Un corazón agrietado.

"Mi nombre es Jack Frost y soy un Guardián ¿Cómo lo sé?... porque la Luna me lo dijo…"

Pero ese es el problema, no me dijo nada más.
Llevo años intentando que más niños crean en mí, lo cual es bastante difícil, empecé haciendo nevar en sus cuartos y escribiendo mi nombre con hielo en las ventanas, aunque sé que esto es hacer trampa pero al menos por algunos años puedo jugar con ellos, que es lo que más me alegra en este mundo.
Para los seres inmortales el tiempo es diferente, sobre todo para aquellos que como yo que no tienen un especifico lugar en el calendario, Conejo por ejemplo, el espera todo el año el mes de Abril o Norte el espera Navidad y así ellos tienen una noción del tiempo más precisa, pero para mí, Meme o el Hada de los Dientes las cosas son diferentes, para nosotros el tiempo simplemente pasa.
Desde que me convertí en Guardián ellos son como mi familia, pero llevo 300 años en soledad y aun no sé cómo es tener una, creo que ellos tampoco saben cómo tratarme; una vez escuche a Norte discutir con Conejo…si lo admito, los espié; según mi peludo amigo y cito textualmente "Jack es un niño eterno, demasiado inocente, no sé cómo comportarme con él, tengo miedo de herirlo", es increíble, vivimos para los niños y no sabe cómo tratar a uno, parece broma, pero capas por esto solo el Hada se dio cuenta, me refiero a que nadie más que ella noto que mi corazón se había roto pero tampoco supo cómo ayudarme… y si, podrá estar recubierto de hielo pero es tan frágil como cualquier otro… pasó hace muchos años, cuando el tiempo todavía tenía sentido para mí.

En la pequeña ciudad los niños corren y juegan, toda esta diversión es un regalo de Jack Frost, pero no solo para ellos si no para un joven que cumple años, Jaime fue el primer niño que creyó en Jack y por eso se convirtió en su mejor amigo, el joven continuo creyendo en los guardianes hasta muy avanzada edad, tenía unos treinta y tantos y aun podía ver al espíritu invernal.
Seria un error echarle toda la culpa a Cupido Valentino de los sucesos que le siguieron, sería más correcto solo aceptarlo, cuando Jaime tuvo edad contrajo matrimonio, tuvo hijos un trabajo y una hipoteca que pagar, cada vez tenía menos tiempo para jugar a las guerras de nieve con su fluctuante amigo invernal, pero no fue esto que rompió el corazón de Jack.
Una noche mientras el albino preparaba una esplendida nevada que dejaría a los niños sin escuela el ya adulto Jaime salió con su esposa y sus hijos; en un país tan capitalista como Estados Unidos es muy común tener más de un trabajo para poder llegar a fin de mes, y el camionero que vencido por la fatiga se durmió al volante no era la acepción; fue un gran choque donde ni Jack ni ningún espíritu o festividad pudieron evitar la muerte de Micaela la esposa de Jaime.
Tras este acontecimiento el hombre dejo de ver a Jack y de creer en la magia, sus hijos perdieron la inocencia y dejaron de esperar al Hada de los dientes, simplemente se desasían de los ellos y seguían con sus vidas, después de todo era algo natural la caída de estos y a nadie en esa casa le interesaba.
Habían pasado muchos años en los cuales a pesar de no ser visto Jack continuo fielmente al lado de su amigo, sus nietos creían en los Guardianes, eran niños alegres y de buen corazón
-Papa…papa…
-¿He? ¿Que pasa hijo?- la voz de Jaime se notaba cansada
-Con Lara vamos a comprar pizza ¿quieres una gaseosa?
-No, no…esas cosas me caen mal… ¿Dónde están los niños?
-Ya bajan- el hombre y su esposa se dirigieron a la puerta mientras sus pequeños se despedían y le pedían mil golosinas de postre
-Hijo abrígate bien o Jack Frost te congelara la nariz jajaja- eso fue lo último que dijo antes de ver salir a su hijo de la casa
-Oye abuelo ¿Quién es Jack Frost?- los pequeños se acercaron al anciano llenos de su habitual curiosidad…fue en ese momento en el cual el corazón congelado de Jack se agrieto,
-Nada cariño…es solo una expresión- los ojos del albino se llenaron de lagrimas que se convertían en escarcha a medida que caían, aun con las manos fuertemente agarradas a las manijas de la silla de ruedas de Jaime y sin quererlo provoco una leve nevada en la habitación, las miradas de los tres en la mortales se llenaron de asombro.
-Mira abuelo…nieve…- Jack se dio cuenta que sus emociones causarían una desastre si permanecía en un lugar cerrado, rodeo al viejo y se dirigió a la ventana pero cuando pensó que sería atravesado por la pequeña niña esta choco contra de él y le dedico una triste mirada
-¿Por qué lloras Jack?
-Tu…¿puedes verme?- el viejo Jaime por un momento logro recuperar su fe en el espirito invernal y resonó una gran carcajada en la habitación
-Jack ,Jack ,Jack… pasaron años desde que te vi….¿por qué lloras?- una enorme sonrisa apareció en el niño inmortal
-Jaime aun crees en mi- el rostro del anciano se ensombreció
-Claro, cómo podría olvidarte, fue tu hielo el que causo el incidente de mi esposa, por eso preferí ignorarte, para castigarte por su muerte- ante las miradas confundidas de los niños y espíritu el anciano se explico mejor
-¿Que esperabas Jack? Todos crecemos en algún momento y nos damos cuenta que el invierno mata las cosechas y causa enfermedades ¿sabes cuántos niños mueren de hipotermia por tu causa?...
-Jaime yo no…- un almohadón choco contra el espíritu invernal
-Vete Jack, este no es lugar para ti, no permitiré que mis nietos crean en ti, si en los otros que no le hacen daño a nadie, ¡pero no en ti!
Los niños corrieron detrás de la silla de ruedas del abuelo, sabían que el hombre siempre los protegería y si los alejaba de aquel extraño sujeto blanco debía ser por algo.
Jack solo salió en silencio de la habitación con una gran ráfaga de viento, desolado y con el corazón roto vago por todos los países que en esos días estaban bajo el manto del invierno y fue en ese entonces cuando se percato de la verdad detrás de las palabras de Jaime, paso por algunos países cercanos al trópico, aunque fuera el periodo en el cual el calendario marca el invierno no hacia suficiente frio como para que nevara, muchos niños sin hogar dormían en las plazas o bajo los puentes, muchos sin ningún manta o con el simple calor de un abraso amigo ¿cuántos de ellos morirían de hambre o de frio por su causa?

Ese 26 de Diciembre en la fiesta anual del Polo Norte, Jack no logro divertirse, durante 300 años había asistido a esa fiesta aunque sea unos veinte minutos, lo suficiente como para que Norte lo viera, era casi un rito sagrado, como si una ley no escrita te obligara asistir; esta vez se quedo sentado en el candelabro solo esperando no llamar la atención, su presencia ya había sido notada por algunos espíritus y se podía decir que había cumplido con su deber de asistir pero por alguna razón no quería volver… ¿volver a donde además? Su casa era aquel lago congelado donde había muerto y dormía en un árbol, bastante patético.
-Oye niño bonito…con el Hadad e los dientes estamos preocupados- era uno de los Cupidos, quien más si no él, el que podía ver sobre la cabeza de cada persona, festividad o espíritu el estado su corazón.
-Hola querubín- la falsa sonrisa de Jack no engañaba a nadie, el "joven" Cupido debía tener más años que Norte o el Conejo, había existido desde siempre como Meme, tenía el aspecto de un veinteañero de rubios cabellos y expedido porte, era más que obvio que era absolutamente irresistible a la mirada, siempre vestía un pantalones rojos muy apretados al cuerpo y unas zapatillas del mismo color, no llevaba camisa a causa de sus alas mostrando su moldeado cuerpo, estas eran grandes pero incorpóreas, a la vista parecían echas de brillo y vapor pero eran suaves al tacto, como tocar una nube, sus ojos de un rojo traslucido rozando el rosado era amables y eran lo único que lo distinguía de su hermano, con su sonrisa cautivadora podía convencerte de saltar por un precipicio por amor, olía a rosas y siempre traía alegría con su presencia, al contrario de su gemelo de ojos violetas -Ho mi tierno e inocente Jacky, tu corazón siente tanto dolor- el albino no tenía ganas ni de llorar ni de pelear con su alado amigo a quien de manera afectuosa llamaba querubín,
-No me mires con pena, es molesto- ninguno de los dos pudo separar la vista de los ojos del otro y lentamente Cupido envolvió en un dulce abraso a Jack dándole una sensación de paz que hacía años que no sentía.
-El Hada está muy preocupada, deberías hablar con ella- sin separar su abraso le dio un dulce beso en la coronilla de su frio cabello y comenzó a tomar distancia- como de costumbre te extenderé nuevamente mi invitación al palacio de las nubes, ya sabes que mis hermanas, Valerio y yo amamos jugar contigo- solo una sonrisa medio feliz medio triste le alcanzo al joven para retirarse, en el palacio de las nubes vivían los Cupidos, Valentino y Valerio, uno era el portador del amor más puro y sincero, su cabello era tan rubio que parecía brillar con el sol al igual que sus grandes y rojizos ojos, y el otro era el portador del amor mas enfermizo y dañino, sus cabellos eran de un rubio más oscuro, apagado como el oro viejo con profundos y violáceos obres, el amor y el desamor así los llamaban el resto de los inmortales, junto con sus hermanas, Valeria portadoras de la lujuria de larga cabellera color rojo intenso con una mirada verde esmeralda que podía descifrar todos tus secretos y Valentina con sus cabellos color zanahoria y unos hermosos y dulces obres color verde marino que protegía la inocencia, los cuatro habían causado tantos problemas como Jack pero ellos eran temidos y respetados puesto que con una sola flecha o una sola manzana podían manipular los sentimientos de todos los seres vivos mortales o no, mientras que Jack…bueno, el congelaba cosas.
El Hada de los Dientes había mandado a Valentino a hablarle esa noche y las siguientes, pero nada parecía calmar el corazón del joven, hasta que Valerio tuvo una de las charlas más largas con el joven inverno, explicándoles que era normal, que los adultos son más propensos al odio que los niños y que no saben perdonar.
Con gran alegría del Hada el corazón de Jack parecía haberse recuperado
-¡Hooo Valerioooo gracias por ayudar a Jack!- el abrazo del Hada era siempre bien recibido por los Hermanos Valent, los cuatro veían en el Hada una madre al igual que lo hacía Jack.
-No fue nada jejeje solo fue una charla, el es aun un niño, no entiende a los adultos.

Jack había conocido a muchas criaturas desde que era oficialmente un Guardián, los cuatro Valent le había presentado sus "hermanos" los demás espíritus estacionales, una morena alta y excesivamente bronceada con aspecto malhumorado que solo llevaba una minúsculo biquini blanco con rallas amarillas, un gran sombrero, lentes de sol y unas sandalias de taco demasiado alto para ser cómodas, una niñita con un hermoso y vaporoso vestidos rosa pálido, pétalos de mil flores que adornaban toda su verde cabellera y muchas mariposas revoloteándole las ideas y un hombre serio de aspecto ruso que para sorpresa de Jack tenia ardillas que anidaban en su gran y caraña barba que al moverse dejaba caer hojas secas, era increíble como en las fiestas de Norte Jack no hubiera hecho sociales con nadie hasta entonces, muy a su pesar se había dado cuenta que lo habían excluido voluntariamente de sus vidas , solo sus amigos alados que tanto se parecían entre si le habían regalado alguna que otra charla superficial en esas fiestas durante sus 300 años, pero era algo normal los cuatro "dioses del amor" eran increíblemente sociables e hiperactivos.
Los cuatrillizos habían hecho saltos mortales para que los espíritus del Carnaval lo incluyeran en sus travesuras aunque a Norte no le parecía la mejor de las ideas puesto que el pequeño Jack era pura inocencia y las mascarillas eran traviesamente perversas.
Arlecchino con su traje de mil colores, Fígaro su fiel secuas, el Capitán Scaramouche y su afán de crear pequeñas y amistosas riñas, La Bella Arlecchina y sus confites encantados, Il Dottore Balanzone con su gran panza ,Magnifico y su viola encantada, el enigmático Pierrot, el joven Pulchinella y sus bromas en rima y Zan Fitata con sus monerías habían arrastrado al niño de hielo a los carnavales Europeos puesto que estos caían en invierno, juntos habían pasado los mejores años y la grieta del helado corazón del espíritu invernal parecía haberse sellado bajo una capa de papel picado.
-¡Jackyyy!- la vos del muy ebrio Dottore Balanzone se hacía notar entre la multitud- mira mi joven cubito y hielo una niña que cree en ti jajajaja- en los carnavales los niños parecían creer en cualquier cosa incluso en el, pero luego cuando estos terminaban se llevaban la magia consigo.
-No te preocupes Jack, si como espíritu de la dirección no te va bien puedes siempre ser uno de los nuestros, podemos crearte una máscara y jugaras con nosotros, en los carnavales invernales- la vos de Arlecchina era amable pero sabía que no debía fiarse completamente del as marcaras, ellos estaban completamente locos, la Liebre de Marzo su ratoncito y el Sombrero parecían unos catedráticos en comparación.
-Si Jacky…solo debes perder tu inocencia jaja- Pierrot era siempre demasiado sincero con Jack lo cual a veces le daban escalofríos, justo a el, que de frio sabia mucho.
No importaba cuanto papel picado o cuantos dulces intentaran sellar la grita en el corazón del Jack, esta se abrió aun mas cuando la Catrina fue a darle la triste noticia, Jaime había muerto, en paz rodeado de sus seres queridos, pero muerto al fin.
-Jack, sabes que era inevitable, así son los mortales…son…mortales- la Catrina llena de colores y flores no podía expresar dolor pues ella conviva con la muerte a diario y no veía tristeza en ella
-Lo sé…pero igual lo voy a extrañar- Jack estaba inconsolable
-Oye… ¿sabes que festividad soy? La del día de los muertos, conecto las almas de los fallecidos a las de los vivos mientras estos los recuerden, mientras tengas un buen recuerdo de Jaime él siempre estará a tu lado Jack- se esfumo entre mil pétalos dejando al niño solo.
No paso mucho para que el Hada intentara consolarlo pero no hubo nada que hacer, los Guardianes estaba muy preocupados por su amigo, nunca había enfrentado la muerte de alaguen querido y debería aprender a hacerlo o en su defecto no encariñarse con los niños, lo cual parecía casi imposible.
Fue Conejo quine menos paciencia le tuvo y en vez de darle palabras de consuelo termino por gritarle como de costumbre, solo que esta vez no recibió una bola de nieve en respuesta, no hubo nada. Durante un tiempo Jack se aisló, asimilando que su amigo lo había culpado de la muerte de su esposa, que había intencionalmente alejado a sus hijos y nietos de él, que la amistad que había siempre tenido con los Valent no era la gran cosa puesto que estos eran amigos de todos por su naturaleza amorosa, que sus nuevos amigos las mascarillas estaba completamente locos y no siempre se sentía cómodo con ellos y que por ultimo siempre había sido excluido del mundo mágico por sus "hermanos" las demás estaciones, hasta los Guardianes se habían mostrado reacios a aceptarlo y hasta ese momento les era difícil tratar con él.

En las profundidades de la tierra una gran oscuridad tomaba cada vez mas forma, sonriente ante cada nueva guerra que llenaba de terror a los adultos y a los niños, pues su poder era el miedo de todo ser viviente, y el miedo y desolación de Jack Frost era uno de los temores que más le interesaban. Muy de a poco había comenzado a recuperar sus fuerzas, todo había empezado con el mas profundo de los miedos, la soledad, con algunos susurros desde las sombras había llenado el ya inestable corazón de Valerio de celos, sentimientos que lo llevaron a atacar a su amado hermano Valentino con su típica frase "Si no eres mío no serás de nadie" solo que esta vez no se la hacía decir a un humano, la decía el mismo Cupido; la situación no llego a mayores gracias a la intervención de Valentina y Valeria pero el miedo de un ser inmortal valía como el terror de mil niños y el ambiente tenso que se vivía en el palacio de la nubes había comenzado a alimentar a Pitch.
Por alguna razón los niños que vivían en situaciones violentas no perdían la inocencia tan rápidamente como era de esperarse lo cual era una carta a favor del amo de las pesadillas, lentamente sus oscuros corceles habían irrumpido en los sueños de niños, adultos y ahora también de la familia Valent y de Jack quien cada vez mas sentía miedo con la sola idea de irse a dormir.
Ninguno de estos seres inmortales había compartido sus pesadillas con nadie y tampoco las habían atribuido a Pitch era mas razonable creer que era causa del clima estresante que vivían, los Valent se la pasaban discutiendo entre ellos, temerosos de ser asesinados por sus celosos hermanos mientras dormían a la par que cada invierno Jack tenía más pánico de matar a alguien con el frio que traía, cada vez veía más personas que se rompían un brazo o una pierna al resbalarse con su hielo y las palabras de Jaime resonaban en su mente.
Para mejorar la situación de Pitch había encontrado la manera de transformar los coloridos sueños de las mascarillas en aterradoras pesadillas al igual que los ahora poco verdes sueños de los duendes que en vez de soñar con arcoíris y oro, soñaban que se ahogaban en su amada cerveza casera.

Debía ser una verdadera emergencia para que los Guardianes se reunieran a solas, completamente a solas, sin elfos o hadas volando por todos lados, la reunió había sido pactada en Rusia, en un departamento abandonado, había comenzado desde hace mucho pero el niño invernal había recién llegado, como era de esperarse su presencia fue ignorada pues lo demás no estaban acostumbrados a ser más de cuatro en esas reuniones.
-Seamos realistas, esto no es normal- Norte no paraba de dar vueltas a la mesa desgastada de la cocina
-Mis ratones están muy inquietos, ellos deberían poder encargarse de la zona Latina e Hispano parlante solos pero por alguna razón las hadas tuvieron que ayudarlos a recoger dientes- el aleteo nervioso de la mujer termino por esparcir las hojas de la mesa y una llego a los pies de Jack, había nombres, entre ellos los de sus amigos las marcadillas.
-Por el amor de todos los huevos de mi madriguera, quien no ha tenido una pesadilla, es normal Meme estás haciendo demasiado estamento- Conejo no sabía ser amigable ¿cómo es que era el Guardián de la esperanza siendo tan osco? El albino deposito simplemente la hoja en la mesa llamando la atención.
-¡Jack!- el fuerte abraso de Norte podía llegar a ser doloroso- debemos ponerte un cascabel o algo parecido, eres demasiado silencioso – su tono era otra vez serio, le ofreció asiento y lo tomo fuertemente del rostro acercándose peligrosamente y mirando con intensidad sus ojos, sin poner distancia y con una seriedad extrema hiso la pregunta - ¿Desde cuándo tienes tantas ojeras?...¿ has tenido pesadillas?- era inevitable, todos con solo mirarlo un poco se daban cuenta del poco sueño que tenia encima.
Poniendo distancia y sentándose le cedió la palabra al conejo de pascuas
-Haber repasemos…los tréboles de cuatro hojas de los duendes están teniendo el efecto contrario del que deberían, las sirenas no pueden controlar las mareas, las mascaras amenazan con no celebrar carnaval y los Valent están cometiendo actos violentos a causa de los celos que sienten lo cual es bastante extraño porque jaja digo, todo bien con las relaciones homosexuales pero los cuatro son hermanos, a todo esto sumémosle que las hadas y ratones de los dientes están hechos un manojo de nervios y todo porque….por no poder dormir… y ahora dinos Jack ¿tú también no puedes dormir?
-Bueno…- sus ojos se volvieron esquivos queriendo evitar el tema- bueno…solo digamos que la arena de Meme no me ha llegado en estas últimas noches- Meme estaba hecho una furia, nadie le quería creer que algo andaba mal, nadie le había avisado que estaban teniendo problemas al dormir, las formas de su cabeza reflejaban este enojo.
-Jack, dinos ¿hace cuanto pasa esto?- el Hada era gentil como siempre pero el niño no estaba de humor –Nunca en mi vida me paso esto….alto…- tuvo una revelación que agrieto mas su corazón –Meme…tu arena nunca me visito por las noches…se supone que yo soy un niño eterno ¿por qué no me ayudaste a soñar?... por el contrario estoy teniendo unas pesadillas horrendas, me aterra la sola idea de irme a dormir y ando todo el día alerta… aunque….quien podría hacerme daño, muy pocos me ven- la tristeza de Jack era palpable y la mirada de reproche que le dirigió el Hada a Meme tamben. El hombrecito perdió su paciencia y tomo una de las lapiceras de la mesa y sobre la lista de nombres de niños y seres con pesadillas escribió algo tan obvio como impensable:
"Pitch Black"
-¿Pitch…. Enserio Meme? Jajajaja lo vencimos hace ochenta años- el asombro se Jack al oír ese número fue bastante notable, hacia ochenta años ya…cómo pasa el tiempo.
Meme seguía insistiendo pero su idea que fue erróneamente descartada.

No muchos años después de la reunión en Rusia los problemas aumentaron, los carnavales no se celebraron por unas extrañas lluvias, los ratones y haditas eran más lentos, los tréboles de cuatro hojas no crecían y los duendes no arreglaban bien los zapatos, el 14 de febrero fue un autentico desastre, con los hermanos Valent celándose uno al otro muy pocos habían sido flechados correctamente dejando excesos de lujuria y amores que matan violentamente por todas partes, miles de divorcios y de niños enojados, las pascuas tampoco habían sido fáciles, el espíritu de la primavera Hullen no llego a tiempo en los países cálidos mientras que Kailani llevo un verano demasiado caluroso y los huevos se echaron a perder, los inviernos de Jack eran cada vez más leves y las ardillas, osos y de mas animales no sabían cuando hibernar o cuando llegaba el otoño lo cual causo que Orestes y al joven Frost se gritaran durante horas, la situación era grave y ya no había escusas, era culpa de Pitch, Meme ya no daba abasto intentado mantener a los niños y criaturas mágicas a salvo de las arenas negras del amo de las pesadillas; los Guardianes esperaban ser atacados pero las pesadillas se limitaban a crear caos y discordia entre los inmortales.
La reunión que el Conejo hiso en la isla de Pascuas para intentar arreglar las cosas no hiso otra cosa que empeorarlas, la inmortalidad trae consigo más de un rencor, sirenas y hadas se gritaban sin parar, los Cupidos amozaban con tirar flechas negras y las cuatro estaciones se acusaban de no cumplir con el calendario, la gota que hiso rebalsar el vaso fue el rayo de sol que Kailani le lanzo a Jack…mala idea, juntar al verano y al invierno en un solo lugar no podía ser algo bueno.
-¡Jack! Por el amor de a la Luna Kailani ¿estás loca?- El grito de Orestes llamo la atención de todos los presentes, el albino estaba en el suelo intentando quitarse su abrigo mientras la escarcha de su cuerpo se derretía
-¿Qué sucedió?- los duendes se acercaron al muchacho que casi no podía respirar
-Ca…lor…- Jack no podía mas, sentía que se derretía, que la tierra se lo tragaba
-¡SE ESTA SOFOCANDO!- en un santiamén las sirenas lo metieron al mar para que retomara su temperatura
-BINE BASTA, ESTA ES MI ISLA, LAS PASCUAS SE ARUIMARON, SAN VALENTIN TAMBIEN, LOS CARNAVALES, SAN PATRICIO, EL DIA DE LOS MUERTOS ¿QUÉ LES PASA? TENEMOS QUE COPERAR, PITCH VOLVIO PERO NO PODEMOS HACER NADA EN CONCRETO SI NO DA LA CARA, NO ES COMO SI PUDERAMOS EVITAR DORMIR- Conejo estaba al borde de un ataque de nervios a causa de la falta de sueño, si el causante de estas desgracias no salía de las sombras era casi imposible atacarlo, lo estaba haciendo muy bien pensó Norte.
-Bien estuvimos pensando, los Guardianes me refiero, una forma para solucionar esto, Meme les dará a cada uno de ustedes un sobre con arena mágica, cuando vallan a dormir la esparcirán sobre sus cabezas, esto les dará las horas de sueño que necesitan, diariamente yo Norte en persona les daré los sobres hasta que encontremos el escondite de Pitch- ¿había oído bien?, ¿Los Guardianes tenían un plan y no lo habían incluido? ¿Quién era el, acaso no era el guardián de la alegría?

El plan parecía funcionar pero no podía ser así para siempre había un límite a todo esto. Jack no dijo nada sobre su elución del plan pero el Hada se dio cuenta de su estado de ánimo y lo hablo con los demás aunque el error ya había sido cometido – Les dije, yo no sé tratar con él, no estamos acostumbrados a trabajar con otro integrante, está bien nos fue útil la primera vez pero en estos días todo fue un caos, casi se mata con Otoño y Verano, le lanzo un maldito rayo de sol directo en la cara, no creo que hubiera podido contribuir al plan con todos esos problemas- como de costumbre no se habían percatado que Jack estaba en la sala, en lo alto de una viga del taller de Norte, el niño se limito a escucharlos pero no había caso sus emociones repercutían directamente sobre sus habilidades, una enorme tormenta de nieve azotó el Polo mientras la conversación avanzaba, no tardo mucho para que nevara dentro de la habitación, cuando los guardianes alzaron sus ojos para ver de dónde venía la nieve se encontraron un niño herido, herido por las palabras que no hubiera querido escuchar, herido porque no era incluido por sus "amigos" en algo que era de su incumbencia, ellos le habían dado el titulo de Guardián y ahora por omisión se lo estaban quitando.
-Jack…no te habíamos visto- las palabras del Hada no fueron con ánimos de ofender pero lo hicieron al igual que el símbolo de interrogación que volaba sobe la cabeza de Meme
-SI LO SE…USTEDES NUNCA ME VEN AL IGUAL QUE LOS NIÑOS… ¿¡SABEN QUE!? ¡RENUNCIO! BUSQUENSE OTRO GUARDIAN- fluctuando en la sala y señalando a la luna con odio dejo salir todo el resentimiento que tenia acumulado - BUSCATE OTRO QUE JUEGUE TU JUEGO, ACASO CREES QUE EXISTO SOLO CUANDO ME NECESITAS, ESTOY ARTO DE SER IGNORADO, ME VOY- con esas palabras el niño inmoral se fue, llevado lejos por un viento furioso que desordeno todo el taller.
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-Eso es Jack…siente el odio, siente la desesperación, pronto tu y los Valent estarán de mi lado, solo tengo que introducir un poco mas de arena en sus corazones jajajaja, solo necesito que ayudes a tus amigos los Guardianes una vez más;
Un ejército de enanos codiciosos para asustar a los niños, los hermanos del amor para amenazar a los adultos y un poco de hielo negro para protegerme de los Guardianes, esta vez ganaré la guerra Luna, ya veras.
Pitch llevaba ochenta años mejorando su plan, esta vez no fallaría.