Disclaimer: confieso que me encantaría que todo fuese mío. Pero lamentablemente no lo es. Al menos en el mundo real.
N.A: Este es un mini fic que hice para el challenge de Andra en el foroscsi punto com punto es . El desafío consiste en:
Longitud: no más de 1600 palabras.
Género: A gusto del consumidor.
Personajes: Lindsey Willows, Gil Grissom, Jim Brass, Al Robbins.
Fecha tope: 20/06/07
Enjoy!
All the World's a Stage
por K. A. Mendelsohn
- ¿Aló, Gil?
Grissom se giró para prender la luz de su mesa de noche
- Hummm… ¿Sí? – respondió todavía soñoliento. Miró su radio reloj: eran las 4 am. ¿Quién diablos llamaría un día sábado a esta hora?
- Gil, soy yo, Jim
- Jim¿sabes qué hora…
- Sé que es tarde, pero esto es importante.
- ¿Qué sucede? – Grissom se incorporó preocupado
- No quise llamar a Cath. Al menos no todavía. Gil, estamos en un club nocturno y nos encontramos con algo muy serio.
- ¿Estamos¿Con quién estás, Jim? Además… ¿Me llamas por un caso o es algo personal? Porque lo que hagas con tu vida privada es…
- ¡Escúchame, Gil! Estoy en un club de strippers y… ¡me encontré con Lindsey! Tú sabes cuál Lindsay… y no precisamente de mesera. La traje a la comisaría, pero no sé qué hacer. Tú eres más amigo de Cath, por lo que supongo que me podrás ayudar. Por favor, Gil, no puedo retenerla más y si no vienes…
- Está bien. No dejes que se vaya. Estoy allá en diez minutos.
Apenas cortó se sentó en la orilla de la cama y se llevó las manos al rostro. Dejó escapar un bufido
- Ah, Lindsey… ¡¿por qué?!
Presionó los dedos sobre su frente y los deslizó con fuerza por su cara. Se frotó un poco los ojos y se levantó dispuesto a enfrentar la situación.
- ¡No puedes detenerme¿Crees que no conozco mis derechos? – Lindsey estaba hecha una bestia incontrolable.
- ¡Cálmate o llamaré a tu madre! – le amenazó Brass.
- ¡Llámala¡Esto no es nada nuevo para ella!
- Sólo queremos hablar contigo – le explicó con un poco más de calma
Lindsey escupió a Brass en la cara. Fue la gota que rebalsó el vaso
- ¡Tú te lo has buscado! – se estaba abalanzando sobre ella cuando entró Grissom corriendo y los separó.
- ¡Hey, hey, hey¿Qué ocurre aquí? – con un susurro increpó a Jim - ¿Qué intentabas hacer¿Estás loco?
Brass, sin molestarse en bajar la voz respondió
- ¡Esta cría es una perturbada!
- ¡Fuera de aquí! – bramó Grissom - ¡Después hablaremos de esto, Jim!
- ¿Estás bien? – le preguntó con voz preocupada a Lindsey
- ¡Y a Ud. qué le importa!
- Me importa porque eres la hija de una persona a quien considero mi amiga
- ¿Así que con Ud. también se metió¿Y cree que eso le da derecho a meterse en mi vida?
Grissom se ruborizó, pero siguió con voz tranquila
- Ella no se ha "metido" conmigo. Es sólo una muy buena amiga. Y sí, creo que eso me da derecho a preocuparme por ti. Lindsey, la vida te depara muchas cosas y mucho mejores de lo que estás haciendo.
- ¿Y ahora me va a sermonear?
- No. Sólo que sé que una chica como tú: joven, inteligente y bonita, no debería estar involucrada con la gente que frecuenta esos lugares.
- ¿Y acaso opina lo mismo de mi madre? A ella no le fue mal
- Tuvo suerte. Ella misma lo reconoce. Además que si su propia madre hubiese sido como es ella contigo…
- ¿No hubiese sido stripper? No lo creo. Míreme a mí.
Lindsey comenzó a bailar sugerentemente delante de Grissom. Él la tomó por los hombros y la reprendió
- Lindsey¡por Dios¿No te das cuenta? Un día puedes terminar muerta o drogada o quizás…
- ¿Millonaria? – rió – se gana bien. Sino, pregúntele a su forense, el Dr. Robbins ¡Me pagó en efectivo!
Ahora Grissom comprendía lo grave de la situación y se dio cuenta también de con quién andaba Jim en el club nocturno.
- Bueno, yo me voy de este horrendo lugar… ¡Adiós! – le dedicó una sonrisa juguetona a Grissom
- Lindsay- le llamó él con tristeza. Ella se volvió en el umbral de la puerta – Comprenderás que debo decirle a tu madre lo que pasó hoy.
- ¡Cómo si me importara! – dio media vuelta y se fue.
Grissom entró enfurecido a la morgue. El Dr. Robbins se estaba colocando su pierna ortopédica pero se le cayó al asustarse con la entrada repentina de Gil.
- ¿¡Cómo pudiste, Al¿Es sólo una ni…
- ¡Hey, un momento! Primero, no tenía idea de que era Lindsay y MENOS que era una menor de edad y segundo, fue sólo un "lap dance" nada más, por si se te ocurrían otras cosas.
- ¡Dios, Al¡De todas formas¿Qué le diremos a Catherine ahora¿Y a Ecklie?
- No es mi culpa que sea una madre descuidada
Grissom le dedicó una mirada fulminante
- ¿Madre descuidada? Esa pobre niña podría ser el próximo cuerpo acostado aquí en tu mesa ¿y no te importa un carajo?
- Ya no es tan niña. Tiene 17 años.
- ¡Sigue siendo una menor¡Y me dijo que le pagaste!
- Ya te dije, Sr. Santurrón, que fue sólo por un baile. Aunque si es menor, no debería estar trabajando.
Grissom miró a Albert con incredulidad. Decidió que era inútil continuar con la conversación y se fue de la morgue.
Era sólo una vez al año, pero parecía que era éste el momento que había elegido su migraña para reaparecer en gloria y majestad. Por suerte guardaba una dosis de la prescripción en el escritorio de su despacho. Con una mano en la frente y los ojos firmemente cerrados se dirigió, casi de memoria, por los pasillos en dirección a su oficina. No alcanzó a llegar, porque en el camino chocó con alguien: Catherine Willows.
- Hey¿tus migrañas de nuevo? – le tendió la mano para ayudarle a levantarse, ya que Grissom había caído tras el encontrón.
- Eeeh, sí – respondió con aire distraído. Luego preguntó con nerviosismo - ¿Qué haces aquí a esta hora?
- ¡Bah! – hizo un gesto despreocupado con la mano – no podía dormir, así que decidí que mejor era invertir tiempo de mi insomnio en el trabajo… ¿Y tú?
- Ah sí, yo también. Bueno, nos vemos – cortó rápidamente la conversación, ya que no se encontraba en las mejores condiciones para hablar sobre el tema. Necesitaba urgentemente su pastilla.
Entró desesperado a su despacho, abrió el cajón descuidadamente y sacó el remedio. Se lo echó a la boca, lo tragó sin agua y después se tendió en el sofá.
- ¡Oh, Dios¿Qué vendrá ahora?
Sintió unos golpes en la puerta. Fue sólo en ese instante en el que cayó en la cuenta de que se había quedado dormido. Miró su reloj: 4:45 am
- Adelante
- ¿Descansando¡Qué bien! – le dijo Brass en un tono sarcástico
- ¡No estás en ninguna posición para criticarme¿Por qué no me dijiste lo de Al?
- No era relevante en el momento
- ¿Y tampoco era relevante el que casi golpearas a Lindsey?
- Sobre eso. Por favor, que quede entre tú y yo.
- Sabes que no puedo hacer eso, Jim.
- ¿Y qué harás?
- Lo que hay que hacer. No me dejas otra opción. Lo siento. Debo decírselo a Ecklie. Es más, debo decirle lo de Al, también.
- Está bien. Adiós.
- ¿Está bien? – se preguntó Grissom cuando Brass hubo dejado la habitación. Se levantó arrastrando los pies y llamó a recepción.
- Judy, necesito pedirte un favor. Llama a Ecklie y a Catherine y diles que necesito verles urgente en la sala de reuniones. Los estaré esperando allá.
- Espero que sea lo suficientemente importante, Grissom, para haberme despertado un día sábado a las 5 am. – dijo Ecklie en un tono amargado.
Grissom entrelazó los dedos sobre la mesa y comenzó
- Catherine, Conrad. Algo muy grave ha pasado hoy. – los miró a ambos. El rostro de Ecklie era de impaciencia y el de Catherine… había algo extraño en la cara de Catherine. Si no hubiese estado en esta situación hubiese jurado que trataba de aguantarse la risa. Continuó
- Jim y Al fueron a un club nocturno y se encontraron con alguien – Grissom tragó saliva. No sabía como continuar.
En eso Catherine no aguanta más y explota de la risa. – Ay, vamos Conrad, no lo mortifiques más. Ya dijo lo que querías escuchar.
- Está bien, Grissom, pasaste la prueba.
- ¿Prueba¡Pero Cath¡Lindsey estaba en el club con Jim y Al¿No lo entiendes¡Tu hija…
Pero fue allí cuando se dio cuenta de que el único que debía entender, era él mismo. A la sala de reuniones entraron el Dr. Robbins, Brass y Lindsey todos con una sonrisa en el rostro.
- ¿Qué está sucediendo? – fue lo único que atinó a decir Grissom
Catherine le respondió
- Mi hija va a entrar a la escuela de teatro y aprovechamos la ocasión para probar tu integridad como CSI.
- Y has superado la prueba – dijo Ecklie – ahora me voy a dormir. Permiso.
Brass se acercó a abrazarlo.
- Lo siento amigo. Eran órdenes.
Grissom se giró a mirar a Al.
- ¿Sr. Santurrón?
El Dr. Robbins le miró y se encogió de hombros. Catherine intervino
- Y yo soy la madre descuidada ¿eh?
- Lindsey, todo es parte de la actuación¿cierto?
La muchacha sólo rió como respuesta.
Grissom se sentía aliviado, pero con cierto enfado exclamó
- Y ahora ¿quién me saca esta migraña?
FIN
