Wola a todos!
Aquí estoy con una nueva historia, ya sé, ya sé, tengo que continuar las otras, y prometo hacerlo, pero un día tuve un sueño que me parecía interesante para adaptarlo a un fic, y antes de que pase el tiempo y quede en el olvido he querido empezar a plasmarlo. Me gustaría este fic escribirlo en colaboración con alguien, asi que si os gusta este primer capitulo, o teneis miles de ideas que lo harían mucho mejor y os apetece escribir, decidme, ok?
Bueno, ya sabeis, los personajes de Ranma ½ pertenecen a Rumiko Takahashi, bla, bla, bla…Aquí os dejo con la historia. Espero que os guste.
CAPITULO 1: EL REGRESO A CASA
"En breves momentos aterrizaremos en Tokio, abróchense los cinturones, por favor".
Akane suspiró y se abrochó el cinturón. Guardó la revista de artes marciales que había estado leyendo en la mochila, pegó la espalda contra el asiento y se agarró con fuerza a los reposabrazos. Notó el cambio de velocidad y como las galletas que había comido hacía una hora se removían en su estómago. Después el ligero golpe de las ruedas al tomar tierra y el trayecto hasta la puerta.
"Bienvenidos a Tokio, la hora local es las doce del mediodía y la temperatura exterior es de treinta grados con cielos poco nublados. Esperamos que hayan tenido buen viaje y poder verles en próximos vuelos. Muchas gracias por volar con nosotros".
La chica se levantó y se estiró, intentando desentumecer los músculos agarrotados por las horas de vuelo. Tardó casi diez minutos en salir del avión y media hora hasta que logró salir por la puerta de llegadas con todo el equipaje. Parecía mentira que estuviera de nuevo allí. Le agradaba ver de nuevo todos esos rostros de rasgos orientales, sobretodo cuando reconoció entre ellos a su hermana y a su cuñado.
T- ¡Akane!- llamó el doctor agitando una mano. Se dirigió rápidamente hacia ellos, tenía ganas de llegar a un sitio donde poder descansar. Su hermana la abrazó mientras Tofu cogía sus maletas.
K- ¿Qué tal el viaje, hermana?
A- ¡Ha sido horrible! ¡Es aburridísimo estar casi veinte horas sola en un avión!- dijo mientras deshacía su coleta para volver a hacerla con rápidos movimientos- ¡Todo por culpa de Nabiki!- refunfuño- ¿A quién se le ocurre salir con un chico de allí? ¡Son unos debiluchos!
K- ¡Quizá tú seas demasiado fuerte, Akane-chan! Te has entrenado muy duro desde que eras pequeña- dijo Kasumi con una suave sonrisa conciliadora.
A- ¡Eso no tiene nada que ver!- dijo montándose en el lujoso coche del doctor- ¡Ryoga y Mouse son mucho más fuertes que yo!
T- Te olvidas de Ranma- puntualizó Tofu.
A- No me olvido de Ranma- masculló entre dientes- era sólo un ejemplo.
Tofu rió, siempre le habían parecido muy divertidas aquellas peleas entre los dos chicos.
K- Akane, ya sois mayores, ¿Cuándo van a dejar atrás esas tonterías? En el fondo os lleváis muy bien y os queréis mucho, siempre habéis estado muy unidos desde pequeños- dijo en tono de reprimenda.
A- ¿Eso te parece?- dijo enarcando una ceja ligeramente enfadada- a veces pienso que no ves lo mismo que yo, Kasumi.
La mayor de las hermanas Tendo sonrió desde el asiento del copiloto, su hermana podía ser tan tozuda a veces…pero en el fondo tenía muy buen corazón. No sabía porqué discutía tanto con Ranma, cuando eran pequeños eran inseparables, pero después…había sido una pelea tras otra, entre el orgullo del chico y el mal genio de su hermana… No sabía cómo les sentaría la noticia. Según el señor Saotome él ya se lo había comunicado a Ranma, pero su padre no había tenido el valor de enfrentarse a su hermana pequeña.
A- ¡Lo recordaba mucho más grande!- gritó Akane desde el asiento de atrás mirando por el cristal mientras el coche iba deteniéndose. Kasumi miró el gran colegio que ahora se había convertido en su hogar.
T- Eso era porque eras más pequeña- dijo apagando el motor mientras Kasumi y Akane descendían del coche- han pasado dos años, Akane-chan.
La chica del pelo azul se quedó contemplando el que había sido su hogar durante diez años antes de marcharse, y un pequeño hormigueo la recorrió, con una mezcla de sentimientos en el que predominaba la alegría. Por fin volvía a estar allí, después de aquellos años volvería a ver a sus amigos. La última foto que le mandó Ukyo mostraba muchos cambios, pero estaba segura que seguirían siendo ellos.
A- ¿Dónde están?- preguntó la chica, dando por sentado que entenderían a quien se refería.
K- Están en la playa, pero primero debes acomodar tus cosas, hermana- dijo abriendo la puerta principal.
A- Pero yo…- se quejó la chica.
T- Haz caso a tu hermana, tu padre te ha dejado a su cargo- dijo tomando a Akane por el hombro para que atravesara la puerta mientras con la otra mano arrastraba la enorme maleta.
Akane se observó en el espejo de entrada y pensó que seguramente ella era la que menos había cambiado. A excepción de su pelo, que ahora lo llevaba largo, escondido bajo una gorra de baseball, sus formas seguían siendo planas, similares a las de un chico, se había encargado de llevar ropa que no delatase la realidad: que se había convertido en una chica. Ocultaba sus curvas en ropa ancha, era cierto que no era tan voluptuosa como Shampoo, pero indiscutiblemente era una chica. Sabía que el uniforme la delataría y aquello la enojaba, no quería pasar por lo mismo que en París, no quería pesados a su alrededor. Pero al menos sabía que aquí tendría sus amigos para defenderla.
Se pararon delante de una puerta en la que se marcaban tres nombres, cada uno con un pequeño buzón en su lado izquierdo: Ukyo, Shampoo, Akane. Sonrió al notar que en su casillero había un pequeño papel doblado. Lo tomó mientras Tofu entraba en la habitación a dejar el equipaje:
" Hola! Sentimos no haberte esperado, pero es que hacía mucho calor y los chicos han insistido en ir a darnos un baño, desde que desapareció la maldición…bueno, cuando llegues baja a la playa, te estaremos esperando. Tengo muchas ganas de verte! Hasta ahora, Ukyo"
A- Están en la playa- dijo entrando en la habitación. Se notaba la renovación que había sufrido: las paredes de un color vainilla y empapeladas hasta la altura de un metro; las tres camas se distribuían en una misma pared, separadas metro y medio, enfrente de cada una un escritorio con una estantería a cada lado, todo lacado en blanco; los armarios, se encontraban en un vestidor que daban paso a un baño completo.
Akane sonrió al reconocer la colcha de Ukyo en medio: era la misma que usaba de pequeña, de un color azul cobalto con pequeños dibujitos en un color más claro. La de Shampoo, de violeta intenso, se encontraba en la cama de la izquierda, así que a ella le quedaba la de la derecha. Posó su maleta sobre la cama y la abrió, buscando su traje de baño. La ropa voló por los aires sin ningún resultado.
A- Me lo he dejado- murmuró, avergonzada por haber olvidado algo tan básico. Miró a su hermana y se encogió de hombros.
K- Te puedo dejar uno de los míos- dijo tranquilamente, recogiendo la ropa desparramada por el suelo y colocándola en el armario.
A- Pero Kasumi, ¡Me quedará gigante!- dijo la chica haciendo pucheros.
K- Me refería a los que utilizaba cuando tenía tu edad- desdobló un par de prendas de ropa y frunció el ceño- Akane-chan, ¿Qué significa esta ropa?- dijo mostrándole una sudadera y unos pantalones anchos.
A- Es mi ropa- dijo tomándola con rudeza y metiéndola en el armario- ¿Qué tiene de malo?
K- No pienso permitir que sigas utilizando estas ropas, papá me ha dejado al cargo de tu educación para convertirte en una señorita respetable que se ponga al frente de la empresa familiar, debes convertirte en una mujer distinguida, y para ello tienes que vestir como tal- la pequeña de los Tendo la ignoró y se dirigió al baño a dejar sus cosas- Mañana mismo saldremos a comprarte ropa nueva.
A- No pienso comprarme nada, bastante pesado será ya llevar ese dichoso uniforme- dijo sacando la percha del armario- ¿no podía ser más corta la falda?-dijo tomando el dobladillo de esta.
T- Son los nuevos uniformes, creí que te gustarían, los ha hecho una amiga tuya.
A- Déjame adivinar, ¿Shampoo?- dijo enarcando una de sus cejas. Tofu rió.
K- Eso no importa, Akane, estás aquí con una condición, sino, sabes que volverás a París- la chica refunfuñó algo entre dientes a modo de respuesta.
A- Sí, sí, sí…-masculló- ¿Me puedes dejar ese bañador?
K-…-la mayor de las Tendo cambió rápidamente su semblante serio por unos más amable, más natural en ella- Está bien, pero prométeme que luego recogerás todo esto…
A- Sí- la interrumpió y tomo de la mano echando a correr.
T- ¡Akane! ¡Espera!- dijo viendo desaparecer a su cuñada y a su esposa al final del pasillo. Sonrió. Seguía tan incorregible como siempre. Decidió decírselo más adelante. Primero hablaría con Ranma, al menos él ya había sido informado, su suegro era tan cobarde…Una imagen de una Akane muy enfadada acudió a su cabeza…aunque quizá Soun Tendo no era tan cobarde, conocía demasiado bien a su hija. Una gota de sudor cayó por su cabeza mientras consultaba el reloj pensando en su siguiente cita.
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A- ¡Hasta luego!- se despidió de su hermana, tomando el camino entablado hacia la playa. Kasumi agitó su mano en respuesta.
Fue corriendo por el sendero, notaba los nervios acumularse en su estómago, dos años eran mucho tiempo. Al llegar a la playa se quedó deslumbrada por el reflejo de los rayos en la arena y se llevó una mano a la frente para protegerse de la luz. Buscó entre el montón de adolescentes que se agrupaban en distintas partes de la orilla y el mar pero no lograba ver nada. A penas distinguió un par de caras conocidas, el resto eran completos extraños. Con la llegada del bachiller muchos volvían a sus ciudades de origen, mientras que otros muchos llegaban de los colegios de sus ciudades en busca de una educación mejor.
- Hola- chilló una voz femenina a sus espaldas. Akane se giró para ver como una chica de larga melena morena y ojos azules corría hacia ella. Parpadeó un par de veces desconcertada y recordó una de las fotos que su mejor amiga le había mandado hacia unas meses.
A- ¡Ukyo!- corrió hacia su amiga y se fundieron en un abrazo, Akane pensó que si no la soltaba pronto la ahogaría, sonrió al reconocer el olor familiar que emanaba de su amiga.
- ¿No vas a dejar un poco de Tendo para nosotros?- se oyó una voz masculina a sus espaldas. Ukyo se separó un poco.
U- ¡Ay, Ryoga! ¡Tampoco ha sido para tanto! Hacia mucho que no la veía- dijo encarándose al chico de la banda. Ukyo se había apartado y Akane tuvo una abierta perspectiva de sus tres amigos. Ukyo le recordaba a Kasumi, su apariencia adulta era casi maternal e irradiaba energía por todos lados. Observó a los dos chicos por unos momentos, los dos debían ser una cabeza más altos que ella y mostraban un cuerpo musculoso. Sonrió, por lo visto no habían abandonado el entrenamiento. Ryoga era fácilmente reconocible con la banda y los colmillos, mientras que Mouse se había dejado crecer el pelo, dejándose reconocer por las enormes gafas que seguía utilizando.
Ry- ¿Cuánto tiempo te vas a quedar ahí mirando Akane-chan? ¿Ya te has olvidado de nosotros?- dijo acercándose a la chica, ambos se dieron la mano mientras se dedicaban una sonrisa. Akane se giró hacia Mouse.
A- ¿Qué tal todo, Mouse?- el chico sonrió y se acercó. Con un rápido movimiento la tomó en brazos.
M- Eres una enclenque Tendo, ¿Qué ha sido de tu entrenamiento?- dijo riéndose mientras Akane luchaba por bajar.
A- ¡Suéltame Mouse! ¡Sabes que no me gusta esto! Cuando me bajes te vas a enterar…-dijo golpeando al chico. Los cuatro se rieron ante la escena que había sido tan habitual hacía unos años. Mouse bajó a Akane.
M- Menos mal que mandaste una foto el mes pasado, sino hubiera sido imposible reconocerte- dijo cogiéndola por los hombros amistosamente- Ahora pareces una chica, ¿Sabes?
Ry- Y te has dejado crecer el pelo, ¿cuándo lo llevaste así por última vez?- dijo tomando sus cabellos en sus manos- debías tener cinco años, ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?
A- Ha sido mi pasaporte para volver aquí- frunció el ceño- mi padre ha decidido que tengo que ser "más femenina", esta fue una de las primeras condiciones.
U- Es extraño, tu padre siempre había estado de acuerdo contigo en todo, incluso estaba orgulloso de ti- dijo mirando preocupada a su amiga- ¿Ha pasado algo?
A- No sé, un día hizo un viaje a Japón, yo insistí en venir…cuando regresó, me hizo una promesa: volvería a Japón con la condición de convertirme en una mujer de educados modales- los dos chicos empezaron a reír- ¡No tiene nada de gracioso!- gritó enfadada- ¡Yo soy muy educada!
Ry- Las chicas educadas no chillan de esa manera.
M- Hablan con tranquilidad y con voz aterciopelada, ¿podrás hacerlo pequeña Akane?- dijo siguiendo las bromas de su amigo.
A- ¡No os riáis! ¡A mí no me hace ninguna gracia!- unas pequeñas lagrimas amenazaban con salir de sus ojos- vosotros no entendéis nada, he tenido que renunciar a todo por volver…
U- ¿Todo? ¿Qué quieres decir con eso, Akane?- dijo acercándose preocupada al ver el estado de su amiga. Los chicos se volvieron serios de repente. Su amiga parecía realmente afectada.
A- Las artes…-murmuró- ya no puedo…-sus palabras murieron en sus labios. Los chicos palidecieron. Ellos sabían que aquello era imposible, Akane Tendo vivía por las artes, sin ellas…
U- ¿Por qué?
A- Tenía que volver, tenía que estar con vosotros- eso hizo sentirse a todos culpables, ¿Tan importantes eran para ella? Todos se enfadaron con ella cuando años atrás se fue de repente, cuando ni siquiera ella lo había sabido hasta que la llevaron al aeropuerto, la habían culpado de abandonarles y sin embargo…debía haber sufrido mucho más que ellos, sola, alejada del grupo…
- Tendo Akane, por favor, preséntese en secretaría lo antes posible.
A- Luego nos vemos, me alegro mucho de volver a veros- dijo con una sonrisa empañada por las lágrimas que aún permanecían en sus ojos. Se quedaron quietos mientras la chica tomaba el camino de regreso.
U- Pobre Akane- dijo acercándose a Ryoga y acurrucándose en sus brazos.
Ry- Debe encontrarse muy mal, para un artista marcial privarle de ello es inhumano…
M- No pienso permitirlo- dijo decidido. La pareja se giró a mirarle.
Ry- ¿Y qué se supone que vamos a hacer?- dijo encogiéndose de hombros.
M- Su padre no está aquí para vigilarla, podría practicar con nosotros.
Ry- Ranma se negará.
M- Ranma es un idiota, ¿Quién te importa más? ¿Saotome o Akane?
Ry-…
M- Pues ya está, esta noche hablaremos con él y todo arreglado.
U- Te recuerdo que Akane y Ranma no se llevan especialmente bien.
Ry- ¡Vaya manera más sutil de decir que no se soportan!
M- Da igual, entre los tres le convenceremos, ¿no?
Ry- Está bien…-dijo resignado.
U- No va a ser nada fácil- dijo mientras se dirigían al mismo camino que momentos antes tomaba Akane- Ranma es demasiado tozudo.
M y Ry-…
M- Oye, ¿me lo ha parecido a mí o Akane está más…?-dijo indicando una silueta de formas voluptuosas evitando utilizar alguna palabra que fuese ofensiva para denominar a su mejor amiga.
Ry- ¿Buena? ¡Auchh!- dijo al recibir un golpe en la cabeza de su novia.
M- Sí, la he visto muy guapa, si no estuviese y colgado de Shampoo creo que sería una buena opción.
Ry- No creo que saliese contigo.
M- ¿Por qué?
Ry- No tiene tan mal gusto pato- dijo con una sonrisa de medio lado.
M- ¿A quién llamas pato, cerdito?- contestó fingidamente enfadado.
U- Hombres…- murmuró Ukyo mientras se separaba de ellos y se colocaba la camiseta para entrar en el colegio.
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Había sido realmente estúpida. No quería contarles todo eso, al menos no de esa manera. Iba tan metida en sus propios pensamientos que ni siquiera se fijo en la amazona que pasó por su lado, ni en el cartel que prohibía el paso en traje de baño o bikini al recinto. Llevaba la parte de arriba del bikini que su hermana le había dejado y unos shorts. Vio los carteles que marcaban la dirección de secretaria. Se secó las lágrimas con el dorso de la mano. No quería que Tofu o su hermana la viesen así. No se dio cuenta del muchacho que salía en ese momento de la puerta por la que tenía que entrar. Chocó con él, estando a punto de caer en el suelo si no fuese porque el muchacho la sujetó a unos centímetros del suelo.
- ¿Estás bien?- le preguntó. Akane reconoció rápidamente esos ojos azules, y eso hizo que su tristeza desapareciese rápidamente, volviéndose irritable. Se soltó de sus manos y retomó su camino hacia la puerta.
A- La próxima vez ten más cuidado- dijo mirándole desafiante a los ojos. Él mostró su sonrisa arrogante, tan característica de él. Akane abrió la puerta, entró y la cerró sin decirle nada más- Estúpido Saotome…
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Ranma se quedó mirando la puerta por la que la desconocida acababa de desaparecer. Retomó su camino, Shampoo debía estar esperándole. Por más que lo intentaba, no podía quitar de su cabeza los ojos marrones que habían osado desafiarle. Ranma Saotome siempre acepta un desafio y nunca había perdido.
Continuará…
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