Paper Plane
Bueno, este fanfic esta inspirado en la canción de paper plane de vocaloid, los personajes no son míos y nunca lo serán Q.Q y pertenecen a Himaruya-sama, en fin algunos personajes soy consiente de que me salieron muy OCC pero la historia lo ameritaba (creo), como sea espero les guste es un AU así que a haber que tal y perdonen mis horrores ortográficos.
Canadá = Matthew
Francia = Francis
Guillermo, Manuel e Ivan = Cuba, Chile y Rusia
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Narrado desde el punto de vista de Matthew.
Un día como cualquier otro me encontraba en una habitación de hospital, ¿por qué? Bueno simplemente estaba muy enfermo del corazón, no sabia porque pero desde siempre había sido algo enfermizo. Sin embargo estaba acostumbrado a estar encerrado, desde antes de terminar en el hospital no solía salir con mis amigos o hacer cualquier otra cosa que me "ayudara", a fin de cuentas ¿para que intentar salir si nadie se fija en mí? Bueno salvo mi padre Francis Bonnefoy, realmente es un gran padre le aprecio mucho y le admiro hasta cierto punto, después de todo ¿Quién no admiraría al jefe de policías de Francia? Es una gran persona, me quiere y me cuida mucho; más desde que se divorcio de mi madre dejando que esta se llevara a mi hermano Alfred… Si lo extraño bastante…
A pesar de mi enfermedad yo llevaba una vida normal hasta que mi enfermedad se hizo más notoria sorprendiendo a mis amigos. Termine por dejar la escuela, tanto esfuerzo me estaba matando rápidamente y aunque no tenia muchas ganas de seguir, tenia miedo a morir no quería hacerlo.
El primer día que estuve ahí dentro de esas 4 paredes blancas que me molestaban un poco mis amigos Guillermo, Manuel e Iván fueron a visitarme, sin embargo conforme pasaban los días me sentía muy mal con su presencia, era frustrante verlos ir y venir sabiendo que yo ya no podía hacer eso... o más bien no debía hacerlo para evitar esforzarme más allá de la cuenta, por lo que unos días después de eso simplemente les grite que se marcharan; sin duda había sido un grave error pero me sentía abrumado por la situación que estaba viviendo.
-¿Cómo te encuentras hoy Matty?- me pregunto Jane una de las enfermeras que me atendía.
-Bien gracias- conteste dejando de lado mi diario para poder darle una sonrisa, que si bien no era sincera podría engañarla a ella fácilmente.
-Me alegro- contesto riendo suavemente, hasta cierto punto me recordaba a mi madre -¿Estas feliz de que hoy vera tu padre?- escuche como me preguntaba, ya sabia yo que ella estaba enamorada de mi padre y no dudaba que mi padre le correspondiera, quizás por eso mi mamá le pidió el divorcio.
-Si ya lo extrañaba bastante- nuevamente ahí estaba yo mintiendo, después de todo como extrañar a una persona que te va a ver todos lo días antes de irse a trabajar, realmente en ocasiones llegaba a ser agobiante. Al principio había sido gratificante pero con el tiempo cada visita se fue haciendo dolorosa más al darte cuenta de que en ocasiones tu propio padre te olvidaba por hablar con alguna chica.
Después de que Jane me coloco unos medicamentos a través del suero se marchó dejándome nuevamente solo en aquella blanca y triste habitación. No sé en que momento me dormí, pero al despertar vi como mi padre se hallaba ahí junto a mi cama con una sonrisa amable en su rostro.
-Bonjour mon petit Matthew- acarició mi cabello y se sentó en el borde de la cama dándome una mirada llena de amabilidad y cariño, por alguna razón esa mirada siempre me hacia sentir seguro.
-Bonjour Père- dije intentando darle una sonrisa aunque fuera pequeña pero que fuera sincera.
- Matthew, Jane me comentó que ya te sientes mejor ¿Es cierto?- se le escuchaba en la voz un toque de esperanza. No quería mentirle no a el pero…
-Si, así es papá- ahora si fingí una sonrisa, quería decirle la verdad y sin embargo no podía romperle las ilusiones.
Estuvimos un rato más ahí hablando de cosas que sinceramente no recuerdo y él… bueno él después de eso se levantó, se despidió de mi y se marchó a su trabajo prometiendo que al día siguiente regresaría, siempre la misma rutina…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Así pasaron los días pasaban haciendo exactamente lo mismo de siempre, quería algo diferente, quería que mi vida cambiara pero por alguna razón todo se veía tan lejano… sueños, metas, deseos…todo y era en esos momentos cuando comenzaba a deprimirme y mi cuerpo lo resentía… pero ya estaba arto de es así que luego de pensármelo mucho me levanté de mi cama quitando de mi cuerpo todas esas cosas que unían mi cuerpo a una tonta maquina. Me quite la bata de hospital y me coloque mi ropa.
Salí del lugar sin mucho problema, la seguridad era malísima y bueno estaba el hecho de que nadie se daba cuenta de mi existencia; al fin agradecía que eso sirviera para algo.
Caminé por ahí con una sonrisa sincera en el rostro, luego de mucho tiempo en el hospital por fin había logrado salir y respirar el aire de la ciudad, llevaba conmigo mi diario mas que nada para dibujar lo que observaba, sin fijarme mucho a donde iba solo me interesaba memorizar todo eso. Llegué a un lugar que sin duda conocía no solo por mis vagos recuerdos de hace un par de años, si no también por los relatos de mi padre.
Mire a todos lados y luego de pensar todo lo que podía suceder decidí acercarme, a fin de cuentas… ¿Qué podría pasarme? Tal como dije me acerque y luego de unos segundos estuve justo frente a la prisión de Francia, no había nadie ahí afuera así que me dedique a rodearla, de esa manera llegue frente a una especie de patio rodeado únicamente de malla de metal la cual por lo visto tenia electricidad.
Seguí caminando hasta que vi a un chico que se encontraba sentado cerca de la reja, como queriendo sentirse cerca del exterior o al menos esa impresión me daba pues solo veía la reja y bajaba la mirada.
El chico era algo diferente al menos a las personas que yo conocía, él tenía la piel morena y al parecer era un poco mas alto que yo, además de que poseía unos asombrosos ojos cafés claro, pero algo me decía que emocionalmente eramos muy similares.
Me acerqué un poco con cierto cuidado, la verdad no estaba seguro de lo que estaba haciendo pero mi cuerpo no reaccionaba. Al quedar a unos dos metros mas o menos arranque una hoja de mi diario y escribí algo pequeño sin saber una razón exacta para hacer eso.
Bonjour,
No sé cual sea la razón pero me causas curiosidad, supongo que no eres frances asi que ¡Hola!, me eh dado cuenta de que miras mucho al exterior pero no dejo de preguntarme ¿Quién eres? ¿Cómo llegaste ahí? aunque seguramente no me lo diras, no me sorprendería... pero en fin, mi nombre es Matthew.
Luego de que termine de escribir eso comencé a doblar la hojita como si fuera un avión, lanzandolo casi de inmediato para que pasara la reja, sorprendentemente lo logré y el avioncito cayó exactamente frente al chico y por la cara que pudo puedo decir que estaba bastante sorprendido de que alguien de afuera le hablara, despues de todo ¿Quién le hablaría a un prisionero?.
Observe fijamente como el chico miraba al frente para encontrar de donde había salido el pequeño avioncito, al sentir su mirada no pude evitarlo y sin dudarlo le dí una sonrisa, pero no fue una sonrisa cualquiera más bien fue una sonrisa que demostraba sin duda mi alegría... hace mucho tiempo que no sonreía con tanta facilidad y sinceridad.
Continuara...
