Piezas tomadas

-Vaya. Sabía que Kallen Kouzuki era más que la amante de Zero. Es una pena que tú lo hayas descubierto así.

Nonette sentada a tu lado, después de su sesión de rayos. Siempre tiene un momento. La leucemia se llevó su cabello, obligándola a usar una peluca de corte paje, pero no ha perdido su tendencia a la ironía. Le pedirías que se calle, pero necesitas tu caja de voz para hablar y te conformas con arrugar la nariz, deformada por las quemaduras. Como el resto de tu rostro, que aceptaste con debida amargura tan atractivo como una vela derretida.

A ella no parece importarle tu aspecto personal o que tus piernas ya no funcionen. Quizás solo quiere carne joven. Pasa sus manos por tus mejillas (o lo que queda de ellas), masajea tu cuero cabelludo, araña la comisura de tus labios, besa tu garganta y habla con un aire de madre incestuosa que te saca de quicio, aunque encienda tu deseo de una forma muy extraña y decadente. Ella está aquí, Mónica no. Tú estás aquí, Bismarck no. Podría ser soportable.

Hasta que obtienen las nuevas en política y el personal del hospital viene a echarlos. Es casi gracioso.