder.

Ichika se permitió sonreír satisfecho -Eso debió bastar-.

-¡Te reto a un duelo!-.

-...parece que no- suspiró antes de responder -Acepto, será más productivo que seguir discutiendo contigo-.

-Genial. Te enseñaré el poder de la candidata a representante de Inglaterra. Para cuando termine, estarás arrastrándote a mis pies, no te atrevas a retractarte-.

Algo molesto por su constante soberbia, Ichika abrió la boca una vez más -¿Quieres alguna ventaja?-.

El resultado fue inmediato, el salón se sumió en el silencio y todas lo miraron fijamente.

-¿Tantos deseos tienes de estar a mis pies?- preguntó un tanto sorprendida Cecilia.

-Para nada, solo te doy la oportunidad de pedir una ventaja- respondió firmemente el chico.

La rubia parpadeó un par de veces, antes de estallar en carcajadas. Algunas de sus compañeras también empezaron a reír aunque no tan fuerte, y las que no, lo miraban algo preocupadas.

-Orimura-kun, ¿hablas enserio?-.

-¡Es cierto que antes los hombres eran concienciados como el género dominante, pero eso cambió con los IS!-.

-¡Inclusive dicen que si se hiciera una guerra entre géneros, las mujeres no tardarían ni un mes en ganar!-.

-O-Orimura-kun, creo que tu deberías de ser el que pidiera una ventaja, Alcott-san es una candidata a representante, debe de ser muy fuerte-.

Ichika se dedicó a mirarlas seriamente, antes de hablar -"Perro que ladra, no muerde"- eso bastó para que todas lo miraran incrédulas, salvo su hermana que simplemente cerró los ojos, aunque había una muy tenue sonrisa en sus labios, tanto así que solo alguien que la conociera bien, como su hermano menor, la habría notado -no creo que tenga que preocuparme mucho por alguien que presume tanto y que menosprecia a todo menos su país-.

Todas las estudiantes abrieron la boca aún más ante eso.

-Además, ustedes fallan en notar algo en esa lógica- continuó, confundiéndolas -los IS volvieron a las mujeres en el género dominante, pero ¿qué pasará ahora que un hombre, el antiguo genero dominante, habiéndolo sido por cientos de años sin la necesidad de algo como un IS, recibe uno?-

Ahora todas estaban calladas. No querían creerlo, especialmente al haber crecido en la situación social actual, pero él tenía un punto.

Él era un comodín, alguien con un futuro incierto. No había prácticamente nada para respaldar el pensamiento, pero, tampoco había algo para negarlo: él, el único hombre capaz de pilotar los IS, bien podría ser el prospecto para el ser humano más poderoso con vida en la tierra. Y sabiendo que la persona más apropiada hasta ahora para tal puesto era su hermana mayor, no sonaba tan disparatado. Inclusive, algunas habían empezado a verlo como una certeza.

No que el propio Ichika lo creyera. Era una posibilidad que le encantaría que fuera real producto de su orgullo como hombre y su deseo de poder regresare a su hermana todo cuanto había hecho por él, y mentiría si dijera que no era su meta ahora que, no solo tenía la capacidad de mejorar unidades IS e inclusive crearlas, si no que era capaz de pilotearlas, pero no tenía confianza en que fuera a llegar a eso en los próximos años, y tenía muy en claro que Cecilia debería de ser mucho más hábil que él, pero no se podía quedar callado ante tanto menosprecio dirigido a su persona. No era alguien dispuesto a doblegarse así sin más.

-Está decidido entonces- intervino Chifuyu con voz de comando -el enfrentamiento será el próximo lunes en la arena tres, será uno justo sin ningún tipo de ventajas para ningún bando- indicó a lo que Ichika asintió con seriedad -hasta entonces, no quiero una sola pelea entre ustedes dos, ¿quedó claro?-.

Una vez más Ichika asintió con seriedad. Por su parte, Cecilia se veía roja de la ira y la vergüenza, más que dispuesta a dejarle en claro su opinión sobre lo que había dicho, pero se tragó como pudo sus deceso y asintió también.

-Bien, entonces regresemos a la lección-.

Con eso, las clases se reanudaron e Ichika aplicó más atención de la que nunca había aplicado. Aun con todo el conocimiento que tenía y con la seguridad que había mostrado instantes antes, estaba muy consciente de que llevaba las de perder aquí, necesitaría todo lo que pudiera ayudarle, especialmente los conocimientos de su hermana mayor.

(Después de clases)

Cuando las clases finalmente terminaron, Ichika se estiró en su lugar para relajarse mientras pensaba en la forma de proceder. Aun si había aprendido mucho ese día, y sin lugar de dudas aprendería más en la semana, necesitaba también de practicar con una unidad si quería tener una oportunidad contra Cecilia.

-Chifuyu-nee podría ayudarme con eso, pero, es una maestra, eso podría verse como favoritismo, además, no quiero depender demasiado de ella- pensaba con seriedad.

-Orimura-kun, me alegro de que sigas aquí- llamó la amable profesora, Yamada Maya, entrando al salón y yendo directo a él.

-¿Necesita algo, Yamada-sensei?-.

-No, solo venía a decirte que tu habitación está lista-.

-Ah, cierto, había olvidado que aún no me habían asignado una, pensaba que se tomaría más tiempo, es decir, dado mi situación "especial"-.

-Precisamente porque es una situación especial es que el gobierno decidió hacer los cambios necesarios cuanto antes-.

-Claro, siendo el único hombre piloto del mundo, era obvio que Japón querría tenerme tan vigilado como pudieran-.

-Así que procura llevarte bien con tu compañero de cuarto. Tu habitación es la numero 1025. Recuerda que la cena se sirve de las 6 a las 7 p.m. Todos los cuartos tienen regaderas pero hay un gran baño común disponible. Los horarios difieren según los grados, ¡Ah, p-pero Orimura-kun no puede usarlos aun!-.

-¿Por qué no?- cuestionó un tanto molesto. Él disfrutaba de un buen baño largo y caliente.

-S-seria m-muy inapropiado q-que Orimura-kun entrara en los horarios actuales con el resto del alumnado- explicó nerviosa la maestra.

-¿Qué tiene de malo? Entrar al baño con el resto de los de primeros es genial para romper el hie… ¡Ah, cierto, soy el único hombre aquí!-.

-¿E-estarías b-bien bañándote c-con m-mujeres, Orimura-kun?- preguntó tímida la maestra.

-¡No, claro que no!- saltó apurado -¡No hay forma de que pueda relajarme así!… además, Chifuyu-nee sin lugar a dudas me castigaría…- un escalofrió de terror puro recorrió su columna vertebral al pensar en las posibles represalias que podría tomar su hermana.

-¡¿No estas interesado en las mujeres?!- exclamó sorprendida la peli verde -e-eso podría ser un problema-.

Ichika alcanzó a sentir indignación y preocupación ante esa confusión, pero el escándalo que estalló en ese momento le impidió corregirla.

-¿Eh, Orimura-kun está interesado en los chicos?-.

-Eso no es bueno… aunque tampoco es algo malo…-.

-¡Rápido, es hora de investigar sus días en la escuela media! ¡Si nos apuramos tendremos una respuesta clara dentro de dos días!-.

-¡Si!-.

Ichika solo pudo dejar caer la cabeza, derrotado.

(Instantes después)

-Este es- comentó para sí Ichika parado frente a la puerta de la habitación 1025. Llamó a la puerta para comprobar si su compañera temporal estaba presente, y al no recibir respuesta procedió a usar su llave digital para abrir la puerta y entrar.

Lo que le esperaba al otro lado era una habitación bastante espaciosa, con una pequeña cocina a su mano izquierda y una puerta al lado contrario, muy probablemente el baño. Además de un par de sillas y una mesa pequeña, había dos camas bastante grandes y de aspecto en extremo cómodo, como lo comprobó Ichika en cuanto saltó sobre una, soltando un suspiro de satisfacción ante la oportunidad de descansar tras semejante día.

-¿Hay alguien ahí?- preguntó una voz desde el baño, una extremadamente familiar para Ichika quien, algo alarmado, se irguió en la cama.

En ese momento la puerta se abrió, y entre el vapor producto del agua caliente surgió una hermosa joven de cabello azabache envuelta en una toalla de baño y usando otra para secarse el cabello, una chica que el nervioso Ichika reconoció en el acto.

-Debes de ser mi compañera de cuarto, ¿no?- continuó mientras apartaba la segunda toalla de su cabeza -llevémonos bien de ahora en adelante, mi nombre es Shinonono…-.

-...¿Houki?- terminó Ichika con nerviosismo, rojo ante el extremadamente seductivo aspecto de su amiga, quien se congeló en cuanto finalmente vio quien era su compañero de cuarto.

-¡¿I-Ichika?! ¡No mires!- exclamó usando rápidamente la toalla en sus manos para cubrirse más las piernas por reflejo, inclinándose inconscientemente para eso y dándole un buen vistazo de su amplio pecho sin notarlo.

-¡Perdona!- aún más rojo, se apresuró a desviar la vista a un costado. No tenía muchas ganas de incurrir en su ira.

Pero no tuvo tiempo para calmarse al escuchar el sonido de las ropas moverse.

-¡¿Por qué tienes que cambiarte conmigo aquí?! ¡¿Qué no ves que hay un adolescente saludable aquí?! ¡¿No podías tomar tu ropa y volver al baño?!-.

-¿P-por qué estás aquí? ¿Cómo entraste? Estoy segura de que cerré la puerta con llave- inquirió terminando de ponerse su uniforme de kendo.

-Fui asignado a este cuarto- respondió Ichika mientras alzaba su copia de la llave digital, dejando ver con claridad el número 1025 en la tarjeta. En eso, sus instintos, producto del infernal entrenamiento de su hermana, gritaron con fuerza.

Reaccionando, Ichika se lanzó al suelo rodando, esquivando el bokken que se estrelló violentamente en donde había estado parado instantes antes. Sin detenerse a pensar, se apresuró a la puerta, saliendo al pasillo y cerrando la puerta a sus espaldas, apoyándose en esta mientras suspiraba.

-A salv…-.

No pudo terminar su segunda palabra cuando la puerta fue atravesada a la altura de su cabeza, rozando su oído. Reaccionando rápidamente en cuanto el bokken fue retraído, Ichika se lanzó de frente, esquivando una segunda estocada que le habría dado al centro de la espalda.

-¡¿Es que quiere matarme?! ¡¿Cómo rayos atravesó la puerta con un bokken normal?!-.

-¡Ah, es el cuarto de Ichika!-.

Parpadeando, Ichika finalmente notó que muchas de sus "vecinas" habían salido para ver que provocó tanto ruido. Además, era claro que todas habían estado relajándose antes de eso, puesto que todas vestían ropas ligeras y frescas como shorts, blusas de tirantes, algunas iban solo con su ropa interior y…

-¡¿Por qué rayos usan negliges traslucidos?! ¡¿Qué ninguna de ustedes entiende que hay un hombre presente?! ¡Mi resistencia tiene un límite, ¿saben?!- pensó alarmado antes de arrastrarse a la puerta de su cuarto y llamar -¡Por favor, Houki, déjame entrar, lo siento por todo pero déjame entrar, te lo suplico!-.

Lentamente el bokken fue retirado y la puerta se abrió.

-De acuerdo, entra-.

No haciéndose del rogar, Ichika entró rápidamente y cerró a sus espaldas, sintiendo un momentáneo alivio, hasta que reparó en la fulminante vista de Houki.

-Entonces, ¿te quedarás aquí?-.

-Sí, eso parece-.

-¿Cuáles son tus intenciones? Todos saben que hombres y mujeres no pueden compartir habitación tras cierta edad, es sentido común-.

-Aunque entiendo a lo que te refieres, estoy seguro de que hay muchos que lo hacen-.

-¿Tú, p-planeaste esto?-.

-No seas ridicula Houk…-.

Nuevamente, sus instintos le salvaron la vida, en esta ocasión permitiéndole atrapar el bokken entre sus palmas. Desgraciadamente, eso solo aumentó la ira de Houki, quien aumentó la fuerza ejercida, acercando cada vez más el bokken a su cabeza.

-¡E-entonces, dices que carezco de sentido común, ¿eh?!-.

-¡No dije eso, y aun si lo hiciera, ¿es razón para molestarse tanto?!-.

-¡Oh, Shinonono-san es tan valiente!-.

-¡Está dominando a Orimura-kun!-.

-¡¿Entonces, a él le gusta eso?! ¡Debo investigar más profundo!-.

En algún momento, algunas chicas abrieron un poco la puerta y empezaron a espiarlos en silencio. Notándolas y escuchando sus palabras, Houki se apresuró a retroceder un poco roja.

-¿es todo?-.

-¡Pero si aún no llegan a la mejor parte!-.

Ahora completamente roja, Houki se apresuró a cerrar la puerta, esta vez asegurándose de cerrarla con llave, antes de girarse hacia su compañero de cuarto con una mirada estricta.

-¡Ichika!-.

-¡¿Si?!-.

-S-si vas a quedarte aquí, tendremos que poner algunas reglas. Primero, el horario de la ducha, yo podré ir de las siete a las ocho, tú de las ocho a las nueve-.

-¿No sería mejor si voy primero? Yo tomo duchas cortas-.

-¿Quieres que permanezca sudorosa después del club?-.

-¿Club? Ah, debe de estar en el club de kendo ¿no tienen duchas para los miembros?-.

-No puedo relajarme hasta tomar un baño en mi propia habitación, ¿de acuerdo?- espetó con terquedad.

Ichika suspiró, sabiendo que sería imposible hacerla cambiar de opinión una vez se ponía así, antes de parpadear al reparar en algo -ahora que lo pienso, no hay retrete en la habitación, ¿verdad?-.

-No, pero hay baños a los extremos del pasillo-.

-Pero son todos de mujeres, ¿o no?-.

-…-.

-...genial, lo que me faltaba- masculló algo frustrado antes de encogerse de hombros y continuar con humor seco -supongo que tendré que usar el de mujeres, jeje-.

En eso, tuvo que agacharse para dejar que el bokken pasara de largo, sin golpearlo en la cabeza.

-Tu, pensar que durante el tiempo que no te vi, desarrollarías una conciencia pervertida- gruño molesta, volviendo a alzar su arma -¡No te dejaré escapar esta vez!-.

-¡Era una broma! ¿¡No puedes ni siquiera tomar una?!- cuestionó Ichika mientras esquivaba los ataques, acercándose a la mochila de Houki y tomando el shinai que sobresalía de esta, dispuesto a defenderse.

Bloqueó un ataque, su shinai doblándose ante la fuerza de este, pero Houki se sonrojó de nuevo y se apresuró a retroceder un poco.

-¡Re-regrésalo!-.

Ichika parpadeó confuso por un instante antes de reparar en el brasier que colgaba de la punta.

-Deberías de tener más cuidado con tu ropa interior- le reprendió tomándolo con tranquilidad.

Esta vez sus instintos no le ayudaron a esquivar ni bloquear el golpe que llegó en cuanto extendía la prenda a su dueña.

No recuperó la conciencia hasta un par de horas después.

Fin del capítulo.

¡Sorpresa, el capítulo duró menos ahora! Creo que eso explica por qué tantas actualizaciones de golpe, ¿no? Mientras reescribía el capítulo noté que sería extremadamente largo si lo terminaba en el mismo punto que el original, y que se me complicaría un poco seguir con las actualizaciones a buen tiempo si respetaba lo que abarcaban en la versión de Shiranui.

¿DXC? No hay problema, mi inspiración puede con capítulos de combates extremadamente extensos e historia entre mitos, pero ¿ISR? No, me falla la inspiración… A ver, ¿cómo está eso? un estudiante de informática con problemas para escribir un fic de Sci-Fi, ¿pero puede con uno de mitología sin problema alguno? Me pregunto si debería de haber escogido arqueóloga en lugar de informática… en fin, dejemos mis delirios de lado.

Creo que queda algo claro, pero el siguiente capítulo es la segunda parte del primero original, y no es hasta el tercero que la historia continua, así que, los veo en unos instantes.