¡Hola! mucho gusto, nuevamente les traigo un fanfic, esta vez es Saino.
Realmente lo continuare solo si les gusta (y si tengo comentarios xD)
Bueno, este fic lo imagine mientras escuchaba una canción, la letra de la canción no tenia nada que ver xD pero aun así me hizo imaginar algo bien bizarro y ''real''.
Espero les guste y comenten. Sin mas que decir los dejo con la lectura :3
** Tanto los personajes, como la serie son propiedad de el gran Masashi Kishimoto. La historia es de mi autoria e imaginación.
~Señorita bonita~
.
.
.
Abrió los ojos de golpe, casi no había podido dormir durante la noche, los ojos le pesaban y no le extrañaría si al mirarse al espejo encontraría marcas oscuras en su rostro. Volteó un poco tomando su teléfono celular y dio un pequeño grito, eran las 7:00 am y ella debía estar en el hospital a las 8:30 am...no alcanzaría a llegar.
Ino Yamanaka era una estudiante de psiquiatría cursando su penúltimo año en la universidad de Konoha, y justamente durante todo el mes tenia que hacer su práctica profesional en un hospital psiquiátrico, era el hospital de su padre Inoichi Yamanaka, y él había aceptado gustoso recibir a su hija, y a algunos compañeros de Ino, para que realizaran algunos trabajos y aprendieran viendo en vivo y en directo todo lo que solo conocían por sus clases de cátedra. Según el señor Yamanaka, se aprendía mejor haciendo que solo leyendo.
La chica rubia de orbes azules salió corriendo de su hogar, generalmente se iba con su padre en las mañanas pero justo ese día Inoichi salió mas temprano de lo habitual, ya que llegaba un paciente nuevo con un estado bastante delicado al que debía tratar. La Yamanaka no alcanzó a desayunar, por lo que sentía su estomago rugir como un león enojado, siguió corriendo hasta visualizar la entrada al tren subterráneo que la llevaría rápidamente a su destino. Entró casi haciendo volar a toda la gente a su alrededor, el tren estaba a punto de cerrar sus puertas y solo retomo conciencia cuando ya se encontraba dentro, apretadisima entre tanta gente atrasada. Localizo un asiento disponible, nadie estaba sentado ahí, eso era raro; dudó un momento relativamente corto pensando en que podía llegar un señora prehistórica con complejo de velociraptor que lanzara su bolso contra las leyes físicas para que cayera en el asiento y nadie mas pudiera sentarse si no ella... pero no ocurrió, nadie le prestaba atención al asiento. Respiro profundo y caminó entre la gente para llegar a el, tomar asiento y poder maquillarse un poco, ya que no había alcanzado al salir tan rápido.
Su corazón comenzó a latir un poco extraño mientras miraba sus zapatos, algo la estaba poniendo muy nerviosa; alzo un poco la vista y quedo completamente petrificada. Un joven mas o menos de su edad, la miraba fijamente, él era un chico pálido, sus ojos eran de un penetrante color negro y su rostro no mostraba ningún tipo de sentimiento. Ella intentó desviar la mirada pero no podía, esos orbes oscuros eran como imanes y al parecer de polo negativo, esos ojos reflejaban algo distinto a su rostro, reflejaban angustia y tristeza, vacío y desolación.
El corazón de Ino se afligió, comenzó a doler tan solo mirarlo, la gente parecía ajena a todo lo que estaba sucediendo. El joven tenia un cuaderno de dibujo en sus manos, bajó la mirada hacia el y comenzó a escribir algo.
El sonido de la siguiente estación sonó, Ino se bajaba en algunas estaciones mas, por lo que no se preocupó, ella solo seguía viéndolo. El joven se puso de pie dejando el cuaderno en el asiento, dio una ultima mirada a la chica y salio del tren. La chica curiosa se levanto y tomó el cuaderno, lo único que tenia escrito, en grandes letras negras era ''ayúdame ino''.
Levanto la mirada desesperada, ese chico la conocía, pero ¿dónde? . Intento buscarlo con la mirada pero no lo hallaba, las puertas del vagón comenzaron a sonar avisando que ya se cerrarían, al siguiente segundo solo notó que su cuerpo se movía y salía momentos antes de que la puerta se cerrara a su espalda.
Corrió empujando nuevamente a la gente, su mente se nubló y tampoco notó cansancio al subir las escaleras para salir del subterráneo. La luz la cegó un momento y todo volvió a cambiar, no tenia idea en donde se encontraba, al arreglar un poco su vista notó el solitario lugar, no había mas que césped y en el fondo un hermoso bosque...y allí estaba él, volteó para mirar a Ino nuevamente y se adentro aun inexpresivo. La chica no lo pensó dos veces y corrió para alcanzarlo. El cielo se comenzó a llenar de espesas nubes oscuras, algunas ramas rasguñaban sus brazos pero ella no sentía dolor.
Llegó a un enorme llano lleno de bellas flores de muchos colores y formas diferentes, era un lugar espectacular, jamas en su vida había visto un lugar mas hermoso, lleno de vida... pero no era completamente así. Al fondo del lugar había un gran bloque de hielo, el frió que transmitía la hizo frotarse los brazos, no había percatado que llevaba un vestido de color blanco y su cabello rubio caía como cascada en su espalda.
Se acercó con cuidado, sus pies descalzos sentían el césped que pisaba, de su boca comenzó a salir vapor, cada vez hacia mas frió, el bloque de hielo se hizo mas claro y pudo notar que el chico de ojos negros estaba dentro, ¡Él estaba congelado!. Ino golpeo desesperada el bloque duro, sus manos comenzaron a doler y las lagrimas comenzaron a correr por las mejillas de ambos, el chico acerco una mano y se detuvo al percatarse del limite dentro del cubo de hielo, Ino junto su mano con la de él desde afuera y lo miró angustiada
-Ino...sácame de aquí...por favor...
Abrió los ojos de golpe, su habitación estaba oscura, suspiró de alivio al comprobar que todo había sido un sueño, tal vez una pesadilla por que obviamente ella ni en broma seguiría a un extraño y menos a un bosque, ¡ni que hubieran bosques en tokio saliendo del subterráneo! ¡por Dios! , pero...el chico era bastante guapo, su mente si que sabia crear personas guapas.
Se levanto de golpe nuevamente al ver el reloj, eran las 7:00 y ella entraba a las... ¿qué? ¿era idea suya o todo se estaba repitiendo?, negó con la cabeza, seguramente le paso lo que a todo el mundo le pasa, uno cree que se ha levantado, que ya esta listo para salir y de pronto despierta, esa es la broma mas cruel que tu mente puede hacerte.
La chica visualizó la entrada, nuevamente, del tren subterráneo y bajo con desconfianza, todo era exactamente igual a como lo había visto en su pesadilla, lenta y tranquilamente ingreso a la estación y abordó el tren que estaba a punto de cerrar sus puertas. El mismo asiento estaba desocupado, nadie parecía notarlo, Ino comenzó a respirar con dificultad pero aun así decidió tomar asiento, cerró los ojos fuertemente para luego alzar la mirada y ver el asiento de en frente...y estaba vació.
Él no estaba...
-¡Ino-cerda! creí que ya no llegabas
La chica rubia había llegado sin ánimos y tarde al hospital, al entrar vio de inmediato a su mejor amiga, Haruno Sakura. A pesar de que no estudiaban la misma carrera, la chica pelirosa estaba ahí haciendo una practica en el área social que pedía su carrera de Medicina, para aprender a tratar a un paciente. Generalmente eso se hacia para humanizar un poco a los futuros doctores y para que vean diferentes puntos de vista de los problemas clínicos. El padre de Ino le permitió quedarse un tiempo, muy gustoso por compartir conocimientos y por que ademas era la amiga de la infancia de su consentida y única hija.
-no sabes lo que me ocurrió frentona...
-¿qué te pasó?
-tuve una pesadilla y me quede dormida, ¡en serio fue escalofriante!
-¡cuéntame! espera...primero debes ir a la habitación 307, tu papá estaba ahí y no se veía muy contento
-¿enserio? me va a matar, demonios
- en realidad esta con ese paciente que llegó, ¿recuerdas que hablaban de él? me dio mucha tristeza su historia, es un reto para tu papá
mientras subían por el elevador Sakura le iba dando detalles que leyó sobre el nuevo paciente, realmente era una historia triste. Vio morir a sus padres y quedo solo en el mundo junto con su hermano, y solo con un tío, pero cuando el joven quedo con problemas después de ver lo que vio, tan solo lo dejó en un una clínica y pagó para que lo cuidaran a él y a el hermano mayor mientras el se iba a terminar algunos negocios en EEUU, claro que el nunca regresó. Ahora el hermano mayor decidió consultar con especialistas y dio con el nombre del renombrado Inoichi, lo interno en la clínica y ahora estaban estudiando el caso.
Ino movió la cabeza en desaprobación, pobre joven, según decían, tan solo tenia 23 años, uno mas que ella misma, era tan joven y ahora estaba en esta situación.
Sakura se despidió deseándole suerte mientras se iba junto a otros chicos con delantal blanco e Ino exhalo despacio antes de tocar la puerta de la habitación para entrar.
Dentro estaba el padre de Ino, una enfermera, un joven de cabello gris y un joven en una silla de ruedas que miraba hacia la ventana. Ino sintió que el corazón volvía a latirle muy fuerte, escuchaba sus palpitaciones en sus oídos.
-Ino, te presento a Shin Shimura, él es el hermano del chico que ayudaremos
-mucho gusto señorita Ino
-el gusto es mio- La chica hizo una pequeña reverencia y su padre comenzó a hablarle la situación que ella ya sabia, ella se acerco con cuidado al chico en la silla de rueda y pudo verle el rostro
Era él...
-Su nombre es Sai, como le decía al señor Yamanaka, el quedo en ese estado que ves, no habla, no se mueve, no come, solo mira un punto en especifico...y eso hace algunos meses, no se que hacer... él no era así...
La chica lo miraba con mucho dolor, esa mirada se veía completamente perdida en la nada, le movió una mano frente a sus ojos pero él no reaccionó... el ni se inmuto.
¿Por qué había soñado eso? ¿y ese chico de alguna manera se comunico con ella para pedir ayuda? no había una explicación coherente para la situación. Ino se posiciono frente a Sai y se interpuso entre ese punto inexistente para que el pudiera verla.
-escucha Sai...soy Ino, solo espera un poco, te voy a ayudar a salir de nuevo...lo prometo con mi vida...
