Capitulo 1: En estado melancolicoo.

Un chico de aproximadamente 16 años, de pelo negro azabache, ojos marrones tipo del color de una avellana, flaco y alto, miraba distraído a su madre mientras esta cocinaba y le hablaba:

- James, mi amor. Porque justo para auror tienes que estudiar? Es muy peligroso.. no te gustaría ser Sanador? Necesitarías como mínimo una "S" en las MHB de pociones, botánica, transformaciones, encantamientos y defensa contra las artes oscuras.. bueno.. ya se que son muy exigentes.. pero es una profesión importante.. o sino no te gustaría relacionarte con muggles? Ahh.. pero vos no estudiaste estudios muggles, no? No.. mm.. entonces.. que te parece trabajar en Gringotts? Deshacer maldiciones.. y poder viajar al extranjero.. necesitarías estudiar aritmancia..

Pero él no le prestaba atención. No. Él estaba pensando, perdido en su propio mundo, con la cabeza mirando hacia su madre.. sin embargo, con la mirada perdida.. y ella... ella no se daba cuenta de que estaba hablando sola.

-James, hijo, podrías ayudarme con la cena? sería bueno que de vez en cuando me dieras una mano-dijo dándose vuelta para mirarlo justo a tiempo para ver como una lagrima solitaria caía lentamente por la mejilla de su hijo.

Se agacho frente a el y lo observo.
En sus ojos marrones, escondidos detrás de sus anteojos, se podía notar un brillo de tristeza y melancolía. Un brillo que tenia desde que había vuelto de Hogwarts, el colegio de magia y hechicería al cual el asistía, pero que ella no lograba entender. Necesitaba saber que le sucedía a su único hijo.

-James, cielo, que te pasa? Últimamente comes poco, casi no hablas, no me ayudas con los quehaceres de la casa, y ni siquiera te interesan las anécdotas de tu padre sobre su trabajo como auror.

-Es que mamá... debes entenderme... es ella.. es tan hermosa, es como un ángel, esos ojos verdes esmeraldas... en los que me pierdo con facilidad y que me fascinan, en los que encuentro luz cuando no puedo ver, su pelo rojo, su voz dulce, su carácter, su sonrisa, todo, exactamente todo me gusta de ella… cuando se enoja, la forma en que frunce el ceño… todo en ella es especial... ella es especial... –Esto lo había dicho con la cabeza gacha, como si le diera vergüenza, sin mirar a los ojos de su madre. – La extraño tanto. No es lo mismo estar todos los dias sin ella.. Como me gustaria verla..
-De quién me hablas?
-Lily.. –salio de sus labios como un suspiro.
-Lily? Lilian Evans? Aquella muchachita pelirroja de tu curso en gryffindor?
-sii..
-pero, no logro entender porque estas triste.. estar enamorado es lo mas hermoso del mundo, querer y saber que te quieren..
-si, querer y saber que te quieren.. pero no me entiendes.. ella a mi no me quiere.. ella me odia mas que a nadie en este mundo.

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Después de confesarle a su mamá que estaba enamorado y que la persona de la cual estaba enamorada lo odiaba había salido corriendo de la cocina y se había encerrado en su habitación, esta era amplia.. ya que al ser hijo único tenia todo el espacio para él. Estaba toda decorada con posters de los Chuddley Cannons.. su equipo favorito de quidditch (un juego que se juega sobre escobas voladoras). Pero seguía triste. Aquella conversación le había hecho peor, talvez si se hubiera quedado y hubiera seguido hablando con su madre.. ella lo hubiera aconsejado y le hubiera intentado ayudar, pero no, eso le daba vergüenza. No se podía entender ni a si mismo, no era tímido ni nada de eso (eso se demostraba con su actitud en el colegio), pero cuando se trataba de hablar con su familia de cualquier cosa sentimental, ya fuera con su padre o con su madre, no podía.

Él entendía porque Evans lo odiaba, era arrogante, presumido, engreído, vanidoso, creído, coqueto, se pavoneaba por los pasillos, y hechizaba a cualquiera por tonterías, aunque debía admitir que eso ya tanto no lo hacia, excepto con Quejicus, ni hacia falta decirlo.

A pesar de eso, a él jamás, pero jamás, se le ocurriría llamar sangre sucia a nadie, ni creer que los hijos de muggles no deberían ir a Hogwarts, ni hacerse el importante por ser de "sangre pura", pensaba james con asco.

Y otra razón por la cual debería odiarlo era porque cada vez que tenía oportunidad la invitaba a salir. Un segundo.. Eso no es una razón para odiar a alguien.. Entonces.. ¿Por qué tendría que odiarlo por eso? Simple, porque Lily pensaba que lo hacia porque ella era la única que hasta esos momentos lo había rechazado, y que seguía invitándola porque quería que aceptara para después demostrar que nadie podría resistirse a sus encantos. Pero ella estaba equivocada, él siempre quiso salir con ella porque le gustaba, porque estaba enamorado de Lily desde la primera vez que la vio, en el tren a principio de su primer año en Hogwarts, y cuando él empezó a salir con otras chicas era solo para divertirse pero sobre todo para olvidarse de aquella pelirroja, hasta que cortaba porque no podía mas. Pero sacarse a esa pelirroja de su corazón era imposible. La amaba demasiado como para que de un día al otro ella se borrara de su corazón.

Evans también pensaba que el la dejaría como a todas las demás si ella aceptaba salir con él, pero si ella alguna vez hubiera aceptado, el no la hubiera dejado, no al menos porque el lo quisiera.

James Potter, estaba tan metido en sus pensamientos que se sorprendió mucho cuando su madre abrió la puerta haciendo mucho ruido y con mala cara.

-PERO COMO PUEDE SER! NO VOY A TOLERAR ESTE COMPORTAMIENTO EN TI, JAMES! NO, NO, NO. Vas a aprender a enfrentar los problemas, no a escaparte de ellos, tienes edad suficiente para actuar con madurez. No tienes porque encerrarte en tu habitación porque me has dicho que te gusta Lily Evans. Te grite millones de veces que bajaras, y no respondías por lo que desistí, te vuelvo a llamar al rato para que bajes a cenar, y sigues sin responder.. no, no, no.. bajaras a cenar quieras o no.

-No te había escuchado, mamá.-le respondió James con una voz tan triste que daba lástima.
-como que no me escuchaste? Lo.. lo siento, pensé que no me respondías porque te daba vergüenza hablarme. Siento mucho haberte gritado hijo..
-No hay problema mamá.
-Bajaras a cenar?

Bajaron los dos juntos las escaleras que daban a un acogedor living que a su vez tenia tres puertas, una, que daba a la calle, era la principal. Otra daba a un baño, mientras que la tercera daba a la cocina-comedor, a donde ellos se dirigían.

Se sentaron a una mesa rectangular, para 4 personas, donde ya estaba sentado Boro Potter (n/a: ya se que es un nombre raro.. pero les juro que leí ese nombre en un libro!), el temido jefe de aurores del ministerio de Inglaterra, con fama de excelente jugador de quidditch, padre de James.

Empezaron a comer en silencio, pero no era un silencio incomodo, ni mucho menos. De repente se escucho el timbre y los tres se sobresaltaron.

¿Quién podría ser a esa hora? Ellos no tenían a ningún invitado por esos días.. debían tener cuidado, podía ser algún seguidor de Voldemort, (un mago oscuro que mataba a cualquiera que se le cruzara por el camino, sobre todo a los muggles, y los Potter eran un blanco importante) de esos que se hacían llamar mortifagos. Así que los tres juntos fueron hacia la puerta, James, el que estaba mas cerca pego un salto cuando volvieron a tocar el timbre y a golpear la puerta con mucha fuerza. Despacio fue abriendo la puerta, pero la sorpresa que se llevo cuando vio quien estaba del otro lado fue tan grande…

- ¿QUE HACES TU AQUÍ?

buenn.. hasta aca llego el primer cap..!
esta idea se nos ocurrio cuando estabamos de vacas en gessel.. (una ciudad al aldo del mar argentio..)A mi(Daiu) y a daf, una amiga mía persona con la que voy a escribirlos fanfics.