Te reto a… ¡Salir con Levy McGarden!

Levy McGarden es sin duda alguna la mejor alumna de la preparatoria Fairy Tail, tiene innumerables premios y reconocimientos al obtener siempre las mejores notas de la clasce, ha leído prácticamente todos los libros de la biblioteca, realiza proyectos de investigación y los profesores la adoran. No sólo es brillante y muy inteligente, es bonita, simpática y agradable en todos los aspectos. Sin embargo, Levy tiene un gran problema, aunque ella no lo ve como tal, y es que a pesar de todas esas cualidades, Levy jamás ha salido con un chico en toda su vida. ¿La razón? ¡Es muy simple! Esas cosas no le interesan en lo más mínimo. "Los estudios son más importantes", " la escuela va primero", "no puedo perder mi tiempo con chicos" son sólo algunas de las muchas frases con las que Levy responde a las miles de preguntas de sus amigas.

Levy nunca ha sido de muchos amigos, es un poco más reservada en ese aspecto y le cuesta un poco confiar en la gente, sin embargo, si tuviera que elegir a una mejor amiga sin duda sería Lucy Heartfilia. Había estado con Lucy desde el 3er grado y con el paso de los años se volvieron inseparables. Claro que eran las mejores amigas, y claro que también eran totalmente distintas. Al contrario de Levy, Lucy no era tan responsable con sus estudios, y generalmente era más floja y desorganizada, además para opinión de muchos Levy era bonita, pero Lucy era casi una diosa andando, con su cabello rubio, sus ojos cafés y su escultural y muy bien desarrollado cuerpo, no había ni una sola chica en la escuela que pudiera competir con ella.

Un día cualquiera, a la hora del almuerzo y como todos los días, la cafetería era un desorden, todos los grupos de amigos habían comenzado a reunirse. Se oían murmullos, risas, cientos de chicos hablando al mismo tiempo sobre sus propios asuntos, música... en fin, un verdadero relajo. Levy se encontraba en una mesa, leyendo un libro y con su almuerzo a un lado, tomando cada tanto una uva del plato que tenía en frente, sin prestar mucha atención a lo que ocurría a su alrededor.

-¿No te parece que es lindo?-exclamó Lucy de repente, intentando llamar la atención de su amiga-.

-En realidad no-le contestó Levy sin levantar la vista de su libro-.

-Hhmm-replicó Lucy-Ni siquiera sabes de quien hablo.

-Seguramente de Natsu-le dijo Levy, quien aún seguía pasando las hojas de su libro-.

Levy lo sabía, y es que Lucy jamás dejaba de hablar de Natsu Dragneel, llevaba ya un tiempo enamorada de él y aunque eran buenos amigos, Natsu parecía ser el único chico en toda la escuela que no mostraba interés por Lucy, y Levy sabía que eso frustraba a su amiga. Aunque ella no entendía porque a Lucy le gustaba tanto, a los ojos de Levy, Natsu no era más que otro idiota e infantil muchacho, como todos los demás en esa escuela.

Siguió sumergida en la lectura, dejando pasar el tiempo, sin poner atención a nada, cuando de repente sintió un pequeño golpe en su hombro izquierdo.

-¿Qué?-preguntó Levy volteando a ver a Lucy, quien la había golpeado. Lo dijo algo fastidiada, pues odiaba que la sacaran bruscamente de su mundo cuando el libro se estaba poniendo bueno-.

Lucy no dijo nada, pero parecía que intentaba decirle algo con los ojos. En ese momento, Levy se dio cuenta que la cafetería entera tenía los ojos sobre ella, en completo silencio. Dirigió su mirada a varios puntos del lugar, intentado averiguar cuál era el problema.

-Hola Levy...

Levy volteó y sus ojos se cruzaron con los del muchacho que tenía en frente.

-Jumm-suspiró Levy-Hola Jet-le dijo con una sonrisa, ahora empezaba a entender el porqué del silencio de sus compañeros-.

-Levy... bueno... yo...-empezó a tartamudear Jet-.

El chico estaba muy nervioso, y se le notaba a leguas, las manos le temblaban, se le quebraba la voz, tenía las mejillas rojas, y sus ojos no dejaban de danzar hacia todas partes.

"No lo digas" era lo único que Levy podía pensar.

-Levy... yo quería decirte...

"Por favor, no"

-Me gustas mucho Levy... Por favor sal conmigo-logró decir Jet finalmente-.

Toda la escuela enmudeció aún más, si es que se podía. Levy sentía la presión de cientos de miradas que esperaban impacientes oír su respuesta. Tomó aire, cerró su libro y se puso de pie.

-Gracias Jet, pero... No estoy interesada-contestó Levy-Lo siento.

Tomó sus cosas y caminó lentamente, lo más tranquila que pudo. Era justo en esos momentos cuando se arrepentía de elegir la mesa más alejada de la entrada. Todos seguían callados, mirándola fijamente, lo único que podía oírse eran los pasos de Levy, alejándose con desesperante calma. Abrió la puerta de la cafetería y salió, dejando a todos con la boca abierta de la impresión. Pasaron unos largos segundos, que casi se hicieron eternos, hasta que finalmente alguien soltó la primera carcajada.

-JAJAJAJAJA ¡Eres un idiota Jet!

Toda la escuela empezó a reírse como si les hubieran contado el mejor chiste del mundo.

-¿Realmente creías que iba a aceptar?

-¡Con este ya van 27 rechazos!

Todos seguían muertos de risa, algunos casi estaban llorando. Lucy era la única que no se reía, había visto esa escena muchas veces, y Jet no había sido el primer "idiota" que invitaba a Levy a salir, y probablemente no sería el último, sin embargo, Levy rechazaba a todo aquél que lo intentara. Entendía que para Levy los estudios eran muy importantes y todo eso, pero ¿de verdad podía no sentir nada por nadie? Era justo como todos decían, Jet era el chico número 27 que Levy rechazaba, y toda la escuela lo sabía, le habían llevado la cuenta desde tiempo atrás. Es cierto que a muchos chicos les gustaba Levy, pero el hecho de que ella los rechazara hacia que se interesaran aún más, la veían como algo imposible, inalcanzable.

El resto del día había sido un infierno para Levy, tuvo que aguantar cientos de comentarios acerca de su rechazo de esa mañana.

"Que amargada", " ya debería de aceptar a uno", "se va a quedar sola por siempre", " no tiene sentimientos".

Aunque Levy intentaba ignorarlos, la situación comenzaba a fastidiarla. Ella no tenía por qué aceptar a alguien que no quisiera. No es que ella fuera amargada, o no tuviera sentimientos, simplemente ningún chico había logrado captar su atención, y no era de sorprenderse, pues ni ella misma sabía qué clase de chico llamaba su atención.

Cuando por fin había terminado ese fatídico día, se dirigió a su casa lo más rápido que sus pequeñas piernas le permitieron. Apenas había cerrado la puerta cuando su teléfono comenzó a sonar.

-¡Vamos a la fiesta!-gritó Lucy cuando Levy apenas descolgaba el teléfono-.

-Ya te dije que no quiero.

-¡Por favooooor!-le rogó Lucy-Será divertido, toda la escuela va a ir.

Levy suspiró, le verdad no había sido su día, sólo faltaba que su mejor amiga la estuviera molestando.

-No quiero.

-¡Aaaaay!-exclamó Lucy desesperada-¿Qué tengo que hacer para que aceptes?

-Sólo quieres ir porque será en casa de Gray.

-¿Y él que tiene que ver?-le preguntó Lucy algo confundida-.

-Que es el mejor amigo de Natsu-le contestó Levy-obviamente él va a estar ahí.

-Jaja, está bien, me atrapaste-le dijo Lucy resignada-aun así quiero ir contigo.

Levy estaba muy cansada, no tenía ganas de ir a esa fiesta. Probablemente Lucy buscaría la forma de estar cerca de Natsu, si Lucy se iba Levy no tendría con quien más estar, no se llevaba con muchos en la escuela, y tampoco es como que muchos le agradaran.

-Ve tú-finalmente dijo Levy-no te preocupes por mí, diviértete.

Lucy insistió un rato más, pero Levy había tomado una decisión, y era muy difícil hacerla cambiar.

Se la pasó toda la tarde acostada en su cama, viendo el techo. Habían pasado muchas cosas ese día, y se sentía muy mal. Jet no era un mal chico, y era de los pocos que Levy consideraba como su amigo, pero no podía verlo de otra forma, y eso la preocupaba un poco. Tal vez si era tan fría como todos decían, tal vez en serio carecía de emociones, tal vez era una persona horrible...

-¡Basta!-se dijo a si misma-No tiene caso torturarme.

Había terminado sus tareas temprano, así que decidió buscar un libro que leer, a final de cuentas, ése era su entretenimiento preferido.

Por otra parte, la fiesta en casa de Gray era todo un éxito, tal como Lucy había dicho, casi toda la escuela estaba ahí. Con la música a todo volumen y cientos de botellas de cerveza regadas por todas partes, Lucy se divertía como nunca, aunque no podía dejar de pensar en Levy, quería llevarla ahí para que se distrajera, sin embargo, esta clase de fiestas no eran las preferidas para su pequeña amiga.

Lucy no paraba de bailar, y como siempre ella era el centro de atención, para todos claro, menos para el único chico que le importaba. Natsu estaba a unos metros de ella, rodeado de sus amigos. Seguramente estaban haciendo o diciendo alguna estupidez, pues se reían como locos.

-Muy bien, muy bien...Jellal-decía Gray con maldad-te reto a... ¡Subirte a esa mesa y hacer el Twercking¡

Todos estallaron en carcajadas y aplausos animando a Jellal, pero él se resistía a pasar por aquella humillación. En todas las fiestas siempre que empezaba el juego de retos sabías que no había marcha atrás y una vez puesto el reto tenías que cumplirlo a como dé lugar, era eso o aguantar el resto de tu vida a burlas y humillaciones aún peores. Pero jugar con ellos a los retos era la muerte, siempre se les ocurría lo más ridículo y cruel del mundo. Pero una vez cumplido tu reto, ahora te tocaba a ti torturar a alguien más.

-Laxus-empezó Jellal-te reto a... ¡Tomarte esta bebida!

Todos miraron confundidos a Jellal, ¿qué clase de reto es ese?

-¿Sólo eso?-dijo Laxus con una sonrisa, mientras se acercaba a tomar el vaso que Jellal le ofrecía-.

-Espera-dijo Jellal-.

En ese momento Jellal tomó aire, jaló unos cuantos mocos y mezclándolos con su saliva formó en su boca un muy asqueroso "gargajo", el que posteriormente escupió dentro de la bebida que Laxus ahora miraba con horror.

-¡Iuuugghhh!-exclamaron todos con asco, pero a la vez contentos con el horrible reto que Jellal había impuesto-.

Después de unos segundos, y antes de que Laxus terminara vomitando, el juego siguió.

-Natsu...-dijo Laxus-te reto a... ¡Agarrar el micrófono del DJ y gritar que lo tienes chiquito!

-¿¡Qué!?-le gritó Natsu-¡NO!

Todos volvieron a partirse de risa, mientras esperaban ansiosos la gran confesión de Natsu.

-Que humillante-exclamó Natsu devuelta con sus amigos, mientras soportaba las risas de todos en la fiesta, hasta Lucy se moría de risa-.

Pero estaba todo bien, porque ahora a él le tocaba torturar a alguien, y realmente sentía lástima por su víctima, había elegido el peor reto de todos, uno imposible de hacer.

-Gajeel...-dijo Natsu con una mirada diabólica-Te reto a... ¡Salir con Levy McGarden!

Por esta ocasión, sus amigos no se rieron, no se burlaron, simplemente se quedaron pasmados.

-¿Qu...qué?-fue lo único que Gajeel logró articular-.

-Y no me refiero a sólo invitarla y convertirte en el rechazo número 28, me refiero a realmente salir con ella, ¡convencerla!

-¿A caso estás loco? Esa mujer no saldría con nadie ni aunque le pagaran.

-Por eso es un reto-le dijo Natsu sonriendo-.

-Ni siquiera está aquí en la fiesta-dijo Gajeel pensando que no tendría que cumplir con esa locura-.

Sus amigos por fin reaccionaron y comenzaron a reírse, Natsu siempre ponía retos duros, pero en esta ocasión se había pasado en verdad, era algo imposible.

-Puedes tomarte el tiempo que necesites...Gajeel.