EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE
Ya escribí hace nada un fic llamado "el mejor amigo de la mujer", en el que homenajeaba a Garrick, el perro de Demelza Carne de la serie Poldark. Creo que ahora toca que lo haga con Darkie, el caballo de Ross. Así que... Este, en particular, quería dedicárselo a mi loca de los equinos, Vane. Espero que te guste.
Summary: Era su representación animal, su medio de transporte y su mejor amigo. Darkie era para Ross lo que Garrick para Demelza. Y por eso entendía lo bien que se llevaban. Regalo para Vane.
Disclaimer: I own nothing. What a pity.
OoOoO
Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero Ross Poldark no está de acuerdo. Ese canalla de cola inquieta y lengua descarada solamente obedece a su Demelza.
Le bebe los vientos como un quinceañero enamorado. Debería estar orgulloso, contento de que tenga un compañero tan leal... pero no puede evitar sentir algo parecido a los celos.
No tiene celos del perro, claro que no. Él es Ross Poldark. Envidia, no obstante, y de forma diferente, la relación que tienen.
Crecieron juntos; Garrick estuvo con ella cuando decidió huir de Illugan, de la casa de su padre, y la acompañó durante todo su camino y su madurez hasta ser hoy la señora de la casa. De niña pobre a dama.
Porque Ross tiene algo similar con otro animal. Su caballo, Darkie. Se ha dado cuenta de que tienen una conexión especial. Esa bestia es de todo menos bestia. Demasiado inteligente para su propio bien, nota sus cambios de humor tan fácilmente y casi con tanta rapidez como lo hace su esposa.
Darkie lo acompaña siempre, al principio por necesidad; no tenía otro medio de transporte. Después, aunque ha podido comprar otro caballo, sigue yendo y viniendo en el mismo. ¿Por qué?
Porque es Darkie. No hay más respuesta que valga.
La primera vez que Demelza se acercó a conocerlo (nada más rescatarla a ella y a su perro en la plaza cuando se ofreció a llevarla de vuelta a casa), retrocedió asustada. Ross podía entender que la altura del equino y su porte le impusieran respeto.
Pero entonces llegó el puñetero perro a juguetear entre las patas de Darkie y a hacerle tonterías, dejándose caer en el suelo y enseñándole la tripa y su caballo, traicionero, lo lamió y hocicó con camaradería, como si se hubieran criado juntos y no hubiera entre ellos distinción de razas.
Decir que tanto Ross como Demelza se quedaron boquiabiertos al ver la escena es decir poco. Después de ver lo bien que parecían llevarse entre ellos, la muchacha se acercó más confiada, con la palma abierta esperando a que la oliera para acariciarlo.
Y desde entonces la adora, como lo hace él. Es decir, Demelza no le lleva manzanas y zanahorias a escondidas (jamás confesará que mima a su caballo porque es su caballo), pero lo cepilla con confianza y monta con él con una comodidad envidiables.
Eso le gusta. Y ha terminado aceptando que también le gusta ver juguetear al perro y al caballo por la ventana de su biblioteca, porque al principio Garrick lloraba por las noches y arañaba la puerta para poder dormir dentro de la casa, junto a Demelza.
Pero ahora que Demelza duerme con él en su dormitorio del piso superior... el perro se va a hacer guardia con Darkie. Y no se oye ni un alma.
Y si está escrito en la Biblia que el lobo vivirá con el cordero, ¿por qué no un perro con un caballo?
A fin de cuentas, son los mejores amigos y las mascotas del matrimonio. Era el destino, no podía ser otra cosa.
