¡Hola!
Ya vengo con otra de mis historias, jaja. Esta vez, he decidido traducir mi historia "Earthbound" al español, que es mi lengua materna.
La había escrito en inglés, en un principio, y terminó entrando en pausa después del tercer capítulo. Sin embargo, he decidido retomarla en Español y ya después traducir al inglés el resto de la historia.
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Esta no es una historia con parings obvios. Hay algunas insinuaciones aquí y allá, dejando todo a la imaginación del lector. Espero que eso ayude a evitar inconformidades en cuanto a las parejas. Y es que, vamos, somos todos de un mismo fandom. ¡No hay que dividirnos basados en distintos ships cuando podemos amar a todos los personajes por igual!
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En fin, tras ésta larga nota inicial, espero que les guste la historia.
Precaución: Esta historia contiene momentos tristes y/o emotivos.
Disclaimer: Los personajes no son míos, el drama si lo es.
Introducción
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"El agua está viva, hay que aceptar ese hecho y aprovecharlo. Una vez nos sumergimos en sus profundidades, coexistimos."
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Los pensamientos de Haruka viajaron de nuevo mientras descansaba dentro de su bañera, rodeado de agua caliente. Se sumergió dentro de ésta; le ayudaba a olvidar el mundo exterior.
Por supuesto, eso no podía durar para siempre. Pronto, sus pulmones lo obligaron a resurgir y tomar aire. ¿Por qué debía tener las restricciones de un ser terrestre? Desearía haber nacido como una criatura acuática…
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Volvió a sumergirse, pero entonces la puerta de su cuarto de baño se abrió, Makoto asomó la cara y, al verle en la tina, entró. Su voz sonaba amortiguada bajo el agua, pero era inconfundible. Haru se vio obligado a, una vez más, salir a la superficie.
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—Llegaremos tarde a la escuela, Haru —dijo Makoto, ofreciendo su mano a su mojado amigo para ayudarle a salir de la bañera—. Buenos días —añadió con una sonrisa en el rostro.
—Entonces debería irte ya— Haruka respondió, aceptando la ayuda.
Al salir del baño tomó una toalla y se la arrojó sobre la cabeza, dirigiéndose a la cocina a prepararse el desayuno con su gran amigo andando tras de él como si de un cachorrito se tratara.
Makoto no respondió, pero esperó hasta que su amigo terminara de preparar su comida, arrastrándolo a la escuela después.
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Mientras caminaban, Nagisa y Rei aparecieron en el lugar, después de haber cambiado su recorrido habitual. Makoto los saludo y… eso era todo lo que Haruka podía recordar.
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Capítulo 1
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El sonido de pitidos intermitentes llegó a sus oídos, acompañado de un fuerte olor a desinfectante que, de alguna forma, ayudó a aclarar un poco la mente de Haruka. El aroma no era completamente desagradable; que le recordaba al olor a cloro que tenía el agua de la piscina.
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Luego de un momento, el sonido de una acompasada respiración le avisó que había alguien a su lado. Conocía demasiado bien aquel sonido como para necesitar abrir los ojos para averiguar quien era; después de todo, ¿cuántas noches no había pasado durmiendo al lado de Makoto? Aun así, a medida que pasaron los minutos y todo aquello continuó se dio cuenta de que no podía ser producto de su imaginación y sintió la necesidad de abrir los ojos para comprobar dónde estaba.
Sus ojos se abrieron, encontrándose con una deslumbrante luz blanca que no le permitió ver mucho. Tuvo que parpadear varias veces para acostumbrarse y poder reconocer el sitio en el que estaba. Una habitación de hospital.
Confundido, miró a su derecha, notando la máquina que hacía aquellos pitidos. Era una de esas máquinas que monitorizaban la actividad cardiaca, como las que salían en las películas. Estaba acompañada de otras máquinas cuyos nombres y funciones no sabía.
Más confundido aún, miró a su izquierda y vio a su amigo allí; sentado en una silla demasiado pequeña para él, durmiendo con la parte superior del cuerpo descansando sobre la cama y con los brazos actuando como una almohada.
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Aparte de ellos, no había nadie más en la habitación, por lo que tuvo que sacudir el hombro de Makoto para que despertara y pudiera explicarle lo que estaban haciendo allí.
—Makoto... Oye, Makoto —dijo Haru. Hablaba con calma, como para no asustar al otro.
—¿Hmm? ¿Mande? ¿Eh, Haru? ¡OH! ¡Haru! ¡Despertaste! — La voz de Makoto sonó somnolienta y suave en un inicio, pero, en cuanto notó que Haruka estaba consciente, la emoción le hizo subir el volumen hasta hacerlo molesto. Afortunadamente, el chico era muy hábil al leer a Haru y habló de nuevo con normalidad después de eso—. Oh, gracias a Dios... gracias a Dios que despertaste... ¿Cómo te sientes, Haru? ¿Te duele algo? —preguntó y, sólo entonces, el adolescente de ojos azules comenzó a entender la situación.
—¿Que me pasó, Makoto? —preguntó Haruka, mirando a su cuerpo como si le evaluara. Tenía un gran hematoma en el brazo derecho y sus costillas de ese mismo lado dolían tanto que era obvio que algunas de ellas estaban rotas. Luego, sus piernas… Estaban bien. No dolían para nada… o más bien, no podía sentirlas.
Tan pronto como se dio cuenta de ello, intentó moverlas y entró en pánico al ver que no podía hacerlo.
— Ma-Makoto, ¡no puedo mover las piernas! —dijo, alzando la voz como rara vez hacía.
Mantuvo la mirada fija en sus piernas, pero aun así pudo notar la expresión en el rostro de Makoto; una expresión de inmenso dolor.
—Haru, tuviste un accidente el otro día, camino a la escuela. Un conductor ebrio perdió el control del coche y terminó subiéndose a la acera por la que caminábamos. Tú… empujaste a Nagisa fuera del camino —dijo. La voz de Makoto temblaba tanto como sus hombros. Lloraba mientras hablaba y Haruka solo podía verle con ojos abiertos como platos. Creía saber a donde iba todo eso.
—El coche casi te rompió por la mitad. Te- Te golpeó desde la derecha, pero siguió su camino hasta que no pudo moverse más, cuando chocó con la pared, dejándote atrapado entre ambos. Haru, pensé, pensé que… —Makoto no pudo continuar. Sus sollozos se volvieron más violentos y las palabras que intentaba decir se ahogaban en su garganta. Tenía tanto tiempo que no le veía llorar así.
No necesitaba que Makoto siguiera el relato, con lo que había dicho era suficiente. No podía recordar nada de aquello, pero era lo suficientemente inteligente como para imaginarse el resto.
Si el accidente había sido tan aparatoso y ahora no podía mover las piernas, entonces estaba seguro que algo dentro de él se había roto, algo que jamás debería romperse. Si así había sido, era muy probable que ya no sería capaz de moverse de nuevo.
Volvió a mirar sus piernas y puso sus manos sobre sus muslos. Podía sentir algo ... o tal vez sólo deseaba tanto hacerlo que su mente le hacía creer que así era.
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—¿Está bien Nagisa? —preguntó Haru después de largos minutos de silencio. Realmente no había nada más de lo que pudieran hablar y en verdad deseaba que Makoto dejara de llorar.
—¿Eh? Ah, sí. Estuvo aquí hace un rato, junto con todos los demás. Vinieron ayer y anteayer también, pero tenían que ir a la escuela y hacer tareas. Estoy seguro de que vendrán otra vez después de clases —dijo Makoto, limpiándose las lágrimas mientras hablaba.
Ayer y anteayer… entonces, ¿cuántos días habían pasado desde el accidente?
—¿Por qué no estás en la escuela también? —le preguntó. Vaya pregunta tan tonta. Sabía la respuesta incluso antes de que su amigo respondiera.
—Jamás te dejaría mientras estás inconsciente, Haru—. Claro, claro. Había sido tonto el preguntar.
—Ya no estoy inconsciente —le dijo. ¿Le estaba pidiendo que se fuera? ¿Realmente quería estar a solas con esos molestos pitidos? Su rostro debió ser fácil de leer, o tal vez Makoto sencillamente era muy hábil haciéndolo, porque le respondió justo lo que necesitaba escuchar.
—Las clases ya casi se acaban, de cualquier forma. No es necesario que me vaya ahora.
Haruka no respondió y Makoto no se movió de su sitio. Ninguno de los dos hizo o dijo mucho después de eso.
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Algunas horas después
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Makoto iba y venía frente a la puerta cerrada de la habitación de Haruka. Una enfermera había llegado a checar las máquinas y, al encontrar al muchacho despierto, varias personas más habían entrado para verificar su estado, razón por la que habían sacado a Makoto de la habitación.
Incluso después de que el médico saliera, un par de enfermeras se quedaron dentro para cambiar los vendajes del muchacho y para darle un baño. Después de todo, había estado durmiendo por tres días y la limpieza era un tanto necesaria.
Aun así, Makoto no podía hacer más que preocuparse. Tardaban mucho y eso le tenía en estado de alerta, pero nada le afectaba más que el escuchar la voz de Haru cuando este lanzaba alguna queja de dolor.
Haru estaba herido, ¿de verdad era necesario estarlo moviendo tanto?
Además, podía oír el ruido de dentro y estaba haciéndole bastante incómodo. Haru estaba herido, en caso de que realmente lo se mueve alrededor de esa manera? Ahora estaba consciente y era capaz de sentir todas y cada una de sus heridas. Makoto no podía hacer más que una mueca de dolor cada vez que escuchaba el sonido sordo de la voz de Haru mientras este intentaba reprimir un grito de dolor.
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Lo único que podía hacer era seguir esperando y caminar para eliminar su ansiedad. Parecía un león enjaulado. Siguió haciendo eso hasta que, en la vuelta número treinta y algo, vio a Gou corriendo hacia él, seguida de Rei, Nagisa y, en la parte trasera, Rin.
Todos ellos tenían expresiones de preocupación en el rostro y, para tranquilizarlos, Makoto sonrió un poco.
—Despertó alrededor de medio día. La enfermera me sacó hace un rato porque quería cambiar sus vendajes y limpiarlo un poco, aunque creo que están tomando la oportunidad para hacer algunas cosas más —dijo, rascándose la parte posterior de la cabeza. Conservaba su tranquilizadora sonrisa, aunque no surtía mucho efecto debido que él estaba bastante crispado también.
Aun así, todos liberaron un suspiro y se animaron un poco. La noticia de que Haru había despertado era buena. Todos claramente sintieron un poco de peso levantarse de sus hombros cuando una de sus preocupaciones se fue.
Makoto había experimentado lo mismo antes. Se había sentido tan feliz al ver a Haru despertar que casi sentía que podía volar.
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Mientras hablaban, la puerta finalmente se abrió y las enfermeras salieron.
—¡Solo dos a la vez! Está cansado —dijo una de las enfermeras al ver al grupo de adolescentes, adivinando que querrían entrar a ver a Haruka.
—No le presten mucha atención, es un poco gruñona. Apuesto a que él estará feliz de verlos. Pueden entrar, solo no suban la voz y salgan si ven que está somnoliento —dijo la segunda enfermera, guiñándoles el ojo en señal de complicidad.
Los chicos le devolvieron la sonrisa y Makoto fue el primero en entrar a la habitación, seguido rápidamente por el resto.
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Haruka estaba recostado en la cama, que ahora estaba acomodada de un modo distinto, mirando hacia la ventana para permitirle al muchacho el ver el mar. Estaba perdido en el paisaje y no apartó la vista incluso cuando todos entraron.
—Ha-Haruka senpai, ¿cómo se siente? —preguntó Gou, caminando hacia la cama y deteniéndose unos pasos lejos de esta.
—Estoy bien. Me dijeron que quizá podría irme a casa temprano. Quizá mañana —respondió, finalmente alejando la vista de la ventana para mirar levemente a Gou antes de dirigir la mirada hacia una silla de ruedas que se encontraba cerca de su cama.
Ninguno de los demás la habían notado antes, pero tan pronto lo hicieron todas las miradas se dirigieron a Makoto, preguntanto en silencio el significado de aquello.
Haruka se dio cuenta de la reacción de sus amigos, pero decidió dejar que Makoto hablara por él. ¿Cuánto sabía su amigo sobre su condición? Él mismo se había enterado de todo aquella tarde, pero Makoto había estado con él durante los pasados tres días, seguramente había sido informado de todo.
—Durante el accidente, Haru realmente se hizo daño —dijo Makoto, mirando a su mejor amigo por un segundo, antes de redirigir la mirada hacia el suelo. Eso fue todo lo que dijo.
—Al parecer, necesitaré la silla para moverme por un tiempo —dijo Haru. Eligió cuidadosamente sus palabras para que el uso de la silla pareciera algo temporal, por el bien de los demás.
—Por lo tanto, Makoto, ¿podrías recogerme por las mañanas? —preguntó—. Necesitaré que me cocines caballa —agregó, intentando muy a su manera aligerar el ambiente.
—Por supuesto —comenzó a decir Makoto, pero fue rápidamente interrumpido por Nagisa.
—¡Yo también iré, Haru! ¡Te haré de comer cada mañana, así que, por favor, da lo mejor de ti para sanar! —dijo, inclinándose muy pronunciadamente y apretando los ojos con fuerza para tratar de contener las lágrimas. Era su culpa, era todo su culpa, o eso pensaba él. Si no hubiese estado jugueteando como había hecho, quizá él mismo habría visto el coche y podría haber salido del camino sin que Haru tuviese que salvarlo . Quizá entonces su amigo no estaría en aquella cama de hospital, hablando acerca de utilizar una silla de ruedas.
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Las palabras de Nagisa afectaron a los otros. Tanto Gou como Rei comenzaron a llorar en silencio, lo que causó que Nagisa se dejara llevar y llorara libremente, lanzándose sobre el regazo de Haru.
—Haru-chan, perdón. ¡Perdóname, Haru-chan! —le dijo entre sollozos.
Haruka no pudo hacer más que verle con ojos abiertos como platos, sin idea de qué hacer.
Solo Makoto y Rin lograron contenerse. El castaño intentaba de calmar a los chicos, mientras Rin no hacía más que mirar a Haru. Su ceño fruncido dejaba bastante claro lo irritado que se encontraba.
Le molestaba que, incluso en esa situación, Haru todavía se mantuviera frío y en "calma". Era podo natural. Tenía que ser solo una máscara, una fachada.
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Sin ganas de seguir viendo como Rin le miraba con enojo, Haruka volvió la cara de nuevo hacia la ventana, observando el mar. ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que pudiera caminar por la playa y nadar en el mar? ¿Volvería a ocurrir, siquiera?
Gracias por leer el primer capítulo. Espero les haya gustado leer tanto como a mi escribir.
Esta historia me gusta mucho, ya que amo las tragedias y el drama. ¿Será que hay alguien más que, como yo, ame sufrir y llorar con una historia triste? Solo hay algo que amo más, y un final feliz después de momentos difíciles... ¿será que ésta historia tendrá uno?
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Agradezco los reviews. Pueden utilizarlos para hacer preguntas o dar sugerencias, prometo que las tomaré en cuenta para la historia.
El título de esta historia "Earthbound" es representativo de como se siente Haruka. Intenté traducirlo también, pero la traducción más aproximada (de una palabra) era "terrestre" y no me gustó mucho.
La conotación de la palabra earthbound involucra que algo o alguien está "atado a la tierra" y por lo tanto no puede volar (o en el caso de Haru, nadar) como querría.
Dado que ninguna traducción del título me gustó, elegí dejarlo en inglés, pero si alguno de ustedes puede traducirlo conservando su esencia y logrando que suene bien, cambiaré el título con gusto.
Hasta la próxima vez, bye bye
(^u^)/
