Disclaimer: Los personajes NO son de mi propiedad. Además, esta historia es llevada a ustedes sin fines de lucro.

Reto de Halloween para el foro "¡Hazme el Amor!"

Advertencias: AU —Universo Alternativo—. Presencia de sangre, gritos, brujas y algunas cosas correspondiente a la época del año; el Halloween. Preferible para personas MADURAS.

Summary: Kagome, Kikyo y Sango son jóvenes aprendices de la magia negra. Han pasado muchos años estudiando para conseguir su mayor objetivo: ¡convertirse en la mejor y más reconocida BRUJA de todos los tiempos! Sin embargo, deben pasar por un último reto: impresionar al más poderoso y malvado demonio, Naraku, y para eso deben crear una poción especial, a partir de "ingredientes peligrosos".

Ingredientes Peligrosos

By SweetDark12

I

—Señor Naraku —escucho decir a una de esas malditas mocosas—, ya estamos aquí.

Me irritan con tan sólo escucharlas y el tener que hacerlo me pone de pésimo humor. Aun así debo hacerlo, esta vez es por una buena causa.

—Díganos, por favor, ¿cuál es la última prueba que nuestra maestra nos ha encomendado? —comenta muy tímida la más joven de las tres.

Tomo un poco de aire; debo tenerles paciencia, al menos hasta que haya cumplido mi cometido. Las observo atentamente y ellas tiemblan ante mi mirada fría. Están inclinadas, haciéndome una reverencia, y les ordeno que se relajen un poco.

—Chicas, estoy muy orgulloso de ustedes —miento—; ya casi son unas verdaderas brujas.

Logro ver cómo sus rostros se iluminan con aquella noticia; están emocionadas. Kagome, la menor, no puede evitar agarrar la mano de su compañera Sango. La otra, Kikyo, está con aquella mirada calculadora todo el rato, aunque se le nota que no puede contener su alivio; pobres ilusas.

—Traigo noticias poco placenteras. —La cara de las tres se contrae notablemente.

Me levanto del trono en el que había estado descansando. Me acerco hasta ellas. Las observo de arriba abajo con exagerado detenimiento; las tres ocultas bajo una batola negra y con sus rostros oscurecidos bajo una capa del mismo color, no pueden evitar sentirse ansiosas ante lo que planeo comentarles.

—Verán, niñas, su maestra me ha dado una clara orden: Sólo aquella que sea capaz de tolerar los poderes demoniacos de la Perla de Shikon, será merecedora del título de bruja —suelto mientras les lanzo una fuerte mirada que me caracteriza.

—P-pero, nuestra mentora nunca mencionó nada como eso, señor Naraku —susurra la pequeña Kagome, mientras no puede dejar de temblar.

—Es cierto —respalda la más fría—, nuestra madre nunca dijo que sólo una de las tres terminaría por convertirse en bruja. Además, ¿qué pasará con las otras dos?

No puedo evitar sonreír de medio lado; esta es mi parte favorita del cuento.

—Las otras dos serán desterradas de este mundo y deberán sobrevivir con los humanos por el resto de la eternidad. —Intento no sonar emocionado por la noticia que les comunico, pero es inevitable, no puedo ocultar la alegría que eso me proporciona.

—¿Con los h-hu-ma-ma-nos? —Por fin interviene la hermana del medio, Sango.

—Nuestra madre no querría que dos de sus hijas terminaran en el mundo de esos malditos seres que le han arrebatado la vida —menciona duramente Kikyo.

—¿Osas cuestionarme, aprendiz de bruja? ¿A mí, al gran demonio Naraku, amo y señor de este mundo de tinieblas en donde resides? —Mi autoridad se hace notar por fin y veo como la muchacha se siente arrepentida por sus palabras, inclina su cuerpo haciendo una reverencia y pide perdón, a pesar de sentirse recia a hacerlo. Al verla humillada ante mí, no puedo parar de sonreír. La mayor de las tres aprendices de Midoriko, la bruja más famosa y poderosa que se vio en estas tierras, estaba allí suplicándome clemencia por su osadía.

—Por favor, señor Naraku, perdone a nuestra hermana —suplica la menor haciendo la misma reverencia que su hermana.

—Sí, señor, no debimos dudar de su palabra.

Al verlas a las tres allí, siendo tan patéticas, no puedo evitar compadecerme del trío. De igual forma no le queda demasiado tiempo a ninguna, las tareas que tengo encomendada para cada una terminará llevándolas a una muerte segura.

—Bien, prosigamos con esto —hago una mueca—. Kagura, traedme los pergaminos dejados por Midoriko.

Kagura, mi leal súbdita, aparece entre las tinieblas de mi castillo con los tres grandes tomos que la "gran bruja ha dejado". Se acerca a mí, inclina su cabeza en señal de respeto, y se posa a un lado mientras les entrega a cada una el tomo que se les ha asignado.

—Lo que está escrito allí es una poción que debe crear cada una. Ya se imaginarán que no hablo de cualquier elixir sencillo. Son de rango "S"; el rango más alto entre las pociones de las brujas.

—Eso quiere decir que al menos uno de los ingredientes que contiene la fórmula ha de ser muy difícil de encontrar o que simplemente se encuentran en el mundo humano—explica Kikyo para sus hermanas.

Las dos menores se abrazan rápidamente mientras aprietan fuertemente el pergamino contra sus pechos. Su madre ha muerto en aquel mundo y a causa de esos seres. No es difícil entrever por qué las jóvenes parecen tan asustadas.

—Hagan el favor de saciar mi curiosidad, muéstrenme cuáles son aquellas pócimas que la gran bruja les ha encargado —disimulo, para que sigan creyéndose aquello de que su "mentora" se los ha encargado.

Kagome, siendo la más inquieta, es la primera en abrir su pergamino. No puede evitar arrugar su nariz al leer el título de su poción. Continúa leyendo en silencio y veo claramente como su incredulidad no desaparece.

—¡¿Una poción de amor?! Para volver loco a cualquiera que beba un sorbo de ella. —Sus hermanas la miran extrañadas—. Es completamente inútil este tipo de pócimas en un mundo como este…

La mayor de las hermanas suspira al ver la escasa sensatez de la pequeña. Toma un poco de aire y decide comentarle:

—¡No seas idiota! ¡La idea no es que uses la poción, es que puedas realizarla! —exclama, sorprendentemente sin perder la compostura.

—Si no la usamos, ¿cómo demostraremos que realmente funciona? —La gran Sango lanza por fin.

—Entonces deben probarla, niñas.

Interesante. Cada vez todo se vuelve más interesante.

—P-pero necesito un corazón de medio-demonio —resalta—. ¡Nunca, en mis trescientos años, he visto a un medio-demonio! ¡Incluso hay quienes afirman que realmente son sólo un mito! ¿Qué demonio con dos dedos de frente se metería en la cama de un asqueroso humano? —La muchacha, bastante inquieta, está al borde de los nervios.

—La mía no es mucho mejor: Poción para detener el envejecimiento: quién sea que la beba no volverá a envejecer jamás —dice textualmente la joven, quién parece sorprendida por algún comentario dentro de su pergamino—. Y necesito la sangre de algún clérigo u hombre que practique algún tipo de actos religiosos… Si me descubre antes de que pueda apresarlo, me hará arder al igual que a nuestra madre. —La veo apretar fuertemente aquel rollo y, a pesar de la capa que oscurece gran parte de su rostro, sé que este está verde de los nervios.

La joven Kikyo no intenta abrir el suyo, al ver lo conmocionadas que se encuentran sus hermanas menores. La animo a leerlo y ella parece rehusarse, por alguna razón teme que su destino sea incluso peor que el de sus rivales. Luego de algunos minutos, son sus propias hermanas quienes la incitan a hacerlo. Ella lo hace con una precaución algo exagerada y yo no puedo esperar a escucharla:

—Pócima de la obediencia: Cualquiera que la beba no podrá dejar de cumplir lo que se le ordene. —Se detiene, pasa sus ojos con exagerada lentitud sobre los ingredientes que debe recolectar—. Colmillo de demonio-perro.

Kagome sonríe, al igual que Sango.

—Al menos no tendrás que abandonar este mundo —suspiran felices.

—No lo creo —comento para arruinar su buena vibra—. Hace muchos años los demonios perros fueron desterrados de las tinieblas. Están condenados a vivir en el mundo humano y a luchar con otros demonios para mantener los dominios de aquellos lugares.

Ninguna lo podía creer: Las tres debían viajar al mundo humano en busca de ingredientes de alta categoría para elaborar pociones inútiles, exponiendo sus vidas y sólo una de ellas sería la merecedora del título de bruja.

—Una cosa más, queridas mías. El mundo humano tiene una vulgar celebración llamada la "noche de las brujas". Para hacer esto más divertido: tienen desde este momento hasta la media noche de mañana, la mal llamada noche de brujas en aquel endemoniado lugar. No hay ningún tipo de normativa, salvo esta que les estoy comentando. Deben traer sus pociones completamente listas para mañana a la media noche. Las estaré esperando ansiosamente. En el caso de que más de una logre completar la poción —me detengo a pensar—, dejaremos que sea la perla quién elija a su portadora. ¿Qué les parece?

Las tres me miran aterradas, la sola idea de ver a sus hermanas como rivales les parece absurda. Para mí no lo es, lo hace más divertido y sólo me sentaré a observar cómo aquel trío de pequeñas brujas son hechas polvos a manos de sus propios "ingredientes".

Sonrío.

La diversión apenas comienza.

Continuará.

N/A: Esto es la cosa más loca que se me ha ocurrido.Pero bien, en pro al Halloween y a esta época del año, he decidido animarme a escribir algo fuera de lo normal para mí (y gracias a la motivación del foro que he dejado arriba).

Los comentarios positivos, negativos y del estilo que quieran son recibidos y analizados. Déjenlos en un review que a quién me deje su cuenta les contestaré. Los agradezco mucho.

P.D.: Espero terminar próximamente los fics que tengo por ahí a punta de caramelo.