MARVEL y Disney no me pertenecen, todos sus derechos reservados a Stan Lee y derivados.
Bueno esto surgió mas que nada por algunos fanarts que vi en el grupo de Thorki Lovers de Facebook, una enorme y especial amiga mía tenía ganas de un m-preg así que bueno, aquí esta.
Andreas, esto es para ti.
A love like war By Sunshine Del Rey
Bucky realmente no podía estar más agradecido con Hydra en este momento, no podía parar de dar gracias al mundo por esto… de verdad que no. Claro que al principio casi muere de un infarto pero todos y cada uno de los sufrimientos implementados por esos… monstruos valieron la pena, solo para vivir ambos en esta época.
Un nuevo comienzo.
Era un bonito día de verano, hacia ya un par de meses de su encuentro con Steve en aquel avión, hacia un par de meses que descubrió su identidad, incluso desde ese par de meses había podido aceptar casi todo, pero aun se encontraba preocupado, ¿por qué? ¿Por qué él? Francamente Bucky no tenía la respuesta para eso, se limitaba a observar su brillante brazo metálico y callar.
De alguna forma había descubierto que su antiguo mejor amigo, aquel compañero de guerra de 90 años corría por Central Park cada mañana, acompañado de un muchacho de piel oscura, solían hacer carreras y evidentemente Steve llevaba las de ganar.
Era algo así como una rutina, le había visto correr la misma trayectoria en casi el mismo tiempo desde hace un mes. Barnes se limitaba a sentarse en una banca de la orilla del lago con una gorra y observarle cada mañana, no podía acercarse pero quería hacerlo, tenía tantas dudas, necesitaba respuestas, necesitaba recordar, nada se sentía mejor que aquellas pequeñas partes del día en el que recordaba algo, se sentía menos extraño y más familiar con el mundo.
Por su parte, Steve no era tonto, reconocería a su mejor amigo en cualquier rincón del mundo y esta no fue la excepción, quizá fue por la intensa forma de verle lo que atrajo su mirada al chico del parque, quizá fue solo suerte voltear y reconocerle, no lo sabía, lo único de lo que estaba seguro es que no había día en el que él no se presentara.
Había tres opciones, Steve se acercaba, Bucky se acercaba o… ninguno lo hacía y ambos se quedarían con la duda para siempre, vale, esa no era una verdadera opción, pero no quería asustarlo, si se tomaba el suficiente tiempo para no faltar ningún día no quería romper eso pero necesitaba hablarle, lo había dado por muerto y ahora estaba a solo unos metros de él, podía hacerlo… vamos Rogers, puedes hacerlo.
Y tan simple como la vaga idea llego a su mente sus piernas emprendieron la caminata por si solas, las hojas secas crujían bajo sus deportivos y su respiración hacia subir y bajar su torso, estaba asustado, nervioso y simplemente quería terminar con todo esto, un día mas y no lo soportaría.
-Barnes... Bucky… ¿eres tu?
Sus palabras salieron tan claras como su aliento escaso le permitía, de pronto el clima había cambiado, tenia frio y un vuelco en su estomago le hacía temblar, ni siquiera había sentido esto cuando enfrentó a esos aliens que Loki había traído a la tierra, esto era distinto.
Steve observo como la persona sentada se tensaba, pero no giro su rostro nunca, se mantuvo quieto observando al frente, el rubio, dando pasos cuidadosos giro lentamente desde atrás de la banca, hasta quedar del otro lado, ambas miradas se encontraron pero ninguno dijo nada. Steve tomo asiento frente al castaño y observaron juntos el calmado lago frente a ellos.
-¿Por qué me pasó esto Steve? Dímelo.
La voz del castaño sonaba tan quebrada, rota y lastimada como su misma alma, Hydra había hecho cosas abominables con él, si pudiese elegir eliminaría cada recuerdo, pero no podía, viviría con cada pesar dentro de él.
Steve solo podía pensar que aquellos ojos tan brillantes y felices habían perdido su luz, no podía imaginar que sucedía dentro de la cabeza de Bucky, no podía imaginarlo. Dio un largo suspiro y se giro a verle.
-Hydra… ellos estaban buscando... bueno, estaban en busca de un títere, solo puedo llamarle así, alguien a quien controlar sin chistar, sustituyeron tu brazo por uno biónico y te dieron más fuerza, te hicieron como yo, solo para ser beneficiados ellos.
-¿Porque… por que jamás me buscaste? Yo lo hubiese hecho Rogers, eras mi mejor amigo y me abandonaste.
Las palabras le cayeron como balde de agua fría, se sentía absolutamente derrotado, jamás lo abandonaría, le creyó muerto, de haberlo sabido hubiera ido en su búsqueda pero jamás lo supo.
-No lo hice jamás Buck… de saber que seguías con vida hubiera ido a buscarte ¡lo juro! ¡Nunca te dejaría! Eres mi mejor amigo…- Steve exclamó las palabras con desesperación, Bucky solo negaba frenéticamente con la cabeza observando el suelo, estaba negado, nadie le hubiese ayudado aun que quisiera.
-¡No… ¡!no mientas Steve! ¡Deja de mentir, basta deja de hacerlo, deja de hacerlo!
En ese momento fue cuando aquel soldado, el gran guerrero de estrellas pudo darse cuenta del daño, Bucky parecía estar desequilibrado mentalmente, pero no por parecer loco, el dolor brotaba de cada poro de su piel, sus ojos gritaban de desespero, las lagrimas escurrían por sus mejillas su rostro estaba sucio… Oh ¿donde habías estado Bucky?
Le lastimaba verlo así, era un hombre tan fuerte, no se imagina que le haría estar de tal manera. Y es que Steve jamás sabría las cosas como tal, ninguna persona con sentido común hubiese querido saber las mierdas a las que fue sometido, nadie. Steve no pudo hacer más que correrse en la banca y colocar su brazo sobre el castaño, este de inmediato se tensó mas no dio señales de alejarse de él.
-Vamos sígueme, necesitas descansar, no te volveré a dejar solo nunca más.
Bucky no respondió, se mantuvo en silencio todo el trayecto, observando curiosamente sus pisadas en el lodo del parque, hacia un largo tiempo que no se detenía a ver el mundo, todo estaba tan distinto que no se sentía correcto juzgar aquel lugar, pareciese un alíen dentro de esta nueva vida, todo era distinto. Al seguir por el camino llegaron a un gran edificio de apariencia vieja, eran departamentos de una fachada color verde añejo con ventanales amplios y de marcos color blanco, era la casa de Steve.
Subieron por unas largas pero estrechas escaleras de madera y recorrieron un amplio pasillo antes de llegar a la puerta, Steve removió sus bolsillos hasta hacer sonar sus llaves, tomo la correcta y abrió la puerta dejando pasar primero al castaño, al entrar el lugar era sencillo pero tenía un toque acogedor, la luz se colaba entre las gruesas cortinas azules y el aire fresco entraba por la ventana junto al tenue sonido de los motores de los autos en la calle. Steve le miraba anhelante, cerró la puerta sin hacer ruido, se acerco al hombre estático frente a el y dándole una suave palmada le habló.
-Puedes quedarte aquí todo lo que quieras, el baño esta dentro de aquella habitación, hay toallas y ropa limpia, puedes comer lo que quieras de la cocina… siéntete en casa.
Bucky comenzó con un pequeño recorrido por la casa, Steve le mostró como usar correctamente las llaves de la ducha, le mostró la cocina, donde dormiría y bueno... allí comenzó el plan de recuperar el viejo lazo roto que tenían ambos.
Y lo demás fue historia, con el tiempo Bucky acepto la cercanía de Steve, confió de nuevo en el, y parecía ser que el tiempo si podía reparar todos aquellos males, convivieron totalmente a gusto uno al lado del otro, los días convirtiéndose en semanas y las semanas en meses. En definitiva aquel frío castaño nunca sería el mismo pero llegó a sentirse aquel antiguo soldado seguidor del Capitán América, incluso había vuelto a reír y sus ojos contenían esa alegría que había sentido perdida, Steve era afortunado, solo en su presencia él reía.
''Así lo descubrimos''
Normalmente ambos se turnaban en quien dormiría en la cama y quien en el sofá, no era nada malo dormir ambos en la misma cama pero aun querían guardar algo de intimidad, al menos por las noches, incluso había días en los que Rogers no regresaba, era asignado a diversas misiones y Bucky constantemente se preguntaba si regresaría bien, le extrañaba al marcharse, jamás lo admitiría pero era un verdadero alivio verlo entrar por esa puerta días después.
Incluso no salía mucho del departamento, solo a la pequeña y pintoresca cafetería a la vuelta de la esquina, una anciana alegre de viejos ojos verdes y cabello blanco solía atenderle de forma peculiar, le tomaba del brazo y lo llevaba a sentar a los banquillos dentro del local, dándole a degustar cada uno de los pastelillos dentro de la vitrina, le daba palmaditas y se disponía a informarle cuan parecido era a su fallecido esposo al ser joven.
Bucky odiaba eso pero no sería mal educado, y a veces se sentía bien charlar con ella, habían vivido casi en la misma época, solo que cuando Bucky era ya un adolescente, ella apenas había sido una niña de no más de seis años, así que se sentaba, cerraba la boca y escuchaba sus historias, muchas de ellas las sabía de memoria ya que incluso el había estado presente, y de la guerra pasaba a la historia de su vida, como había conocido a su marido y todas esas cosas.
Una noche Steve no regreso el día previsto, llevaba tres días fuera y no tenia idea de como comunicarse con el, Bucky estaba malhumorado y algo fastidiado por el largo día, incluso había limpiado la casa, cosa que le disgustaba hacer pero es que simplemente no había nada por hacer allí, y al caer la noche se fue a dormir, su cabeza daba vueltas pero intentaría descansar... si no fuera por el maldito e incomodo sofá, así que se levanto de allí y se fue a dormir a la cama, tomo una de las playeras azules que Steve había usado días antes y se la coloco, el maldito olor de su loción le hacía descansar sin problemas, se abrazo a la almohada y durmió plácidamente.
Por la mañana al abrir sus ojos se encontró que lo que anoche tenia abrazado había sido sustituido por un torso, Steve estaba dormido sobre su pecho, su rubio cabello aun estaba húmedo, quizá había llegado por la madrugada… pero ¡diablos! Rogers estaba durmiendo sobre el, y no quería quitarlo, no podía quitarlo, se veía tan atractivo y dulce de esa manera, incluso con un aire tierno, le recordó tanto al viejo Steve, aquel que no pesaba mas de cuarenta kilos, no estaba incomodo, se sentía malditamente bien, podía sentir el corazón de Steve latir lentamente, su respiración suave y pausada y no pudo evitar pasar su mano por la espalda del rubio.
Bucky no volvió a dormir toda la mañana, se quedo observándole mientras dormía, y cuando Steve por fin se despertó ninguno de los dos pudo ocultar el sonrojo en sus rostros, el corazón les latía fuerte, era una sensación extraña, como si hubieran echo algo malo y el otro les regañase pero no era nada parecido, estaban confundidos, Steve parpadeaba nervioso, se notaba su respiración agitada y sus labios estaban húmedos por su lengua, de pronto le parecía malditamente tentador, no podía contenerse, aquellos suaves ojos azules le llamaban con el alma, le tomo de la nuca y le acerco contra si, y ambos se fundieron en un largo e intimo beso del cual nadie replico.
Al separarse ambos se habían mirado a los ojos, juntado sus frentes y comenzaron a reír frenéticamente, era tan extraño... el beso no le había asqueado, no había sentido ganas de romperle la mandíbula, y los dedos traviesos de Steve le cosquilleaban en el cuello, esta vez nadie le había obligado a besar a la fuerza, esto se sentía bien... se sentía bien poder besar a Steve.
''Nuevos caminos''
Ahora se tomaban de las manos y Steve descansaba entre sus piernas mientras él le leía algún libro, mientras veían alguna película o incluso al solo charlar. desde aquel primer beso las cosas había cambiado, se habían quedado en cama todo el día charlando de tantas cosas viejas que incluso Bucky se sorprendía que el hubiera hecho, relatos que vivió en carne propia y no recordaba... una verdadera lastima.
Y una noche las cosas solas sucedieron, pasaron de besos a mordidas, eran todo caricias y gemidos, hicieron el amor como jamás lo habían echo con alguien… o al menos Steve, algo dentro de él le indico que era correcto, que Bucky era esa persona que te marca para toda la vida y Bucky solo podía gritar internamente de felicidad, hacia tanto tiempo no tocaba a nadie de esa manera, y con él... era mucho mas que especial.
Se fueron despojando lentamente de la ropa hasta quedar desnudos, Steve temblaba de nervios, jamás había estado con una persona y menos con un hombre, eso lo hacía sentir incomodo pero no quería parar. El castaño por su parte sabía lo que hacía, en Hydra no solo le habían obligado a matar personas… pero no quería pensar en eso, esto era distinto, seria dulce con Steve, le haría disfrutar, y el amor que sentía por el espiritualmente se lo transmitiría de una forma carnal y física, le haría todas y cada una de las cosas que había estado pensando por días, no podía esperar para hacerle gemir, oh… esa dulce idea, que Steve gimiera su nombre.
Le recostó sobre la cama, beso sus tobillos, sus muslos y llego a su entre pierna, con su mano derecha comenzó a formar círculos en la punta de su pene erecto, besó la misma y succiono lentamente, los dedos de Steve se encorvaban igual que su espalda, su pecho subía y bajaba ya que su respiración era frenética, la cabeza le daba vueltas, jamás había sentido algo así.
Por indicaciones del castaño giro por completo en la cama dejando s trasero al aire, era algo vergonzoso pero a estas alturas no le importaba nada, necesitaba más. El hombre proporciono un beso en cada uno de los glúteos para después pasar lentamente la lengua entre ellos, llegando a la parte más escondida del soldado americano, las exclamaciones del rubio le indicaban que estaba haciendo un buen trabajo y eso le hacia sonreír.
Ambos estaban malditamente duros, y por dios, quería introducirse dentro de él, pero le lastimaría, Steve era virgen aun, lo conocía como la palma de su mano… su mano derecha claro.
Se retiro un momento y Steve soltó un quejido desesperado, cosa que hizo reír al castaño. –Tranquilo capitán Rogers… aun no termino contigo- y al acabar su frase introdujo lentamente un dedo en él. Steve dio un respingo asustado incluso trato de quitarse, pero Bucky tomo iniciativo y comenzó a dar suaves caricias en la espalda del mismo, su dedo estaba bien lubricado pero le lastimaría, aun que no fuese a propósito lo sabía.
Hizo el mismo ritual con cada dedo hasta llegar a los tres, Steve estaba agotado, su entrepierna dolía, necesitaba aliviarse ahora, pero Bucky sabía hacer s trabajo, el dolor casi se había esfumado y cuando Steve dio la señal de aprobación se introdujo con lentitud en el, estaba jodidamente apretado pero maldición… se sentía tan bien. Los movimientos se hicieron frenéticos, estaban desesperados ambos querían mas y así sucedió.
Ambos culminaron al mismo tiempo, Steve con sus piernas alrededor de la cintura del castaño, con sus manos entrelazadas y entre algún par de lagrimas que el rubio no sabía clasificar si eran de placer, dolor o solamente la emoción del momento, era increíble que tantos sentimientos pudiesen acumularse en su interior, estaba feliz pero quería llorar, le rogó y suplico que no saliera de él, Bucky permaneció en su lugar y solo cuando ambos estuvieron calmados se levanto por una sabana y durmieron uno contra otro, tan juntos que sus pieles parecían fundirse, era la primera vez que Bucky se acostaba con un hombre y no golpeaba la pared de furia.
Espero que lo disfrutaran. Quizá en el siguiente capítulo les de más pistas sobre todo, en especial a lo que me refiero con Buck
