Este drabble forma parte de una comunidad de livejournal, Retos a la carta. El tema son los sentidos, y la pareja, en este caso, SiriusRemus.
El título es una variación del nombre de la canción Tell me what the rain knows, del anime Wolf's Rain.
Seguramente ya lo sabéis, pero estos personajes no me pertenecen. Son de la Jótaka Roulin. Alias Joanne K. Rowling.
¡Empezamos!
#1 Tacto
Cuando Sirius está borracho, se vuelve un chucho cariñoso. Se acerca a Remus, le pasa un brazo por los hombros y le echa el aliento en la cara sin querer cuando le explica la mayor estupidez que pasa por su cabeza en ese momento. Cada vez que el prefecto le recrimina su estado, él se defiende con un "Todavía no estoy taja, tío, aún puedo aguantar muuucho más", y le dice que le compare con James, que baila a su propio compás cantando algo que nadie consigue entender, y Peter, que está vomitando en un rincón.
Remus tiene que reconocer que, considerando lo que han bebido todos, sí, es Sirius el que tiene mayor tolerancia al alcohol. Será por la costumbre. Porque él mismo aguanta más bien poco, y por eso prefiere resistirse a ingerirlo en cantidades industriales, al contrario que sus compañeros de habitación. Ellos se ahogan en el alcohol, podría decirse, y utilizan las botellas como micrófono cuando se encuentran lo suficientemente ebrios. Y cuando cantan –que es lo normal en un merodeador borracho-, el rebelde de los Black es el primero en agarrar al licántropo por los hombros para incitarle a unirse a la fiesta. Pero este se resiste, aun sin atreverse a zafarse del abrazo. Porque, para ser francos, no le disgusta en absoluto que Sirius esté pendiente de él. Que le abrace. Que le toque. Que se acerque a cantarle al oído y despierte sentimientos y reacciones involuntarias en su cuerpo y remueva sus mares interiores más de lo que la luna podría en un millón de años.
La luna creciente es la culpable esa noche de que Remus decida unirse a la juerga. Acepta el primer trago que le ofrece Sirius, y el segundo, y el tercero, y termina perdiendo la cuenta. Porque le ha rodeado prácticamente el cuello con un brazo, lo ha arrastrado hasta la ventana abierta, y se ha puesto a cantarle y a chillarle a la luna. Que deje en paz a Lunático, canta. Que se lleve a otro, ladra. Que le lleve a él, aúlla, que no tiene miedo al dolor. Después, una ristra de insultos que sabe Merlín dónde ha aprendido. Todo con una melodía inventada, sin ritmo marcado, desafinando con voz ronca, mientras se tambalea, sin soltar al licántropo ni un solo momento. Se sorprende cuando Remus coge la botella que tiene en la mano y bebe a morro, pero le anima entre risas. Es un primer trago largo. Necesita tener la boca y las manos ocupadas, porque cuando el animago, borracho, desprecia a la luna, y lo hace por él, le urge la necesidad de morderle el cuello, el hombro, el pecho, quizá más abajo, y hacerle entender que hay un lobo en su interior que lucha por emerger cada vez que siente su tacto sobre la piel.
Que sólo consiga salir en las noches de luna llena, es un milagro.
Las reviews son más que bienvenidas :3 .
