Uh… lo había escrito hace tiempo… pero hoy quería compartirlo con ustedes…

"Una noche de invierno para amantes"

Una Notte Di Inverno Per Amanti

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En una noche de puro invierno donde la nieve caía del cielo nocturno cubriendo todo con una ligera manta blanca, un pelinegro, con la agilidad que poseía, entró sigilosamente a un cuarto.

El muchacho observó la cama que yacía en el medio del cuarto, algo modesto y no muy ostentoso, se acercó con lentos pasos hacia aquel mueble y ahí estaba ella. Quien, aún mientras dormía, mantenía sus ojos cubiertos al igual que su cuerpo abrazado por mantas. La siguió observando… su delicado contorno del rostro, sus mejillas con esas marcas tan propias de ella que daban a parar casi en sus labios entreabiertos… esos labios carnosos, a pesar de que la chica sea algo pálida y de que sus labios no tengan mucho color, a él le llamaban sobremanera la atención.

Se acercó a ella lentamente, su rostro ya estaba a pocos centímetros del de ella, podía sentir su delicado aliento rozándole los labios, los observó una vez más y, con viva ansiedad, suavemente los rozó, luego, como si se hubiera vuelto adicto a ese casto roce, lo hizo una vez más y sin poder contenerse, la besó con algo más de fuerza, pudiendo aumentar más ese extraño cosquilleo que sentía en el vientre.

La peliazul que estaba acostada, durmiendo, sintió una presión en sus labios y abrió súbitamente sus ojos y observó a Fon a través de su gorro para dormir. Intentó separarse de él.

El muchacho sintió a la chica moverse e intentando zafarse de él— ¡¿Qué crees que…?—Viper le estaba reclamando con un grave susurro para no levantar a los demás futuros arcobaleno. Fon reclamó otra vez esos labios a los cuales ya no podía dejar, mientras se posesionaba encima de ella.

Viper no lo podía creer… ¡¿Qué creía que estaba haciendo? Intentó quitarlo de encima empujándolo con sus brazos pero, solo estaba provocando el efecto contrario, él la aprisionaba aún más contra la cama.

Fon, con una mano, apresó las de ella sobre su cabeza. La falta de oxígeno no le permitía continuar con el beso, y al retirar pocos centímetros su rostro, observó los labios de su compañera que ahora estaban pintados de un fuerte rosa… poco después empezó con su delgado cuello.

— ¿Q-Que…?—no puedo evitar que su voz saliera algo entrecortada por esa sensación de besos en su cuello y aquella mano del joven que recorría su cintura, después esa mano comenzó a ascender lentamente y, por encima de la tela, oprimió uno de los senos de la peliazul— mm…—abrió sus ojos de par en par, soltó un leve gemido.

Fon al escuchar el gemido de Viper, lo animó, siguiendo con la "actividad" en la que estaba y cuando quería poseer de nuevo esos pequeños labios, ella le volteó la cabeza— Fon… suéltame… no entiendo por qué haces esto…—la voz de Viper estaba algo agitada pero manteniendo aún el tono neutral.

Fon la miró a los ojos que él no podía ver— por que… quiero que seas mía…—le respondió con su calmada voz que ahora tenía un tono grave y también algo agitado, una vez dicho esto, la besó de nuevo con más pasión.

No sabía desde cuando ella había llamado su atención, no sabía cuando empezó a mirarla y a seguirla a casi a todas partes peor que un maniático secuestrador, ni cuando ella empezó a tener tanto espacio en su mente que solo pensaba en ella día y noche, ni cuando había empezado a tener esa especie de sueños en los cuales estaban involucrados los dos y mucho menos sabía cuando había perdido su uso de la razón, había entrado a su cuarto en un estado de desesperación y empezó a arremeter contra ella. ¿Tan grande era su deseo por tenerla así, en sus brazos, aparentemente indefensa, llenando con besos y caricias ese pequeño cuerpo que anhelaba con vehemencia con la poca experiencia que ha tenido? Y es que en su vida muchas veces mujeres hermosas se le habían insinuado sin pudor alguno pero, el siempre las rechazaba por que no veía la necesidad de una relación de ese tipo, aparte de que tampoco sentía algo en especial por alguna por ellas…

Pero, el día en que la vio, cuando los habían reunido a los 7 para formar parte de arcobaleno, con esa capucha negra que no dejaba ver sus ojos, sus marcas en las mejillas, su forma de sentarse y ese aire que irradiaba algo de misterio y que ayudaban a acrecentarlo sus vestimentas… lo habían capturado, sin darse cuenta, por completo.

Ahora el joven repartía besos por su cuello nuevamente bajando un poco más hacia sus hombros.

— Fon…—dijo en un susurro la peliazul ¡¿En qué estaba pensando? ¡Primero el venía e invadía su propiedad! Sin haberle pagado para que entrara y encima ¡Se estaba aprovechando de ella!— ¡Suéltame o sino pagarás por…!—el chico besó nuevamente sus labios ya rojos por la presión anterior pero ahora su lengua le estaba recorriendo… una nueva sensación en su vientre se estaba presentando… el muchacho se separó de ella y la miró con deseo, ahora, bajaba suavemente su camisón. Ya estaba pasando la raya, Viper forcejeó aún más.

El pelinegro se acercó a su oído y le susurró— Se mía…—su cálido aliento le rozó, haciéndola estremecer. Él volteó nuevamente para saber su respuesta.

Viper, a pesar de que su gorro le tapaba sus ojos, estaban abiertos en demasía, denotando sorpresa al igual que su boca entreabierta. Esa frase… había provocado algo… ella siempre era buena descifrando miradas, saber a través de ellas las intenciones del otro y sabía que la mirada de Fon no solo transmitía ese deseo sino algo más escondido solo que… no sabía que era o no quería saber… Viper se había quedado petrificada de la impresión y por ese errante latir de su corazón al momento de escucharlo. No le respondía…

Un silencio incómodo se empezó a formar y Fon, perdiendo confianza, sus cejas de curvaron en una expresión de miedo y confusión. Se retiró de encima de ella, con sus dedos tocó el puente de su nariz arrugando un poco el seño mientras cerraba sus ojos, pensando en lo que había hecho, camino con desaire hacia la ventana y, abriéndola, desapareció entre la nieve y la oscuridad de la noche dejando a la muchacha de cabellos azules recostada en su cama confundida, sin saber que es lo que le estaba pasando.

Habían pasado 3 días después de eso. Los dos se comportaban extraño, lo suficiente para que Lal, Luce y Reborn sospecharan algo, pero como ellos respetaban los asuntos de los demás, prefirieron no meterse en terreno ajeno.

Fon a veces quería acercarse a ella pero, luego termina evitándola… y Viper cada vez que lo veía literalmente huía corriendo de él o se inventaba alguna excusa y salía inmediatamente del cuarto en donde se encontraban.

¿Qué me está pasando?...

Una peliazul se encontraba en su cuarto color índigo, se aseguró de que no hubiera nadie espiándola por ahí. Cerró con seguro la puerta y la única pequeña ventana que tenía junto con las cortinas y, preparada para realizar una ilusión en cualquier momento, se quitó su capucha.

Se acercó al pequeño mueble con espejo que se encontraba enfrente de la cama y vio sus ojos, los cuales no había visto hace mucho tiempo… tenía ojeras y eso no era de extrañarse… después de ese suceso de hace 3 días, no había podido dormir bien, es más, sus pensamientos la asaltaban en la noche quitándole el sueño por completo.

Tocó una vez más su rostro y se volvió a colocar su capucha, se dirigió a su cama y se botó a ella quedando boca arriba.

¿Qué me está pasando?... se volvió a preguntar ella misma pero en un suave susurro lleno de frustración… esos días había estado huyendo de él, como quien viera un fantasma… pero ella no creía en ellos por lo que no debería temerle a nada ni a nadie.

Se mía… esas dos únicas palabras habían quedado impresas en su cabeza y no la dejaban en paz, está bien, el le había dicho eso y ¿Qué? A lo mejor fue por que había tomado mucho o… simplemente necesitaba a alguien… esa última idea la hizo fruncir el seño— maldito bastardo—volvió a susurrar agriamente, no es que… Esperen un momento… ¿Cómo rayos él sabía que ella era mujer? Tal vez el era… no, pero el había dicho mía, para mujer, es decir, estaba consciente de su género pero… ¿Eso era una declaración?

Por que… quiero que seas mía… esa frase… o ¿Estaba jugando con ella? No, Fon, con lo poco que lo conocía, no era alguien que jugaba con los sentimientos de los demás… entonces él…

— Demonios—soltó repentinamente para luego botar un pesado suspiro… todo lo que le estaba pasando ahora, era la culpa de él— Bastardo…

— A… a… ¡Achu!—tenía la mano cubriendo su boca y su nariz.

— Heh… alguien está hablando de ti…—Fon levantó su cabeza y se encontró con Lal— ayúdame, se acaba de caer un pedazo de techo de la cocina y Luce no puede cocinar, casi le cae una teja en la cabeza…—desvió su mirada a un lado queriendo aguantar la risa.

— Claro, ya voy—Fon dejó su té en la mesita de la sala y siguió a Lal luego de una parada para coger la escalera.

Viper iba camino a la cocina, moría de sed. Encontró a Luce sentada en el sofá de la sala—…

— ¡Ah! ¡Viper! ¿Vas a la cocina? Cuidado con las piedras, se acaba de caer el techo…—Luce sonrió nerviosamente.

— Mm…—Viper se dirigió nuevamente a la cocina.

Pásalas más rápido, hace mucho frío, parece que va a nevar ya mismo

Sí, ya voy…—Esa voz…—si quieres, puedes retirarte después, puedo hacerlo solo

Ni hablar, yo te puedo ayudar…

Viper se asomó a la puerta de la cocina y encontró a la causa de todos sus "malestares" subido a una escalera mientras le pasaba a Lal, quien estaba subida al techo, unas tablas por el gran orificio.

Una gota de nieve derretida que resbalaba en el techo, dio a parar en el rostro de Fon, este ante el cosquilleo y por la mala postura, se le resbaló un pie.

— Idiota… ten más cuidado…—Dijo Lal con voz forzada por alcanzar a sostener a Fon de la camisa para que no se cayera.

— Mm… lo siento, g-gracias… hehe—Fon rió nerviosamente y agarrándose de la orilla del gran hueco en el techo, se volvió a apoyar en la escalera.

— Huh, tienes tierra en tu cabeza—Lal, descuidadamente, le pasó una mano por sus cabellos, sacudiéndole algo de tierra.

— Uh… si…—se separó de ella y alcanzó una tabla— ahí te va una—avisó suavemente.

¡Hmp! Viper se retiró. Se le había quitado la sed.

— ¿Eh?—Fon vio una capa negra moverse cerca del marco de la puerta Ella… su semblante cambió.

— ¡Hey! ¡Fon! Más ta…—Lal observó la expresión de preocupación que tenía el pelinegro— ¿Qué te pasa?

— Ah… no, na…—Lal frunció el seño.

— Si, si, si… como sea—Lal no quería meterse en asuntos ajenos, por más que sospechara algo…

Viper salió de la cocina con muy mala aura— ¿Viper? ¿Qué pasa?—preguntó preocupada Luce sin saber por que a la peliazul la sentía tan enojada ya que no podía ver la expresión en sus ojos… aunque ni ella misma sabía por qué se sentía de esa forma…

— Voy a dar un paseo—dijo con voz gruesa y que decía al mismo tiempo "Quien osa interrumpirme lo voy mandar al mismísimo infierno"… Luce decidió no preguntar mas solo diciéndole levemente que llevara un abrigo. Viper salió de la cabaña y cerró, con la poca calma que le quedaba, la puerta, no quería preocupaciones innecesarias de parte de Luce por un mal portazo o su visible mal genio.

Un frío le recorrió de pies a cabeza… que tonta… no hubiera ido al bosque… además de que estaba cubierto de la blanca nieve de la noche anterior y de que hacía algo de frío… ella no era de la "Naturaleza" pero era mejor a quedarse ahí, viendo… ¡No! Viper, si no te conociera diría que estás celosa… se reclamó mentalmente la peliazul— ¡Hmp! Sí, como si fuera posible—expresó en tono muy bajo con notable sarcasmo.

Caminó unos pasos más hasta un terreno llano en medio del bosque también cubierto por la nieve. Agradable…

De repente, sintió una presencia— Sal de ahí ¿Qué quieres?

¡Rayos!—se escucharon un par de maldiciones más, de repente, se movieron los arbustos dando paso a un alto chico de cabellos rubios y de ojos azules con vestimenta militar y con una bandana del mismo estilo con el número 1— Hola ¡Kora!

Viper alzó una ceja y luego frunció levemente el seño bajo su capucha— Si vienes a cobrarme, olvídalo, no te voy a dar nada.

— Uh…—al rubio le salió una gota de sudor en la nuca— no, yo no vine por eso ¡Kora!

— Entonces, adiós—le dio la espalda al chico y empezó a desvanecerse.

— ¡No! ¡Espera! ¡Kora!—el chico le cogió de la muñeca rápidamente antes de desaparecer por completo— Necesito un favor… kora—desvió la mirada al piso, como si pedir un favor fuera un gran golpe a su orgullo.

— Depende, ¿Cuánto me vas a pagar?—preguntó Viper reapareciendo todo su cuerpo.

El joven dio una sonrisa nerviosa— Uh… cuando tenga… ¿Te pago?—dijo con inseguridad.

— No estoy interesada si no me vas a pagar…—Viper iba a volver a desaparecer.

— ¡Está bien! Está bien… te pago, Kora—dijo mientras apretaba un poco más la muñeca de Viper para que no se escapara. Definitivamente, se topó con la persona equivocada— ¿Me puedes dar comida? Veras, alimentarse de plantas y de esas asquerosas frutas silvestres, no es nada bueno ¡Kora!

— Nh…Ya vuelvo…—Viper se deshizo del agarre del chico desconocido y fue caminando a paso lento hacia la cabaña

Viper entró de nuevo al establecimiento de madera y antes de ingresar a la cocina, detuvo su caminar… que pase lo que tenga que pasar, además ¿Qué me importa?... entró y no encontró a nadie. Se acercó al refrigerador, cogió una botella tamaño personal de jugo y unos tres emparedados de jamón con queso, fue a la despensa y sacó unos pequeños paquetes de galletas y antes de salir volvió al refrigerador, como quien se olvidara de algo, y cogió un pequeño cartón de leche con fresa… se le había antojado. Abandonó la cocina

Lo que ella no había notado era que, a través del enorme hueco del techo, unos ojos rojo oscuro la habían observado desde que entró ¿Y toda esa comida?

— Fon, al parecer ya no tienes clavos, voy por algunos—Lal avisó al pelinegro y bajó del techo.

Viper regresó al bosque, en el lugar donde se había encontrado con él, pero no encontró a nadie— hmp, desgraciado…—susurró al aire, bueno, al menos la comida no la había pagado ella.

— ¡Gracias! ¡Kora!—el chico volvió a aparecer y avanzó hacia Viper.

— Ten—la peliazul le lanzó la botella mientras caminaba hacia él, entregándole los emparedados y las galletas— Bien, cumplí mi parte, ahora estás en deuda conmigo…—la futuro arcobaleno iba a desaparecer nuevamente.

— Gracias…—el rubio miró con ojos hambrientos la comida— ¡Ah! ¡ESPERA! ¡KORA!—la volvió a detener.

— ¿Qué quieres ahora?—preguntó algo cansada.

— Es que… necesito hacerte unas preguntas…

— Eso te saldrá aún más caro…—advirtió la peliazul.

¡¿Más dinero?— Eh, si, no importa… ¿Te las puedo hacer mientras como?

— Nh…—los dos se sentaron en la hierba llena de nieve. Viper se sentó en posición de meditación mientras que el chico se sentó con las piernas abiertas y extendidas como un niño.

— Tú… ¿Conoces a Lal?—hizo su primera pregunta el rubio mientras abría la botella, sediento.

— Sí…

— ¿Se puede saber el motivo por el cual los reunieron? ¡Kora!

— No, está prohibido—respondió secamente Viper— ¿Tú que eres para ella?—no sabía ni por que le había preguntado eso pero…

El chico casi escupe el jugo y, después de tragarlo, respondió con dificultad— Soy su ex estudiante… por cierto, se me había olvidado presentarme… Mi nombre es Colonnello ¡Kora!...

Pasaron un largo momento hablando, sobretodo de Lal y de lo que ella hacía, Colonnello preguntaba con gran curiosidad y algo de seriedad mientras que Viper respondía sin interés aparente y contaba mentalmente las preguntas que él le estaba haciendo para cobrarle como era debido…

— Lal, Fon ¿Ya está reparado?—preguntó Luce desde la sala, asomándose a la cocina.

— Sí, ya terminamos…—respondió el joven.

Luce entró a la cocina y estaba como nueva, Lal se encontraba barriendo el piso— Fon ¿Puedes llamar a los demás para que vengan a cenar? Solo me falta abrir una lata de atún para verterla en la ensalada que por suerte ya la tenía preparada…—Luce sacó de la refrigeradora la ensalada.

— Mm… está bien…— Fon salió de la cocina.

— Reborn…—Fon tocó la puerta de la habitación del Hitman.

— Sí, ya voy…—respondió rápidamente el italiano.

— Skull...—después de "avisarle" a Reborn… se dirigió al siguiente cuarto; el de Skull.

— Skull…—tocó suavemente con los nudillos la puerta.

— … Skull…—volvió a llamar el joven chino, acercó su oído a la puerta para notar si había alguien y de repente se escuchó un estruendoso ruido que casi lo deja sordo— Au…—se llevó una mano a su oído derecho.

Ahora que prestaba atención, eso que había escuchado era… ¿Heavy metal?

— Skull—golpeó la puerta aún más duro y alzó un poco la voz.

No lo escuchaba.

— Mm… are are…—Fon no estaba acostumbrado a eso pero…— ¡Skull!—alcanzó a exclamar algo, seguido de golpes más insistentes a la puerta.

— ¡¿QUÉ?—se escuchó la voz gritona del pelimorado del otro lado.

— Baja a cenar…

— ¡¿HAY ALGUIEN AHÍ?

— Eh… baja a cenar—dijo algo más fuerte.

— ¡¿¡HOLAAA!

— ¡Baja a cenar!—volvió a exclamar el pelinegro.

Después seguían los cuartos de Luce y de Lal pero como ellas ya estaban la cocina…

— Verde…—golpeó la siguiente puerta. De repente esta se abrió mostrando al científico con el rostro sucio y gris y con los cabellos aún más desordenados que de costumbre.

— ¿Qué quieres?—preguntó el peliverde con los lentes en las manos, limpiándolos con un pequeño pañuelo azul para luego acomodárselos en el rostro.

— … baja a cenar…

BRRRRUMMMMM

— Demonios—susurró Verde mientras ensombrecía su aura. Una explosión— Sí ya voy…—le cerró la puerta en la cara.

Bien… ahora solo faltaba una persona.

Se acercó a la última habitación del pasillo. Detuvo sus pasos en frente de la puerta. A su mente vinieron los recuerdos de esa noche… otra vez esa sensación en su pecho y estómago, se pasó una mano por su rostro… pero si ella no…

— …Viper…—esperó. No se escuchaba nada, golpeó con sus nudillos la puerta— Viper, baja a cenar…—esperó un poco más. Nada.

¿Estará aquí? Fon pasó tentativamente sus dedos por la perilla y esta se abrió sorprendiendo al pelinegro. El joven dudó en entrar— ¿Viper?—asomó su cabeza, observó el cuarto color índigo e inconscientemente los recuerdos volvieron a embargar su mente, como se sintió cuando él había besado sus labios, su delicado cuello… ¡Basta! Se dio un golpe mental— ¿Viper?—volvió a preguntar Fon y se dio cuenta de que no había nadie en la habitación.

— Luce, ya avisé a todos… Viper no se encuentra en su habitación

— ¿Qué? ¿Aún sigue afuera? Necesito que esté aquí… más tarde habrá una tormenta de nieve…—mencionó Luce con gran preocupación por la ilusionista— Fon…

— C-Claro… buscaré a Viper…—salió de la cocina después de una disculpa innecesaria de Luce para luego salir de la cabaña.

Copos de nieve caían suavemente del cielo, volviendo a reforzar el tinte blanco de las plantas y árboles.

— Nieve…—el pelinegro caminó hacia el bosque y luego recordó que había visto a Viper cogiendo mucha comida ¿Para qué…? Detuvo sus pasos como sus pensamientos. Escuchó voces, se escondió detrás de un árbol y asomó su cabeza.

No—Viper habló para después llevar el sorbete del cartón a sus labios.

¡¿Enserio? ¡Kora! Hahaha…—¿Quién es ese? Fon veía a un chico rubio de ojos azules a lado de ella y hablándole como si… bueno, amenamente… ¿Por eso ella…? Frunció levemente el seño y por primera vez sintió enojo, especialmente hacia ese chico que estaba comiendo… ¿Comiendo? Entonces toda esa comida… ¿Ella tenía algo con él?

Sintió una opresión en su pecho… muy tarde, ya había caído

— entonces, Lal…—intentó preguntar Colonnello con ansiedad e interés mal disimulado.

— No—Viper acercaba a sus labios el sorbete del cartón.

— ¡¿Enserio? ¡Kora! Hahaha…—el rubio reía con fuerza, definitivamente su "sensei" no había cambiado en nada…

— Oye…—De repente Colonnello calló y los dos viraron sus rostros hacia los lados— ¿Sentiste eso? ¡Kora!—le susurró a la peliazul.

— No creo que sea un enemigo, sería prácticamente suicidio… me parece que es uno de mis "compañeros"—dijo algo segura.

— No ¡Kora! No deben verme…—respondió el rubio, levantándose. Lal no podía enterarse de que él estaba ahí ¡LO MATARÍA POR SEGUIRLA! Viper también se levantó— escucha ¡Kora!, no le digas a nadie sobre mí, por favor—prácticamente rogó el rubio.

— Nh… está bien… ah, aquí está tu cuenta…—Viper formó una ilusión y en el aire le mostró una cifra. Grande.

Colonnello tragó saliva y se sintió mareado… ¡ERAN MUCHOS CEROS!— Eh, sí, te pago después de esto…—respondió— Gracias, ¿Amigo?

Viper alzó una ceja… ya se había acostumbrado a que la consideren como un chico pero por algún motivo eso le dolió un poco. Entrecerró sus ojos, él no la trató como…— Hmp, adiós… ah y al parecer va a haber una tormenta…

— ¡Gracias por avisarme, Kora!—Colonnello, con comida en mano, desapareció entre los árboles. Viper se desvaneció.

— Mm… Luce, está bueno…—tuvo que admitir Lal mientras saboreaba la comida. Las ensaladas eran su punto débil.

— Gracias—respondió alagada la ojiazul.

De repente, detrás de la única silla vacía de la mesa, apareció Viper. Todos la observaron.

— ¡Viper! ¡Al fin llegas! ¿Dónde estuviste?—preguntó preocupada Luce.

— … Paseando…—se sentó en su puesto y empezó a comer, desviando la atención de los demás.

— Oh, bueno, recién nos sentamos…—comentó Luce.

Fon la observó de reojo y recordó a aquel joven rubio y otra vez su "descubrimiento" se hacía presente, haciéndolo sentir peor— disculpen, creo que ya me siento satisfecho… me llevaré el té a mi habitación—el pelinegro recogió sus platos a medio comer y, llevándose su té, desapareció por el pasillo.

Discretamente Luce desvió la mirada a Viper, quien aún seguía comiendo lentamente pero distraída.

— Fon, vamos a salir, tenemos asuntos que atender… ¿Estás seguro de que no quieres venir?—Luce volvió a hacer la misma interrogación obteniendo nuevamente la misma negativa. Luce miraba comprensivamente a un pelinegro descuidado, su imagen serena y pasiva se encontraba perturbada; sus ojos ya no mostraban su brillo característico, su piel estaba algo más pálida y sus cabellos un poco más desordenados que de costumbre— Cuídate…—murmuró en tono bajito Luce mientras trataba de ocultar su preocupación por su compañero.

— Sí, igualmente…—Luce se fue con los demás arcobaleno y el pelinegro cerró la puerta.

No era su costumbre dormir en la tarde pero últimamente no había dormido bien y eso le estaba afectando, tal vez y luego iría a meditar al bosque aunque supiera que nevará después.

Se dirigió al pasillo y antes de entrar a su cuarto observó al final del pasillo, el cual terminaba en una puerta, un cuarto.

Su cuerpo no lo obedecía, dejó su cuarto y fue hacia esa puerta, iba a girar la perilla Después de todo, ella no está aquí… y entró, a ese tan conocido cuarto índigo… donde él…

— ¿Qué haces aquí?—tanto sus pensamientos como los latidos constantes de su corazón parecieron congelarse. Se dio media vuelta.

— Viper… yo ¿Tú no has ido con los demás?—preguntó tratando de desviar el tema.

— ¡Hmp! No me apetece gastar mi dinero…—tal vez Viper se veía igual que siempre, pero su capucha y sus capas ocultaban muy bien su cansancio tanto físico como mental.

Se hizo presente un silencio incómodo.

— Puedes irte cuando quieras—dijo Viper manteniendo la puerta abierta. Le molestaba que él estuviera cerca de ella, le hacía sentir cosas que nunca había experimentado y parecía tonta tratando de descifrar todo para después volver siempre a la duda y esa sensación no le gustaba.

El pelinegro mostró un ligero brillo de angustia en sus ojos, caminó hacia la puerta y la cerró con seguro. Viper frunció levemente el seño— ¿Ahora qué…?—no puedo continuar con su interrogación por que unos labios se posaron sobre los suyos con fuerza, sorprendiéndola.

Fon la acorraló contra la pared queriendo profundizar el beso, al notar que Viper le negaba la entrada a su boca, este mordió ligeramente su labio inferior haciendo que ella los abriera por dejar escapar un gemido, dejándole espacio para que él la invadiera. La peliazul nuevamente quiso resistirse pero el joven cogió sus brazos para que no lo detuviera.

Otra vez esa sensación en su cuerpo tomaba fuerza, nuevamente se encontraba confundida…

El pelinegro, luego de explorar esa cavidad con su lengua, se dedicó a repartir caricias al cuello haciendo a un lado la prenda que le estorbaba mientras que con una mano volvía a recorrer esas no tan notables curvas arrebatándole algunos suspiros a su compañera.

Fon la volvió a besar en la boca pero esta vez Viper empezaba a corresponderle algo temerosa profundizando aún más las sensaciones, su cuerpo le pedía dejarse llevar por las caricias dadas por el moreno.

Mientras la besaba, él la guiaba hasta la cama, donde la tumbó suavemente y se posesionó encima de ella, sin dejar de probar esas pequeñas partes de su delicado cuerpo. Le empezó a retirar su túnica negra mientras mordía suavemente el lóbulo de la oreja de la chica y acariciaba con sus manos la piel expuesta.

Al retirar la túnica por completo, dejó al descubierto un sostén negro que hacía resaltar la piel blanca de Viper aún en la semioscuridad de su cuarto. Fon posó una de sus frías manos hacia uno de esos pequeños montículos, causando que la joven debajo de él suspirara con fuerza. Retiró suavemente la prenda oscura dejando expuestos sus pequeños senos, los cuales encajaban a la perfección con las manos del moreno. Empezó a lamer el pequeño botón rosa de uno de ellos y con la otra mano masajeaba el otro.

— F-Fon…—escuchó la voz entrecortada de la peliazul llamarle causando que él le brindara más placer. Viper curvaba su espalda, moviendo su cabeza hacia atrás, esas caricias, absolutamente todo lo que le hacía sentir el joven chino era totalmente nuevo. Sus manos agarraban con fuerza las sábanas. Su capucha había caído.

Fon ahora, brindaba caricias con su boca al otro pezón, pues ya había masajeado el otro lo suficiente. Ahora su compañera no suspiraba sino gemía.

Luego de masajear y lamer los pequeños senos de la peliazul ahora rosados y erectos, la miró y se dio cuenta de que ya no llevaba su capucha, sus cabellos azules tapaban aún un poco sus ojos pero podía verla con claridad, se acercó más y retiró los cabellos que estorbaban, observando con detenimiento sus ojos, que parecían dos pozos en los cuales sentía caer, se acercó un poco más y empezó a besar todo su rostro; sus párpados, su nariz, sus mejillas, su frente, sus labios nuevamente, besándola con aún más fuerza y pasión ocasionando que al separarse, se formara un fino hilo de saliva de los dos.

Mientras Viper acariciaba con timidez la espalda del pelinegro metiendo sus manos dentro de su camisa naranja, él volvía a besar su cuello con fuerza, dejando marcas rojizas a su paso y sus manos ágilmente bajaban el pantalón oscuro de la ilusionista junto con su ropa interior.

Pasaba sus manos por su vientre y sus caderas, separando con su rodilla las piernas de la peliazul quien besaba sus labios.

Su mano derecha se coló por la intimidad de Viper tocándola levemente, provocando un gran estremecimiento en la muchacha— A-Ah…

Fon recorría suavemente por fuera con sus dedos la intimidad de la peliazul como quien quisiera memorizar su textura, su humedad, tratando de buscar aquella parte sensible que daba más placer a las mujeres, según lo que sabía.

Tocó un botón— ¡Ah!...—Viper soltó un agudo gemido curvándose en la cama, el moreno empezó a masajearlo mientras sus dedos se insertaban en su entrada y eran presos de la estrechez de la cavidad de ella, provocando las mismas reacciones de antes pero aún más fuertes, él le besaba sus hombros, su pecho, su cuello, toda la piel que se encontraba a su alcance.

Empezó a crear un camino de besos por su vientre para dirigirse a la intimidad de ella sin dejar de mover sus dedos dentro de la ilusionista.

Viper, al notar eso, intentó cerrar las piernas, pero en un rápido movimiento, el moreno las abrió aún más con sus manos y lamió sus muslos, provocando más escalofríos de parte de ella— mm…

Fon besó lentamente por fuera de esa cavidad ya húmeda y metió su lengua.

Viper agarró con fuerza las sábanas de la cama mientras se arqueaba del placer intentando no gemir fuertemente en vano. Era mucho placer.

El moreno siguió dándole placer con su boca, masajeando y lamiendo ese botón sensible y esa estrecha cavidad, saboreando aquellos fluidos que emanaba esa zona, cambió nuevamente por sus dedos, quería probar esos pequeños labios otra vez.

Siguió moviendo sus dedos dentro de ella hasta que abandonó la entrada antes de que la morena lograra llegar al clímax— Mh...—reclamó Viper quien quería que le brindara nuevamente ese extraño placer que sentía "acumularse" en su vientre.

Fon la observó, esa manera en la que ella mezclaba los gemidos con su nombre, esos labios rojos por sus besos repartidos, su cuerpo sudoroso, sus ojos que lagrimeaban de placer, su respiración entrecortada, se veía tan provocativa… Su miembro ya erecto dolía, reclamando atención y alivio en la intimidad de la peliazul.

Viper, quien ansiaba volver a tener los dedos de Fon dentro suyo para sentir otra vez ese placer desconocido hasta ese entonces para ella, pues se veía dominada por los toques que el moreno le había estado brindado, empezó a masajear el torso del joven colando sus manos dentro de la camisa, sintiendo la musculatura algo marcada del muchacho logrando sacar varios suspiros densos a su "compañero"— Viper…—escuchar su nombre de esa manera la hizo sentir extraña… Sus pequeñas manos empezaron a descender por el torso del joven encontrándose con los pantalones blancos del pelinegro, los cuales sus manos burlaron metiéndose dentro de ellos y tocando levemente la hombría de Fon— ugh…—el joven gruño, y Viper, al querer tocar más del moreno, más fuertemente llevada por curiosidad, las manos de Fon la detuvieron.

Los dos se miraron con detenimiento, queriéndose decir tantas cosas pero al mismo tiempo nada… perdiéndose en los pozos oscuros del otro…

Fon rompió el contacto visual y empezó nuevamente con los besos apasionados, recorriendo con mayor ansiedad el cuerpo de la peliazul, con desesperación…

El no quería escuchar nada de ella, él solo quería sentirla suya solo por una única vez aunque sabía que con eso nunca lograría olvidarla, pues el pensaba que su corazón ya tenía dueño pero no le importaba eso ahora, ya no podía reprimir esos sentimientos que con tanto desenfreno salieron a flote, solo quería sentirla debajo de él, indefensa, cuidándola aunque ella no se lo permitiera, solo quería entregarle todo de él y que aunque sea solo un simple deseo de su parte, ella también se entregara a él… por que él…

El moreno empezó a quitarse su camisa naranja mostrando parte de su cuerpo sudoroso y pálido, bajó sus pantalones exponiendo su masculinidad ya erecta, tanto, que llegaba a ser doloroso.

Empezaron a besarse con fuerza, descargando todo los sentimientos reprimidos durante todo ese tiempo, acariciándose mutuamente… Fon se colocó entre las piernas de la ilusionista, rozando su erección con la húmeda cavidad de la peliazul— Mm…—gimieron al mismo tiempo ante el tacto, Fon volvía a rozar su masculinidad en la entrada de su acompañante, escondió su rostro en el cuello de ella y colocándose a la altura de su oído le susurró con dificultad— te amo.

Viper se estremeció al escuchar tales palabras, se sentía diferente, él había sido el único que la trató como una mujer, y esa "diferencia" en su sentir era especial… Viper no tuvo mucho tiempo para analizar la situación, sintió dolor en su intimidad— ugh…

Fon, una vez que le aclaró sus sentimientos a la peliazul, no pudo contenerse más, la penetró, solo la mitad de él estaba dentro de ella y había quedado atontado por el goce que le provocaba esa estrecha entrada— a-ah… F-Fon…—su voz tenía cierto tono de dolor, el moreno, para calmarla, empezó a besarle los labios, el cuello, sus hombros, tratando de distraerla del dolor y cuando ya la sintió un poco más calmada, la llenó por completo haciéndola chillar un poco.

El pelinegro parecía anonadado, ahogado en el placer que esa cavidad le brindaba, su miembro era rodeado por esas estrechas paredes vaginales, por la humedad y la calidez, pero al entrar por completo había sentido que rompió algo dentro de ella y sabiendo el dolor que le causó su intromisión, se había dado cuenta de que él era el primero en estar así con ella, de tener ese contacto tan íntimo, sintió nuevamente calidez en su pecho pero, otra vez esos pensamientos llegaron, diciéndole que ella ya tenía a alguien y que no podía corresponderle. Sintió como un balde de agua fría le caía encima.

Viper sentía dolor en su zona sur, no se terminaba por acostumbrar a la virilidad de Fon… de repente el moreno la empezó a besar tratando de que ella no pensara en el dolor, recorriendo nuevamente su cuerpo. La peliazul ya no sentía tanto el dolor, ahora solo era una pequeña molestia así que, por puro instinto, rodeó con sus piernas el cuerpo del pelinegro haciéndolo gruñir levemente.

Fon sentía como su miembro era succionado por la entrada de Viper por el ligero cambio de posición, gruñó, y sintiendo como la peliazul estaba más calmada, empezó a mover ligeramente sus caderas, gimiendo los dos al mismo tiempo. Empezó a marcar un suave vaivén.

Viper sentía placer ante el ligero movimiento repetitivo de sus caderas pero sintiendo como se controlaba el pelinegro y como se esforzaba para que ella no sintiera dolor, Viper movió un poco más sus caderas— F-Fon… m-más…—dijo en un ligero murmullo con la voz entrecortada.

Las embestidas empezaron a ser un poco más rápidas, dando más placer a los dos, empezaron a acariciarse mutuamente, besándose…

— V-Viper… ugh

— A-Ah…

Pronto, el vaivén se hacía un poco más violento, mezclando los sudores de ambos, sintiendo que el final llegaría…

— A-Ah ¡F-Fon!—la peliazul se agarró de la espalda del moreno con fuerza sintiendo llegar su primer orgasmo aprisionando violentamente el miembro de su acompañante.

— Ugh…—ante la poderosa presión en su miembro por sentir las paredes contraerse con fuerza, con un par de estocadas más, derramó toda su esencia en ella, culminando en una gran eyaculación.

Mantuvieron esa posición un poco más, tranquilizando sus respiraciones, mirándose mutuamente.

Viper sentía que la mirada de Fon escondía algo así que se preparó para decirle lo que había descubierto en ese acto tan íntimo— Fon… yo…

El pelinegro abrió sus ojos con fuerza, delatando sorpresa, no quería escucharla, no quería que le dijera que ella no lo quería, que le dijera que ella ya tenía a alguien más… la besó desesperadamente para impedir que pronunciara lo que le iba a decir, su corazón se oprimía con fuerza en su pecho…

Se separó de ella y retirándose de la cama y poniéndose se pie, se empezó a vestir.

Viper lo miraba sorprendida ¿Por qué se alejaba?, cubrió su desnudo cuerpo con las sábanas y antes de que se separara un poco más, cogió con algo de fuerza la muñeca del pelinegro— ¡Espera!... más te vale que lo escuches bien por que solo lo diré una vez…

Fon frunció un poco el seño, acaso quería restregarle en la cara que ya no lo volvería a ver… cerró sus ojos con dolor.

— Yo…

No quería escucharla…

Te amo…—Fon abrió sus ojos sin mesura… lo que escuchó en ese muy leve murmullo… la miró sorprendido solo para encontrarse con la cabeza de Viper desviada hacia un lado.

— ¿Qué?—definitivamente no se lo podía creer.

— Ya lo dije, ahora si quieres que te lo vuelva a decir, págame primero—seguía manteniendo su cabeza en la misma posición, no podía mirarlo a los ojos.

Fon se acercó a ella y cogiendo el mentón de la ilusionista, la besó con fuerza, compartiendo su felicidad y alivio al saberse correspondido.

— ¡Hola! ¿Fon?—Luce y los demás habían ingresado a casa.

— Buenas noches—Fon apareció del pasillo, los demás futuros arcobaleno llegaron de noche.

— Siento que hubiéramos demorado tanto, pero aquí trajimos comida—Luce mostró una funda plástica con dos tarrinas— nosotros ya comimos—los demás se sentaron en el sofá, cansados.

— Gracias…—Fon sonreía ligeramente y Luce y los demás lo miraron raro ¿Cómo demonios había cambiado su estado en tan solo pocas horas? El pelinegro cogió la funda.

— Erm… ¿Te encuentras bien, Fon?—preguntó Lal.

— Sí…—respondió como si fuera lo más obvio del mundo— ¿Por qué preguntas?

— Te ves contento…—respondió esta vez Luce a la vez contenta de que al fin pudiera resolver su "problema"— ¿Viper se encuentra aquí? Cuando me dí cuenta, ella ya había desaparecido…

— Uh… me parece que está en su habitación—respondió calmadamente Fon recordando la conversación que habían tenido minutos antes

Fon, agradecería que no le dijeras a nadie esto…—dijo Viper ya vestida tratando de encontrar la bota que le faltaba.

¿Eh? ¿Por qué?—preguntó el pelinegro con curiosidad mientras recogía de debajo de la cama una bota, pasándosela a la peliazul.

Quisiera mantener un poco más mi secreto—respondió con simplicidad mientras se colocaba la bota.

Fon se acercó a ella…

Bueno, esa era otra historia, la verdad era que a él no le importaba si el resto sabía o no sabía sobre ellos, pero aún así, con todas las manías de la peliazul, la amaba…

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Fine?

Espero que les haya gustado… no sé si lo hice bien pero… es el primer lemon que escribo así que cualquier crítica constructiva es bienvenida

¿Review?