Esto va así... Es el mes Marichat y quería escribir algo, pero no me salía nada... Iba a ser algo corto que me está saliendo re largo...

Pero viendo uno de mis dramas, pasó algo hoy que fue como :O No pude dejar de pensar en Adrien versión Gatito adorable en esa escena y lo pensé y se hizo... Porque si la pienso mucho, no escribo nada después.

¡Nos estamos leyendo en los finales de viaje de Sanación! o/


Refugio Seguro

Palabras: 470


Chat Noir saltaba por los tejados de París con una clara dirección: La panadería Dupain-Cheng. Cuando aterrizó en el balcón de Marinette, se acomodó la vara en su espalda, el cascabel como si portara una corbata y se agachó con elegancia a tocar con su puño, la claraboya que daba acceso a la habitación de la chica. Luego de eso, se paró con sus manos detrás y dibujo una sonrisa en sus labios.

—¿Qué pasa, Chat? —preguntó, la dueña de la habitación, asomándose.

—¿Tiene que pasar algo para que quiera ver a mi princesa? —respondió, tratando de sonar con la misma viveza de siempre, pero Marinette lo observó, terminando de subir al balcón para pararse junto a él— ¿Qué?

—¿Pasa algo?

—No —dijo, sin quitar la sonrisa.

—Chat —lo miró de forma demandante.

—Te extrañé —se excusó.

—No hace mucho que te fuiste de mi casa —le recordó, ladeando la sonrisa—. Y quedamos en que pasarías por mí para ir a la escuela juntos… Solo serían un par de horas sin vernos.

—Necesitaba recargar mis baterías —dijo, poniendo sus manos enguantadas sobre los hombros de la chica—. ¡Ya estoy al ciento por ciento, así que me retiraré! —dijo y sin más, la hizo girar en dirección a la claraboya para que vuelva a ingresar a su habitación— ¡Me voy! —pero no pudo saltar, al recibir un fuerte jalón del cinturón que servía como cola y luego, otro más fuerte, hasta que sintió como chocaba con el cuerpo de la joven de ojos celestes y observaba las manos de ella, apretarse con fuerza en su torso.

—Si confiamos el uno en el otro —susurró, apoyando la frente en la espalda del superhéroe—, dime la verdad… —lo soltó, para ponerse frente a él y tomándolo por el cuello. La diferencia de estaturas, lanzaron un poco hacia adelante al chico, pero no le importó—. ¿Recuerdas? Soy tu refugio seguro. Aquí estás a salvo, aquí nadie te verá… Si quieres simplemente llorar… aquí tienes mi hombro.

Chat Noir no dijo nada, se quedó en silencio por varios segundos hasta que finalmente, llevó sus manos a la espalda de la chica, mientras le pedía a Plagg terminar con la transformación.

—Adrien —susurró, cuando el rubio finalmente decidió romper el llanto que lo estaba quemando por dentro.

Aunque había estado con Marinette y sus padres hace solo una hora atrás, llegar a su casa luego de tanta algarabía, le había hecho notar lo lúgubre que era la mansión Agreste. No había podido soportar el frio de sus paredes, a pesar que contaban con la más reciente tecnología en calefacción. Aquel lugar rodeado de murallas altas, cada vez parecía más una cárcel que un hogar.

Ese hogar que solo encontraba en los brazos de su contraparte, de su otra mitad…. En los brazos de Marinette… su amada Ladybug.