Lo demás, es historia

Temari estaba harta, todo lo que le decían era verdad.

Era un mocoso cuatro años menor, ella le daba clases de historia, él no parecía tener interés en ella; se merecía algo mejor.

Lo sabía, pero a pesar de saberlo le seguía gustando.

Intentaba dar lo mejor, pero parecía no funcionar.

—¡¿Por qué?! —terminó gritando un día, se levantó y con la mano golpeó la mesa—. ¿No soy bonita? ¿No soy lo suficientemente femenina? ¿Te gusta alguien más? ¿No ves que me gustas?... ¡¿Dime, por qué?!

Shikamaru la observó sorprendido, recargó la barbilla sobre su mano y la observó con la misma cara de aburrido; Temari se dio cuenta de lo que había hecho y se sentó avergonzada.

Entonces Shikamaru sonrió.

—Eres bonita, poco femenina, me gustas y sé que te gusto.

Esa fue la forma en que ella se había declarado y él le había correspondido; lo demás, es historia…