¿Qué le sucede a Aoshi?
By: Tommy Hiragizawa
Los personajes no son míos, son del gran e inigualable Nobushiro Watsuki.
Nota: este fic, como siempre dedicado a todos los lectores y a mi amiga Okashira Janet, es un regalo atrasado para esta última por su mayoría de edad.
Felicidades!!
Lástima que no pueda estar en Monclova para darte un abrazo del tamaño del mundo. Pero en su lugar, tengo un regalo.
a ver, todos, están preparados?? –
que es la tercera vez que te decimos que si, mujer loca, y que se supone que es esto? Una canción?? Porqué no mejor cantamos el Happy birthday?? Se oye más fashion – un ambiente zorruno nos envuelve.
Tu cállate kitsune, es lo menos que podemos hacer por ella, después de todo, nos ha puesto juntos en un montón de historias a pesar de que Nobushiro nos deja separados hasta en el Ova –
A quien llamas Kitsune, cabeza de pollo?? –
Y tú a quién le dices pollo?? – se lanzaron rallitos por los ojos.
Ya, ya, cálmense chicos, recuerden porqué estamos aquí – un pelirrojo sentía que le bajaba una gota de sudor por la nuca.
Pues en realidad yo no se no que hago aquí, se supone que estaba viajando por el mar con Shura y de repente aparecí aquí –
Lo que pasa es que esta escritora loca se le ocurrió que era buena idea que viniéramos todos a cantarle las mañanitas a Okashira –
Me van a cantar las mañanitas?? – sonrió Misao con los ojos iluminados.
No, a ti no comadreja, a Okashira Janet, la que te a puesto con medio mundo… hasta conmigo, ¿te puedes creer tremenda locura? – la penetró con los ojos Saito
Tu te callas o hago que en un fic Tokio te abandone, nadie insulta a la mejor escritora de la sección de Rurouni Kenshin!! –
Hay una sección que lleva mi nombre?? – saltó apenado Kenshin
Y te hacen hacer de todo con Kaoru, déjame te digo –
Que yo hago que?? – chilló Kaoru
Ya, ya, a ver, pasamos lista antes que todo… - tommy ya está un poco nerviosa, se le está yendo la lengua. – Kaoru Kamiya –
Aquí – tomó del brazo a Kenshin, aún apenada.
Kenshin (Shinta) Himura –
Aquí – me miró con odio por decir su verdadero nombre delante de todos.
Enishi, papito, Yukishiro – dije con ojos en forma de corazón
Cuando quieras – me guiñó un ojo mientras que muy dentro pensaba el porqué de sus palabras y acciones.
Sanosuke Sagara –
Listo!! –
Kitsune –
Que no me digas Kitsune, escritora Hentai!! –
Si , si, como quieras. Yahiko-chan!! –
Que no me digan chan!! –
Shozo –
Aquí –
Como ya me canse de pasar lista déjame los cuento… Saito, bien. Cho, bien. Tsubame, bien. Tae, bien. Los onis, bien. Misao, bien. Aoshi, bien. Hiko-sempai, bien. Los malos desde el infierno, bien. (tenemos conexión satelital) los buenos desde el cielo, bien (a ellos nos dieron permiso de contactarlos gracias a las conexiones que tengo en el coro de la iglesia). En fin, todos…. Ahora si, a cantar se ha dicho bola de flojos… -
ESTAS SOOOON LAS MAÑANIIIIIITAS QUE CANTAAAAABA EL REY DAVID!! HOY POR SEEEEEEER TU CUMPLE AÑOS, TE LAS CANTAMOS A TIIIIIIIII!! DESPERTA AMIGA DESPERTA, MIRA QUE YA AMANECIOOOOOOOOOOO!! YA LOS PAAAAAAAAJARILLOS CANTAN LA LUNA YA SE METIÓOOOOOOOOO!!
Tantan…
Ahora si, mientras dejo que los personajes se queden peleando entre ellos mientras piensan como volver a sus respectivos hogares en el mil-ochocientos-ya-ni-me-acuerdo, yo doy comiendo al fic.
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Cáp. Único.
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Una semana sin dormir…
Una maldita semana sin poder pegar un ojo en toda la noche… consecuencias? Quedarse dormido mientras tenía que estar meditando. Pero, se preguntarán, ¿qué puede tener la mente de un ninja tan entrenado como Aoshi Shinomori tan ocupada y perturbada como para que no pueda dormir por las noches…
Sus matanzas?? No, eso es poco
La muerte de sus compañeros?? Si nadie lo culpaba, porqué iba a seguirse atormentando innecesariamente??
Entonces, ¿Qué?
La respuesta a todas estas preguntas tiene nombre, apellido y un carácter más que explosivo. Misao Makimachi.
¿Qué hacía esa niña con él?
"la señorita Misao ya no es una niña" – recordó las palabras de Kenshin. Y el lo sabía. Ella había dejado de ser su protegida, aquella chiquilla a la que había que seguir a cualquier lugar para evitar que se hiciera daño. Ahora ella era la que procuraba por todos los miembros de su gran familia, la Oniwabanshu. Ya no era la misma pequeña impulsiva y traviesa, había dejado de serlo para convertirse en una mujer hermosa, impulsiva pero responsable de sus actos y de toda la organización. Cada día necesitaba menos de su ayuda y sus entrenamientos. Para esas fechas todos los grupos que quedaban en la clandestinidad respetaban a la nueva Okashira y era fielmente seguida por aquellos onis que quedaban, que con el tiempo iban en aumento.
Hacía tiempo ya desde que se había marchado por última vez de Tokio después de la pelea con Enishi y el tiempo no había pasado en vano para nadie, menos en el cuerpo y mente de la chica de la trenza. Estaba a punto de cumplir los 20 años. El tiempo había sanado heridas y a cada minuto el se sentía mejor consigo mismo y con sus cargas; mientras que ella se volvía poco a poco mas bella. Y el problema era que él ya lo había notado…
Teme decir que mucho antes que los demás.
Y entonces, ¿Cuál era el problema?
El problema era que los onis también se habían dado cuanta de su crecimiento, así como los lideres de los diferentes grupos ocultos de la policía. Habían llegado poco a poco peticiones de mano, nombres desconocidos, pero organizaciones que, si no fueran los onis, todos pensarían que estaban acabadas y aún así serían recordadas aún por unos cuantos que estaban al tanto de sus grandes empresas.
Y seguimos preguntándonos, ¿Cuál es el problema?
Sólo uno más…
Medio Aoiya estaba, en ese justo momento, preparando la boda de Misao y un perfecto desconocido incluso para ella.
Había intentado, muy sutilmente claro, convencer a Okina de que aquello era una locura, pero terminó siendo él el convencido por las palabras del viejo.
ya es su momento – dijo – además fue su decisión – aclaró
Había tratado de sacarle, aún así, el nombre del tipo ese, pero no había servido de nada, seguro que estaba perdiendo sus dotes de persuasión por tanto meditar. Solo había logrado sacarle lo fuerte que era y lo noble de su familia….y a el que le iba importar quien fuera el fulano o que tan noble fueran sus antepasados??... en lo mas mínimo el importaba si era fuerte o no… lo que le importaba era saber quien era, su nombre y todos sus datos personales para borrarlo del mapa lo antes posible.
Desde aquello cada que cierra los ojos en la noche la ve. Ve a Misao sonriendo como solo ella sabe sonreír a un hombre de rostro difuso, ve a un niño llamándola mamá y la ve durmiendo al lado de otro. Cada noche la imagina besándolo de diferente manera, diciéndole palabras de amor tremendamente cariñosas a alguien que no logra distinguir. Por eso no puede dormir.
Y porque se siente un madito deseando ser él el que la toque en la noche de bodas y el que se adueñe de su frágil cuerpo blanquecino teñido de cobre por el sol. Porque el era su tutor, porque le llevaba no se cuantos años, porque ella había pasado mucho tiempo a su lado y en ese entonces no supo apreciarla del todo. Por eso y por mucho más. Pero aún así, ante todas las negaciones que su cabeza formulaba, se dio cuenta, al fin, de la inexplicable verdad que su corazón tenía años gritándole. Amaba a su protegida. No era el amor de un padre a su hijo… no era el amor fraternal de un hermano, o mucho menos el cariño de un amigo… era la pasión contenida y el deseo de protección de un amante celoso…
La quería para él.
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Despertó una vez más gracias al mismo sueño. Había visto con total nitidez a su protegida, a la cual desde hace un tiempo trataba de no llamar así, entregando su cuerpo y su alma a un enmascarado.
La oscuridad de su cuarto le dijo que debían ser apenas las 3 de la madrugada, aún así sabía que no podría volver a dormir. Tenía la imagen, la más fuerte de todas las que había tenido a lo largo de esa última semana, grabada con fuego en la mente, pero trató de no pensar en ella si es que no quería terminar teniendo un arranque de celos, meterse en la habitación de Misao y desflorarla para luego reclamarla como suya…
Salió de su habitación, tratando de distraerse, y desde el pasillo escuchó los sollozos provenientes de la habitación de la Okashira. Se acercó sin prisas y sintiendo una punzada que, a cada paso, se volvía más aguda y dolorosa. Sentía el corazón detenerse con cada jadear de su llanto. Corrió el Shoji con extrema delicadeza y la descubrió llorando, enterrando su rostro entre las manos y arrodillada en el Futón.
no quiero – la escuchó decir en voz alta – no me quiero casar Aoshi-san – levantó la vista para encararlo de lleno, mirando el lugar donde se encontraba, y al verse descubierto no tuvo mas remedio que entrar a la habitación.
Yo no te he visto quejarte - frunció el ceño ante la rudeza con la que sonaron sus propias palabras, queriendo retractarse, pero sin poder hacerlo. Prosiguió – has estado muy sonriente en las pruebas de banquete y de telas –
Una cosa es que lo acepte, otra que lo desee – le aclaró ella – he esperado mucho tiempo… quería una boda perfecta, quería casarme amando a mi marido, no con un perfecto desconocido. Dediqué mi tiempo en madurar y ser perfecta, la mujer perfecta en la que, según mi cabeza disparatada, usted algún día se fijaría, todo por verlo sonreír una vez mas de manera sincera – sonrió con tristeza – pero sabe… le debo mucho a Jiya y el desea que yo me case, que tenga una familia y que de honor a los onis, y que tenga a alguien fuerte que respalde mi posición al frente de la organización y como única cosa que me ha pedido en estos años pienso darle el gusto de llevarme del brazo hasta mi futuro esposo – jadeo – siento que usted no pueda ser el que me entregue… mas que un padre que le entrega una hija a su marido, para mi hubiera significado que mi corazón es libre de todo el amor que siento por usted y que puedo, aunque sea mentira, abrirme el corazón para intentar amar de nuevo… aunque esta vez no tenga opción de elegir –
"Dediqué mi tiempo en madurar y ser perfecta, la mujer perfecta en la que, según mi cabeza disparatada, usted algún día se fijaría"
"Que tenga a alguien fuerte que respalde mi posición al frente de la organización"
Y quería ser él… porque si se había fijado en ella, porque si la amaba como ella decía amarlo, y porque no quería dejarla ir ni permitir que ella amara a otro.
quiero ser yo – las palabras salieron de sus labios sin apenas pensarlas. El era fuerte y la protegería de todo mal a capa y espada, claro está mas espadas que capa, porque no tenía complejo de superman. Ella quería y conocía cada una de sus manías. El era el hombre que ella esperaba y ella era la mujer que el amaba. El era el hombre que debería de estar planeando llevarla al altar y no un sin nombre.
¿Cómo? – la voz de la chica lo sacó de sus reflexiones. La vio con la mirada iluminada y las mejillas rojas ante el posible significado amoroso que ella encontraba en sus anteriores palabras. Sonrió
Tal vez ante el mundo ella era la líder fuerte y reservada de los onis, pero ante él sólo era una mujer hermosa y delicada que siempre lo esperaba con los brazos abiertos, dispuesta da cargar con su dolor y pecados, dispuesta a amarlo sin importarle el pasado o la edad…
Se acercó con paso lento al futón y se arrodilló a su lado. Aunque tuviera que raptarla y casarse con ella sin nadie más que el sacerdote como testigo ella sería su esposa y no de cualquier otro tomó entre sus manos el rostro humedecido de Misao, secando poco a poco las lágrimas que ya habían dejado de correr con los pulgares y al final, susurrando con suavidad.
yo quiero ser ese hombre – acercó el rostro al de ella ante su mirada estupefacta y acarició los labios con su aliento. La vio entrecerrar los ojos rendida a él y al amor que siempre le había profesado – quiero ser tu único hombre – rozó suavemente sus labios con los suyos, tentándola, para después tomar hambriento los labios entreabiertos. Fue correspondido casi de inmediato con el movimiento de los labios de Misao a su compás y las pequeñas manos acariciándole el cabello.
Enloqueció ante su tacto y se atrevió a aventurar su lengua dentro de la boca contraria, comenzando a jugar con la otra en un baile sensual en el que compartían fluidos y aliento, aliento que les faltó a los pocos segundos
La escuchó gemir en protesta por abandonar sus labios y entre eso y la respiración acelerada que salía de sus delicados e hinchados labios femeninos terminó por perder la poca cordura que le quedaba.
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La luz que entraba por la ventana terminó por despertarlo y lo primero que vio al abrir sus ojos fue el cabello negro azulado de la chica que dormía a su lado. Sonrió recordando lo ocurrido la noche anterior, besó la coronilla de la chica entre sus brazos y escapó de su propia y encantadora prisión para poder vestirse.
Se esforzó por no despertarla y hacerle el amor de nueva cuenta cuando la escuchó llamarlo entre sueños. ¿Cómo, dios mío, cómo no se había dado cuenta antes de la perfección de mujer que tenía en sus narices?. Definitivamente eso de meditar mas que ayudarlo le estaba atrofiando el cerebro, y dejándole plano el trasero, si somos sinceros.
Sus sentidos, siempre alertas, detectaron la presencia cercana de unos pasos sigilosos, seguramente se trataría de alguno de los onis que venía a despertar a la chica para sus quehaceres diarios. Escondió su ki lo mejor que pudo y se escondió en el resguardo de las sombras y el biombo que la chica tenía en una esquina después de haber cubierto a Misao con las mantas y acomodar un poco su yukata y su cabello.
Tocaron el shoji con tranquilidad.
Misao…. Misao – era la voz de Okon la que llamaba a su mujer.
Mmmm… déjame dormir… tuve un sueño muy bueno y no quiero dejar de soñar…. – se tapó la chica hasta la cabeza…
Me vale un reverendo cacahuate si tienes sueño o no, levántate, tenemos trabajo –
Pero… - se incorporó un poco y… - ahhh – chilló al notar que le dolía horrores cierto lugar entre sus piernas.
¿pasa algo Misao? – preguntó preocupada la ninja que estaba fuera de la habitación aún.
Esto… yo… - y a contra luz pudo ver la silueta de su "tutor" tras su biombo – estoy estupendamente, solo que me acabo de pegar…. Jajajaja – mintió
Bueno, mas te vale levantarte y bañarte rápido, no tenemos todo el día-
Si, si, mejor ve a ver que haces… ordenes de Okashira –
Jaja. Muy gracioso de tu parte usar tu posición para zanjar temas… te quiero abajo en una hora… -
Si, si, te veo en una hora mamá –
Y escuchó claramente como la chica se iba bufando.
así que… tuviste un sueño muy bueno… - soltó con un tono de burla el ex –okashira cuando sintió que la otra integrante del oniwabanshu ya no los podría escuchar – y yo estaba incluido en ese sueño – salió de su escondite y se acercó al futón donde antes había estado durmiendo con movimientos felinos. La chica se puso más roja que el cabello de Himura, pero consiguió hablar a pesar de su vergüenza.
Claro que si, pero lástima que después de un bello sueño me tenga que doler tanto el resultado – le confesó – ahora no se como voy a ir caminando cuando tenga que ir al restaurante a trabajar… - meneó la cabeza de solo imaginarse… parecía que se convertiría en una "A" gigante andante.
Es normal… es la primera vez que te hago el amor… que te hacen el amor… tu cuerpo se resiente, pero se pasará – se encogió de hombros mientras que Misao, que lo veía con las cejas enarcadas se preguntó si ese hombre que ahora hablaba de sexo y su virginidad como si estuviera pidiendo frutas en el mercado era el mismo que no decía mas de dos palabras hace poco tiempo.
Pues espero que sea rápido… -
Ya te acostumbrarás… la próxima vez ni lo sentirás –
La próxima vez?? – se sonrojó furiosamente.
Eres mi mujer… te quiero conmigo – le acarició la barbilla y después se acercó a su oído, susurrando – vas a estar conmigo en las buenas, en las malas… me llevarás el té como todos los días, entrenaremos juntos, te ayudaré con tus deberes de Okashira, y te tendré el mi cama todas las noches – la ciñó a su cuerpo cuando terminó esto, hablándole roncamente – ya sea para dormir, platicar o para que hagamos el amor – le lamió el lóbulo.
A… Aoshi… tengo que ir a trabajar… -
Te veo por la tarde – se levantó de donde estaba semiacostado y salió de la habitación.
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Cuando llegó caminando al restaurante como si le hubieran dando 1000 patadas entre las piernas tuvo que decirles que se había lastimado mientras estiraba para hacer sus ejercicios de entrenamiento cosa que, al parecer, se tragaron todos sus amigos. Al poco rato pudo disimular un poco el dolor y comenzó a caminar con un poco mas de normalidad. Cabe señalar que se llevó un montón de regaños por todos los errores que cometió en el día, se disculpó diciendo que le dolía mucho el estirón que se había dado, cuando en realidad lo único en lo que estaba pensando todo ese tiempo era en que en un rato mas tendría que ir a llevarle el té a su Señor Aoshi…
Su Aoshi… que bonito se escuchaba aquello. Tanto tiempo amándolo en silencio y ahora que lo tenía con ella se le hacía todo tan irreal. Tan irreal como le había parecido esa mañana el hecho de que había hecho el amor con él. De no haber sido por el dolor que le dio un pinchazo para que volviera a la realidad nunca hubiera creído, aunque el mismo Aoshi se lo hubiera confirmado, que había estado entre sus brazos, que había sido parte de él y que él había estado tocando el punto más hondo de su ser.
Sintió unas ganas de llorar de felicidad. Se sentía completamente dichosa…. Tanto que no recordó que esa misma tarde tenían visitas.
Su prometido llegaba al Aoiya esa noche.
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Se escurrió entre la gente para no tirar el té que su amado Aoshi tanto esperaba, saliendo del restaurante después de que los chicos vieron que esa tarde no tenían tanto trabajo y, viendo la cara de ilusión de la niña a la que tanto tiempo consideraron como un hija revoltosa que se escabullía de casa para ir a buscar a su novio fugado, le dijeron que podía tomarse la tarde libre (obteniendo como recompensa un abrazo efusivo y la visión de una comadrejita saltando de aquí para allá mientras preparaba las cosas para el té)
Mientras caminaba, con paso cada vez mas lento, hacia el templo donde Aoshi solía meditar, se dedicó a pensar que le diría cuando estuvieran otra vez frente a frente… rememorando las palabras que le había dicho esa noche… Cuanto amaba a ese hombre!! Eso si, era más lento que Himura… bueno, esta bien, quizá lo que habían vivido ella y Aoshi fuera completamente diferente a la enternecedora historia de amor que habían vivido sus amigos de Tokio. Ellos se habían conocido siendo ambos mayores y seguramente se habían amado en silencio desde el momento en que se miraron a los ojos. Pero ella y su amado se habían conocido de manera diferente. Prácticamente él la había criado, le había enseñado todo lo que sabía y era él el que había jugado con ella cuando era apenas una chiquilla huérfana. Pero es que ella se enamoró de él desde el primer momento, al principio el amor que sientes por tu héroe favorito de historias bélicas… pero ese amor fue evolucionando hasta convertirse en lo que es hoy… una amor tan puro que aguanto años de desprecios y de tener que tragarse sus sentimientos… un amor que ahora que estaba siendo correspondido le estaba ensanchando el corazón hasta un punto que sentía que tarde o temprano le explotaría.
Corrió el Shoji cuando llegó al templo, no sin antes llamar, y se arrodilló frente a la figura meditante de Aoshi. Después de un rato escuchó, para su sorpresa, lo más hermoso que un día pudo escuchar… la risa ahogada de Aoshi Shinomori. El hombre, al ver la cara desconcertada de la chica comadreja dejó escapar una pequeña carcajada, que poco a poco se fue apagando hasta dejar ante ella otra vez al hombre que conocía y amaba…
que…que fue eso?? – preguntó otra vez con los ojos más que abiertos.
Que fue qué? –
Usted… usted se rió – sintió como si estuviera diciendo la mayor mentira de la historia de la humanidad.
Tiene algo de malo?? Te veías muy linda evitando mi mirada mientras preparabas el té y más cuando me miraste tan sorprendida –
Pe…pero es que usted… yo… nunca lo había visto reír de esa manera… usted se ve muy bien – bajó la cabeza avergonzada.
Misao… creo que a estas alturas podrías dejar de sonrojarte, aunque… - no escuchó otra cosa mas que la respiración del hombre al acercarse hasta que lo tuvo lo suficientemente cerca de ella como para escuchar también su corazón acelerado. – eso te hace aún más perfecta – la voz le salió completamente ronca -
Aoshi – jadeó su nombre casi imperceptiblemente.
Si vuelves a decir de esa manera mi nombre vas a hacer que pierda todo el auto control que tengo – la abrazó y la pegó completamente a él – vas a ser mi perdición Misao – siguió con sus susurros al oído.
Justo cuando estaban lo suficientemente cerca como para que sus alientos acariciaran los labios entreabiertos del otro pudieron escuchar nítidamente el llamado de Omasu que entre gritos desesperados buscaba a la chica.
Misao!! – gritaba una y otra vez.
Y ahora que?! – gruñó desesperada Misao mientras se ponía de pie y se alejaba de los brazos de su protector. Cabe decir que estaba mas que frustrada por no haber conseguido el ansiado beso con su, ahora, amante.
Así que aquí estabas – soltó Omasu mientras abría el shoji y se adentraba en el templo – buenas tardes Señor Aoshi, espero que Misao no esté interrumpiendo su meditación –
En absoluto –
Entonces, ya que te encontré, te recuerdo que en una hora debe de llegar tu prometido, tienes que ir a arreglarte, para que crees que te estamos dando el día libre, para que te pongas a hacer el tonto??- suspiró cansada – anda, que tenemos que ir tu habitación por un lindo Kimono –
Espera… Omasu… - no pudo decir más porque se vio arrastrada contra su voluntad.
Ninguna de las dos se dio cuenta de que la mirada de Aoshi se había encendido y gruñía por lo bajo.
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así que… tú eres Misao?? – soltó el hombre a quien le presentaron bajo el nombre de Takeru Oshitari, tu "prometido". ¿Por donde comenzar? ¿Cómo decirle que ella no pensaba casarse con él? Y mas importante aún ¿cómo seguir controlando esas ganas que tenía de partirle la cara por verla con esa mirada libidinosa y rodearla mas de 3 veces como si fuera un ave carroñera mirando a su futura comida?
Así es, Misao Makimachi, Okashira de los Oniwabanshu –
Y tú serás mi esposa?? – levantó una ceja al ver que ella tenía mas orgullo del que él esperaba – aunque sea eres bonita – se encogió de hombros y dio otra vuelta a su alrededor.
Todos, incluso Okina, que había hablado maravillas del tipo, estaban conteniendo las ganas de partirle la cara y de cancelar el compromiso en ese mismo momento. El ruido del shoji al abrirse detuvo el "escaneo" al que la chica estaba siendo sometida y todas las miradas se centraron en el hombre alto y de mirada fría que entró.
y usted es?? – dijo el visitante alzando una ceja
no sabes que siempre debe presentarse una primero? ¿Quién te enseñó modales, un perro? – se burló con su carácter gélido – aún así, soy Aoshi Shinomori –
así que el gran Aoshi Shinomori, usted es grande aún dentro de otros clanes ninjas, un gusto conocerlo – le extendió la mano pretendiendo hacer las paces. Aoshi le extendió la suya y lo apretó con toda la fuerza que tenía.
Ahhhh!! –
Y ahora que han terminado las presentaciones solo tengo una cosa que decirte escoria – gruñó y lo alzó tomándolo del cuello – tocas un solo cabello de mi mujer y estás muerto – apretó el agarre mientras imaginaba que eran los filos de sus Kodachis rozándole el cuello –no se que te habrán dicho hasta ahora pero la boda se cancela –
Quien te creed que eres...? – pronunció con dificultad y miedo ya que si sabia quien era aquel hombre… un monstruo y genio ninja de los que no aparecen dos veces.
Me creo el ex –okashira de los onis, me creo Aoshi Shinomori, me creo, además del tutor de Misao, su señor, así que vete de aquí de una maldita vez o te las verás con mis Kodachis –
Con solo verse liberado de la presión en el cuello el chico salió corriendo, tratando de huir de la mirada gélida que lo atravesaba, saliendo del lugar sin dar explicaciones y sin importarle que su honor hubiera sido manchado. Aoshi sonrió con autosuficiencia y después encaró a Misao, que le devolvió una sonrisa alegre y enamorada.
algún problema?? – habló para todos los presentes mientras se acercaba a Misao sin importarle si se oponían o no.
Ninguno – corearon todos, felices por su amiga, y en realidad preocupados por sus pescuezos.
Mi Ángel logró que Aoshi se descongelara!! – lloraba a lágrima viva Okina ganándose la mirada congelante de Aoshi.
Vámonos de aquí viejo… - lo tomaron de los hombros Shiro y Kuro para sacarlo de la habitación.
Nooo…. Yo quiero ver el primer beso de mi niña!! – pataleó hasta que los dos chicos, seguidos por las chicas, salieron del lugar.
Con que… primer beso?? – alzó una ceja…
Usted creía que yo iba besando a todos cuantos se me pusieran en frente o que?? Anoche… usted… fue el primero en muchos sentidos… - huyó de su mirada mientras se sonrojaba furiosamente.
Y voy a ser el último… no es bueno desperdiciar todos los preparativos de la boda, o si?? – la abrazó mientras que se acercaba lentamente a sus labios…
Creo que sería un verdadero desperdicio- le siguió el juego para besarlo con ternura… - solo me quiero casar contigo Aoshi – lo tuteo por primera vez en mucho tiempo.
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Aoshi. Traigo tu té – la voz de Misao se escuchó por todo el templo y el hombre contestó sólo con un movimiento de cabeza. La vio sentarse frente a él y preparar con delicadeza su té en medio de la ceremonia tradicional como siempre lo hacía. Tuvo que concentrarse en ver cada uno de sus movimientos para creer al fin que no era una simple visión divina y hermosa.
¿Qué era lo que hacía esa mujer con él?
Conocía perfectamente la respuesta
Lo enloquecía.
Lograba con una sola sonrisa desarmar todas sus defensas y conseguir que el complaciera cualquiera que fuera su capricho. Si sonreía como siempre lo hacía lo mantenía pensando en ella el resto del día, convirtiendo su "meditación" en algo inservible o una simple tortura para su trasero. Si le decía que lo amaba, lograba que él se sintiera el hombre más dichoso y poderoso sobre la tierra. Si lo besaba lo hacía tocar las nubes y si lloraba él era capaz de poner el mundo baca abajo con tal de volver a verla sonreír con esa sonrisa que solo ella era capas de entregarle.
Ella lo sacó de sus pensamientos al entregarle la taza de té y él bebió sin prisas. Al terminar de beber, Misao se dispuso a recoger los utensilios y abandonar el lugar en silencio para dejarlo seguir con su "adorada" meditación. Lástima, él ya no quería meditar. La tomó de la mano y la dejó sentada sobre sus piernas, cosa que le permitió ella sentir las intenciones de Aoshi.
Aoshi, estamos en un templo –
Me importa una mierda donde estemos – lamió el lóbulo y lo mordió lentamente. Se separó de ella para verla a los ojos. La penetró con la mirada mientras que su mano derecha subía por la pierna izquierda de la chica, acariciando el tobillo, recorriendo con la palma abierta hasta su muslo. Su mano bailó por la cara interna de este y rozó levemente su feminidad. Siguió viajando, recorriendo el vientre plana, pasando por el valle de sus pechos, subiendo por el costado de su cuello, tomando su nuca y finalmente atrayendo su rostro para besarla tiernamente.
Aquel recorrido despertó a la fiera dormida en Misao, siendo ella la que comenzara a besarlo con lujuria como respuesta al beso tierno. Lo empujó hacia el suelo del templo al tiempo que abría el aori que usaba para meditar.
si mi marido quiere hacer el amor en un lugar sagrado… por mi no hay problema, nos condenaremos juntos – frotó sus caderas contra las masculinas, haciéndolo soltar un gemido placentero.
Aoshi abrió los ojos encendidos ya con la llama de la pasión, la tomó por la cintura y la dejó bajo su peso. Comenzó a besar su cuello, a masajear sus pechos y a frotar su miembro contra la entrada femenina aún escondida bajo las ropas que usaba para atender el restaurante.
si mi esposa está dispuesta a hacer el amor hasta el cansancio, entonces tu marido tiene ganas de hacerlo hasta sobre la estatua de buda –
Ella soltó una pequeña risilla antes de que nada volviera a salir de ellas aparte de gemidos y el nombre de su esposo.
Aoshi era feliz con su vida. Misao era su mujer, el Aoiya prosperaba, los Onis volvían a estar activos gracias a sus conexiones con el gobierno meiji… no podía pedir nada más… aunque seguir los pasos de Himura no estaría nada mal. Ser padre sería su próxima meta, además, le gustaba el método a seguir para conseguirlo.
Fin
Konichiwa!! Espero que no les molestara el "pequeño" inciso que hice para el regalo de una de mis más grandes amigas, como también espero que disfrutaran este fic. Ya veré si luego hago un epilogo para un lemon. Eso depende de que me diga la excumpleañera.
En fin, amiga, espero que te gustara el fic y que disfrutaras de la sorpresa. Espero tu review con impaciencia.
Atte: tommy
