"Prólogo"

El despertador comenzó a sonar ruidosamente, provocando que desesperadamente, una mano lo buscara por toda la mesita de noche hasta toparse con él y de un golpe apagarlo, debajo de las sábanas, un bulto, comenzó a moverse, comenzando a destaparse, un chico de cabellera rubia abrió los párpados, dejando ver unos ojos azules que debajo, llevaban marcadas unas gruesas ojeras, señal de desvelo y cansancio, el chico, de piel bronceada y cuerpo delgado, soltó un bostezo y sentándose en la orilla de la cama, frotó sus ojos mirando al suelo y mirando la hora en el despertador -5:20- dijo en un suspiro para luego sonreír –Por fin, amor-, dijo sacando su celular y observando la foto de una chica de corto cabello rosado y mirada de color jade, abrió un cajón de la mesita y sacó una caja de color anaranjado, la abrió y sacó un fajo de billetes –Tu regalo de cumpleaños atrasado, aunque aún me falten un par de dólares-, sonrió de nuevo y guardó la caja, para dirigirse hacia el baño. Tomó una ducha revitalizante, salió de la ducha, se secó y se dirigió a lavarse los dientes seguidamente tomó su uniforme de trabajo, se lo puso, salió hacia la cocina y preparó rápidamente pan tostado con mermelada y tomó un vaso de jugo de naranja, miró su reloj y este marcaba las 6:10 de la mañana, corrió hasta la entrada, se puso sus zapatos y salió rápidamente de su pequeño apartamento, bajó las escaleras, saludó al portero alzando la mano y siguió hasta la parada de autobuses que gracias al cielo, quedaba cerca del edificio donde vivía, paró de golpe y respirando algo agitado, tomó una bocanada de aire para después, sentarse en el banco de la parada –Naruto-, dijo alguien detrás de él atrayendo su atención, -Shikamaru, tiempo sin verte- respondió con una leve sonrisa el rubio al chico de cabello castaño, que llevaba amarrado en una coleta, los ojos marrones y un semblante despreocupado, lo hacían mirar como un chico relajado y sin problemas, -Me admira que tengas un nuevo trabajo, si la cuenta no me falla, con este son cinco- dijo el castaño con una sonrisa ladina –Soy alguien muy trabajador, si quisiera, podría tener diez y no habría efecto de cansancio en mí- dijo en modo de chiste Naruto, -Tan cabezota como siempre- rió levemente Shikamaru mirando hacia el frente, -Bueno, Naruto, tengo que seguir mi camino, porque si llego tarde a la florería de seguro que Ino me mata, le dice a Temari y de seguro, esta me remata, lo cual sería demasiado problemático- miró de nuevo a su amigo y se despidió de él levantando la mano y siguiendo su camino, Naruto pegó un resoplido y sintió el cansancio apoderarse de su cuerpo, era verdad que él era muy energético, pero tantas horas de trabajo y la falta de comer bien le estaban pasando la cuenta con creces, más eso no le importaba, él estaba haciendo eso por su novia, era su regalo perfecto, con eso la haría inmensamente feliz, tal como ella lo hacía feliz a él, pagaría el boleto en primera fila y el pase de convivencia para el concierto de Sasuke Uchiha, el cantante de pop del momento, el cual, tenía a todas las chicas locas por él, y entre ellas, su novia Sakura la cual moría por ir al concierto, desde que se enteró que el cantante estaría visitando Japón como última fecha de su gira mundial. Como regalo de cumpleaños atrasado, él pagaría todos los gastos de su novia, lo cual, era bastante costoso, considerando el tipo de boleto que ella quería, para eso, el rubio decidió entrar a trabajar a distintos lugares para, así, tener el suficiente dinero para pagar el boleto de su novia y el de su amiga del alma Karin, con la cual había estado planeando todo para darle la sorpresa a la pelirosa. Al principio, iba a ser él quien acompañara a sakura, más después de varios días de súplicas por parte de Karin, la cual también era súper fan de Sasuke, decidió darle a su novia la oportunidad de ir con su mejor amiga, lo cual lo salvaba, puesto que él, odiaba la música de ese chico, era horrible y no alcanzaba a entender qué era lo que hacía que ese chico tuviera a todas muriendo por él, pero, a su novia le gustaba y él no podía hacer nada al respecto. El colectivo llegó y el chico, subió pagando su boleto, para tomar asiento justo en el final, donde normalmente, no había nadie sentado, sonrió al pensar en su novia y la alegría que esta sentiría al saber de su regalo, tenía que admitirlo, la amaba y la amaba en serio, aunque ella fuera menor que él la amaba con el alma y nunca nadie la alejaría de él, porque él estaba dispuesto a hacer lo que fuera por ella, porque por ella renunció a su vida de lujos y a su familia, prefirió quedarse en Japón a irse a Inglaterra con sus padres y poder dirigir la empresa familiar, así de enamorado estaba de ella, él lo daba todo por ella, más Naruto no sabía que, Sakura no lo daría todo por él.

Continuará…