De cielo, mar y tierra
-¿Qué miras en ese cielo?
Te apoyas junto a mí en la baranda, y tu hombro roza el mío, provocándome un ligero escalofrío. "Nami-swan…" Mi primer impulso lucha por sucumbir a esa reacción exagerada que va ligada a la presencia de tu persona, pero logro sobreponerme a ese primer impulso. Últimamente lo he logrado, ¿sabes? Porque sé que tú eres especial, y quiero que veas una diferencia, quiero que seas consciente, de mi diferencia hacia ti, de que para mí no eres como las demás. Sí, es verdad: ante todas reacciono, ante todas flirteo, pero desde poco después de conocerte mi trato hacia ti no fue tal como con las otras. Algo más fuerte empezó a crecer, incontenible, sólo por ti y ante nadie más. Pero como sé que esa diferencia es difícil de notar, pruebo con algo más claro y evidente, resistiéndome al deseo de rodearte de corazones y recitarte las más bellas poesías. De todas formas, no es como si eso funcionara contigo, mi preciosa guerrera pelirroja.
-¿Sanji-kun?
Expulso con suavidad el humo, que sube a juntarse con las pequeñas motas blancas que inundan ese inmenso cielo.
-Miro ese gran azul, Nami-san.
-Mm.
Tu mirada también mira hacia arriba, y tus iris marrones observan ese mismo cielo que se alza sobre nuestras cabezas. A bordo del barco, el mar es nuestra tierra y el cielo es nuestro techo. Mirándote de soslayo, puedo apreciar el vuelo de un par de gaviotas que se reflejan en tus ojos.
-¿Y por qué miras el cielo, y no el mar, que es donde se encuentra tu sueño?
-Pensaba que el cielo es también como un gran mar; un mar donde las nubes son pedazos de tierra. Quién sabe, quizás también hay un lugar en ese cielo donde se junten todas las aves del mundo.
-¿Cómo un All Blue en un mundo paralelo, donde surcamos aire en lugar de agua?
-Algo así.
Esbozas una sonrisa un poco triste.
-En cambio, para mí y mi sueño, no habría lugar en ese mundo. Es imposible hacer un mapa de las nubes.
Algo fuerte me aprieta el pecho. Una angustia tan absurda como extraña me hace contener el aliento. Me sobrepongo en unos momentos, expirando el aire contenido en los pulmones, pero esos instantes han bastado para que te percates de mi reacción.
-¿Sanji-kun, estás bien?
Tras una calada que logra calmar el leve temblor de mis manos te miro, exclamando con gran alivio:
-¡Menos mal que en este mundo el mar y la tierra caminan de la mano!
N/A: Una cosa un poco cursi que me salió así de repente, pensando en el mar y el cielo y la línea del horizonte ^^U
