Disclaimer: Vocaloid y todos sus personajes son propiedad de Yamaha Corporation.
Capítulo I
Los rieles del tren resonaron dentro de la espaciosa cabina. Los pasajeros se mecieron cuando éste comenzó a detenerse, poco a poco, hasta pararse por completo y anunciar la entrada y salida de los viajeros.
—Ya es hora de volver; esto ha ido demasiado lejos. Si emprendemos ahora el regreso, alcanzaremos el último autobús a Osaka. Vamos, Rin, ¿cuánto más piensas continuar este capricho tuyo?—Comentó desdeñoso un muchacho rubio, cuya cabellera se encontraba mayormente cubierta por un beanie azul marino,de unos 14 años de edad, poniéndose de pie. A su lado se hallaba una chica, de cabellos cortos y amarillos con una peculiar moño blanco coronando su cabeza.
—No pensarás que me rendiré tan fácilmente, ¿o sí? Si te atreves a contestar que sí, entenderé que no mereces ser llamado mi "mejor amigo"—repitió leyendo atentamente la guía que sostenía entre sus manos. Su acompañante ennegreció su mirada y apretó los puños.
—Yo no pedí ser tu "mejor amigo"; ni siquiera sé por qué rayos somos "amigos"—replicó con amargura. La otra, lejos de verse ofendida, se puso de pie y le tomó la muñeca.
—No seas tonto, Len. Somos amigos porque sí. Ahora, tenemos que bajarnos aquí si queremos dar con la Academia...—sonrió ampliamente mientras halaba a Len fuera del metro. Éste inició un forcejeo para escaparse del enganche sin lastimar a Rin. Sin embargo, no consiguió soltarse hasta que estuvieron fuera del aparato subterráneo, cuya travesía recién había sido retomada tras un fuerte pitido que anunciaba su partida.
Len, cruzándose de brazos, agachó la mirada para ver a la descabellada muchacha que tenía al lado. Era realmente bajita; siendo él también una persona de corta estatura, le llevaba unos diez centímetros de diferencia. Rin se quedó examinando, con sus curiosos e intensos orbes celestes, la guía turística que había comprado en el momento en que llegó a Tokio. Por suerte, Len apareció antes de que terminase perdiéndose en las calles, llevándola a la conclusión de que su sentido de orientación era fatal y que había terminado estafada por comprar aquella revista sin información adecuada.
—Eres un fastidio, Rin. Tu madre debe estar preocupada, tu abuela también... ¿Cuándo planeas utilizar tu sensatez y volver? Ya te lo dije: la Academia Vocaloid es realmente estricta; no permitirán que veas a Ia con tanta facilidad.
—¿Cómo puedes saberlo sin intentar antes?—reprochó audaz.
—¿No tuviste en cuenta que, desde su partida, los padres de Ia han sido incapaces de verla? O,... ¿Acaso mis tíos han tenido oportunidad de hablar cara a cara con Leon? Solo una vez, desde que se transfirió el año pasado. Esa escuela protege a sus "prodigios" como si cada uno fuese una mina de oro, ¿sabes? No pretendo desanimarte, pero ríndete y busquemos el bus que nos llevará a Osaka.
—Me niego—sentenció Rin con firmeza. Len contuvo el deseo de liberar su frustración e impaciencia. Esa niña no entendía, era demasiado estúpida para comprender la gravedad de la situación—. Iremos hasta la entrada de la Academia, hablaremos con el vigilante y obtendremos una respuesta. Y no aceptaré otra cosa que no sea un: "adelante". Todo saldrá bien, ya verás...
—Luego, no me culpes cuando restriegue en tu cara que yo tenía razón.
—Len, eres tan cruel conmigo...—musitó en un puchero. Él agitó su cabeza a un lado y la ignoró—Siempre siendo tan indiferente con los demás, ¿no podrías mostrar un poco más de confianza?
—¿Confianza en una despistada como tú? Eso equivaldría a un suicidio involuntario—se quejó de vuelta.
—Hm. Llegarás a viejo más rápido que los demás debido a tu fea personalidad.
Subieron los trémulos escalones que conducían a una avenida principal. Con cada cinco pasos, los grados se sacudían por la llegada e ida de los trenes. Rin estuvo a punto de caer hacia atrás si no hubiese sido por los reflejos agudos de Len, que se mantenían alertas para evitar que la cabeza hueca de la chica no resultase herida.
—Oye, Len... Aún no he tenido la oportunidad de preguntártelo, así que lo haré en este momento... Yo quería saber por qué viniste a Tokio. Ayer, cuando te propuse que me acompañaras, te negaste rotundamente y prácticamente me echaste de tu casa diciendo que mi idea era estúpida e incoherente.
—Aún sigo creyendo que esto es estúpido e incoherente, pero no pude rehusar la desesperada súplica de tu abuela pidiendo ayuda. ¡Eres una idiota! Hiciste que todo el vecindario se preocupara por tus absurdos actos—Rin bajó su cabeza y apretó la larga tira de su cartera—. ¿No podías esperar hasta el verano? Ia prometió que pasaría las vacaciones con nosotros. No tenías por qué hacer todo esto de una forma tan impulsiva...
—¡Tú no entiendes! Ia también prometió que vendría cuando empezaran las vacaciones de invierno y se quedaría unos días en Osaka, ¡pero no lo hizo! Luego, nos enteramos que le prohibieron salir por algún "acto vandálico" que su grupo cometió contra un profesor. ¿Y si no les revocan el castigo y no viene en verano?
—¿Por qué estás tan desesperada por verla? No lo comprendo.—Len introdujo las manos en los bolsillos de su chaqueta y le miró de reojo. Rin suspiró.
—Porque cuando Ia decidió matricularse en esta escuela, tuvimos una terrible pelea... Yo solo... Yo no comprendía por qué ponía tanta resistencia a los reclamos y rechazos de su padre, quien no quería que ella viniese hasta Tokio. ¿Cómo iba a saber que a Ia le gustaba Leon y que ésa era su razón para cambiarse? No soy adivina...
—No necesitas ser inteligente para darte cuenta, Rin. Todo el mundo conocía los sentimientos de Ia, hasta el propio Leon lo hacía. Pero nunca quiso decir nada para no presionarla...—La rubia se sobresaltó.
—¿Leon sabía eso? Entonces, ¡¿por qué decidió transferirse cuando la invitación a la Academia apareció en su buzón?! ¿No tenía presente que Ia sufriría mucho con su partida? Eso, eso es muy triste... ¿Acaso no le importaba lo que sintiera Ia?
—Tsk, eres tan melancólica y romántica que molesta. No eres más que un verdadero dolor de cabeza...—Rin frunció su ceño y se mordió los labios.—No entiendes nada porque aún eres una inmadura, tonta.
—¡Me llamas inmadura, pero tenemos la misma edad!—Se defendió ante la injusta posición que planteaba Len. Para ella, él solía comportarse como un creído que se auto proclamaba superior que los demás, que tenía una madurez inexistente.
—¿Y eso qué? La enorme diferencia entre nuestras mentalidades es obvia, ¿no es así? Es como si millones de kilómetros nos separaran. Tú eres una boba, distraída e ingenua. Yo, por mi parte, soy más perspicaz, más atento y más listo que tú. Además, sé reconocer cuándo es momento de dejar una idea estúpida que no lleva a ninguna parte.
—¡No es una idea estúpida!—Repitió ella alzando su voz.— Si tanto te molesta ser mi compañía, entonces vuélvete a Osaka por tu cuenta y déjame ser feliz con mi plan. ¡Ya verás que veré a Ia y a Leon! No importa si estás conmigo o no. No necesito que un mezquino y arrogante como tú me cuide.—Rin realizó una mueca de desprecio, se giró sobre sus talones y comenzó a correr. Len volvió a experimentar un abrasador palpitar de rabia en su pecho. ¡Esa niña era una completa insensata!
—¡BUENA SUERTE ENCONTRANDO LA ACADEMIA POR TU CUENTA!—Gritó cuando ella se detenía ante un semáforo en la próxima esquina. Rin lo observó por encima de su hombro.
—¡Ya verás como no te necesito para encontrar la escuela! I-M-B-É-C-I-L—y, con su entusiasmo encendido por un intenso reto, anduvo rápidamente hasta alejarse lo más pronto posible de él. Sabía que si Len la alcanzaba, sería el fin de su elaborado proyecto. Insultar a Len Kagamine era el peor error que alguien podía cometer.
—Mataré a esa niña—escudriñó Len cerrando su puño. Los transeúntes que discurrían por sus costados le vieron con cierta confunsión—. ¡MÁS TE VALE PREPARARTE, RIN HANAZONO, PORQUE TE ARREPENTIRÁS! TE JURO QUE LO HARÁS—y, con una fuerte patada, destruyó las bases de un puesto de frutas, que terminó desmoronándose en cuestión de segundos. El comerciante se indignó.
—¡Oye, niño! ¿Quién crees que pagará por esto?—Len se volteó con la mirada oscura y un tangible deseo de venganza. El hombre tragó con fuerza.— No sé cuales serán tus problemas con esa chica, pero simplemente no puedo ignorar el hecho de que hiciste que mi puesto se viniera abajo. ¿Cómo piensas reparar esto?
—Anciano, si valora su existencia, déjelo ir...—le aconsejó una muchacha de unos 17 años, de cabellos escarlatas amarrados en una cola alta. Sus ojos color carmín resultaban algo atemorizantes.
Aquella extraña chica lucía un delicado vestido, cuyo corte le llegaba un poco más abajo de la mitad del muslo. Un profundo azabache coloreaba el pecho; las mangas y la falda eran rojas, y una medias altas de rayas blancas y negras escondían la piel pálida de sus piernas. Ella, dulcemente, le sonrió a Len.
—Cul—pronunció éste alarmado.
—¡Señorita! ¿Cómo puedo dejarlo ir sin nada más? ¡Ese chico es un vándalo!—Cul se regresó al individuo malhumorado.
—Envíe la factura de los gastos a la Academia Vocaloid, señor. Nosotros pagaremos por todo los daños motivados por este fanfarrón... Lamentamos los inconvenientes que este estudiante haya originado.
—¿La Academia Vocaloid? Ese niño... ¿Estudia ahí?—Indagó asombrado. Cul contestó con una afirmación.— No se preocupe, no quiero causarles molestias a la Academia, gracias por su tiempo...—susurró vagamente fatigado. La muchacha tomó a Len del hombro.
—Tú vienes conmigo, Len-kun. Es hora de que regreses a casa...
...
Rin se adentró en pacífico parque. Le dolían las piernas por haber recorrido tanto sin descansar. Para ser honestos, tras su separación, pensó que sería mejor desquitar su humor viendo los escaparates de algunas tiendas para ver qué tipo de moda sobresalía en Tokio en aquel momento. Mientras olvidaba el mal rato que Len le hizo aguantar, visitó un centro comercial donde tenían una exposición de muñecas de porcelana. En seguida, recordó la afición de su abuela por coleccionaras y se animó a entrar a la exhibición que ocupaba los tres pisos de una tienda departamental. Al final, había terminado comprando una muñeca también, vestida como una princesa medieval, y todo su dinero se había esfumado en parpadear.
Tomó lugar en un viejo banco de madera, que se encontraba adyacente al camino que atravesaba el parque de lado a lado. Colocó la caja de su nueva adquisición sobre sus piernas y lanzó su cabeza hacia atrás. Tenía hambre y no contaba con el dinero suficiente satisfacer los constantes gruñidos de su estómago. La imagen de Len llamándole estúpida por gastarse su dinero en una "boba muñeca" le arrebató la cordura.
—Ese tonto de Len,... ¿Qué le costaba prestarme su ayuda sin quejarse? No entiendo cuál es su problema. Desde que lo vi esta mañana ha tenido un humor realmente horrendo. Su carácter estaba más susceptible que nunca... Ah.
Un hombre de largos cabellos púrpuras transitaba por aquel lugar al mismo tiempo en que ella discutía consigo misma. Al verla, una extraña sensación de nostalgia lo invadió. Él intentó omitirla mientras continuaba con su travesía hacia su trabajo. Si se atrasaba estaría en problemas. No obstante, cuando pasaba justo al frente de ella, oyó algo que estancó su atención y su prisa.
—Ya verás, Len Kagamine, que conseguiré hacer esto sin tu inútil presencia. ¡Eres un demonio! No puedes ser llamado de otra forma, ah. Pero, ¿quién te necesita? ¡Conseguiré la Academia Vocaloid por mi propia cuenta!
Gackupo se congeló. ¿Había oído bien?
—Disculpa, pequeña...—le llamó con una elegante sutileza. Ella se sonrojó al verse atrapada en tan penosa situación. Mas, al encarar los pasivos ojos zafiro del hombre, se calmó y regresó a la normalidad.
—¿Sí?
—Perdona que escuchara tu conversación tan descaradamente, pero... ¿Estás buscando la Academia Vocaloid? Yo trabajo ahí, si quieres puedo llevarte...—Se ofreció Gackupo con amabilidad. La reacción de Rin explotó en una brillante sonrisa.
—¿En serio? ¡Eso sería fantástico!—Él hincó sus orbes sobre ella y se paró a examinarla unos minutos. Le recordaba a alguien, pero no sabía a quien...—Oh, perdone mis modales. Mi nombre es Rin Hanazono, un placer. Muchas gracias por su compasión, ¡me ha salvado!
—Es un placer, Rin-chan. Mi nombre es Gackupo Kamui—ambos estrecharon sus manos e iniciaron una amena caminata hacia la afamada Academia. Rin se sentía tan dichosa; aquella casualidad le había ahorrado tremendos problemas. Iba dando pequeños brincos con la muñeca en sus manos—. Es raro que las personas no sepan dónde queda la sede de la Academia, puesto que es muy reconocida aquí en Tokio...—apuntó Gackupo pensativo.— ¿Eres de otra ciudad?
—Es cierto, soy de Osaka. Vine con mi mejor amigo, Len, hasta acá. No obstante, él decidió abandonarme a mi suerte... ¡Ese tonto! No es más que un ególatra con una impaciencia masiva. Él dice que jamás conseguirá soportarme por lo despistada que soy... ¿Es malvado, verdad?
—Así que Len ha regresado...—Reflexionó Gackupo. Rin lo miró sorprendida. Había inquietud en su mirada.
—¿Qué sucede?
—Ah, no, no es nada. Estoy un poco cansado, eso es todo...—Rin asintió, entendiendo—. Bueno, a decir verdad, sí suena un poco malvado lo que ese chico, Len-kun, te hizo.
—Sí, el siempre es así. Desde que lo conozco nunca he visto que sea verdaderamente sincero con alguien.
—¿Desde cuándo lo conoces, Rin-chan?—Cuestionó él interesado. Ella levantó su mirada mientras dudaba la respuesta. Aparentaba estar calculando el tiempo que Len y ella llevaban siendo conocidos.
—Desde hace dos años, cuando se cambió a mi escuela. ¡Oh, es cierto! Len siempre se mostraba diferente con Leon; se mostraba mucho más abierto. Supongo que así son las relaciones entre primos,... Aunque no debería quejarme, tampoco. Len ha sido bastante considerado conmigo, pero... ¡su carácter siempre lo arruina todo!
—Parece que Rin-chan quiere mucho a Len-kun, ¿estoy en lo cierto?
—Claro que lo quiero, es el único amigo más íntimo que me queda. Pese a que se comporte como un patán, tengo mucha confianza en él, no sé por qué. Antes, Kamui-san, éramos un grupo de tres. Leon, Ia y yo. ¿Conoces a Leon Kagamine y a Ia Makino? Nosotros somos mejores amigos.
—Sí, los conozco. Leon-kun e Ia-chan cursan tercer año de secundaria. Yo soy su maestro de deportes y defensa personal—Rin se paró inmediatamente. Era la primera vez que oía una cosa como "defensa personal"—. Oh, esa es una materia especial en la Academia Vocaloid, no tienes por qué espantarte. Después de todo, nuestra escuela es ligeramente distinta a las demás...
—Hasta lo que yo sé, solo aceptan genios en esa escuela, ¿no es así?
—Sí, algo así...—Gackupo despertó malos recuerdos en su memoria. Rin, en su deslumbrante alegría, no se percató del estado de ánimo del hombre a su lado.
—También sé que las instalaciones son asombrosas, como si fuese una especie de palacio extranjero o algo así. He oído que el reglamento es estricto e inflexible, pero que la educación es de primera...
—Sabes mucho sobre el tema. Ahora que mencionas a la escuela, Rin-chan, ¿qué asunto pendiente tienes que has venido de visita tan repentinamente con tu amigo Len?
—Yo tengo mucho tiempo que no veo a Ia, y necesito disculparme con ella por haber sido tan desconsiderada con sus sentimientos. También quiero ver a Leon y saber de él. Me preocupa que nos hayamos alejado tanto, siendo que nos conocemos desde niños... Len, al principio, no quería venir. Pero después apareció mágicamente, aunque su intención era detenerme y hacer que regresáramos a casa. Al final, terminamos discutiendo y él se fue.
—Entonces, has venido a ver a tus amigos...
—Len dijo que eso no sucedería, Kamui-san, pero...
—No te preocupes, te ayudaré a que los veas de nuevo. Después de todo, has viajado mucho para poder llegar hasta acá, ¿no es verdad? Haré lo que pueda para que te dejen verlos.
—¡Muchas gracias!
Gackupo se quedó mudo y colocó una expresión dubitativa. Estaba tan absorto en sus cavilaciones que se movía por instinto puro hacia la sede de la Academia. Rin le seguía con cierto temor naciente. Cuando las personas tomaban posturas serias a su lado, sabía que las cosas terminarían mal de alguna forma. Por ello, su conciencia atestó su persona con pensamientos que revelaban su impulsiva manera de proceder. Estaba caminado a la par con un completo extraño hacia un destino incierto. Era cierto que el individuo parecía conocer a Leon y a Ia, pero podría haber acertado al decir algo al azar. Rin tuvo miedo de que su conversación se hubiese tejido por mentiras.
—Bueno, Rin-chan, hemos llegado a la Academia—se detuvieron frente a un alto portón dorado, cuya cumbre en forma de U inversa estaba ceñida por un círculo dorado. En el centro del círculo resaltaba un V cursiva. Rin observó, desde el otro lado de la reja, un infinito mar verde. Habían árboles y arbustos, y un gran camino que se extendía más allá del horizonte.
—¡Es tan grande!—susurró ella. Gackupo le sonrió y le pidió al vigilante que les dejara pasar. Sin embargo, cuando ambos atravesaron la monumental entrada, el centinela paró al maestro y le pidió que hablaran a solas. Rin continuó viendo el gran espacio que la rodeaba. Parecía una especie de paraíso. Apenas se veía un edificio a lo lejos, rodeado de coloridas plantas.
—¡Rin!—Cuando Gackupo se retiraba de la cabina del vigilante, una voz rompió el silencio desde lejos. Ella reconoció la voz. Era Len que, agitado y con las energías desgarradas, corría hacia donde ellos estaban. Gackupo no ocultó su enorme sorpresa al verlo.
—¡Len!—Rin lo recibió en sus brazos cuando él casi se desploma de cansancio. Len notó la presencia del maestro y arrugó su frente. Logró enderezarse.
—Tienes que irte de aquí, Rin—ella lo vio angustiada. Len se encontraba en un estado deplorable—. Profesor, déjela irse, ella no pertenece a esta Academia... Rin no tiene talento para nada—se excusó Len realmente turbado. Rin no entendía qué sucedía. Gackupo el sonrió.
—Ha pasado bastante tiempo, Len. Has crecido mucho...—contestó inmune. Len se frustró más.— Perdóname Len, pero conoces las reglas de la escuela: una vez que se entra, es imposible salir.
Rin se paralizó. De repente sintió un fuerte terror por estar ahí encerrada. Abrazó a Len por uno de sus brazos, y con su voz temblorosa, se atrevió a preguntar:
—Len, ¿qué está pasando?
Quedó algo largo para ser el primer capítulo. En fin, espero que les guste. Es el primer fic que subo a esta cuenta y, la verdad, no sé si quedó muy bien. Espero que sus opiniones me ayuden a mejorar :) Gracias por leer, ¡dejen un review, por favor!
Uni Sawada.
