Disclaimer: Kaleido Star no me pertenece. El único fin de este fic es concretar el posible romance SoraXLeon que muchas ansiamos verlo algún día cercano. Cualquier parecido es pura coincidencia y no tiene relación con la realidad.
Capítulo 1: Muerte en es escenario I
Aquel fatídico día en que ocurrió la tragedia, el escenario Kaleido quedó marcado por la pérdida más importante del staff. Los integrantes no podían explicarse qué llevó al joven Ken Robbins a cometer tal acto en el que sabía de antemano las consecuencias que podrían llegar a costarle la vida.
Todo empezó luego de que Sora y el joven Leon hicieran la maravillosa técnica angelical que cautivó los corazones de todos los espectadores. Ken Robbins observaba tras el telón cuan hermosa se veía Sora, la chica de la que se había enamorado apenas entró a formar parte de Kaleido. Sólo que ella aún no lo sabía y no sabría cómo y cuándo iba a finalmente decírselo. Tenía que vencer aquella barrera de timidez sino jamás se daría por enterada y seguiría viéndolo como un amigo. Pero… ¿Qué pasaría si ella terminara enamorándose de alguien más? Al hacerse aquella pregunta visualizó de inmediato al joven Leon que en esos momentos se encontraba cerca de Sora, quizá demasiado cerca. Sacudió su cabeza para desvanecer aquella disparatada idea ¿En qué estaba pensando? Ellos sólo eran compañeros del escenario, sin embargo… Leon había cambiado bastante su actitud cuando conoció a Sora. Tomó su tiempo sin duda, pero ella era la única con quien no tenía un comportamiento hostil, es mas parecía haber despertado aquella ternura y bondad que tan ocultas guardaba dentro de su fría personalidad. Tras todos sus pensamientos no se dio por enterado cuando el espectáculo terminó. Vio entonces cómo la radiante chica iba corriendo a su encuentro.
-"¿Cómo estuve Ken? ¿Verdad que fue un espectáculo maravilloso?" - preguntaba la joven con gran agitación y entusiasmo mientras sostenía los brazos del chico rubio espectado por su sonrisa.
-"Ah… sí, claro que fue un buen espectáculo. Estuviste fantástica Sora" - respondió tras recobrarse y sonreírle a la joven.
-"Joven Leon, gracias" - dijo Sora sonriendo hacia este que se disponía a dirigirse a los camerinos pero se detuvo al escuchar su voz quedando de espaldas frente a ella y Ken - "Sin usted la técnica angelical no habría resultado tan maravillosa"
Ken miró el rostro de la acróbata sintiéndose un poco perturbado por un instante, al mismo en que el joven Leon volteaba hacia ella para responder.
-"No. Soy yo quien te da las gracias" - dijo con una sonrisa de ternura hacia su angelical compañera de acto haciéndola sonreír conmovida.
Al instante se retiró mientras que el joven Ken Robbins se mostraba más preocupado. Momentos después, Rosetta, Mia, Anna, Marion y May fueron hasta donde su amiga protagonista de la obra El Lago de los Cisnes dándole un abrazo y sus felicitaciones.
-"¡Estuviste sensacional Sora!"
-"¡Sí, fue extraordinario! ¡Sin duda eres única!"
-"Admito que estuviste bastante bien pero ni creas que esto ha terminado entre tú y yo. Ya verás que tarde o temprano podré superarte" - dijo May con una pequeña sonrisa de malicia que en el fondo expresaba más satisfacción tras haber visto a Sora.
Sora sonrió con una pequeña risita y al rato de dio por enterada de la ausencia de Ken.
-"¿A dónde se fue Ken?" - preguntó extrañada mirando hacia los lados.
Ken caminaba con su rostro cabizbajo a lo largo del oscuro pasillo que se encontraba tras el escenario, le angustiaba aún no poder decirle a Sora sus sentimientos. Había tenido tantas oportunidades y ninguna de ellas la había sabido aprovechar. Pasaron unos meses y Sora seguía demostrando su esplendor como la estrella de Kaleido. Luego de que se hubiera presentado la nueva obra La Princesa y el Bufón, Ken Robbins volvía a sentirse deprimido de aún callar sus sentimientos y pensaba que ya era tiempo de hacer algo al respecto.
Una mañana Ken acudió muy temprano donde su doctor para hacer su chequeo mensual. Luego de ser oscultado y revisado volvió a ponerse su camisa mientras su doctor se sentaba a escribir el registro de sus datos médicos.
-"¿Cómo me encuentro, doctor?" - preguntó una vez que terminó de vestirse.
-"Todo va muy bien, Ken" - contestó dejando de escribir y mirándolo con una sonrisa - "Tu salud ha mejorado bastante a pesar que has estado con mucho trabajo. Me has dejado sorprendido"
Ken tomó una pausa antes de atreverse a preguntar lo que hace un tiempo venía pensando y ahora pensaba planteárselo. El doctor notó la mirada de preocupación del joven extrañándolo de que no se alegrara con aquella noticia.
-"¿Ocurre algo Ken?" - preguntó a fin de salir de dudas.
-"Doctor… Quisiera saber si estoy listo para subir al trapecio" - dijo levantando una mirada de determinación que estremeció la de su doctor.
-"¿Qué dijiste?"
-"Necesito subir al trapecio, doctor" - dijo levantando un poco el tono de su voz ante la mirada atónita de este, que no podía creer lo que escuchaba - "Para mí es muy importante hacerlo, aunque sea sólo una vez"
-"¡¿Te has vuelto loco muchacho?!" - preguntó alterado parándose de su escritorio - "¡Sabes que no puedes subirte al trapecio ni a ninguna acrobacia que implique tal esfuerzo! ¡Ya te lo expliqué hace un par de años! ¡¿Acaso es necesario que te lo vuelva a repetir?!"
-"¡Lo sé! ¡Pero es que…!"
-"¡Nada de peros Ken! ¡No puedo creer lo que estoy oyendo! ¡Sabes que es tu vida la que está en juego!"
-"¡¡Eso lo sé, no tiene que repetírmelo!!" - exclamó fuertemente la voz del muchacho con sus manos puestas sobre el escritorio de su médico que había quedado en silencio, asombrado por la determinación de este - "Es verdad. Hace unos años tuve que renunciar a mi sueño de convertirme en parte del elenco de Kaleido - dijo luego de una pausa en la que desvió su mirada con melancolía - "Mi enfermedad me lo impidió y tuve que resignarme. Pero ahora cuento con un sueño más grande que es decirle a Sora mis sentimientos"
-"Pero… ¿Eso que tiene que ver con lo que me estás pidiendo?" - preguntó anonadado y más extrañado el doctor.
-"Quiero compartir el escenario con ella, aunque sea por un instante. Sólo así me sentiré capaz de decírselo. Doctor, se lo ruego, ayúdeme a hacer ese sueño realidad" - dijo con su cabeza gacha sin apartar sus manos que estaban apoyadas sobre su escritorio.
Se produjo un momento de silencio en la consulta mientras el doctor veía atentamente a aquel muchacho tan insistente de su petición.
-"Debes querer mucho a esa muchacha llamada Sora como para atreverte a desafiar a la muerte" - dijo finalmente este soltando un leve suspiro - "Sabes que no puedo permitir que oses tal peligro pero… tampoco puedo privarte de todos tus sueños"
Ken levantó su mirada sorprendida hacia su doctor. Se conocían desde hace mucho, prácticamente cuando él era niño. Por eso comprendía a la perfección todos aquellos anhelos que habían sido abruptamente desechos por su enfermedad al corazón, pero ante todo tenía que velar por su bienestar.
-"Doctor…"
-"Te recetaré unas pastillas que ayudarán a mantener tu ritmo cardíaco. Pero deberás prometerme que estarás en el trapecio sólo 15 minutos diarios y no será más allá de una semana ¿Está claro?" - preguntó con ímpetu que el muchacho se estremeció al clavarle de tal forma su mirada.
-"Ah, por supuesto. No se preocupe" - respondió balbuceando debido a que jamás había visto tan serio a su doctor como ahora.
-"Tendrás que tomarte dos pastillas por día antes de subiste al trapecio" - volvió a decir en el momento en que sacaba una caja de píldoras y las ponía sobre su escritorio - "Debes tomártelas sin falta Ken, o de lo contrario las consecuencias serán lo suficientemente trágicas" - dijo volviendo a clavarle la mirada con más severidad que antes - "Por ningún motivo vayas a olvidarlo"
Ken asintió y quedó mirando fijamente la caja de pastillas que permanecían sobre el escritorio de las cuales dependía su vida. Esa misma mañana Sora y Leon habían sido llamados por Kalos a su oficina para comunicarles sus planes de volver a presentar la técnica angelical.
-"¡¡Eh?!" - exclamó la joven acróbata japonesa con cara de sorpresa al ver la cantidad de papeles que habían sobre el escritorio de su jefe - "¿Todas esas son invitaciones?"
-"Así es. La realización de la técnica angelical recorrió el mundo entero. A pesar de todo este tiempo transcurrido circos de todas partes claman por verla en vivo, así que dentro de muy poco volveremos a realizar la función. Por lo tanto espero que pongan su mayor empeño" - dijo Kalos con su seriedad habitual.
-"Ah, por supuesto que sí, jefe" - contestó Sora con un leve remezón luego de recobrarse de la sorpresa poniéndose derecha.
-"Y otra cosa más. La próxima semana tengo anunciada la llegada de los organizadores más importantes del comité mundial. No estuvieron presentes en el festival circense, tampoco he oído que hayan declarado sobre algún acto en el que estuvieran presentes. Por eso su presencia es tan importante y pasará a ser trascendental la imagen que se lleven del escenario Kaleido. Así que no tengo más que contar con ustedes"
-"¡No se preocupe, ya verá como todo resultará bien!" - contestó Sora con una sonrisa de emoción al escuchar la noticia tan maravillosa que había traído - "Estoy muy emocionada de realizar la técnica angelical nuevamente ¿No cree así joven Leon?" - preguntó con sus misma sonrisa dirigiéndosela al recio acróbata francés.
Leon pareció quedarse pegado durante unos instantes en el rostro encantador de la joven. Desde hace un tiempo su compañera había pasado más allá de llamar su atención y tras haber realizado la técnica angelical a su lado esa atracción se había incrementado. A pesar de que fue hace un buen tiempo atrás seguía siendo motivado por la presencia tan cautivadora de la acróbata japonesa.
-"Me parece que sí" - contestó demostrando indiferencia desviando la mirada de Sora.
-"Quiero que se preparen lo mejor posible durante esta semana para presentarse ante el comité ¿Quedó claro?" - preguntó finalmente Kalos a la pareja principal del escenario.
-"¡Sííí, daremos lo mejor de nuestra parte!"- exclamó Sora levantando su brazo con entusiasmo.
-"No necesitas hacer tanto escándalo. Pueden retirarse" - dijo Kalos a lo que Sora bajó su brazo, avergonzada.
Al instante después de salir de la oficina de su jefe, los dos acróbatas principales caminaban juntos por el pasillo.
-"Qué emoción. No puedo esperar más para cuando lleguen los del comité. La técnica angelical sin duda es grandiosa, ha traspasado fronteras y cautivado los corazones de todos. Hay que seguir poniendo nuestro mayor esfuerzo"
Sora volvía a sonreír dirigiéndose a Leon quien no pudo evitar quedar contemplando su angelical mirada volviendo a sentir esa sensación que lo ponía nervioso. Claro que él sabía camuflarlo muy bien, sin embargo la actual estrella de Kaleido podía notar su expresión.
-"Joven Leon ¿Se encuentra usted bien?" - preguntó extrañada mientras seguía caminando a su lado.
-"¿Por qué lo preguntas?" - contestó este fingiendo su típica frialdad aunque para sus adentros lo había estremecido la pregunta de la joven.
-"Bueno, me dio la impresión de que algo lo estaba preocupando ¿No es por la noticia que nos dio el jefe, verdad?"
-"Qué tontería. No me interesa lo importantes ni estrictos que sean los del comité. Sólo me dedicaré a dar mi mejor espectáculo, no por ellos sino por el público" - respondió sin mirarla a lo que la muchacha esbozó una nueva sonrisa en su rostro.
-"No sabe cuánto me alegra escuchar eso de usted joven Leon" - dijo esta sonriendo emocionada de sus palabras.
El acróbata francés nuevamente fijó su vista en la sonrisa de Sora. Se remeció de tal forma al escuchar su voz tan dulce que cambió la frialdad de su expresión. No era de extrañar su cambio de actitud. Hace un tiempo cuando llegó al escenario Kaleido sólo le importaba él y nada más. El único deber del público era el de ir a contemplar la maravilla de sus acrobacias, él mismo se lo había dicho a Sora teniendo así su primera confrontación. Pero con el pasar del tiempo se dio cuenta cuan gratificante era recibir el calor de las ovaciones y ver la sonrisa de satisfacción de los espectadores. Sora se lo había demostrado. Esa chica dulce que siempre se dedicaba a sonreír sin importar por lo que estuviera pasando. Eran sus sonrisas y ansias de demostrar un buen espectáculo lo que regaba la alegría del público y la hacía llegar tan lejos. Trató de que su inquietud pasara desapercibida así que adelantó su paso para retirarse del camino de la joven.
-"Te veré después para practicar"
-"Ah… está bien" - pronunció Sora confundida al verlo retirarse tan abruptamente.
Mientras lo veía alejarse quedó varada en medio del pasillo pensando en la extraña actitud de su compañero. Era obvio que algo le pasaba pero no había querido decirle qué. Se preocupó que este ya no le tuviera confianza. A estas alturas todo parecía andar bien entre ellos. El miedo que le inspiraba hace un tiempo como el dios de la muerte se había esfumado por completo. Ahora podía conversar abiertamente con él a pesar que este no destacaba precisamente por ser muy sociable. Desconocía la razón de su comportamiento, pero esperaba que lo que fuera se encontrara bien ya que dentro de poco volverían a realizar la técnica angelical juntos. Mientras continuaba pensando en medio del pasillo el joven Ken Robbins los había visto detrás de una de las puertas que conectaban al corredor. Para él también la actitud del joven Leon significaba algo extraño y por un momento pensó que se trataba de Sora ¿Sería posible que Leon se sintiera atraído por ella? Aquella posibilidad lo inquietó aún más, de ser así tendría que darse prisa. Tomaría el riesgo y no daría marcha atrás.
Continuará…
Hola amigos de fanfiction, nunca creí que llegaría a hacer algo de Kaleido Star pero hace poco la fascinación por esta pareja me convenció XD Las cosas se tornarán complicadas para nuestros personajes y cómo ya saben lo trágico está por venir (sabemos de quién se trata, pobre chico) Cualquier crítica u acotación es bien recibida See ya'
