Twilight pertenece a Stephenie Meyer.
Bella perdió a sus padres en un accidente de tráfico. A cambio ganó una nueva familia. Bella dejó sus caprichos caros y su dura actitud, conservando una repentina timidez. A cambio ganó un nuevo amor. Causa y efecto, le hicieron vivir una vida que ella no podía ni soñar en tener.
Causa y Efecto
-¿Ya llegamos? Mami, ¿ya casi llegamos? –preguntaba la niña de ojos café chocolate desde su lugar en el asiento trasero del auto.
-Ya casi, nena –respondió Reneé desde el asiento de copiloto.
-De acuerdo.
La pequeña Isabella de siete años dejó pasar quince minutos en silencio, pero su curiosidad no la dejó seguir con la fachada de tranquilidad.
-Papi, ¿Ya merito? –decía impaciente.
-Ya casi, princesa –le respondía Charlie divertido, cada vez que la chiquilla se desesperaba.
Isabella se refunfuñó en su asiento. Isabella. Odio mi nombre, pensaba. Ella prefería que la llamaran Bella. No era ningún complejo de vanidad o de superioridad. Era sólo el deseo de un apodo más cálido, producido por una niñita.
Claro que igual la pequeña no debería ser culpada si tenía indicios de altanería o presunción. Sus padres le habían inculcado una conducta fría y dura cuando se trataba de las personas ajenas a la familia. Porque claro, con ella, sus padres eran un amor. La trataban muy bien y se notaba que la querían mucho. La mimaban, hablaban con ella y la comprendían. Pero con las demás personas… No tanto. Podrían ser los mejores padres del mundo, pero tal vez no los mejores jefes o los mejores compañeros.
Tenían la extraña idea de que todo el mundo, excepto su hija y sus padres, eran una especie de raza inferior. Trataban así incluso a sus hermanos, y a los hijos de sus hermanos. A la joven Isabella, ésta actitud no le gustaba ni un poco. Creía que todas las personas debían ser tratadas justamente y con respeto. Pero sus padres siempre la reprendían cuando intentaba ser amable, así que había aprendido a adoptar la conducta fría y dura de sus padres cuando estaba con otras personas en presencia de sus padres. Aún así, intentaba que no se le notara mucho, y cuando tenía oportunidad, es decir cuando sus padres no estaban, pedía disculpas por su actitud y se retiraba.
Bella, como ella soñaba ser llamada, suspiró. Para ella ya había pasado una eternidad, aunque lo cierto es que sólo habían pasado cuarenta minutos. Y todavía faltaban treinta, de la hora con diez minutos que separaba su cálida mansión de la finca de sus abuelos: Erik y Monique Swan, los padres de su padre. Ciertamente ella prefería visitar a sus abuelos maternos, Heath y Erin Dwyer, ya que su enorme casa estaba cerca de la playa.
Vagamente, recordó como era llegar ahí. Era una hora con treinta minutos que valía la pena recorrer. Apenas después de veinte minutos de carretera, podía comenzar a apreciarse cómo los espesos bosques y la abundante vegetación desaparecían, dando lugar a los que parecían interminables arenales y sendas rocosas; y el olor a humedad y el aire frío que se respiraba en Forks, su lugar natal, desaparecía mientras el olor a brisa marina y salada inundaba sus fosas nasales. Después de que todas las señales de playa hacían acto de presencia, la hora restante era pura apreciación.
La recorrían en lo que parecía un santiamén gracias a la lisa carretera, y llegaban al porche de la enorme y antigua casa que se alzaba imponente en uno de los acantilados, donde se leía únicamente un nombre en una enorme placa de plata de aspecto anticuado: Dwyer.
Después de pasar, sus abuelos les daban una cálida bienvenida, abrazaban a su hija y saludaban a su yerno. Su abuelo Heath alzaba en brazos a su querida nieta y la llevaba adentro de la casa. Ahí ya se encontraba una bandeja de galletas recién horneadas listas para ser degustadas por la niña, y una botella del más suculento vodka para los adultos que quisieran un trago. Todo de ensueño, Bella revivía en esa casa las lecciones de piano que había recibido desde los tres años, y deleitaba a todos con magníficas piezas interpretadas en el antiguo piano de su abuelo, compuestas por ella misma. Después del espectáculo, los adultos se quedaban charlando acerca de trivialidades y ella salía a caminar a la playa.
Se adentraba en un pequeño y único bosque junto al mar. Desprendía sus zapatitos de sus pequeños pies y dejaba las calcetas dentro. Subía su vestido a la altura de sus rodillas y comenzaba a andar. Después de diez minutos de caminata llegaba a otra mansión, aunque más pequeña. Si no se tratara de Isabella Swan, normalmente el camino se recorrería en un lapso de cinco minutos, pero dada a la patosidad que atormentaba desde desde pequeña a la niña, no podía caminar muy rápido sin caerse.
Así pues, llegaba a la pequeña y acogedora mansión Black. Le abría una muchacha, de no más de veinte años, que ejercía de ama de llaves en esa casa. Bella le preguntaba si se encontraba Jacob, y la chica casi siempre le respondía algo parecido a un 'Claro. Pasa al living, ahora lo llamo'.
Bella aceptaba la invitación y pasaba. Ahí se ponía a recordar cómo había conocido a Jacob: Un día, en una de sus múltiples visitas al mar, se había caído y raspado la rodilla. Se puso a llorar cuando el agua salada tocó su herida y se levantó con cuidado. Iba caminando débilmente cuando unos brazos la sujetaron por los hombros.
-Oye, ¿estás bien? ¿Qué pasó? ¿Necesitas ayuda? –escuchó preguntar a un niño. Se dio la vuelta para mirarlo y se sonrojó al notar que era bastante guapo. Era moreno, con un pelo negro profundo y ojos igual de negros, y le sonreía con sus perfectos dientes blancos mostrados en una cálida sonrisa. Bella dejó de llorar de inmediato.
-Sí, hmm… Gracias. Estoy bien, lo que pasa es que me he raspado la rodilla. El agua salada me quemó y… bueno, pues m duele un poco –le sonrió tímidamente-. Y… Te agradecería mucho si me ayudaras a llegar hasta mi casa. No es muy lejos de aquí, está sólo a unos minutos.
El chico aceptó llevarla hasta su casa. Se presentaron en el camino y conversaron un poco. Cuando llegaron a la casa de Bella, el guardia en la entrada los observó alarmado.
-¡Señorita Bella! –decía el guardia mientras la alzaba en brazos, dejando a Jacob un poco mareado- ¿Qué ha sucedido?
-No es nada, James –le contestó Bella sonriendo-. Lo que pasa es que salí a dar un paseo a la playa y me caí. Jacob me encontró –le sonrió al chico al pronunciar su nombre y éste se sonrojó débilmente- y le pedí que me trajera aquí.
-Oh. Bueno, muchas gracias, Jacob –James le sonrió al pequeño niño-. Pero ahora debo llevar a Bella adentro para que sus padres vean lo que…
-Espera –dijo la niña un tanto avergonzada-. Podría… ¿Crees que pueda pasar?
-No creo que lo encuentren mal –respondió el guardia-. Vamos.
Así los llevó ante la presencia de sus padres, quienes sorprendentemente en vez de tratar a Jacob como si fuera un ser inferior, le agradecieron por el cuidado con su hija y lo nombraron su protector.
Era en esa parte del relato normalmente en la que Jacob interrumpía sus pensamientos y salían a jugar. Todo era perfecto cuando estaban en esa casa. La amaba.
Pero en esta ocasión, era el turno de ir con sus abuelos paternos. No es que no los amara, pero su enorme finca le parecía a la chica de lo más sombría. Lo único que podía esperar era que fueran los únicos de visita en la casa. No tenía ánimos para encontrarse a "los amigos más cercanos" de sus abuelos: Los Cullen. Esme y Carlisle Cullen eran de lo más amables y todo, pero Emmett, el hijo de éstos… digamos que simplemente era un poco brusco. Siempre que la veía, intentaba despeinarla o molestarla. Y ella solo lo veía con ganas de arrancarle la cabeza.
Lo que pasaba, según le habían dicho, es que Emmett era muy sociable al igual que sus padres, pero no tenía hermanos o amigos con los cuales convivir. Por eso buscaba a alguien de su edad, para verla o verlo como una hermanita o hermanito, dependía el caso. Pero a ella le importaba un cacahuate. A ella no le gustaba que la estuvieran molestando, y él lo hacía. Tal vez si fuera un poco más amable…
No pudo terminar su pensamiento, por un abrupto chillido proveniente de su madre. ¿Pero qué…? Pensó, le dio tiempo a gritar y después todo se volvió negro.
Uyy me inspiré o.ó… ¡Tres historias subidas en un día y una en proceso!... No amé el título de esta en especial, pero bueno…
Lástima que no pueda actualizar las otras .__. … Lo que pasa es que el cargador de mi notebook murió, yya tenía yo caps de casi todas las historias… Y la verdad, me da mucha flojera volver a escribirlos siendo que ya me habían quedado. Mi papá ya se llevó mi PC para que compongan el cargador, ya sólo falta que lo compongan, si no tendré que comprar uno nuevo… También quiero que formateen mi compu pero que me salven los archivos, y que le metan Windows 7… Eso igual está en negociación ;)
Espero les guste esta historia nueva (: Es un poco más dramática a diferencia de las de comedia que he escrito últimamente, so… Ahí ven. Xs, hmm… El summary está medio raro, no? Pero me gustó xD…
¿Les gustó? ¿Lo odiaron? ¿Quieren que lo siga? ¿Felicitaciones? ¿Flores? ¿Tomates? ¿Pierdas? ¿Escobazos? ¿Insultos? ¿Amenazas de muerte? ¿Propuestas de casamiento? (Lo siento, esta última no puedo, estoy con Edward, Erik Night, Gerard Way, Ali_chemiicalera, Rosy-Pooh, Pao y Hayley Williams xD) ¿Propuestas de ideas? ¿Quieren salir en un cap? Déjenmelo todo en un hermoso Review… Son como el alimento del escritor(L'
Xs… Espero lo amen, enserio ^^ Los quiero! See u! ")
-Dani31c
~ Sometimes I cry so hard from pleading, so sick and tired of all the needless beating ~
PD. Del espacio le llegó algo muy especial, y lo atrapó y todos sus secretos el sabrá! Con súper poderes el cambió y ahora es Ben 10!... (8) (ya saben, trauma)
