N/A: He llegado con lo que es para mi, la cosa más divertida: ¡Jim Moriarty! ¿Les he dicho que es mi villano favorito? Bueno, pues lo es. Me parece uno de los villanos mejor escritos después del Joker, y sin lugar a dudas, debería dedicarle una serie de drabbles, pero no sólo a él. Si no que al trío de la muerte: Jim, Bastian & Molly. Porque son mis favoritos y aunque diga que no, que Molly no es una villana... yo tengo la teoría que debajo de tanta dulzura hay algo más. Yo soy muy atenta con los que son tan dulces muchachos. Quién sabe, Molly puede estar a dos bandos y nadie lo sabe.

En fin, que serán una serie de drabbles donde hable sobre los personajes. Los primeros tres abarcan la infancia del trío de la muerte. Y debo decir que, igual que con Jimmy soy fan número uno de los cuentos de los hermanos Grimm y no hay nada mejor que un 'villano a la antigüita', son los que mejor se me dan a la hora de escribir y que más me entretienen de las historias. ¡Olviden al héroe, que el némesis se lleva la mejor parte! Y eso, que mucha chachara y poco fic. Inauguro esta colección de drabbles con el gran Moriarty.

Disclaimer: Los personajes aquí usados no me pertenecen, son de Sir Arthur Conan Doyle con la bella ambientación de Mark Gatiss y Steven Moffat (MOFFAT!).


On night of the Hunter.

El pequeño James Moriarty era el hijo de un hombre de negocios y una abogada con el mismo éxito que su glamoroso marido. Fue el hijo único de James Sr. y Lisbeth Moriarty, una familia que podía darse el lujo de todo y de nada.

Su padre era un hombre con gran intelecto y un agudo sentido financiero, que sabía cuando debía meter sus manos en el fuego y cuando lo mejor era dejar que las cosas se enfriaran. Y su madre era la mejor abogada, porque tenía una lengua rápida, afilada y preparada para mentir por el bien mayor: ganar el caso.

El pequeño creció rodeado de lujos y de este ambiente competitivo donde mamá y papá decían constantemente: 'Si alguien se mete en tú camino, apártalo. ¿Cómo? No importa, sólo hazlo'. Y él aprendió bien la lección. Sus progenitores no eran personas amorosas y preferían recompensar con fomentos de otro estilo (dinero, lujos, paseos). Lucían perfectos en las revistas de moda, de finanzas donde entrevistaban a tan exitosa pareja, parecían la familia perfecta. James Sr. con una sonrisa de oreja a oreja, sujetando a su mujer por la cintura, y Lisbeth cargando al pequeño retoño de tan sólo tres años. Parecían el arquetipo perfecto de familia.

Pero Jimmy sabía que mami y papi podían ser demasiado competitivos entre ellos, y aunque jamás hubo golpes ni gritos, la tensión se podía sentir entre ambos. El 'yo puedo más que tú' resonaba por cada pasillo y pared de su hogar en Cardiff. Pero eso no le importaba, no mientras mami y papi le dieran lo que pedía y cumplieran sus caprichos sin rechistar ni un segundo.

Y entonces Jim conoció los cuentos.

Amaba que su niñera le contará historias antes de dormirse. Pedía su leche con chocolate caliente con malvaviscos en la parte de arriba y mucha, muchísima azúcar, unas galletas con chispas de chocolate y arándanos eran su cena, en la cama, mientras mami y papi no lo supieran, porque se enojarían mucho con el pequeño y travieso Jimmy, que siempre sabía cuando papá se había acostado con una secretaría o cuándo mami había ido a ver al apuesto y joven Roderick Schmertling, el prometedor abogado de oficio de ascendencia alemana y que siempre le dejaba a mami extrañas marcas en su cuello largo, blanco y de aspecto de cisne.

Su nana, una mujer de cincuenta años le traía su pequeña cena y la colección de cuentos de los hermanos Grimm, y entonces comenzaba. Un día leían Rapunzel, al día siguiente El Lobo y las Siete Cabritas, El sastrecillo valiente… pero el favorito del pequeño Jim era Caperucita Roja y el Lobo Feroz. Todas las noches de Luna Llena le pedía a su nana que le contará la historia pero que cambiará el final.

El final se trastornaba y se volvía en contra del Leñador y Caperucita. El Lobo se comía a la abuela y después, con mucho, mucho cuidado se iba, se alejaba del Leñador y Caperucita, haciéndolos sentir a salvo, hasta que un día, en secreto, planeando su venganza, llegaría al hogar de ambos y se los comería, separando la piel de sus músculos, arrancando sus corazones y volviéndolos cenizas. Porque ese día obtendría su venganza, y les haría pagar por todo lo que le hicieron

Su nana se aterrorizaba con aquel final, pero para Jim, era el final ideal para la historia: porque el Lobo no podía permitir se tratado de esa forma. Y siempre sintió más cariño por los villanos, criaturas incomprendidas, trastornadas por sus circunstancias.

Jim sabía que todas las buenas historias tenían villanos antiguos, villanos que soltaban sus planes sin pena ni gloria, porque los villanos verdaderos, los viejos villanos sólo quieren ver el mundo arder y consumirse bajo su mirada. ¿Qué más da si el héroe se entera? ¿Qué más da si ha contado su plan? Lo ha hecho con un solo propósito: 'Divertirse'. Porque la vida es aburrida, la paz es demasiado aburrida y sobrecogedora. Porque cuando menos te das cuenta, llega alguien más brillante que tú, mientras te regodeas en tú éxito, y te hace a un lado, quedas en quiebra y tu sueño ideal se desmorona. Porque mientras estás en paz, con la guardia baja, tu amante llega y te apuñala por la espalda, sacando toda la información de ti para apartarte de tu caso, hacerte quedar en ridículo y conseguir lo único que quería: escupir en tu cara.

Y al final, la familia perfecta se rompe, porque la paz aletarga los sentidos y vuelve insensibles a quienes toca. Porque la paz es la muerte.

'Al final, todos somos villanos. La única diferencia entre un villano y un héroe, es que los héroes toman las decisiones correctas en el momento correcto. Y los villanos deciden cambiar las reglas del juego'.


¿Un review?

El siguiente villano: Sebastian Moran.

¡Spooky!