Disclaimer: Harry Potter no me pertenece. Escribo esto por diversión.

You moved all that was in my world

And showed me all the new colours

In my universe where storms run

Falling, falling, falling, fall into me

I hear echoes of my speech

And I see shadows of my walk

I feel the past

I always look backwards

Heroes for Ghosts - The Gathering

Héroes por fantasmas

El castillo está impregnado de Draco. La decadencia moral impregnada en esas paredes, el miedo, el deterioro físico, el fracaso; todo aquello podía sentirse desde el punto de vista de Pansy.

Lo que alguna vez consideró como el baluarte de la superioridad mágica, era ahora simplemente una destrozada fotografía estática —tal como las de los muggles—, que apenas representaba un tiempo pasado. Patético.

Pansy se podía ver a sí misma tras ese acabado hombre. Las sombras de sus pisadas siguiendo a Draco; el eco de su estridente risa rematando alguna de las tantas anécdotas estúpidas que solía contar. Pansy había sido Draco; se había intentado definir a través de él, el autoproclamado líder de Slytherin, el niño mimado que pisaba fuerte, pero que hablaba despacio, casi susurrando.

Pero Draco ya no caminaba, ni mucho menos pisaba fuerte. Sigue los pasos de su padre; del señor tenebroso. Se auto destruye; se desvanece; cae más y más hondo en aquella magnética fuerza que deseaba abandonar con todas sus fuerzas.

Ahora Draco era Pansy, y ella podía verlo.

Sintió una mano apretar su hombro fuertemente.

—¿Pensando de nuevo en Draco? ¿Queriendo huir dramáticamente de mi lado para salvar a tu destruido amado? —Pansy volteó a ver a Blaise, cuya sonrisa sardónica la incomodó un poco.

Blaise lo sabía.

—¿Acaso sigues sin entender? Solté su mano hace tiempo.

Blaise susurró algo a su oído y fueron a refugiarse en la habitación desierta de éste, olvidando a Hogwarts en la desnudez de sus cuerpos.

Sin embargo, aquella noche, en la oscuridad de la Sala Común, antes de que Draco fuera a reunirse con el director y los Carrow, Pansy lo alcanzó, volviendo así a la realidad. Su semblante angustiado adquirió matices tétricos en aquella luz verdosa de la sala, pero ella pudo distinguir en él sorpresa, remembranza.

—Cuídate, ¿quieres? —fue lo único que pudo decir luego de correr hacia él, antes de rodearlo con sus brazos; de secar sus lágrimas silenciosas con sus labios, que luego uniría con los de él en un desesperado beso.

Draco simplemente se dejó besar, para luego mirarla con un brillo de nostalgia en sus ojos, deseando volver a aquellos tiempos a los que el rostro de Pansy quería arrastrarlo. Aspiró el aroma de sus cabellos, recordando las risas en el Gran Comedor, acompañadas por un pastel de zanahoria; la calidez de su cuerpo al apoyarse en ella; los castos besos que no atrevía a profundizar debido a su inexperiencia; la mirada de admiración que ella le dedicaba pese a haber sido un insignificante hijo de su padre que creía tener el mundo a sus pies. Por primera vez la amó, la extrañó y quiso estar a su lado, siendo ella ahora quien lo arrastrará.

Pansy recuperó la compostura, se separó de él y carraspeó. El tiempo de ellos dos había acabado; o quizás nunca había existido.

—Por favor, lo único que te voy a pedir; es que sobrevivas.

Astoria jamás se enteraría de aquel desliz de Draco; de su momento de debilidad. De cualquier forma, Draco ya era lo suficientemente débil a los ojos de todos.