Bien, decidí hacer este fanfic para rendirle tributo al anti-husbando menos querido de todo el fandom y a su tripulación: Barbanegra. Son una serie de one shots de diversos géneros (comedia, drama, etc.) y no son precisamente lineales.
Que disfruten este fanfic.
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Apuestas
Gild Tesoro se deleitaba mientras veía por las cámaras de seguridad a Marshall D. Teach, alias Barbanegra, apostar cientos y cientos de berries en sus juegos de azar. Ronda tras ronda tras ronda, sin importar si ganaba o perdía, seguía apostando. Obviamente iba a seguir con sus apuestas, pues era un hombre muy poderoso y por ende rico, e incluso de no serlo bastaba con una palmada de su mano para hundir su isla en caso de que perdiera. Gild pensó por un rato. ¿Valdría la pena estafar a un Emperador Pirata? La recompensa que daban por Teach era millonaria y si bien dinero no le faltaba recibirla no le caería mal. Después de todo ya había estafado a los Sombreros de Paja y estaba a punto de ejecutar a Ronrona Zoro. ¿Qué tan difícil podía ser escalar las cosas y atrapar al mismísimo Barbanegra? Tenía que meditarlo, pues por un lado Teach era un monstruo difícil de vencer y difícilmente sus capitanes se lo iban a perdonar, pero por otro Teach parecía un hombre crédulo, por lo que estafarlo no parecía mala idea.
Tesoro sonrió discretamente al ver como Teach volvía a apostar cien mil berries en la ruleta, confiado en que la fortuna estaba de su lado. Volteó a ver otro lado de su monitor y pudo contemplar a Catarina Devon, la capitana del sexto barco de Barabnegra quien se encontraba en uno de su tiendas de ropa probándose uno y otro vestido, comprándolos compulsivamente y pidiendo descuento a la empleada de la tienda, quien aterrada por la reputación de Devon e intimidada por su estatura le hacia valido cada uno de sus caprichos.
Gild frunció el seño, Devon a parte de malvada, era una mujer físicamente repulsiva, su presencia contrastaba la perfección de las demás mujeres del lugar y a sus edecanes, arruinando la apariencia de belleza perfecta de su negocio. Aunque tenía que admitir que la pirata tenía una figura envidiable, cintura pequeña, nalgas redondas y un gigantesco pero exquisito busto. Pensó que si ella tan solo hubiera tenido las mismas facciones femeninas de Stella y buen corte de cabello su belleza dejaría en ridículo incluso a Boa Hancock. Y mientras pensaba en Stella vio algo inaudito en la pantalla que mostraba a Devon. ¡Su ropa había desaparecido! Obviamente la gente dentro de la tienda huyo aterrada, salvo por un par de pervertidos de muy mal gusto determinados a ver la intimidad de la pirata, cuya cara mostraba una expresión de confusión y vergüenza. Tesoro gritó, el cuerpo de Devon era escultural pero su rostro lo arruinaba todo. Tesoro temió la violenta reacción que pudiera tener Devon ante esa humillación, sin embargo ella contrario a lo que se esperaría mantuvo su compostura y se puso uno de los conjuntos de ropa que había comprado anteriormente, tras lo cual soltó una carcajada y se largó sin pagar un centavo. Gild Tesoro suspiró, contento de que aquel altercado no hubiera acabado en una masacre.
Gild volvió a ver el monitor donde estaba Teach y la ruleta, sin embargo, Teach había desaparecido. Tesoro comenzó a buscar confundido a Teach por las cámaras, pero no vio rastros de nada, ni siquiera de su nave. Tampoco pudo ver a Devon, sintiéndose enojado con el escandalo publico que había hecho. Sin embargo eligió no concentrarse más en el asunto, después de todo estaba a muy pocas horas de la ejecución de uno de los Sombreros de Paja, no podía dejar que aquel hipotético plan de estafar a Teach le arruinara la noche.
Mientras tanto, en un barco invisible Teach, Devo y Shiliew conversaban respecto a su estadía en aquella isla de entretenimiento. El cuerpo de Absablom también los acompañaba, siendo limpiado por Devon, quien quería añadirlo a su colección de taxidermia humana, para dar variedad a tantos cuerpos femeninos que allí colgaban.
- No pensé que fueras a tardar tan poco en posesionarte de la Suke Suke no mi, me imaginé que tendríamos que esperar más tiempo.- dijo Teach mientras comía uno de sus pays de cereza.
- Ese periodista era un idiota. Todo lo que tuve que hacer fue afirmar que yo estaba disponible para una entrevista y el estúpido vino a mi sin dudarlo. Era un tipo realmente patético. – contestó Shiryu.
- ¿Era necesario desaparecer mi ropa como método distractor?- preguntó Devon quien seguía enojada con Shiliew y su ¨broma¨.
- Bueno, Shiliew y yo hicimos una apuesta. –contestó Teach sonriendo- Si estabas depilada yo ganaba 1000 berris y sino Shiliew era quien se los quedaría. Afortunadamente pude ganar los 1000 berris de Shiliew. ¡Zehahaha!
Devon pese a no sentirse de todo satisfecha con la explicación sonrió al ver como se avergonzaba Shiliew ante su derrota y le entregaba un fajo de berris a su almirante. El muy imbécil merecía perder por pervertido.
