Disclaimer: El universo y sus personajes son obra de la maravillosa JK Rowling, yo solo los utilizó para pasar un buen rato sin ánimo de lucro, por supuesto.

Advertencias: SLASH, Drarry…

Decisión

Potter duerme plácidamente a tu lado. Deberías despertarle, echarle de tu cama y decirle que lo que ha pasado ha sido un gigantesco error, algo que se volverá en contra vuestra. No debisteis beber tanto en la fiesta del departamento de aurores, no debisteis de haber empezado a hablar en la terraza, no deberías haberle invitado a tu casa. Pero lo hecho está hecho. Y ahora tienes que solucionar el problema que tú mismo te buscaste. Deshacerte de Potter y de las complicaciones que va a traer no solo a tu vida, sino también a la suya.

Pero no puedes. Y no puedes porque una parte de ti piensa que la de hoy ha sido la mejor noche de tu vida. Le miras fijamente y no puedes dejar de notar el espléndido hombre en el que se ha convertido aquel niño escuálido de la tienda de Madame Malkin. Pero sigue siendo el mismo, es como si hubiera conservado su esencia a lo largo de la guerra y de todo lo que ha pasado después.

Es un héroe. Pero tú no lo eres. Y sabes que eso le va a perjudicar. Ha luchado mucho por conseguir lo que tiene, estar contigo lo convertiría en un paria. Además Potter siempre ha querido una gran familia, tú no le puedes ofrecer eso. La chica Weasley sí. Sin embargo, solo por fastidiar, oyes una vocecilla en tu cabeza que te dice que Potter no está ahora mismo con ella, sino contigo.

Casi como para darle la razón, Potter se mueve un poco y pasa una mano alrededor de tu cintura y te apreta contra él. Y el corazón te late tan rápido que sientes que se te va a salir por la boca, se te seca la boca y los ojos se te llenan los ojos de lágrimas. Eres un Malfoy, no deberías estar en esta situación. Se supone que fuiste educado para algo más que para acostarte con el tío con el que llevas obsesionado toda la vida. De hecho, un Malfoy no se enamora, un Malfoy no deja que los sentimientos le embarguen y nublen su buen juicio.

Y Potter, con un sentido de la oportunidad formidable, hace el gesto más adorable del mundo, esconde su cabeza en el hueco de tu hombro. Y te abraza aun más. Y sin poder evitarlo, tú también le abrazas. Porque hoy es la primera vez que sientes que estás en tu sitio, que has nacido para estar justo ahí. Así. Aunque se te escapen las lágrimas y casi no puedas respirar, sin duda alguna, nunca habías sido tan inmensamente feliz.