Disclaimer: Nada de esto me pertenece, todo es propiedad de J.K. Rowling.
¡Hola a todos! Después de mucho tiempo he vuelto con otra historia. Debo decir que este fic es un gran reto para mi, ya que no tiene nada que ver con todo lo que he escrito antes, lo haya publicado o no. No podré actualizar con mucha frecuencia debido a los estudios, pero prometo que esta historia no quedará inconclusa.
El fic se desarrolla a comienzos del año en el que mueren los Potter. Como es obvio, James se casó con otra chica que no es Lily y juntos tuvieron a Harry.
Bueno después de todas estas aclaraciones me despido dejándoles con el primer capítulo. Espero que me dejen un review, todo será bien recibido incluso crucios y howlers.
§ Una gran captura §
En la Mansión Riddle predominaba un ambiente frío y lúgubre. Sin duda propiciado por las nubes de tormenta que siempre cubrían el lugar. Era como si la sola presencia de mi señor ahuyentara al propio sol. Hasta ahí llegaba el poder de Lord Voldemort. Y eso era todo lo que yo deseaba, poder.
No había podido jugar mejor mis cartas. Estaba al lado del mago tenebroso más grande de todos los tiempos. Había conseguido llegar a ser uno de sus mortífagos predilectos. Y en el momento en el que mi señor derrotara al viejo de Dumbledore y se alzara ante todos los magos y brujas yo sería cubierto de gloria. Tal y como me había prometido, sería un hombre temido, respetado y poderoso a partes iguales. Sin contar con la limpieza que se hará en nuestro mundo. Todos los sangres sucias que contaminan la sociedad mágica serán destruidos. Esos eran los objetivos del Lord y los míos, por supuesto.
No pude evitar esbozar una leve sonrisa y que mi pecho se hinchara de orgullo ante esa visión de futuro. Todo por lo que mi familia había luchado durante generaciones se haría realidad.
Estaba a punto de comenzar la primera reunión de mortífagos del año. Todos nos encontrábamos sentados en la gran mesa del salón principal. El suave fuego que bailaba en la chimenea y la poca luz que entraba por las ventanas eran la única iluminación del lugar.
Lord Voldemort entró con paso lento, seguido por su serpiente. Al igual que el resto de mis compañeros, me levanté de mi asiento y realicé una respetuosa reverencia. Voldemort sonrió complacido y su mirada vagó por cada uno de nosotros hasta detenerse en dos sitios vacíos. Las aletas de su nariz se dilataron pero al segundo su cara volvió a mostrar la indiferencia de siempre. Se sentó el puesto honor, presidiendo la mesa y nosotros le imitamos.
-Bien amigos míos – La voz del Lord resonó entre las paredes del lugar - ¿Alguna noticia interesante? - Yaxley se aclaró la garganta y habló.
-Finalmente hemos conseguido que la familia Sherman se una a nosotros aunque hizo falta algo de … persuasión – Voldemort asintió.
-Perfecto, el patriarca de la familia podrá … -
Las palabras del Señor Tenebroso fueron interrumpidas por el ruido de la puerta abriéndose. Todos nos giramos a mirar, incluido un muy furioso Voldemort. La puerta terminó de abrirse dejando paso a uno de los hermanos Carrow, el cual se inclinó ante el Lord.
-Espero que tengas una buena explicación – Alecto dio un paso más hacia delante.
-Mi señor, cuando recibimos el aviso de la reunión estábamos en el Callejón Knocturn en mitad de una cacería. Lamentamos mucho el retraso y la interrupción pero no podíamos dejar escapar esa presa-
Los ojos del Lord brillaron con la chispa de la incredulidad. No había creído a esos dos tan estúpidos como para relevarle a él a un segundo plano - ¿Y quien se supone que es tan importante? - Demandó, mientras le señalaba con la varita -
Entonces se oyó un forcejeo y Amycus apareció arrastrando a una mujer. Mis ojos que hasta entonces solo mostraron aburrimiento e indiferencia, se abrieron ligeramente por la sorpresa. Su pelo largo y pelirrojo le tapaba parcialmente la cara, pero no tenía duda de quien era. Por desgracia la había visto demasiadas veces a lo largo de tiempo en Hogwarts.
Un reconocido miembro de la Orden del Fénix, mi señor, la sangre sucia Evans – Respondió Alecto con una sonrisa de suficiencia.
Al oír su apellido, la mujer pegó un pequeño salto, sacudió la cabeza mostrando su rostro y adquirió la posición más digna que sus ataduras le permitían. La mandíbula del Lord se descolgó ligeramente para después levantarse e ir hacia la nueva invitada a la reunión. Mientras tanto los mortífagos empezamos a hablar entre nosotros. Sin duda, la captura de un miembro de la Orden nos daría una gran ventaja ya que podríamos sacarle toda la información sobre sus planes.
Mi mirada volvió a fijarse en el Lord el cual ya estaba en frente de la impura. Con una orden de su mano ordenó a Amycus que la soltara. Esta miró fijamente a Voldemort, en sus ojos se podía ver fiereza, orgullo y sobretodo valentía.
-Esto si que es una grata sorpresa, Liliana Evans* en mi poder – Murmuró el Señor Tenebroso – Me serás muy útil … - Vi como el Lord levantó una mano como para acariciar la cabeza de Evans, pero ésta lo apartó de un movimiento brusco de sus brazos. Voldemort soltó una carcajada burlona – Muy bien muchachos, habéis hecho un gran trabajo, sentaros –
Los hermanos Carrow sonrieron agradecidos por esas palabras y fueron a ocupar su lugar en la mesa. Los seguí y después, paseé la mirada por el resto de la mesa. Me sorprendió ver las sonrisas sádicas en el rostro de algunos de mis compañeros. No pude evitar una mueca de asco, sólo era una impura. Aunque no se de que me sorprendía, muchos de los que el Lord reclutaba estaban tan enfermos que hasta la más absoluta de las bazofias les servía para divertirse.
Oí un gruñido a mi lado y me giré a mirar a Severus el cual tenía una mirada fulminante. Iba a preguntarle qué demonios le ocurría cuando la voz de Voldemort cortó los murmullos de raíz.
-¡Lucius! - Me levanté como si tuviera un resorte.
-¿Si, mi Lord? - Este le dio una última mirada a la sangre sucia y se giró a mirarme.
-Que Alecto te de la varita de mi nueva huésped, llévala a sus aposentos – Una sonrisa maligna se extendió por su cara - Y espera allí hasta que baje, cuando termine la reunión – Añadió finalmente.
-Como ordenéis – Dije mientras inclinaba levemente la cabeza.
Carrow me lanzó la varita y mientras la guardaba en el bolsillo de mi túnica, caminé hasta Evans. Ella me dio la misma mirada fiera que le había dado al Lord. Sonreí con burla, dentro de unos minutos esa mirada se marchitaría y con un poco de suerte yo sería testigo de ello.
La agarré fuertemente de un brazo y salí con paso rápido del salón, prácticamente arrastrando a Evans detrás de mi. Tras girar un par de veces, la primera a la izquierda y la segunda a la derecha llegamos a un pasillo sin salida. Saqué mi varita y dije – Lumus - Para iluminar el lugar, ya que no había ni una sola lámpara en ese lado de la mansión.
La empujé para que siguiera caminando hasta llegar a la pared del final. Susurré unas palabras y las piedras empezaron a apartarse, mostrando unas escaleras. Descendimos por ellas hasta llegar a las celdas. Era más que obvio que los aposentos de la sangre sucia iban a ser las mazmorras. Según caminábamos el resto de prisioneros se encogían de miedo en su lugar esperando no recibir una visita ese día.
Llevé a la sangre sucia a la celda más apartada. Con un movimiento de varita abrí los barrotes y la empujé de una forma brusca dentro. Le quité las cuerdas que ataban sus manos y salí volviendo a cerrar la verja.
Me apoyé en una pared y respiré todo lo hondo que se podía en ese lugar. El aire era pesado y tenía un ligero olor a putrefacción. Las mazmorras estaban a penas iluminadas por las pequeñas ventanas que había en cada celda. Una forma más de tortura ya que les recordaba a los prisioneros la libertad que había perdido, y nunca recuperarían. El que entraba allí ya no salía jamás, vivo al menos.
Un movimiento captó mi atención. Evans se había acercado hasta la verja y sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro. Sonreí satisfecho, este era el tipo de lugar que se merecía la escoria como ella. Siempre la había odiado, sobretodo por esa absurda amistad que Severus había mantenido con ella. Pero por suerte pude hacer entender a Snape que era lo que verdaderamente importaba.
Oí que las piedras de la entrada se movían y me enderecé, el Lord ya llegaba.
*Durante bastante tiempo participé en roles en los que yo hacía de Lily Evans. Como nombre completo usaba Liliana quedando el Lily como apodo. Me pareció adecuado ponerlo ya que la Lily que vais a ver será la que yo representaba allí, y también como un pequeño guiño a ese mundo que tantas cosas buenas me ha dado.
