Pienso yo que hay ciertos días del año que bien valen la pena recordar y celebrar, este es uno de varios, por eso he estado dándole muchas vueltas en mi cabeza a esta entrada hasta que me decidí en que parte iba a tener el honor de ir primero. Aún me quedan unas dudas diminutas si no era mejor haber iniciado con el capítulo uno, mi principal razón es justificada: La mayoría de personajes que intervendrán en los arcos argumentales no están en este añadido y si en el primer episodio de la historia, pero por otra parte, en este tramo extra (habrán más, lo prometo) hay buena tela de dónde cortar y finalmente fue esa la razón por la que terminé inclinándome (más bien ya no quise gastar más neuronas).
No hace falta decir que es NanoFate (en ese orden), hay romance y varias acciones que toman los personajes están de alguna manera motivados por el, intento que la forma de escritura tenga un tono diferente al de Fatum por lo que quizá si eso fue lo último que se han leído de mí es probable que les cueste acostumbrarse al inicio, y finalmente comunico que ya ni recuerdo con claridad que motivo mi creatividad.
Errores que el texto pueda contener serán (probablemente) corregidos con el correr de los días (¿meses?) porque he estado con la cabeza ocupada en diez mil problemas y necesito dormir.
Ah y no podía dejar ir otro año sin decir que el manga de Fatal Frame (está en la página Beyond he Camera Lens en Facebook) está genial, si les gusta la serie como a mí (bueno aunque más que gustar en mi caso es adorar) les recomiendo que lo lean. Yo me he pasado en II como diez veces en Hard (en todas las plataformas, menos la de Wii porque no sabía sobre Lady Kureha pero apenas pueda tengan por seguro que lo hago) y creo que una en pesadilla, quizá la segunda experiencia más traumática de mi vida con los videojuegos, la primera es TODO el FF I y la tercera perder el savedata de Titan Quest:IT que comparte con el RE 3. Manga yuri… creo que la recomendación sobra pero Fragments of love por supuesto es una obra de arte, que día estuve a punto de llorar a pierna tendida con todo el drama, en general, lo de Takemiya Jin es hermoso.
Ah si maldecir a los de ME 3 por no dejarme tener a James y agradecerles por dar la opción de matar a Kaidan me tuvo seca en el primer juego y por eso lo tuve que asesinar al segundo, no me podría aguantar sus traumas de nuevo. Y confieso que me involucre accidentalmente con la especialista de comunicaciones porque fui muy débil para rechazarla pero yo quería a James… qué no está disponible. Bueno lo superaré.
Por otra parte, feliz cumpleaños a mí. Que cumpla muchos más, que me ponga más guapa cada día, más inteligente y más encantadora. Si, me quiero mucho, todos debemos querernos mucho porque si no nos queremos como exigimos luego que nos quiera, plus facilita los procesos de recuperación sentimental. Y que cumpla como cinco mil años más.
PD: Hay algo para los que leyeron Fatum y Ragnarok al final.
S.S. Al-Hazard
Mid-childa Febrero de 3723
Después de trabajar, a veces no le parecía ir a su departamento y aunque Vice podía ser realmente molesto cuando bebía de más no era un mal tipo. Estaban departiendo en una mesa algo apartada del bullicio, Fate a diferencia de Vice y Giles únicamente observaba el bar medio lleno dando sorbos ocasionales a su bebida en tanto sus dos amigos discutían ruidosamente los resultados de un partido. Cada uno apoyaba a diferente equipo, era apenas normal que por momento levantaren la voz y discutieren pero al final terminaban riendo y chocando sus vasos como buenos amigos que eran.
Fate los miraba de reojo riendo de vez en cuando ante sus argumentos poco convincentes, y de vez en cuando se unía al brindis. Pasaba la vista sin mucho interés entre los ciudadanos que esa noche departían en el salón, habían un grupo que jugaba en la mesa de billar y si bien ella no tenía ni el más mínimo interés en aprender, le llamaba la atención el escándalo que montaban cuando cualquiera lograba una buena jugada. Solo estaba allí porque no deseaba ir a casa, últimamente se aburría cada vez más en la soledad de su departamento. Realizaba un escaneo general de la gente cuando sus ojos se posaron en una persona que entraba quitándose el abrigo, de inmediato saludó con la mano a un grupo de personas en una mesa cercana a la entrada, pero al otro lado del local de dónde estaba Fate incapaz de despegar la vista de ella. Durante el largo minuto que la desconocida se tomó para llegar hasta la mesa de sus amigos, Fate se sentó un poco más al borde de la silla, aunque fue una acción inconsciente y sus dos amigos que si bien estaban ocupados al notar la repentina concentración de la mujer decidieron callar, la observaron unos segundos hasta que Vice se aventuró a mirar en la dirección que ella con tanta concentración observaba. No le costó mucho adivinar que, ó más bien quién tenía toda su atención.
Después de señalarle a penas a Giles que era eso que Fate miraba ambos observaron en silencio, Fate en ningún momento notó que sus dos escandalosos amigos se habían quedado por completo en silencio.
Tras varios minutos de silenciosa observación, estaba Vice a punto de hacer un comentario cuando un sujeto delgado, cabello rubio y algo desgarbado se acercó a la mesa, de inmediato la chica que Fate con tanta concentración observaba se levantó para abrazarlo y aun desde la distancia se podía ver claramente que estaba feliz de verle. Fate frunció las cejas, haciendo mala cara giró para ver a sus amigos y se encontró con ambos riendo.
-Todas las chicas guapas están tomadas – dijo Giles brindando solo segundos antes de tomar un buen trago.
-Pero Giles, creo que son solo amigos.
-¿Por qué lo dices? – preguntó él logrando también captar la atención de Fate.
-Bueno, no parece. Si el abrazo fue efusivo y todo pero, no he visto un beso y si me lo preguntas a mí, con una novia como esa creo que no desperdiciaría un segundo para besarla ¿No?.
Giles Rió dándole un golpe en el hombro a su buen amigo, qué se defendía reiterando su punto.
-Vamos Vice, puede ser que no sean un par de exhibicionistas como tú.
-Bien bien, pero ya en serio Fate deja de mirarla.
Pero no puedo hacerlo, por momentos se distraía con la conversación en que sus amigos intentaban incluirla pero cada tanto su mirada se desviaba a ella, y a pesar que tal como lo dijo Vice no había en ningún momento visto que se dieren muestra alguna de cariño, pero ella seguía colgando de su brazo cada tanto y al hombre no le disgustaba. Así que pensó algo molesta que si bien podía no ser pareja lo más seguro es que estuvieren saliendo, y camino a casa pensó una y otra vez que su buen amigo podía tener razón.
Durante dos largos meses, Fate observaba en silencio a la chica cada vez que coincidían, no se animaba a hablarle pero ya había descubierto que ese chico no era su compañero pues solo los había visto juntos allí un par de veces más y en ninguna había sucedido nada más que un efusivo abrazo. Además, la joven aceptaba de buena gana entablar conversación con cualquiera lo suficiente valiente para cercarse a su mesa y aunque nunca la vio abandonar el lugar con ninguno de los sujetos, era obvio que disfrutaba siguiendo la corriente. Un par de veces, pensó seriamente acercarse, pero se detuvo allí mismo cuando pensó que no tenía ni idea que podía decir. Realmente solo se le ocurría saludar, pero después de ello debía al menos entablar una conversación y no lograba pensar en nada interesante ó que pudiere resultar en más que un pequeño intercambio de dos o cuatro frases. Y tal como durante esos meses, esa noche llegó para departir un rato con sus colegas y amigos, pero igualmente con la esperanza de al menos verla ya que de momento no le quedaba más que conformarse con eso.
Vice esperaba solitario en la barra lateral, Giles no llegaba aún por lo que ella caminó hasta tomar asiento a su lado derecho, ya que le daba una mejor vista del local.
-Tienes que probar este Fate, está buenísimo y me refiero al sabor no a la cantidad de licor.
-Está bien, pide uno para mí y otro para Giles.
Hablaron durante un buen rato, principalmente de trabajo. El taller no era muy grande, pero habían contado con suerte y poco a poco su fama iba extendiéndose, ya que no eran demasiado ambiciosos sus precios eran justos y la calidad de su trabajo excelente, esas eran las referencias que sus clientes utilizaban para recomendar sus servicios. Vice tenía la esperanza para final de año haber ahorrado suficiente para adquirir el terreno de al lado, que era también un taller pero cuyo dueño era ya un hombre mayor y en más de una ocasión le comentó tener interés en venderlo. Pero por mucho que fuere su vecino, por mucho que gustare el venderle a Vice no por eso iba a darle el lugar por un precio apenas justo y aunque reconocía él que era un buen negocio no tenía todo el dinero para pagar e igualmente, no deseaba pedir un préstamo en el Banco pues había aprendido su lección la última vez que se dejó seducir por las promesas de crédito fácil que estos ofrecían.
Al cabo de una hora, como si hubiere sido traída por su deseo de verla la castaña apareció, como siempre saludó a sus amigos desde la puerta quitándose el abrigo y se encaminó a su encuentro. Aunque lucía un poco pálida para los ojos de Fate estaba tan bella como siempre. Vice giró apenas, aunque ya sabía bien que podía haber sucedido para que la vista de su amiga estuviere fija en un punto del lugar. Sonrió y continuó hablando prácticamente solo, pues ella apenas y respondía un par de cosas muy ocupada contemplándola pero demasiado cobarde para levantarse e ir hasta allá. Cuando Giles finalmente llegó no fue tan sutil como el buen Vice.
-Ya Fate, deja de mirarla la vas a gastar…
La rubia lo miró fastidiaba, pidió al camarero la bebida para su amigo y continuó en su silenciosa labor.
-En serio, ¿Por qué no le levantas y vas hasta allá?
-No sabría que decir – contestó apenas apartando la vista.
-Puedes empezar por saludar, en mi época todavía se hacía eso.
Vice rió por el comentario pero secundó la moción. Más Fate frunció las cejas y dio otro trago a su vaso.
-Venga. Es fácil, mira vas hasta allá, saludas como cualquiera de los que hemos visto antes ir hasta ese peligroso territorio. No sé, le preguntas algo medianamente inteligente y depende que te responda vas improvisando, no es tan complicado. Sinceramente no entiendo porque te da tanto miedo.
-Oh Giles, déjala en paz, ella está dichosa sufriendo en silencio desde la distancia ¿Verdad Fate? – Vice rió guiñándole un ojo.
Fate empezó a reír, a pesar de que ambos tenían razón y en verdad no era un asunto muy complicado, no encontraba la voluntad ni el valor para ir hasta allí. De solo pensar en hablarle provocaba que le temblaren las piernas, su mente se cerraba y el poquitísimo valor que lograba reunir en su imaginativo se esfumaba como si jamás hubiere existido. Era un desastre, no tenía idea como manejar el asunto, ya que era la primera vez que alguien sin siquiera hablarle la ponía tan nerviosa y además, por mucho que intentaba no lograba quitarle la vista más que unos segundos. Solo cuando estaba trabajando parecía que sus obligaciones lograban mantenerla a ella fuere de su pensamiento por relativamente largos periodos.
Sin embargo, ya eran dos meses de silenciosa observación y esa sensación de vacío en su estómago cada que consideraba entablar conversación o cedía, posiblemente no lo haría y su padre le enseñó que la única forma de vencer sus temores era enfrentándolos. Podía ser efecto del coctel que Vice recomendó, ó que estaba ya su cerebro demasiado agotado de pensar y pensar, solo para llegar a la misma conclusión pero buscó en lo más recóndito de su ser y observando detalladamente su reflejo en el espejo tras las botellas, frunció ambas cejas y decidió que era el momento de intentarlo al menos, si fracasaba le quedaría la mínima satisfacción de haberlo intentado. Tomó su vaso y dio un último trago, estaba por levantarse cuando vio la mancha negruzca a un costado de su mandíbula, rápidamente tanteo la piel y al mirar una sustancia negruzca quedó adherida a sus dedos, maldijo y se levantó pero su destino fue el baño.
Sus dos amigos la observaron, ella los miró y señalando apenas su rostro ambos entendieron perfectamente a que se refería, pero rieron de buena gana porque era muy extraño que Fate de por si se manchare y mucho menos abandonare su jornada laboral con una visible mancha de grasa en la cara.
En el baño Fate tomo un poco de jabón líquido y comenzó a frotar la zona afectada, pero no podía dejar de pensar si era mala suerte o una señal para que desistiere –incluso antes de empezar- en su intento por acercarse a esa chica que asechaba sus pensamientos. Poco a poco se concentró tanto en sí misma que fue su mano tomando otro curso y cuando observó su reflejo en el espejo ya tenía más de media cara cubierta de jabón, haciendo mala cara pensó que ya daba igual si solo le lavaba el rostro por completo, quizá el agua fría ayudaría a despejar su mente y pudiere con mucha suerte desterrarla de su pensamiento, al menos por lo que restaba de noche. Por mala suerte o capricho de la vida, un poco de jabón entró en su ojo derecho e intentó Fat enfocar la vista en busca de una toalla desechable, pero el escozor incrementaba porque en su afán terminó dejando que más espuma entrase. Abanicaba afanosamente en busca del dichoso dispensador, cuando escuchó una voz a su espalda, al tiempo que alguien la tomaba por el hombro y girándola hacía si colocó en su mano justo lo que buscaba.
-Gracias – dijo la rubia limpiando el jabón de su ojo.
-De nada – contestó la persona sonriendo.
Se tardó un poco más de lo esperado en lograr enfocar al vista y para cuando vio quién acudió en su ayuda, sintió su corazón golpear con fuerza su pecho y por unos segundos le pareció que el muy traidor escaparía dejando un enorme agujero. Tras varios segundos de silencio, tomo aire intentando armarse con el escaso valor que pudiere hallar, la mujer le miraba aun sonriendo pero por sus cejas levantadas pareciere que esperaba algo más que una rubia casi que hiperventilando frente a ella.
-Ehm… gracias – repitió Fate algo más controlada, pero suficiente nerviosa para que su voz revelare su estado.
Nanoha rió y asintió apenas, haciéndose a un lado la dejo pasar. Antes de salir la mujer se detuvo, parecía que estaba a punto de girar y decirle algo, pero justo cuando parecía que estuvo a nada de hacerlo sus hombros cayeron en una clara señal de derrota y abandonó el cuarto de baño sin más. Volvió a reír con mayor fuerza, pues era bastante obvio que su presencia había perturbado a la rubia y por lo nerviosa que se mostró fue obvio para ella que le resultaba por menos atractiva.
Al regresar a la mesa hizo un rápido escaneo del lugar y no le costó demasiado hallar a la mujer, sentada en la barra con dos sujetos que reían descontroladamente mientras ella enterraba la cabeza en la madera y despacio se daba golpecitos en la frente. Sonrió, continuó durante el resto de la velada observándola cada tanto pero aunque los dos hombres parecía haberse calmado y ella dejado de golpearse estaba apoyada con ambos codos sobre la barra y flanqueando su rostro escondido entre sus brazos. Al parecer estaba bastante molesta, pero por lo que Nanoha podía deducir parecía enojada consigo misma y a pesar de la distancia estaba casi segura que estaba regañándose, estaba tan entretenida observándola que le tomó por sorpresa cuando Arisa anunció que era ya bastante tarde y era mejor retirarse por esa noche. Y levantándose le dedicó una última mirada, acción que de Fate no haber estado tan ocupada reclamándose por haber actuado como una perfecta tonta muy seguramente si hubiere logrado que su pecho escapare, pero de alegría y tras ella.
Dos semanas después llegó al local que se había convertido en punto de reunión para ella y sus amigos, pero ninguno de los anteriores había llegado aún, pidió una soda con apenas un toque de licor y se acomodó lo mejor que pudo para disfrutar del ambiente en tanto llegaba al menos uno. Pasaron varios minutos hasta que un cambio en su visión periférica la hizo girar y sonrió levemente al ver a la persona que recta como un poste le observaba levemente sonrojada, tal como la recordaba lucía nerviosa pero mucho menos que antes.
-Yo quería disculparme por el otro día… - empezó Fate pasando saliva pesadamente, pero al ver que la muchacha guardaba silencio con un gesto amable hizo acopio de su descubierto valor para continuar - … no sé qué me pasó. Lo siento mucho.
-Está bien.
Un terrible silencio cayó entre las dos, pasaban los segundos y Nanoha notó como parecía que quería decir algo más pero algo le fallaba, después fue como si simplemente hubiere perdido toda esperanza y pareció que se iría de modo que decidió ella empezar conversación, no le vendría mal algo de compañía en tanto Arisa y los demás llegaban.
-¿Y ha esperado tanto solo para eso? – intentó que su vos fuere amable.
La reacción de Fate fue inmediata y negó fervientemente con la cabeza, pero al verla sonreír con propiedad cayó en cuenta de su error y empezó a frotarse la nuca más nerviosa que antes. Sin embargo, algo en la profundidad de su mente se apagó dándole un poco de confianza para hablar.
-No en realidad, no. Es decir, si quería disculparme porque no fui capaz de decir sino dos palabras coherentes. Pero… - tomó aire una última vez – … la verdad es que me preguntaba si, claro si no está usted ocupada, ó acompañada ó no quiere en cuyo caso estaría bien y no insistiré más pero… le gustaría… tomar algo… ¿Conmigo?
Nanoha rió y meneo levemente su cabeza, pero al ver como toda la sangre huía del rostro de la mujer se apresuró a hablar.
-Me gustaría.
Fate hizo un ademán de tomar asiento a su lado, pero Nanoha se levantó antes y mirándola sin dejar de sonreír le hizo una seña para que la siguiera.
Fueron hasta una mesa algo más apartada del bullicio y llamaron un camarero para que tomare su pedido. Raramente Nanoha ordenó lo mismo de siempre en tanto Fate solo pidió soda.
-¿Solo soda? – cuestionó Nanoha levantando su ceja izquierda divertida.
Fate tardó varios segundos en procesar la pregunta, cautivada por el extraño movimiento.
-Eh, si. Mañana trabajo muy temprano y el licor no me sienta muy bien cuando debo despertarme a cierta hora.
-Ya veo. Parece que es muy responsable – comentó riendo al notar como nuevamente ella se sonrojaba -. ¿En que trabaja…?
-Fate – contestó primeramente interpretando el silencio a la perfección -. Soy mecánica, bueno ingeniera aero mecánica pero últimamente hago reparaciones varias en el taller de mi amigo Vice, es mi jefe por cierto.
-Entiendo. Yo no tengo ese problemilla porque mis turnos inician pasadas las diez, así que si no le importa que sea más de una bebida creo que pudiere ser una noche agradable.
Aunque le costó un poco, lentamente fue Fate relajándose, tras varias rondas Nanoha no sintió su dispositivo reclamar su atención. Ni recordó hasta mucho después que supuestamente debía reunirse con sus amigos. Si bien Fate no era lo que podía llamarse comunicativa, fue una agradable velada y hasta ofreció ella acompañarla hasta la puerta al menos pero negándose delicadamente para no darle una mala impresión se despidió asegurándole que se verían nuevamente. Pero pasaría todavía un par de semanas más hasta que Fate pudiere dejar su nerviosismo de lado y acercarse nuevamente a ella, claro que en esa ocasión la joven no estaba sola y rodeada por sus amigos hacía el asunto más complicado. Nanoha se dio cuenta muchas veces, durante los días que coincidieron en ese lugar como la rubia luchaba para terminar de decidirse pero a pesar que se le notaba el deseo de acercarse, apenas se levantó un par de veces para dejarse caer derrotada segundos después. Y si bien Nanoha pudo haberle ayudado un poco siendo ella quién lo hiciera, la chica le parecía por menos interesante y aunque su impresión de ella era positiva prefirió dejarle al tiempo manejar el asunto.
Finalmente Fate llegó hasta la mesa y saludó. Arisa la miró extrañada y hoscamente le devolvió el gesto, no por mala sino que su amiga de la infancia era algo hostil con desconocidos, más si eran desconocidos que nerviosamente desviaban la mirada hacía su queridísima amiga quién a su vez miraba a la recién llegada con más interés del que ella misma se daba cuenta. Sin embargo, Nanoha creyó que ya era un gran paso para Fate haber llegado hasta allí, levantándose se colocó a su lado y sin decir nada más que una sonrisa sincera caminaron hasta una mesa apartada y fuera de la vista de Arisa.
Por el siguiente mes y medio ambas empezaron a ir el dichoso bar con mayor frecuencia. Pero Nanoha seguía dejándole a Fate casi toda la responsabilidad de buscarla, incluso si había momentos en que su nerviosismo e indecisión le crispaban los nervios. Era obvio que le gustaba, lo suficiente para que con todo lo tímida que se iba desvelando se hubiera aventurado a invitarle una bebida, acercarse más de una ocasión hasta la mesa que ocupaba con sus amigos dónde todos y cada uno le miraban con hostilidad, Arisa en especial más que simple prevención parecía mirarle con una clara advertencia, y si bien Fate le comentó una noche tener la impresión de no agradarle en lo más mínimo a su amiga Nanoha solo rió asegurándole que a ella no le agradaba nadie que no conociere, y por ende no debía preocuparse de Arisa sino mejor centrarse en agradarle a ella.
Pero no fue hasta otro mes después que Fate se aventuró al fin a dar un pasito más allá.
-¿Nanoha?
-¿Hum? – respondió masticando.
-¿Qué piensas hacer el sábado? – preguntó tan calmada como podía.
Nanoha tomó un par de tragos de su limonada y sin prevención alguna respondió con naturalidad.
-Dormir.
Fate le miró durante unos segundos extrañada.
-¿Después de eso? – insistió.
-Mmm pedir algo para comer.
Dejó escapar el aire de sus pulmones, aunque no se conocían tanto ya estaba en algo enterada de lo mucho que a Nanoha le gustaba jugarle bromas.
-¿Y después de eso? – preguntó de nuevo sonriendo.
-Dormir – concluyó dándole otra mordida a su sándwich.
-Nanoha… - dijo quitándole delicadamente el alimento.
La aludida intentaba no reír, colocó su mano sobre su boca y masticó tan ágilmente como pudo en tanto Fate la miraba ansiosa.
-Lo siento. Pero en verdad planeaba dormir todo el sábado.
-¿Quieres salir conmigo? – preguntó al fin sonriendo.
-Hipotéticamente digamos que sacrifico mi sábado ¿A dónde iremos?. – dijo intentando recuperar su comida.
-No sé… dónde tú quieras. Solo di que si ¿Por favor?.
Era martes y el sábado aún estaba algo lejos, así que tuvieron una ocasión más ultimar detalles y Nanoha terminó sacrificando su preciado sueño con una sonrisa. El día señalado estaba buscando entre su guardarropa algo que usar, no quería lucir demasiado formar pero si buscaba algo que resaltare sus atributos naturales porque siendo la primera vez que se reunían a pelan luz del día deseaba lucir bien. Escuchó el intercomunicador timbrar un par e veces, lentamente fue hasta la puerta y abrió en el mismo momento que Arisa deslizaba su tarjeta por el seguro, su amiga de la infancia parpadeó un par de veces confundida, le observó durante los segundos que le tomó entrar y cerrar ella misma la puerta como si se tratare de una aparición. Nanoha solo le devolvía la mirada sonriendo levemente y una vez estuvieron ambas en la pequeña sala parecía Arisa suficiente recuperada para hablar.
-Honestamente no pensé que estarías despierta. Ya me veía intentando sacarte de la cama, tu aferrada a las sábanas con todas tus fuerzas y una o dos horas perdidas.
Nanoha rió, esperó que su amiga descargare su enorme bolso en la silla y tomando asiento contestó.
-Eso solo pasó una vez.
-En fin, me alegra que estés despierta así podemos aprovechar el tiempo.
Arisa buscó en su bolsa y sacando su dispositivo lo conectó a la pantalla que Nanoha encendió observando una presentación de ropa, maquillaje y accesorios en descuento.
-Mira esos precios, por lo que supe están liquidando.
-Mmm.
Arisa continuó hablando sola durante un buen rato, contándole el itinerario que harían para alcanzar a apoderarse de la mayor cantidad de objetos que vieren, como no iban a poder cargar con todo ello ya había hecho un presupuesto exclusivamente dedicado a los envió a domicilio que deberían pagar. Nanoha la dejó ser unos minutos, sonreía pero cuando se dio cuenta de lo muy emocionada que estaba su amiga de toda la vida apago la pantalla y habló.
-Arisa, no puedo ir contigo.
-¿Qué?, ¿Por qué? No me digas que ahora desayunas y te vas a la cama de nuevo para no levantarte hasta la cena, Nanoha no es saludable dormir veinte horas seguidas.
-No había pensado en eso, posiblemente lo haga el próximo sábado – sonrió y levantándose para ir hasta su habitación continuó -. Ya he hecho planes con alguien más…
Su amiga la siguió entrando en la habitación mirándola curiosa. Durante los minutos en que Nanoha no le dijo más y en cambio centró su atención en la ropa expuesta sobre su cama, y las posibles combinaciones allí consideradas llegó sin mucho esfuerzo a una conclusión.
-Nanoha, en serio no aprendiste la lección. Mira, lo hemos hablado cientos de veces…
-Dos – se apresuró a interrumpir, pero dejándola continuar con el mismo discurso de cada vez.
-El punto es que no debes salir con chicas, somos complicadas, raras y mala compañía, incluso como amigas son terribles – dijo excluyéndose en esa última frase -. Y no me hagas esa cara, sé que es tu decisión pero me preocupa.
Aunque tenía razón, ya había pasado una cantidad de tiempo considerable desde ese desastroso intento de relación que desde un principio comenzó terrible, claro que ella al estar más que enamorada encaprichada no lo notó hasta que una tarde la dura realidad la despertó sin consideración. Pero no por esa mala experiencia, ó una de su adolescencia aceptaba que la posición de Arisa fuere la última verdad.
-Gracias Arisa, pero ella es diferente…
-He escuchado eso antes y…
-No sé Arisa, siento que es diferente con ella, además creo que le gusto más de lo que ella a mí y eso en teoría me da ventaja ¿No? – Interrumpió tomando un atuendo y dirigiéndose a la ducha-. Además, ya te dije que ella es diferente, le cuesta un poco hablarme pero me agrada que me escuche y las cosas que me pregunta son… interesantes, no es como si solo fingiera prestarme atención solo para verme contenta. Siempre quiere pagar todo, pero no se enoja ó me mira raro cuando me opongo a dejar que cargue con la cuenta, es divertida a pesar que no es muy comunicativa y…
-Nanoha… conozco ese tono de voz, esa mirada… - Arisa tomó por los hombros a su amiga y sentándose a su lado hablo, pero esta vez con tono serio y hasta preocupado -. Si te gusta tanto, entonces estoy segura que no atenderás mis sabios consejos, pero decir que parece agradable no basta. Ella también parecía agradable y por mucho que te advertí mandaste todo por la ventana solo para que al final…
Nanoha la miró algo molesta. Todavía le disgustaba un poco que su amiga trajera ese particular tema y esa persona a colación, cada vez que ella decidía intentar algo con una persona distinta, parecía que ese suceso había afectado más la vida de Arisa que la suya misma. Y aunque no le gustaba, aunque se suponía que debía ser y comportarse como la víctima la verdad es que no podía sentirse verdaderamente como tal. A veces, cuando por obra de Arisa ó el aburrimiento reflexionaba sobre su vida creía que lo tenía merecido, había cometido un error tras otro y lastimado a una persona que la quería sinceramente solo porque su miedo fue más fuerte que su convicción. Realmente no estaba muy segura de si fue solo un capricho porque al final la pasó bastante mal pero desde el primer día concluyó que lo tenía merecido, porque ella no actuó ejemplarmente aunque pudo haber sido mucho peor sí no hubiere tenido el valor para resistir la tentación. Aunque cometió errores, y de tener la oportunidad no dudaría en hacer un par de cosas antes y mejor de lo que las hizo al fin de cuentas sentía que hizo lo correcto incluso si no fue de la mejor manera, ó al menos una en que no hubiere lastimado a su prometido.
-Pude haberlo manejado mejor, pero ya es pasado – suspiró entrando en el cuarto de baño pero se detuvo en la puerta antes de hablar -. Me agrada, pero llevaré las cosas con calma.
Arisa no dijo nada más, la dejó asearse en paz y hasta le ayudo a vestirse. Entre ambas decidieron que era apropiado lucir guapa, pero no demasiado como para que le notare demasiado que esa fue su intención ó que les tomó casi dos horas y medio guardarropa hallar el atuendo apropiado. Arisa insistió en acompañarla hasta la estación, no importó las muchas razones que su amiga de toda la vida le dio para impedírselo, se pegó a ella como una lapa y caminaron diligentemente hasta el lugar dónde ya Fate esperaba hecha un manojo de nervios sentada en una banca. Ni le dio tiempo a la pobre de levantarse cuando Arisa le dio una larga lectura de lo que podía sucederle accidentalmente si al cabo de unos meses Nanoha estaba hecha un mar de lágrimas en su sofá. Luego simplemente se fue, dejándolas a ambas mirándose avergonzadas pero aún con su raro proceder fue de ayuda, ya que Fate era un poco densa no entendió del todo bien la amenazada y lo primero que atinó a decir fue como ella jamás haría nada de eso, porque de verdad le quería y no sería capaz de hacerle daño.
Naturalmente al caer en la cuenta de lo que dijo intentó disculparse pero Nanoha no se lo permitió. Aun si no era la más romántica manera, incluso si podía ser un poco rápido tomando en consideración que deseaba ir con calma se sintió feliz.
Al final del día se despidieron en la misma estación, y aunque solo coincidieron un par de veces la semana siguiente Nanoha notó un poco más de confianza en las acciones de Fate. Aunque le seguía resultando un reto vencer su timidez, hablaba con mayor soltura y no únicamente se limitaba a escucharle preguntando una cosilla de cuando en vez, sino que durante los próximos dos meses la rubia fue atreviéndose lentamente a conocerla pero aunque salían a menudo y Nanoha ya se había habituado en cierta manera a su presencia, notaba que para Fate no importaba si se habían visto el día anterior, el solo hecho de mirarle ponía de inmediato una leve sonrisa en su serio rostro. Tal como le dijo, dejó de preocuparse si Arisa la miraba más o menos feo que el día anterior y en la última semana siempre estaba ya diligentemente esperándola para acaparar toda su atención. Pero a pesar de lo mucho que a la rubia le encantaba pasar tiempo a su lado, hasta el momento Nanoha no había permitido que la llevare a casa y aunque cuando lo intentó se sintió mal por negarse tenía confianza en sí misma y su resolución de llevarlo con calma.
-Nanoha cena conmigo – preguntó jugueteando con el dedo meñique de ella.
-Mañana no puedo – contestó mirándola -. ¿Qué haces?
-¿Entonces el viernes?. ¿Te incomoda?.
-Nada de mariscos porque no me gustan – rió oponiendo resistencia en su dedito -. No, es agradable.
Como Fate debía trabajar muy temprano decidió irse a casa antes, ya no estaba tan ansiosa como los primeros días y le era más fácil esperar hasta la siguiente ocasión. Poco a poco iba ganando confianza, así que no se precipitaría, esperaría hasta que la misma Nanoha le permitiera dar otro pasito adelante y así cada vez, además le gustaba como ella le parecía colocarle pequeños desafíos, como si estuviere probando que era suficiente buena para ella y de momento creía estar superando las pruebas de modo que haría algo especial después de la cena, podía ser que estuviere arriesgándose demasiado pero ya llevaban medio año saliendo y consideraba que era justo intentar por lo menos probar su suerte. Si Nanoha rechazaba su avance haría su mejor esfuerzo para que no le afectare ó al menos no se notara pero si por otra ella se lo permitía sería muy feliz.
Cuando finalmente llegó el día se encontraron como ya era costumbre en la estación, tomaron el metro hasta un complejo cercano y la cena transcurrió sin mayor inconveniente. Cuando regresaban Fate reunió todo su valor y con cuidado la tomo de la mano, Nanoha sonrió sin mirarla y la dejó afianzar el gesto dejándose llevar. Una vez en el metro la castaña se dio cuenta que eso estaba bien, pero si le dejaba toda la responsabilidad a Fate y al ritmo que iba pasarían otros seis meses para que quizá se animara a darle un beso, en la mejilla. Con ese pensamiento ideó un plan que inició al bajar en la estación.
Sin decir nada empezó a caminar en dirección a su departamento con Fate aun sosteniendo su mano, como pensó la rubia no protestó ó preguntó siquiera hacía dónde iban y no fue hasta que estuvieron frente a la puerta que se detuvo. Finalmente soltó su mano y giró quedando en silencio, levantó su ceja izquierda y Fate rió por el gesto impaciente, más comprendió lo que ella deseaba y lentamente se acercó hasta quedar sus cuerpos separados por centímetros.
-Cierra los ojos – pidió levantando los brazos para abrazarle.
Nanoha hizo tal como ella le pidió y esperó dejándose abrazar.
Aunque nerviosa Fate se acercó su rostro al suyo y con cuidado separando apenas sus labios la beso. Fue un contacto tímido que duró apenas unos segundos, no es que no supiere como hacerlo sino que realmente estaba ansiosa y al separase frunció ambas cejas abriendo los ojos solo para ver a Nanoha con el mismo gesto. Intentó decir algo pero ella fe más rápida y habló primero.
-Eso fue terrible.
Su voz era suave, no llevaba mala intención pero eso no evitó que en ese momento Fate sintiere una profunda desilusión de sí misma, porque estaba ya bastante mayor para comportarse como una adolescente asustada que en su vida había besado a nadie y estaba segura, qué era eso justamente lo que Nanoha creía de ella en ese momento. Al final después de tanto esperar no hizo más que fracasar monumentalmente. Su decepción se reflejaba en su rostro, e hizo que la castaña se sintiera culpable por no haber pensado un poquito antes de comentar eso y es que en verdad no buscó lastimarla sino que simplemente también ella se sintió decepcionada. Sin embargo, Fate se estaba ganando a pulso un lugar en su corazón así que sonrió logrando confundirla, como aúne estaban suficiente cerca bastó con colocar sus manos en su rostro y sin tanta ceremonia la beso, pero a diferencia de Fate fue uno placentero. Y para sorpresa suya segundos más tarde ella respondía con facilidad, capturando con ternura su labio inferior y succionando despacio, luego hizo lo mismo con el inferior e intercambió durante un largo rato. Cuando al fin fueron capaces de separarse Nanoha fijo sus ojos en el par de orbes castaños que la miraban con pura devoción y acariciando su mejilla le hizo saber que ella también le quería.
Aunque algo lento su relación fue construyéndose sobre bases sólidas, poco a poco Nanoha fue confiando en Fate y a medida que compartían experiencias fue notando que cada vez le gustaba más su forma de proceder. Para otros quizá fuere demasiado despacio, ó también tomarse como falta de verdadero interés más firme en su resolución de tomar el asunto con calma se dio el tiempo para observar con detenimiento a la mujer de la que estaba enamorándose. Por siete meses salieron dos o tres veces en semana, ó cuando deseaban tener un poco más de espacio para ellas solían quedarse en casa de Nanoha para hablar ó ver algún documental de los que le gustaban.
Arisa llegó un par de veces sin avisar y aunque le sorprendió encontrar a Fate allí no hizo ningún mal comentario, más se dedicó a observar como interactuaban. La primera vez estaba todavía demasiado prevenida con la rubia así que se dedicó a buscar cualquier señal por mínima que fuera para elaborar alguna rara teoría en detrimento de la mujer, pero no halló mucho salvo que a pesar de estar ambas en el mismo sofá apenas se toaban. La segunda ocasión ya un par de meses después que llevaren todo un año de haber hecho oficial su relación aún continuaban sin hacer mayor progreso, pero Arisa lo encontró extraño pues era obvio que ambas parecían querer tener mayor contacto pero creyó que podía deberse a su presencia por lo que luego, cuando se quedó por fin a solas con su amiga no aguantando más la curiosidad preguntó.
-Arisa la verdad, me gusta que sea así. No es solo porque tu estés, Fate no es la persona más cariñosa que has visto y a veces me disgusta – concedió sonriendo algo triste – pero le quiero, me gusta cómo me habla, como me mira. Nadie me había tratado con tanto respeto…
-Demasiado… - interrumpió Arisa.
Nanoha rió.
-Por favor Nanoha la mujer apenas te toca. Están las dos justo al lado y lo máximo que hace es tomarte de la mano.
-Bueno cuando no estas a veces me da un beso.
Arisa rodó los ojos.
-Dijiste que te tomarías las cosas con calma, apoyé el plan no lo niego, pero creo que eso es ir ya demasiado lento. No entiendo la verdad… - añadió meneando la cabeza y dejándose caer sobre la silla – tú siempre has sido muy cariñosa, muy efusiva pero a su lado es como si te transformaras y eres de lo más simple que he visto. Mira que pasar tardes enteras lado a lado sin nada mejor que ver la pantalla no puede ser saludable.
Podía ser que Arisa tuviere razón, pero ella estaba conforme y no se dejó influenciar. Continuaron como hasta entonces, aunque decidió participar más activamente en sus interacciones y a veces en lugar de solo quedarse en casa disfrutando de la compañía mutua dedicaban tardes enteras a hablar de ellas. Así lentamente fue Fate enterándose quién era la persona que amaba, en tanto Nanoha tuvo que hacer un esfuerzo enorme para que Fate hablar de su vida. Siempre que preguntaba le respondía escuetamente que había nacido en Mid-childa, tenía una hermana gemela, su madre era reconocida científica en su medio y su padre había conocido otra mujer dejándolas a su suerte cuando eran niñas. Pero ni por error, ni con toda su astucia había Nanoha logrado que le contare exactamente a que se dedicaban, luego de mucho insistir y con Fate fastidiada terminó contándole una que otra cosa de su vida. Nanoha en cambio, fue mucho más comunicativa pues en su pensar, si era Fate la persona con quién deseaba construir algo serio el primer paso lógico era confiar en ella. Y lo hizo sin prevención, hasta que se dio cuenta que no así ella confiaba en su persona y por eso poco ante de su segundo aniversario terminaron por distanciarse, ó sería más apropiado decir que fue Nanoha quién cansada de ver como la rubia atajaba todos sus intentos por conocerla mejor decidió alejarse.
Empezó por dejar de frecuentar su lugar favorito. Cuando Fate le pedía salir tenía ya una buena cantidad de excusas no muy obvias para evadirla y aunque le lastimaba rechazarla en ese momento de su vida estaba demasiado confundida. A ella también le dolía como la mujer que amaba no confianza en ella en lo más mínimo, como cada vez que insistía en saber más de su pasado Fate se molestaba y si bien no se lo decía directamente su rostro era más que prueba suficiente. Y eso la hacía pensar cada día que le ocultaba algo tan terrible que posiblemente era mejor si no lo sabía, pero eso no quitaba que el corazón le doliera ver como insistía en mantener esa firme barrera entre ellas. De modo que si Fate no era capaz de confiar en ella no podían tener nada más de lo que ya habían construido, pues para Nanoha la única forma que una relación funcionaré a largo plazo era empezando por confiar la una en la otra, así podían afrontar lo que la vida les tuviere preparado con mayor posibilidad de éxito.
Finalmente al cabo del segundo mes de evitarla, en el que incluso había cambiado sus turnos para que así le quedare más sencillo no verla llegó a casa para toparse con ella esperándola sentada junto a la puerta.
-Fate… ¿Qué haces aquí? – preguntó deslizando la tarjeta.
-No sé – contestó sin levantar siquiera la vista -. Quería verte, pero si te incomodo pues me iré.
Nanoha abrió la puerta, pero no entró.
No es que le incomodara, sino que no esperaba verla allí e independientemente de que llevare meses evitándola estaba bastante cansada. No quería, ni creía estar en condiciones de hablar en ese momento, pero era consiente que no podía evitarla por siempre. En algún momento tendrían que hablar.
-Tenemos que hablar.
Fate sintió el corazón encogerse con esas tres palabras y levantándose pesadamente entró en el departamento sin levantar la vista del suelo. Caminaron hasta el sofá y Fate esperó de pie hasta que Nanoha la invitó a tomar asiento a su lado.
-Lo siento. Pero no puedo seguir así.
-¿Fue algo que hice ó que dije? – preguntó Fate finalmente levantando la vista -. Lo que haya sido lo siento, de verdad lo siento muchísimo.
Más bien era lo que se negaba a decir. Incluso Nanoha le había confesado eso que Arisa le advirtió no debía si no quería que en el futuro Fate tuviere un argumento para reclamarle. Pero en su pensar era apenas natural que si buscaba que ella confiare en su persona tenía que dar ejemplo y hacerlo ella primero, fue complicado porque le asustaba la idea que pudiere la rubia reaccionar mal ó disgustarse pero en cambio cuando terminó su relato solo le dijo que había hecho lo que pensó era correcto, luego la beso un largo rato y le aseguró que esperaría todo el tiempo que fuere necesario, que se esforzaría para que su miedo al compromiso se disipara y que la amaba con todo su corazón.
Pero ya que Fate había reunido el valor para afrontar la situación y la paciencia para esperar por quien sabe cuánto tiempo muy seguramente muerta de miedo lo menos que podía hacer era darle una última oportunidad. Si se negaba, entonces no insistiría más y por mucho que le lastimara se forzaría a sí misma a no verle más.
-¿Por qué nunca me cuentas nada de tí?. ¿Por qué siempre que quiero saber más te molesta tanto?.
Fate cerró los ojos y se dejó caer derrotada sobre el espaldar. Ya sospechaba que el distanciamiento de su compañera se debía a eso y después de mucho pensarlo había decidido que lo mejor, si no deseaba perder su cariño era contarle. Incluso si ella misma no sabía exactamente qué había sucedido. Cerró los ojos y tomo tanto aire como pudo.
-Hace diez años trabajé en la TSAB. Me enlisté porque me gustaba la idea de viajar al espacio, ya sabes, de niña creía que la TSAB era genial. Pero a mi madre no le gustaba la idea que fuere solado y para ser sincera yo pensaba que eran razones maternas sin importancia, así que después de mucho logré convencerla que entraría pero como ingeniera y aunque tuve que tomar cierto entrenamiento me dedicaba más a realizar reparaciones. – sintió la mano de Nanoha sobre la suya y abrió los ojos para mirarla -. No sé bien qué pasó, recuerdo que estábamos reparando unos circuitos dañados en una estación de reabastecimiento y una nave que no era de la TSAB se acopló… pero a partir de allí no sé qué sucedió con certeza.
Nanoha la observaba intensamente en tanto ella intentaba que su relato tuviera sentido, pero con los fragmentos de recuerdos que tenía no era tarea sencilla.
-… recuerdo solo fragmentos, la nave y gente gritando, corríamos pero no tengo la menor idea porqué, luego recuerdo que tenía una cortadora y… creo que mate a alguien – hizo una pausa para reconsiderar sus palabras – ó algo, un animal tal vez. No lo sé Nanoha, pero algo pasó en esa nave y lo que haya sido fue suficiente para que la TSAB no solo me despidiera, sino que además le hiciera algo a mi cabeza y lo olvidara.
Durante varios minutos ninguna dijo nada. Hasta que el silencio fue demasiado para que Fate lo soportara, tomando delicadamente por los hombros a su compañera la miró intensamente y habló con voz afectada pero procurando ser suave.
-Nanoha te amo. Es todo lo que recuerdo, pero sé que algo paso allá arriba y qué en cualquier momento la TSAB puede venir por mí, por eso no quería decirte nada – tentando su suerte se acercó abrazándola -. No quería involucrarte en esto.
Nanoha se separó lentamente, tomando su rostro delicadamente ente sus manos contempló durante varios minutos sus facciones. Estaba claro que Fate hablaba con la verdad, posiblemente era mejor para la misma Fate que la TSAB hubiere manipulado sus recuerdos como ella alegaba y que no lograre recordar, pero lo único que le importaba realmente en ese momento es que al fin no le quedaban dudas que la rubia confiaba en ella. Y qué sin importar que deparare el futuro Nanoha haría su mejor esfuerzo para mantener el rumbo y permanecer a su lado, si la TSAB decidía un día ir por ella se aseguraría que no les resultare sencillo apartarla de su lado.
-No importa lo que pase Fate, confío en ti y quiero que tú también lo hagas conmigo. No importa su tienes razón y la TSAB algún día viene por ti, tampoco lo que haya pasado ó si no logras recordarlo. Quizá sea mejor así – su voz era dulce y muy suave -. Lo único que quiero ahora es a ti, ya nos preocuparemos de los problemas posibles cuando lleguen y… espero que confíes en que cualquier cosa, por más terrible que te parezca seas capaz de confirmármela. Te aseguro que entre las dos podremos solucionarlo.
-Pero…
La castaña levantó su mano izquierda silenciando cualquier protesta con su dedo índice. Durante varios minutos únicamente se miraron, hasta que Fate lentamente la obligó a liberarla y la beso sin prisa, sin mayor intención que mostrarle en ese simple gesto cuan feliz estaba de finalmente haber confiado plenamente en ella. Lloró de felicidad al descubrir que todo su miedo se disipaba lentamente en su abrazo y poco a poco fueron sus caricias tornándose más atrevidas. Fue esa la primera noche que pasaron juntas, la primera en una larga lista de veladas que trascurrieron entre caricias y palabras cariñosas, la primera en que el amanecer las encontró compartiendo casi el mismo espacio en un íntimo abrazo.
Fue un momento muy especial para ambas. Aunque para Nanoha fue además una experiencia muy educativa pues al Fate estar por completo desnuda pudo ver con claridad el sistema de soporte de vida instalado en su columna, una especie de semitubo con varios remaches conectados directamente a los huesos de sus vértebras. En la parte baja contaba con un conector vertical por el cual se cargaba el sistema y que según Fate fue explicándole cumplía varias funciones.
En un principio la TSAB lo desarrolló únicamente como un prototipo exclusivo para sus soldados de élite y su fin principal era eliminar los enormes depósitos de oxígeno que requerían los modelos antiguos de trajes espaciales, tampoco estaban conectados a la médula sino que existía un pequeño pero resistente dispositivo que dosificaba la cantidad de oxigeno que requería un efectivo por minuto, eso claro dependiendo de la actividad que se encontrare realizando. Así que en un principio fueron únicamente depósitos de oxígeno líquido para garantizar un mejor desempeño de los nuevos diseños para trajes y armaduras de combate espaciales. Sin embargo, un grupo de científicos rediseño el sistema integrando además sales minerales y los nutrientes más básicos para el funcionamiento apropiado y estable que requería el cuerpo. Entonces fue cuando adquirió propiamente dicho su nombre para ser además implementado en otras áreas de trabajo como herramienta de trabajo para los ingenieros que debían pasar jornadas más o menos extensas expuestos al medio espacial. Y luego fue implementado para casi toda la tripulación en las naves militares, de reparación y demás afiliados a la TSAB menos aquel persona que se consideraba civil como médicos ó colaboradores temporales externos, también el personal científico que no tuviere carrera militar se veía libre de la obligación. Claro que si deseaban podía someterse voluntariamente al procedimiento, pero la mayoría había declinado en sus inicios ya que los rumores dictaban que era una cirugía bastante dolorosa y por mucho que la TSAB se empeñaré en negarlo la verdad es que lo era, por no mencionar que el proceso e recuperación era igualmente doloroso y largo.
Muchas veces durante el siguiente año Nanoha pasaba lentamente su mano por la longitud del dispositivo, a veces aplicaba presión en ciertas áreas y preguntaba inocentemente si le causaba dolor alguno pero Fate siempre negaba con una sonrisa. En una ocasión le sugirió removerlo, pero la idea fue descartada por completo cuando con mucha paciencia y en tanto la besaba Fate le explicó que los únicos capaces de quitarle el sistema de soporte sin causar traumatismos en su columna eran los mismos que la instalaron, es decir la TSAB.
Una noche Nanoha dormitaba abrazada al cuerpo de Fate, disfrutando del rítmico movimiento de sus manos sobre la piel desnuda de su espalda. Le encantaba estar así, en silencio esperando por fin quedarse dormida. A raíz de que Fate le confiara el asunto de la TSAB su relación dio un gran paso y ya eran raras las noches en que pasaban lejos la una de la otra, por ello Fate después de buscar una ocasión apropiada para sacar el tema a colación se encontraba mirando el techo reuniendo valor. Con los años y con las muchas experiencias que habían compartido su confianza era grande por lo que aún si Nanoha no estaba muy feliz, ó emocionada con lo que tenía pensado proponerle, incluso si la rechazaba muy seguramente hallaría las palabras para que su negativa no fuere tan dolorosa.
-¿Nanoha? – preguntó mirándola de soslayo.
-Mmmm.
-Múdate conmigo.
Durante algunos segundos el silencio reinó. Hasta que dándole la espalda Nanoha finalmente contestó.
-No.
Como era apenas natural Fate cerró los ojos interiorizando su respuesta, sabía que podía decir aquello, quizá creía Nanoha que era ir demasiado rápido y a pesar que la misma Fate hubiere aceptado sus términos luego de esa noche en hablaron largo y tendido sobre su relación, no quitaba que en su pecho la respuesta fuere hiriente. Sonrió algo triste, pero igual se abrazó a su espalda y le beso tiernamente el cuello. Sin embargo, cuando también ella se estaba quedando dormida, Nanoha quién no había dejado de sonreír disimuladamente decidió que había Fate sufrido suficiente, tomó con cariño el brazo que se aferraba a su abdomen y contestó ahora sí sin esconder su sonrisa.
-Mi departamento es más grande. Múdate tú.
Fate sonrió aplicando solo un poco más de fuerza a su cuerpo, expresando claramente su alegría. Levantándose la obligó a girar para quedar frente a frente y la beso despacio, con ternura. Dejando en ese simple gesto todo su corazón.
-¿Mañana? – preguntó mordiendo provocativamente su cuello.
-Mañana – confirmó abrazándose a ella y permitiendo que sus manos deambularen sin rumbo fijo por la desnudez de su espalda.
Tal como lo dijo, Fate legó al día siguiente con su no muy abundante equipaje y un hámster regordete del cual Nanoha no pudo parar de reírse en días. Fate compensaba su falta de presencia y quizá muestras de cariño con alimento, por lo que el pobre animal lucía como un globo del cual apenas sobresalían sus patas. A veces, cuando Nanoha con su taza favorita en mano se acercaba a la jaula podía ver el animalejo arrastrándose a duras penas sobre su estómago, con un descomunal esfuerzo de sus diminutas extremidades para apenas avanzar unos centímetros y llegar al dispensador. Cuando estaba sola en casa solía hablarle a la mascota de su compañera, siempre le contaba todo lo que hacía en su día laboral, y si bien el pobre hámster apenas movía la nariz a ella le daba mucha risa ver que con todo lo gordo que estaba, siempre se esforzaba por comer aún más.
Un día, cuando Fate ya había partido para su jornada laboral estaba observándolo arrastrarse trabajosamente cuando de repente se quedó completamente lívido. Al cabo de unos minutos Nanoha decidió abrir la puerta de la jaula y al tocarlo notó que no reaccionaba, rápidamente tomó su tarjeta, algo de dinero y corrió hasta el ascensor con la jaula en mano al veterinario más cercano. Para cuando llegó era muy tarde ya, el animal había sufrido una falla cardiaca debido a que su cuerpo era muy pesado para que su corazón lograra bombear la cantidad de sangre y con la suficiente fuerza. Sin embargo, cuando el especialista preguntó Nanoha alegó que fue ella la que le dio tanto alimento porque siempre veía que el animalito parecía necesitar más. Como era obvio el hombre le regañó severamente, pero la rubia no supo nada de eso y aunque prometieron ser honestas Nanoha mintió alegando que había tenido un pequeño accidente y el hámster se había asustado, literalmente, de muerte. Así, aunque Fate se sintió mal y estuvo varios días con el ánimo decaído evitó que se sintiera culpable por haber sobrealimentado su mascota.
Pero no todo fue negativo, a partir de esa pérdida Fate comprendió que no podía compensar su principal carencia con otras coas, por lo que decidió un cambio de fondo y a pesar que no fue una tarea fácil dejo de lado todos sus temores, sus prevenciones y malas experiencias, intentó olvidar lo poco que recordaba de lo ocurrido años luz de ese planeta para darse la oportunidad de ser mucho más cariñosa.
Sin embargo, a pesar de su promesa ambas contaron diciendo de vez en cuando pequeñas mentiras que no ponía en verdadero riesgo su relación. E incluso, aunque hubo un par de ocasiones en que discutieron acaloradamente por meras tonterías, porque era así como lo veían cuando ya el fulgor del momento pasaba. Siempre se cuidaron de no decir más de lo que verdaderamente sentían, podían estar molestas y enojadas la una con la otra, incluso más de una ocasión prefirió Nanoha dormir fuera porque no tenía el corazón para llegar a casa y pedirle dejarla dormir sola, más no buscaban hacerse daño. A pesar de lo mucho que Nanoha la quería aún tenía miedo, aún deseaba ir despacio y Fate presionaba de cuando en vez por dar un paso más.
Quizá el problema más grande que sobrellevaron durante los dos años siguientes fue la costumbre que Fate adquirió de despertar con el matutino de Verossa Acous. Y es que a la castaña le resultaba verdaderamente molesto que el sujeto no tuviere un objetivo específico en su programa, ó que fuere bastante indiscreto y no midiere sus palabras. También estaba el hecho que en un par de ocasiones la descubrió prestándole más atención a sus divagaciones que a ella. E igualmente, Fate no disfrutaba mucho ir de compras por lo que Nanoha solía hacerlo sola o con Arisa y de ella le disgustaban sus particulares estratégicas para obtener los mejores productos.
Recientemente Fate parecía insegura de su relación, estaba siempre preguntando dónde estuvo y con quién, al principio le resultó divertido picarla y provocarla pero a medida que los disgustos se multiplicaban descubrió que la rubia empezaba a tener serias dudas sobre lo que podían construir juntas. Incluso si continuaba actuando de la misma forma cariñosa y siempre comprensiva, poco a poco fue Nanoha dándose cuenta que su impresión de en ocasiones ser seguida por alguien no eran solo suposiciones suyas. Por supuesto que fue difícil para ella lidiar con sus celos, en especial cuando salían juntas y por cualquier motivo era amable con otra persona, demasiado amable en opinión de Fate. La peor de sus discusiones llegó un sábado a la noche luego de una infortunada invitación.
-Fate.
-¿Qué? – respondió secamente sin mirarla.
Era bastante obvio lo enojada que estaba, pero igualmente decidió preguntar. Al menos era una manera -no la mejor- de iniciar conversación, que evolucionaría rápidamente en una nueva discusión.
-No tienes por qué ponerte así.
-¿En serio no? – respondió aun negándose a girar hacía ella.
Nanoha no consideraba que fuere para tanto, pero últimamente Fate estaba demasiado sensible y reconocía que era en parte su culpa que se enojare así con ella. Pero también estaba cansada de discutir, de repetirle siempre que la amaba, qué no había razones válidas para sus celos por demás injustificados, aunque eso último no era del todo cierto. Si había estado tonteando un poco con el mesero pero fue porque su querida novia que llevaba de mal humor toda la semana había discutido con él nada más llegar al restaurante, así que su pedido estaba tardando el triple de lo que normalmente lo haría, por eso había recurrido a una de las tácticas favoritas de Arisa para obtener lo que quería. Cierto que para ello había mentido, asegurado que Fate era su prima testaruda – Eso último completamente verdad-. También qué era guapo pero como no estaba ciega debía reconocer que el muchacho no era feo. Fate podía tener razones para no estar del todo contenta pero Nanoha creía firmemente que era culpa de ella por provocarla, desde su punto de vista su única culpa había sido querer cenar y usar su encanto natural para logarlo.
-Ya te dije que no era en serio. Si tu no discutieras con todo el mundo, si intentaras al menos ser amable ó como mínimo fingieras un poco no tendría que hacer eso cada que por tus manías no podemos disfrutar fuera en paz – dijo reuniendo paciencia.
-¿Ahora es mi culpa?.
Finalmente se dignó a mirarla, sus facciones eran rígidas y su rostro enrojecido era una señal inequívoca de del error en que Nanoha había estado basando su pensamiento. Fate no estaba molesta, ni siquiera enojada, estaba furiosa y hacía un tremendo esfuerzo para controlarse. Ante la evidencia, Nanoha cambió rápidamente su expresión de aburrimiento, se levantó en segundos del sofá y abrazo a la rubia que la miraba con ojos severos sin inmutarse.
-Bien lo siento. Fue una cosita sin importancia…
-¿Una cosita sin importancia? – Respondió separándose bruscamente - ¡¿Una cosita sin importancia?! – repitió alterada casi gritando.
-De acuerdo…
-Nanoha, para mí no es una cosita sin importancia – eso último fue dicho con una pésima imitación de su voz.
Pero Nanoha simplemente dejo escapar el aire de sus pulmones y regresando al sofá murmuró antes de dejarse caer pesadamente.
-Para tí últimamente todo es el fin del universo.
Durante algunos segundos la rubia no respondió. Solo se quedó allí de pie observándola intensamente. Considerando que irrefutable respuesta podía dar a eso, más al cabo de un rato se dio cuenta que Nanoha podía llevar un poquito de razón. Los últimos dos meses lo más cercano que había tenido a una conversación era cuando se tocaban temas que no involucraban directamente su interacción. Pero incluso si era cierto que estaba ella demasiado sensible eso no era de manera alguna (ante sus ojos) una justificación válida para el comportamiento de la castaña. Y era que, justo en ese momento lo que más alimentaba su ira fue que la llamara su prima testaruda. ¿Es que ahora le daba vergüenza admitir que eran pareja?.
-Para ti últimamente todo lo nuestro con cositas sin importancia.
Y así mágicamente ambas quedaron sumidas en un silencio incómodo y tenso. Pero así mismo el enojo de ambas se esfumó.
Levantándose una vez más Nanoha fue hasta dónde Fate miraba el suelo derrotada, tomándola de la mano la llevó hasta su habitación y recostándose a su lado decidió que era momento de tener una conversación que llevaban ya mucho dejando de lado.
-Te amo, sé que hago algunas cosa que te disgustan pero recientemente tengo la impresión que nada de lo que hago te agrada.
-No es… - tomo aire sin apartar la vista del techo -… no sé qué me pasa. Supongo que si estoy muy sensible, digo, siempre has tonteado con todo el mundo.
Conociéndola giró en fracción de segundo para colocar delicadamente su mano sobre sus labios logrando silenciarla.
-Y antes no me disgustaba tanto. Pero ahora, cada vez que haces eso me hiere mucho, sé que es parte de tu forma de ser. Qué después de todos estos años debería aceptarlo y tolerarlo pero…
-De verdad lo siento… - respondió Nanoha liberándose de su mano -. No es que no me interese que te sientas mal por eso, pero te juro que no importa lo mucho que pueda…- hizo una pausa para buscar las palabras apropiadas - ... ya sabes. Te amo y es lo único que debería contar, pero pensándolo un poco a mí tampoco me gustaría si fueres tú la que tontee con todo el mundo.
Nanoha sintió una mano acariciar lentamente su rostro.
-¿Entonces?
-Bien. Lo siento, no es una cosita sin importancia – admitió acercándose para besarla – pero tú, por otra parte… ¿Por qué el mal humor en todo momento?.
Fate guardó silencio. Sin decir nada acomodó a su amada sobre ella, trazó con sus manos círculos lentos y cariñosos en su espalda, Nanoha solo esperó hasta que ella estuviere lista para hablar. A pesar de los años, la rubia aún tenía problemas de cuando en vez para expresar exactamente lo que pasaba por su mente.
-Hace unos días vi a mi hermana.
-¿Le hablaste? – preguntó acariciando su mejilla.
-No.
Le hubiera gustado, pero además que por su situación era arriesgado cuando superó la sorpresa inicial y detalló con mayor atención notó eso que la tenía de tan mal humor: Ella llevaba el uniforme de la División Investigativa Estelar de la TSAB. En realidad no era simple mal humor, estaba más bien en un estado extraño en que toda su sorpresa luego de pasar por incredulidad se había transformado en enojo, era difícil para su mente aceptar que precisamente ella, quién le alentó a desaparecer resultaré ahora trabajando como la organización que había cambiado radicalmente su vida. Pero dejando un poco de lado su ira, se sentía también traicionada. Y la razón para habérselo ocultado no fue más que su mundana creencia en no involucrarla más de lo que ella consideraba pertinente, pues no quería que eso trajere problemas y resultaba irónico que hubiera obtenido el efecto contrario.
-No puedo Nanoha, ya sabes que es complicado el tema con mi familia. Además, al parecer ahora trabaja para TSAB.
Aunque Nanoha se alcanzaba a imaginar lo mucho que a Fate le lastimaba saber que su hermana trabajaba ahora para la TSAB no dijo nada. Únicamente se limitó a darle tiernos besos mientras muy lentamente fue re moviendo su propia ropa, empezó por deshacer los botones de su camisa y dejo que Fate le ayudare aunque todavía creía que debían hablar el saber la razón para su mal humor no solo le quitaba un gran peso de encima, puesto que durante todo ese tiempo había supuesto que la causa estaba directamente relacionada con ellas, sino que, además le permitía hablar sin temor a decir algo que pudiere causar más mal que bien. Ya en otras ocasiones habían tenido largas conversaciones sobre la TSAB y en cada una de ellas no habían hecho más que suponer, asumir y no resolver nada, Fate aún era demasiado sensible con el asunto.
-¿Crees que algún día logres dejar de preocuparte por la TSAB?.
-Si, cuando deje de existir.
Respondió separando la tela a la vez que bajaba lentamente besando su cuello. Nanoha la abrazo apenas y le facilitó la labor colocándose por encima de su cabeza.
-Bien. Entonces supongo que eso no pasará.
-Eso no lo sabemos, todavía guardo la esperanza.
Fate estaba ya desabrochando su sujetador, besando apasionada pero lentamente la piel que iba descubriendo cuando antes de dejarse llevar por completo pensó en zanjar la conversación que tenían pendiente.
-Si la vez de nuevo, deberías hablarle.
La ingeniera Testarossa no respondió y en cambio se entretuvo acariciando con ambas manos los pechos ya expuestos de su pareja, que apoyada en su codo respondía jugando con su cabello.
-Es difícil para tí, lo comprendo pero es tu hermana, a la que no ves en años y creo que deberías al menos saludar.
-Lo haré la próxima.
Respondió segundos antes de empezar a lamer lentamente, Nanoha gimió cuando sus dientes entraron en acción y se envaró al sentir la descarga recorrer su cuerpo, pero de alguna manera encontró la voluntad para seguir hablando. Aunque su voz era cortada y no quería ni podría resistir mucho. Quizá esa era la mejor parte de sus discusiones, no la única, porque Nanoha consideraba que a pesar de enojarse lograban afianzar su relación.
-Hazlo. Tendré más cuidado con lo que hago de ahora en adelante.
En lugar de responder Fate bajó sus manos en perfecta sincronía por la piel expuesta deteniéndose solo para buscar como librarse también de esa prenda.
-Fate…
-Lo sé, lo sé. Voy a intentarlo ¿De acuerdo?.
No fue fácil, pero Fate logró no descargar sus frustraciones personales con ella y Nanoha por su parte terminó por comportarse casi que perfectamente en su presencia, eso último muy importante de tener en cuenta. Ya que en el fondo, Nanoha continuaba siendo tan amable como estaba ya integrado a su naturaleza, y Fate en el fondo seguía guardándose mucho de lo que le incomodaba para sí. Discutieron varias veces más, como es apenas natural en una relación pero no volvieron a dormir separadas ó dejar que sus pequeñas molestias pasaren a un mayor grado. En general se pudiera decir que con todos los problemas personales y de pareja eran felices, aunque no todo era perfecto hicieron su mejor esfuerzo para que funcionare y en el proceso desarrollaron gran paciencia.
Con sus altos y bajos, con sus días agradables y momentos amargos. Pero en medio de todas sus dificultades hacían cuanto podían para disfrutar al máximo los buenos momentos y evitar en lo posible disgustos.
Todo estuvo más que bien, hasta Mayo del 3728.
Bueno gracias por haber leído este archivo introductorio (ya que la F es de File ). Espero que no tenga demasiados errores, que haya logrado varios de mis objetivos entre ellos que les haya gustado y que se animen a seguir la historia. Sé que con la abundancia de escasez que tenemos últimamente en el mundillo (estuve como un mes aislada y no ha pasado más que dos a tres cositas, básicamente no me he perdido de mucho) es emocionante cuando sale algo nuevo, espero que además de este FF se animen a publicar tres personas por ahí. En adición, que concreten la tercera película porque nada de nada por ese lado, ah y que Tokoharu vuelva a dibujar.
También quiero agradecer a los usuarios anónimos ó los huéspedes que han dejado mensajes en Fatum y Ragnarok muchas gracias por seguir la historia (en especial Ragnarok que no tiene NSFW), gracias por sus comentarios y sepan que la mayoría de sus comentarios están en mi mente cuando escribo (algunos de los aportes ya los había considerado de antes so). En síntesis a cualquiera como persona, en la labor de lleve a cabo le gusta que le digan "Bien hecho" por eso muchas gracias.
Nos veremos en la actualización… algún día… no tan cercano.
