PS: Para los nuevos lectores, esta es la tercera y última parte de un crossover de Rose Weasley y los juegos del hambre que empecé a escribir desde hace bastante tiempo. Así que antes de empezar a leer este, comiencen por la primera y segunda parte que pueden encontrarlas en mi perfil.

Ahora, sí.

¡Hola a los antiguos xD, espero no haberles hecho esperar mucho, pero aquí lo tienen, el primer capítulo al fin!.

Espero que disfruten de la historia, porque esta será la más larga que escribiré. Asi, que ojalá se queden hasta el final :) Les prometo que habrá bastante de todo a lo largo de los capítulos. (Romance, acción, drama, tragedia, jajaja, entre otros.) No duden en agregarme a favoritos.

Saludos, y déjense ver en los comentarios :)


Capítulo I:

El viento soplaba con bastante fuerza ese día, y mi rebelde cabello pelirrojo se desordenaba con cada corriente de aire que me daba.

Avancé un par de pasos y me di cuenta que todo era verdad.

Todo lo que James, me había relatado, era una horrenda verdad.

Las calles, nuestra antigua casa, y casi todo el distrito doce estaban en ruinas.

Seguí avanzando, y pisé lo que parecía ser una muñeca de trapo media rota.

Sentí rabia.

¿Cuántos niños habían muerto en este bombardeo? ¿Qué culpa tenían ellos?

Voldemort.

Él era el único culpable.

-Vamos, Rose… No te quedes aquí…-me sugirió James al ver lo concentrada que estaba mientras miraba los cuerpos calcinados de aquellos que no tuvieron la suerte de huir.

Alcé la mirada, y asentí.

Era un milagro que estuviéramos aquí, visitando lo que alguna vez había sido mi distrito.

Ninguno de los dignatarios del distrito trece había querido acceder a mi petición sobre venir y ver con mis propios ojos lo que había ocurrido en el doce.

Si no fuera por Neville Longbottom, quien abogó para que pudiera regresar; era muy probable que hasta ahora estuviera exigiendo que me dejaran volver.

Suspiré.

La situación se había vuelto bastante complicada desde mi llegada al distrito trece.

Ni bien puse un pie ahí, y todos ellos, ya tenían preparado un cronograma para mí, exigiéndome que asuma por completo el papel del sinsajo, queriendo que sea el símbolo de la rebelión, el líder real y la personificación de la revuelta.

Me decían que no estaría sola, y que tendría un equipo completo para mis apariciones, yo sólo debía representar mi papel y luchar por la libertad.

Y por más, que la mayoría de esa gente conocía a mis padres y habían sido amigos de ellos, yo no soportaba sus exigencias, ni los obstáculos que me ponían.

Sin contar con que aún no estaba completamente recuperada de mis lesiones, ni mucho menos de las heridas psicológicas que llevaba por dentro. Y era por eso, que tenía un brazalete que decía, "Mentalmente Desorientada".

Las pesadillas y delirios habían continuado después del Vasallaje, y como una vez le había dicho a Scorpius, ni el mejor terapista del mundo podría sanarme.

Era por ello, que mientras los dirigentes me comentaban sobre sus planes entusiasmadamente, yo sólo me limitaba a escucharles. Tal y cómo lo hacía, Luna Lovegood.

Aún recordaba, la primera vez que nos conocimos, después de despertar en el hospital con James.

Ni bien, la había visto, supe que algo andaba mal con ella.

La forma autoritaria en que me habló y su manera en exigirme las cosas.

No me agradaba, y ella lo sabía. Desde el primer momento que nos vimos, ninguna congenió con la otra.

Antes que la conociera, sólo sabía que, Luna Lovegood, había sido un símbolo de la rebelión como mis padres, y que había sido muy buena amiga de mi familia, tanto así, que tía Ginny decidió volverla madrina de Lily, antes del Nuevo Orden.

Pero, yo, sólo encontré a una mujer completamente distinta de la que me hablaron. Podía notar que tenía cierta rabia hacia mí.

¿Pero, por qué? ¿Acaso no había sido amiga de mis padres? ¿No había apoyado la causa?

Cuando le comenté esto a tía Ginny, ella también había percibido el cambio en la mujer que alguna vez había sido su amiga.

Esa rubia era demasiado autoritaria, nada tonta, ni mucho menos, loca, como según me contaron, le decían en las épocas de escuela.

¿Entonces, cómo una loca podía ser la líder del distrito trece?

La mayoría de mi familia, pensaba que su cambio se debía por la guerra o algo parecido.

Pero aun así, no me agradaba. Aunque ambas, luchábamos por una misma causa, Luna Lovegood, no me agradaba.

-Rose, ya llegamos…-susurró James, sacándome de mis pensamientos, mientras ingresábamos a la aldea de los vencedores.

-Vaya…-suspiré dándome cuenta de lo que me rodeaba.

Por extraño que pareciera, la aldea de los vencedores, no había sido bombardea.

Nuestra enorme casa, permanecía intacta, al igual que todas las demás de esa zona.

-Subiré por un par de cosas…-le contesté rompiendo el silencio.

Él, asintió.

-Ve. Te estaré esperando aquí abajo…-me dijo examinando los alrededores.

Sin perder más tiempo, corrí al segundo piso e intenté recuperar todas las cosas importantes que mi familia no había podido rescatar el día del bombardeo, sobre todo, cosas que tenían poco valor para cualquiera que las veía, pero que para nosotros, valía más que el oro.

Viejas fotografías de mis padres, fotografías mías y de mis primos. Videos caseros. Libros que me fueron heredados. Cosas de valor para mis abuelos.

Pero, antes de irme, rebusqué una vez más entre mis cosas, y encontré las dos únicas fotografías que tenía de Scorpius.

Él sólo hecho de verlo otra vez, hacía que mi corazón se viera atrapado en una enredadera de espinas.

¿Estaría vivo?

¿Lo habrían torturado?

Esas eran las preguntas que me hacía casi a diario.

Él y Johanna, aún seguían bajo las garras de Voldemort. Y el distrito trece aún no encontraba la manera de rescatarlos.

A lo mejor, ambos ya estaban muertos. Y ese era mi mayor temor.

-Veo que conseguiste varias cosas…-me musitó James ayudándome a colocar todo en el bolso que llevaba conmigo.

-Sabes que estás fotos y objetos valen mucho para nuestra familia…

-Lo sé…-contestó mirando una de las viejas fotografías en las que aparecía su padre.

Sonreí de costado, y juntos, regresamos a la nave donde me esperaba mi primo Louis y los pilotos.

Pero antes de subir. Di un último vistazo a lo que había sido mi hogar.

-Prometo regresar…-le susurré al viento.

A pesar de las temporadas de hambre que habíamos pasado aquí, el distrito doce nunca dejaría de ser mí casa. El lugar donde había crecido, el lugar donde había vivido toda clase de experiencias y emociones.

-Sé cómo te sientes…-me murmuró James sentándose a mi costado en cuanto subimos al aerodeslizador.

-Debió ser peor cuando vieron la destrucción.-contesté recostando mi cabeza en su hombro.-Ten por seguro que Voldemort pagará por esto…

-Lo sé. Las va a pagar…-me contestó confiando en mí.

-Y yo quiero estar con ustedes cuando eso pase…-contestó Louis acercándose hasta nosotros.

Le sonreí, y decidí dormitar un poco antes de llegar al distrito trece, pero, repentinamente, las horrendas imágenes sobre mi madre siendo asesinada en ese espejo, me hicieron abrir los ojos con desesperación, como si estuviera ocurriendo de verdad.

Casi todos los días era lo mismo. Las mismas pesadillas, y alucinaciones.

El vasallaje me había destruido. Habiéndose encargado de desaparecer a la poca cordura que aún me quedaba. Y, ahora, la inestabilidad y la paranoia, habían aparecido en su lugar.


Pobre, Rose :(

De todas formas, espero que les haya gustado el capítulo. Y cómo ven, ha sido un poco corto, por lo mismo que es el primero y Rose esta describiendo lo que le ha ocurrido hasta el momento, así que no se desanimen, porque en los otros capis vendrán apareciendo los nuevos personajes y más situaciones interesantes :)

Besos a todos. No olviden dejar un comentario, que así me animan a publicar más rápido xD. Saludos