EL CIELO TRAS EL INFIERNO
AUTORÍA:
ALEXXA SUMM
Pareja: Hermione Granger, Severus Snape (Sevmione)
Ambientada en el mundo Harry Potter, con el uso de sus personajes. Inicia tras la última batalla. Solo me pertenece la historia
Género: Romance, Drama, Tragedia.
Categoría: R18+. Alto contenido sexual diverso explícito y situaciones de violencia. Se sugiere discreción al leerlo
En medio del caos tras la victoria, dos personas empiezan a darse cuenta de sus verdaderos sentimientos y partir de eso, no habrá escapatoria a ellos. Su felicidad es estar juntos y esperan lograrlo.
Pero no será sencillo, deberán atravesar duras pruebas para lograr su amor y mantener amistades.
Nada es tan simple como creyeron.
Crímenes, traiciones y venganzas opacaran su felicidad y nuevas relaciones surgirán en tiempos post guerra.
Todos buscaran su felicidad, su propio camino y nadie saldrá ileso. Quienes vencerán y quienes quedaran en el olvido. Deberán ganarse su cielo tras el infierno.
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Hola a todos quienes me siguen en esta mi primera travesía como escritora. Esta historia ha sido reeditada sin cambiar su contenido, solo correcciones de gramática y ajustes necesarios para que la misma participe en los premios Sevmione Long fic de este año 2015.
Así que no teman que no tendrán que releer todos los capítulos.
A los nuevos lectores, espero que la disfruten...
Xoxo.
CAPITULO I. EL FIN DE LA GUERRA
El castillo se encontraba en ruinas y llamas. Las personas corriendo en diferentes direcciones, unas huyendo y otros persiguiendo. Otros ayudando a los heridos y otros trasladando a los muertos. Sí la batalla, y con ella la guerra había finalizado, pero el caos reinante indicaba la mezcla de sentimientos de todos: alegría, dolor, tristeza, euforia, vergüenza y coraje todos entremezclados.
Algunos se encontraban en el gran comedor celebrando con sus ojos que por fin la pesadilla había terminado. El más cruel mago de todos los tiempos había perecido al fin y el miedo y la zozobra de no saber si vivirían el minuto siguiente los había abandonado. Pero el precio a pagar por aquello había sido alto. Muchos habían muerto, muchas familias estaban destrozadas, y pasarían muchos años antes de que las heridas sanaran.
Allí reunidos era duro ver los rostros de aquellos quienes en busca de la libertad y con el coraje de héroes habían cerrado sus ojos para no volverlos a abrir, a su alrededor familiares y amigos lloraban sus pérdidas y lamentaban que no pudieran ver el feliz final. Pero ellos habían dado sus vidas para que el nuevo amanecer estuviera cargado de esperanza para otros. Ahora en el bando ganador todos eran héroes y amigos.
Los profesores del colegio acudían a todos los llamados y eran sobrepasados por las circunstancias, los cuerpos de hombres, mujeres y niños se encontraban extenuados pero nadie daba señales de parar en su misión de atender y confortar a los necesitados, de mostrarse más fuertes de quienes empezaban a decaer imprimiéndoles vitalidad, y la llama de la esperanza en el futuro palpitaba en todos, ya habría tiempo de descansar y habría tiempo de celebrar; porque todos celebraban a pesar de su dolor. Los tiempos ya eran mejores.
Afuera otro grupo ayudaba a los que aún se encontraban heridos y desorientados, en sus caras se reflejaba la alegría. Entre ellos Luna y Neville, aquel a quien le debían la destrucción de la última parte del innombrable.
En el patio reunidos Harry, Ginny, Ron y Hermione hablaban de todo lo ocurrido. Harry les había contado todo lo que vio en el pensadero, todas las claves que lo ayudaron a ganar. Se sentía feliz besando a Ginny, por fin podían estar juntos y nada los iba a separar y Ron estaba pletórico se le había declarado a Hermi en plena guerra y ella lo había aceptado, después de tanto tiempo él la quería.
-Harry no te sientas mal por como trataste a Snape, nadie excepto Dumbledore sabia la verdad de lo que hacía, no tienes nada que reprocharte.
- Sí es verdad, pero lo llame asesino y cobarde, quise destruirlo yo mismo, y el paso cada día cuidando de mí, arriesgando su vida por la promesa de amor hecha a mi madre, quisiera que para cumplirla no hubiese tenido que morir. Es el hombre más condenadamente valiente que he conocido en mi vida
- No te vengas abajo colega lo importante es que venciste. Quien iba a creer que el murciélago era un maldito héroe y además capaz de amar
- NO LO LLAMES ASÍ, EL MURIÓ PARA SALVAR MI TRASERO Y EL DE TODOS
- Harry yo…. Yo…. Lo siento…
-Ronald Wesley como te atreves a decir eso de EL después de todo lo que sabes – lo reprendió Hermione- él era un ser maravilloso como nunca en tu vida pienso que podrás conocer y claro que era capaz de amar y estoy segura que no solo a Lily sino también a Harry y Dumbledore, como puedes ser tan insensible hasta en los peores momentos
-Eres un idiota – lo llamo Ginny- acabamos de pasar por una guerra y tu aun no puedes madurar. Que, ¿todavía te duele todos los puntos que te quito?
- ESTA BIEN, lo siento no me regañen todos
- Harry yo quiero ir a buscar su cuerpo y traerlo, es lo mínimo que podemos hacer, y tú tienes que explicarles con detalle todo lo que sabes, la verdad de lo que paso
- Es cierto Hermi, es hora de entrar, todavía hay mucho por hacer
- Cariño yo voy contigo
-No Ron ve con tu hermana y Harry
-Pero cielo….
-Te dije que no Ronald
-Está bien no te enfades más.
Mientras Hermione regresaba a la casa de los gritos, los otros en el comedor se reunían con los profesores, el nuevo ministro de magia y los integrantes que quedaban de la orden. Harry les explico y les mostro los recuerdos del caído, todos al ver aquello se encontraban asombrados y apesadumbrados, si definitivamente Snape había sido el mejor de todos, tanto sacrificio debía ser recompensado de alguna manera, debía tener todos los honores póstumos y todo el mundo mágico sabría mañana quien era realmente y que gracias a sus esfuerzos y contribución se logró ganar la guerra.
Cerca de la casa de los gritos una joven recordaba a quien fuera su profesor. Ella siempre había creído que él era leal y sincero, valiente y comprometido con la orden; aun en los peores momentos así lo pensaba, no sabía porque o como pero así era.
Esos ojos oscuros que la embelesaban aunque no lo reconociera, esa voz afilada como lo látigo que no la intimidaba tanto, ese caminar tan digno y con perfecto porte que la hipnotizaba, todo ese ser la hacía sentir segura cuando estaba cerca, siempre en control de la situación, siempre seguro de que hacer y de cómo actuar. Sarcástico e irónico, el hombre representaba para ella un misterio y por supuesto, siendo la insufrible sabelotodo que era, lo quería descubrir. Él la intrigaba, era un desafío, y muchas más veces de las que admitiera estaba en su mente y quería ser la persona, no, no la persona, la mujer que pudiera adentrarse en él y descubrir todo lo que había más allá de la fachada del arisco y amargado profesor de pociones. Sí, Hermione Granger ya era una mujer, y eran sus ojos de mujer los que veían al hombre y no al profesor, y desde tiempo atrás.
Parada en la puerta cerro los ojos y respiro preparándose para volver a ver su cuerpo allí sin vida, tomo fuerzas, abrió sus ojos y entro decidida a realizar la tarea que ella misma se había impuesto, pero al llegar al lugar exacto donde lo dejaron, sorpresa, Severus Snape ya no estaba allí.
-Merlín, pero donde está, que ha pasado, quien se lo llevo, cuando a donde, porque. ¿Severus dónde estás?
Pasaron segundos de incomprensión y de espanto. Ella necesitaba volver a verlo y honrar su memoria, y ahora simplemente desapareció.
Cerca del castillo se encontraba un hombre que hacia acopio de las pocas fuerzas que le quedaban para cumplir con su misión de una vez por todas. El veía el desconcierto y el terror que se cernía sobre el colegio, el avance de los mortifagos y la resistencia del otro bando y rezaba internamente para que todo acabara pronto y bien.
Cuando el Lord lo llamo ante su presencia sabía que algo malo ocurriría, ya se había planteado innumerables veces todos los escenarios posibles que pudieran ocurrir y que entorpecerían sus planes, por ello estaba preparado; había realizado diversas pócimas de su autoría capaces, como decía en sus clases, de detener la muerte, por algo y no en vano era considerado uno de los mejores pocionistas del mundo, quizás el mejor, así que no le fue difícil saber lo que requería. Sabia también que solo la maldición asesina podía truncar sus proyectos, pero contaba con la ansiedad desmedida del amo, que ya no era tan frio y calculador, sino desesperado por acabar con su enemigo y demostrar que era el mejor mago del mundo, se creía ya vencedor, y ese pequeño gran error era la carta a su favor, la esperanza de que lograría lo que había planeado.
Después de entregar a Potter sus recuerdos y que el trio se marchara pensándolo muerto, con las ultimas fuerzas que tenía, tomo las pociones elaboradas, porque tenía que vivir solo un poco más para asegurarse que las instrucciones finales fueran entendidas por el hijo de Lily, que realizara todo correctamente y ya después podría descansar. Se levantó y emprendió el camino.
Allí tirado en la tierra recordó los últimos meses vividos, haciendo planes, ayudando a Harry sin que supiera y se alegró de haber logrado el antídoto para el veneno de nagini, porque ya había pensado que podría terminar siendo la distracción de la mascota del Lord. Los planes elaborados habían sido ejecutados de forma muy precisa, y así dado los motivos necesarios para ser la última víctima de Voldemort solo cabía esperar de qué manera lo acabaría. Siempre lo supo, era el mejor espía y sus instintos siempre acertaban.
Esperando escondido vio a Harry adentrarse en solitario al bosque, vio su regreso aparentemente muerto y como todo transcurría con una precisión de reloj
-bien ya ha empezado la última fase del plan, Potter se sacrificó como debía, solo espero viejo loco que haya funcionado
Vio como Harry despertaba se escondía en su capa y la batalla comenzaba otra vez, vio como un joven Griffindor a quien siempre molestaba en sus clases, hacia honor a su casa y era quien acababa con la estúpida serpiente, con el ultimo trozo del alma de Voldemort.
-excelente Lombotton cien puntos para Griffindor- pensó con ironía- ahora si es un verdadero león. Ya está Potter el ultimo Horrocrux ha sido destruido, ahora acaba con ese maldito de una buena vez, cumple la profecía, y hágalo rápido no tengo todo el día para ver como lo hace y morirme.
Sí, porque sus pociones no eran para curarse definitivamente, no sin cuidados, y el no esperaba sobrevivir, solo quería tener la satisfacción de ayudar hasta el final y ver la destrucción del ser que más odiaba, aquel que había acabado con su amor, con Lily. Sabía que nadie lo buscaría después, él era un asesino y un traidor, el peor mortifago después de Voldemort, y muchos hubiesen querido tener el placer de acabarlo.
Desde su posición lanzaba hechizos bien para aturdir, bien para proteger, pero en el fragor de la batalla nadie notaba de donde provenían, salvo a más de una persona, seguía mostrando su lealtad y no se rindió. Vio como los vencidos huían y eran perseguidos y abatidos y escucho el sonido más feliz del mundo, el de la victoria de su lado, de su verdadero bando aunque nadie lo supiera.
-malditos mortifagos espero que los liquiden a todos y se pudran en el infierno con su amo. Lily amor, ya cumplí con mi promesa, tu hijo está a salvo ha vencido, ahora podre descansar.
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Así feliz cerro los ojos y espero a su amiga la muerte.
Una desconsolada Hermione caminaba en dirección al castillo por una ruta diferente a la anterior, pensando que podría hacer para recuperar el cuerpo de Snape, donde buscar, donde estaría. Se lo imagino corrompido, quizás desintegrado por el propio Voldemort, engullido por la serpiente o quizás, algún otro mortifago lo había tomado para burlarse de su final, para enseñarlo a otros como si de un trasto se tratara para después abandonarlo como basura, como un cascaron sin valor. Pensó entrar al bosque perdido, allí se habían reunido, pero ahora era peligroso ir sola; pensó volar en escoba con la esperanza de atisbar algo, pero entonces recordó que otros la esperaban, que ya debían conocer la verdad y que sin duda se unirían a ella para rescatar sus restos mortales.
Recordó lo que en cierta ocasión le dijo su madre "No es realmente importante lo que digamos de las personas una vez que se han ido, lo que vale más es como las tratamos en vida y lo que hicimos por ellas". Era cierto, nunca tuvo la oportunidad real de acercarse a él, de brindarle lo que sabía le hacía falta, amor y cariño, una simple palabra un simple roce, una dulce mirada; y no lo hizo no porque no lo quisiera, sino, porque el arrogante y amargado profesor jamás se lo permitió.
"Bien Severus en vista de que nunca me permitiste acercarme y no pude hacer por ti lo que hubiera deseado, lo hare ahora como último tributo a ti, encontrare tu cuerpo, no será alimento de animales, no se corromperá en cualquier lugar desconocido, no será abono de la tierra sin estar correctamente sepultado como debe y donde debe. No, el gran héroe y mártir de esta guerra recibirá todos los honores que merece y se ganó a pulso, y no recibirás menos que eso"
Y con esos pensamientos siguió su camino, hasta que algo impensable la dejo helada atornillada a la tierra. Un hombre de lacio cabello negro y capa negra se encontraba en el frio suelo de tierra, pero no era la vista de su cuerpo lo que la descoloco, fue la visión de sus manos moviéndose, el vaivén de su pecho que indicaba su respiración, la sonrisa retorcida que se formaba en su rostro y un apenas audible suspiro salido de sus labios, lo que hizo que ella incrédula se preguntara si su deseo de encontrarlo le estaba jugando una mala pasada, porque todo lo que vio y oyó solo indicaban una cosa, Severus Snape seguía vivo.
-Merlín Severus estas vivo, gracias, gracias, Severus abre tus ojos soy Hermione- arrodillada llorando tocaba su rostro y acariciaba su cabello, sentía su pulso y solo pensaba – no has muerto es un milagro
-Severus mírame, soy yo Hermione, Sev….Profesor Snape va a estar bien, resista, soy la insufrible sabelotodo Granger, estoy aquí y lo voy a ayudar
Fue como un golpe en su cerebro, allí estaba el hombre a quien quería conocer profundamente, la intriga que quería descifrar, en solo unos segundos la verdad llego a ella, no era solo su insaciable deseo de saber lo que la impulsaba era algo más y ahora lo sentía.
-Óyeme bien Severus Snape no te vas a morir te vas a reponer, me entiendes, no te vas a morir porque yo no lo voy a permitir.
Dio gracias a su bolsito de cuentas que nunca abandonaba, allí tenía poción de díctamo, bezoares y otras medicinas que necesitaría; por instinto palpo el cuerpo desvencijado y encontró unos frascos –pociones, si deben serlo, deben ser lo que lo salvo- , aplico díctamo en su cuello y vendo la herida con una tira de su propia camisa, reviso los frascos y vio que uno aún tenía algo de contenido, lo abrió y lo obligo a bebérselo –que sea un antídoto y no otra cosa por favor- , luego introdujo un bezoar en su boca, acaricio su rostro viendo como dejaba de estar tan pálido y rápidamente lo traslado al castillo.
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Se habían cerrado sus ojos y lo engullía la negrura, pronto la vida de dolor permanente acabaría y seria reemplazada por paz, la tan ansiada y añorada paz para su espíritu. Había hecho cuanto había podido; arriesgo su vida una y otra vez sin dudar; siguió cada una de la órdenes impartidas por el director sin importar lo truculentas que fueran, sin discutir si condenaban más su alma o ayudaban a pagar sus deudas. Sí, lo había dado todo y ya nada le quedaba salvo esperar el desenlace de su existencia.
"Espero señor director que me esté esperando en un buen lugar para agradecerme mis buenos servicios y no para darme otra maldita orden que me condene, espero que tenga el mejor Whisky de fuego que exista y que al fin este satisfecho conmigo. Lo he querido como un padre a pesar de sus locuras y manías y agradezco que me haya recibido en el peor momento de mi vida. Sinceramente Dumbledore espero que nos volvamos a ver"
"Lily amor espero ya hayas perdonado todo el mal que te cause, que mi sacrificio haya redimido mis pecados; tu amado hijo Harry está vivo a pesar de ser un mocoso intransigente, irrespetuoso de la normas, descuidado y totalmente insolente digno hijo de su padre, lo logre, pude cuidarlo como te lo prometí y ahora podrá seguir sin temor. Te amo Lily, adiós"
Al pensar estas últimas palabras sintió que el final estaba cada vez más cerca, pero sin esperarlo una voz lejana pero nunca olvidada, llego a él…
"Severus querido, has dado tanto de ti por otros, has luchado contra tus demonios sin cesar, te has obligado a realizar tantas promesas en busca de perdón, que ahora es injusto que solo te vayas sin poder disfrutar de la vida que mereces. Tienes que resistir un poco más, ya casi llega a ti, aquella que te mostrara la dulzura y el verdadero amor, ya casi entra en tu vida sin que ahora lo puedas evitar. Cuidaste de mi hijo y lo ayudaste a sobrevivir, ahora te pido un último favor, no te rindas, no te abandones, confía en mí, ya está cerca y serás feliz. Adiós Sev"
"Lily, mi querida Lily eres tú, es tu voz, pero de que hablas, quien es ella, no hay mujer que logre que deje de amarte, no hay nadie que te borre de mí, y yo estoy tan cansado y marcado que solo quiero descansar al fin, solo necesitaba tu perdón y me lo has dado; yo solo sería una carga para cualquiera, con un pasado como el mío como podre tener un futuro. Lily siempre te voy a amar"
"Tonto y obstinado Severus, tan valiente para enfrentar a tus enemigos y tan cobarde para abrir tu corazón; esta vez será diferente, tu pasado solo será lo que te convirtió en el maravilloso hombre que eres ahora, oye su voz Sev, ya está aquí, ella cuidara de ti, sanara tu alma y te salvara de ti mismo, no te resistas déjate guiar por ella y se feliz. No necesitas olvidarme para amarla, solo dejarme ir. Siempre estarás en mi corazón Sev, te quiero…."
Y tras estas palabras otra voz la reemplazo, una apremiante y feliz, asombrada pero dichosa, ¿la de esa mujer?; la oía
"Merlín Severus estas vivo, gracias, gracias, Severus abre tus ojos soy Hermione- sentía que lloraba y que acariciaba su cabello – no has muerto es un milagro"
-¿Quién era, que nombre había dicho?
"Severus mírame, soy yo Hermione, Sev….Profesor Snape va a estar bien, resista, soy la insufrible sabelotodo Granger, estoy aquí y lo voy a ayudar"
"¿Granger?, como que era ella y llamándolo por su nombre, pero como la insufrible preocupándose por él, Lily estás loca, ella no puede ser, ella…."
"Ella en quien tanto has pensado, sí, a veces las fantasías se vuelven realidad Sev, acéptalo, acéptala de una buena vez….. Ya ella llego y yo ya debo partir…."
Sí era cierto, había pensado en Granger más de una vez, la admiraba, era la mejor alumna, la más inteligente, la mejor del trio de amigos quien los había sacado de problemas en más de una ocasión; debía reconocer que también había notado que ya no era una niña, la guerra, los sufrimientos y las penurias, tanto dolor la habían hecho madurar más para su edad, si es que eso era posible ya era muy madura, y su cuerpo también se había transformado, volviéndose adulto, delineándose, sus senos más sobresalientes, su cintura más estrecha y en contra posición sus caderas más anchas y redondeadas, la piel que dejaba ver su ropa se mostraba suave como la de un melocotón, como un melocotón apetecible.
Apetecible y deseable, eso era ahora, una joven mujer que atraía las miradas, lo había notado, como los jóvenes idiotas hormonales y descerebrados alumnos volteaban a verla y perdían la mirada tratando de adivinar que había más allá de la ropa, con el deseo marcado en los ojos y la lujuria en los pensamientos, esos también los había visto.
Pero ella solo tenía ojos para el imbécil de Weasley, quien no la merecía, era mucho inferior a ella, torpe y estúpido. No, ella merecía a un verdadero hombre que supiera entender su mente, que la impulsara en sus metas no que la detuviera, suficientemente sensible para saber cómo acariciar su cuerpo, besar sus labios, despertar sus deseos, llevarla al límite solo con estar en sus pensamientos, hacerle ver el cielo cada vez que la hiciera suya anteponiendo su placer a el de él. Alguien que hiciera surgir el fuego que tenía, porque ella era apasionada, lo había demostrado en todas las empresas que realizaba, y solo necesitaba de ese alguien que encendiera su fuego de mujer. Necesitaba alguien que la hiciera feliz. Y él quería ser ese hombre.
Pero él representaba muchos tabús que irían en contra de cualquier situación intima entre ambos. Era mayor, bastante; su profesor que la había visto crecer y convertirse; un ex mortifago con la reputación totalmente arruinada; tachado de amargado, cínico y sarcástico a quien todos temían pues lo creían capaz de las peores bajezas; y lo peor de todo un hombre con el alma lacerada que sabía sería capaz de brindarle placer y mucho, pero amor; ¿es que un ser mutilado en su interior podía ser capaz de brindar amor, el amor completo puro, incondicional e irrevocable que ella merecía?, de eso no estaba seguro.
"¿Sanar mi alma Lily, es posible regenerar un alma?, las curaciones dejan cicatrices y las mías serian profundas, y a pesar de lo maravillosa que es ella, podría regenerar y no curar, y yo no sería suficiente para ella, más importante, estas segura que podría mirarme y amarme, que yo podría importarle"
Y como si Hermione pudiera oír sus pensamientos, sus preguntas fueron contestadas, una voz que era un juramento digo…
"Óyeme bien Severus Snape no te vas a morir te vas a reponer, me entiendes, no te vas a morir porque yo no lo voy a permitir"
Si él le importaba y eso era un inicio. Se dejó guiar por esa cálida voz para salir de la negrura y el dolor.
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Una joven hechicera llegaba al colegio dando gritos de alerta que hicieron correr a todos los que la esperaban. La imagen del cuerpo que traía los dejo desconcertados; aquel a quien creían muerto aun respiraba y ella gritaba por la atención que el necesitaba. Rápidamente Poppy fue a su lado a examinar al herido se designó a un grupo de aurores como escolta, y toda la comitiva partió a San Mungo. Por supuesto Hermione fue también, no podía separarse de él. Sus amigos y novio se quedaron en el castillo resolviendo detalles para luego reunirse con ella.
Mientras todo esto sucedía, el ministerio difundía un video mágico con imágenes extraídas de los recuerdos de Snape, mostrando al héroe desconocido y todas sus hazañas, demostrando que era el mejor peón de la guerra, que sus acciones como espía ganaron al menos la mitad de esta, y que no era un asesino ni traidor.
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Severus sentía el movimiento mientras ella lo llevaba de regreso, en algunos momentos de mayor conciencia pudo abrir sus ojos y observar el rostro desencajado, preocupado pero al mismo tiempo alegre y anhelante. Escucho su voz que lo alentaba y suaves caricias en su rostro; por instantes tomaba su mano y podía sentir su calidez. En un momento solo dijo –ya llegamos Severus, ya estás en casa y te van a atender-. Si Hogwarts era realmente su hogar y volvía a él. Después de estas palabras solo escucho sus gritos desesperados, toda la calma la había abandonado; gente a su alrededor, manos que lo tocaban, palabras que no entendía, todo muy aprisa; solo entendió cuando dijeron que estaban listo para trasladarlo y la voz de ella diciendo que iría también. Luego sintió la ya conocida sensación de desaparecer y llegar a un lugar diferente donde había cierto caos; pero lo más importante para él, lo que ocupaba su atención era la mano de ella en la suya en todo momento y como se reusaba a separarse.
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En el castillo otras cosas ocurrían, la orden reunida en el despacho esperaba poder hablar con Dumbledore, pero donde antes estaba su retrato ahora solo se veía un marco vacío y nadie tenía explicación para ello, minutos después se oyó al Fénix su canto los invadía y luego una luz roja y un fogonazo los dejos ciegos por segundos. Al poder ver de nuevo frente a sus ojos como una gloriosa visión, estaba ALBUS DUMBLEDORE.
